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LAMBAYEQUE EN EL TIEMPO: Referencias históricas sobre el inicio de la temporada de verano

Escribe: Martín Cabrejos Fernández (*)
Edición N° 1333

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La región geográfica de Lambayeque, por su ubicación costera, tiene playas innumerables que, a lo largo de nuestra historia reciente, han sido puntos de atención de paisanos veraneantes. Ante el mar, como ante Dios, todos somos iguales. A continuación, muestro crónicas y reportes de prensa local y nacional sobre las temporadas de verano entre fines del siglo XIX y mediados del siglo XX. Les invito a disfrutar en estas líneas de las costumbres (casi extinguidas) que el verano traía consigo en las playas de Pimentel, Eten, Santa Rosa y San José, que eran los puntos de encuentro de lambayecanos deseosos de aire puro, sol radiante, buena comida, diversión y relaciones sociales.

En 1913, el periódico El Progreso de Chiclayo, del 23 y 26 de diciembre, anuncia el inicio del verano o temporada de baños 1914. Un aviso de Luis Navarrete Guzmán ofrece en venta diversos y necesarios productos a los veraneantes de Eten, Pimentel, Santa Rosa y San José. Otro aviso hace mención al tren de baños, servicio especial del ferrocarril de Eten que se iniciaba el día 1 de enero a costo reducido y con servicio de ida a las 8 de la mañana y regreso a las 11 de la mañana por dicha temporada de sol.

Predilección por Eten

En 1917, la Revista Variedades de Lima indica que “la temporada en Eten es intensísima en vida social… llena de paseos, de fiestas, de atractivos, es realmente encantadora y en ese puerto se pasan ratos realmente agradables”. La revista menciona los nombres de algunos distinguidos lambayecanos que fueron asiduos veraneantes: Augusto León; así como las familias Barandiarán, Del Castillo, Laca, Noya, entre otras. En 1918, la Revista Variedades (fechada en 9 de marzo de dicho año) afirma que distinguidas familias de Chiclayo y Lambayeque han acudido con mayor animación que otras temporadas a la playa de Eten organizándose frecuentes bailes, paseos y fiestas, como las realizadas los días 10 y 12 de febrero. Una de ellas, la más sonada de aquel año, fue la del 10 y concluyó en la caleta (llamada así por aquel tiempo) de Santa Rosa con un original banquete realizado a mitad de la calle. Afirma que el lugar al que acudía la crema y nata de la sociedad lambayecana fue Eten. Esto no fue casual, existen fotografías de Noya (1916) que muestran comparsas, fiestas de máscaras y otras demostrando que Eten fue el balneario de moda desde, por lo menos, el año 1910.

Para 1921, la Revista Mundial de Lima presenta imágenes del fotógrafo Rómulo Menchola (afincado en Chiclayo) y afirma que los principales centros de veraneo del departamento fueron Eten y Pimentel. Destaca la presencia fluida de “caras bonitas”. En la Revista Mundial, de Lima, fechada 7 de abril de 1922; se publicó el artículo "Impresiones del viaje del señor Luis José de Orbegoso". En dicho artículo se hace referencias a Eten y Pimentel. Sobre Eten, menciona “no ha cambiado absolutamente nada la fisonomía y prácticas en este antiguo puerto del departamento de Lambayeque”; y, sobre Pimentel, “cuando conocí por primera vez esta antigua caleta, era un lugar completamente desolado…hoy ha cambiado completamente (destaca su modernidad).

Auge de Pimentel

Hacia inicios de la década de 1930, el balneario de moda fue Pimentel. El periódico Ahora de Chiclayo, del 11 de diciembre de 1933, afirma: “La temporada de verano en Pimentel se inicia – no obstante, la variación del tiempo, la temporada de verano se ha iniciado en el vecino puerto de Pimentel. El día de ayer se notó gran concurrencia de veraneantes, numerosas chicas se bañaron ofreciendo con la diversidad de los colores de sus vestidos animación y alegría”. A inicios de la temporada de verano de 1934 en Pimentel, el periódico Ahora de Chiclayo, del 18 de diciembre de 1933, critica el mal estado del camino a dicho puerto, se anuncia la apertura del Hotel Comercio y del salón de Juanito León (sic) "ubicado donde quedó el salón de Finetti Paz" y se hace énfasis en la dificultad del tránsito para los ómnibus (góndolas) del señor Orderique que hacían servicio entre Chiclayo y dicho distrito. Sin embargo, sobre la expectación por la temporada, indica “la temporada veraniega que se avecina cobra especial animación en Pimentel, muchas familias han tomado casa, se ha notado cierto número de bañistas y la vida nocturna en el puerto es alentadora…”

Mientras tanto en Chiclayo, según reportó el periódico El Bien Agrícola, del 19 enero de 1939, al inicio de la temporada de verano (como solía ocurrir por esas fechas) la municipalidad de Chiclayo ordena limpiar las letrinas, corrales, establos, pesebres, chicheríos, panaderías, dulcerías, heladerías, salones, restaurantes, bodegas, establecimientos de venta de mortadela, jamón, carne, mantequilla... Se pidió adecuada limpieza y refrigeración por el inicio de la temporada de verano.

Lo cierto es que, contra el mar infinito, como contra el hombre y la historia; el tiempo inexorable en su dinámica infinita, tampoco puede. Las personas, buscamos en el mar la paz, imágenes preciosas para el deleite y, a lo mejor, el encuentro reflexivo con sí mismo, con Dios, con la eternidad. Que tu vida siempre sea verano.

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(*) Historiador y docente.

 respuesta de Miguel Ángel Salazar García el 2019-04-24.

buen proyecto para el futuro del pais espero se concrete con éxito y sea beneficioso para todos los pueblos aledhaños a dichaa obras

 respuesta de Miguel Ángel Salazar García el 2019-04-24.

buen proyecto para el futuro del pais espero se concrete con éxito y sea beneficioso para todos los pueblos aledhaños a dichaa obras

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