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Con los ojos sobre los medios

Escribe: Luis Rolando Alarcón Llontop (*)
Edición N° 1351

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  • Los observatorios de medios tienen amplias posibilidades. ¿Se podría seguir el tratamiento de las noticias sobre niñez y adolescencia?

Invitado por una colega docente amiga para ayudar con una propuesta metodológica de trabajo en un curso universitario sobre observatorio de medios, indago pistas que me ofrezcan aportes para acercarme a tema. De entrada, no me satisface -a la luz de lo que creía de previo- las aproximaciones de Wikipedia a un concepto que más bien pinta impreciso y que se va por las ramas, aun cuando en sus referencias mencionan a Herrera y Christofoletti (2006), Auza y otros (2007) y Aguilera y otros (2018), entre más.

Me guían mejor los aportes que alcanzan, en todo caso, Paláu y Larrosa (2014), en su Manual para la observación de medios. Más cautos en la entrega de un concepto cerrado, los autores dan claves sobre los observatorios en tanto significan espacios de investigación y formación académica como vehículos de participación ciudadana e incidencia pública. Señalan su aparición en los albores del siglo en que vivimos, el XXI, pero rastrean sus orígenes en figuras más añosas en los predios del control mediático, como en el ombudsman (o defensor del lector o público) y el nacimiento universal del sistema de protección de los derechos humanos y la investigación crítica de medios, de donde se desprendió el movimiento de “media literacy”.

Hacia un concepto

En la práctica, los observatorios de medios son espacios que desde organismos de la sociedad civil, la academia (sobre todo superior) u otros entes sociales, académicos, gubernamentales o políticos, solos o en alianzas, realizan -para entregar reportes individuales o globales de cara a un activismo o cabildeo- seguimiento sistemático de orden cuantitativo, cualitativo o mixto sobre temáticas definidas y sensibles ocurridas en sociedad tal y como son cubiertas por los medios de comunicación, sean tradicionales (prensa, radio, TV, cine) o digitales (plataformas digitales, redes sociales, otros), desde distintos formatos, aunque predomine la información de tipo periodístico.

Dicho esto, los observatorios de medios tienen amplias posibilidades. ¿Se podría seguir el tratamiento de las noticias sobre niñez y adolescencia? ¿y qué hay del enfoque con que el cine nacional representa a los afrodescendientes? ¿Qué tal cubrir cómo la publicidad televisiva trata la figura de la madre? De hecho, el año pasado en un mismo curso de pregrado de comunicaciones dirigí dos prácticas de observatorios: presencia de la mujer en dos series de TV nacional y discriminación femenina en redes sociales y plataformas digitales. Sus sistematizaciones dieron material para dos artículos científicos que he postulado a revistas o eventos.

En el Perú, un observatorio de medios formal y muy activo es el que dirige Calandria y CONCORTV, ejemplo de alianza entre una ONG y un organismo de origen gubernamental. Sus temas de seguimiento se engarzan básicamente en cómo los medios peruanos en general manejan el trato sobre la mujer y otras poblaciones vulnerables. En su presentación resaltan que su función estriba en “mejorar la oferta mediática mediante el análisis del tratamiento y la representación de los temas y actores sociales. Pero también calificar la demanda ciudadana, ayudando a conformar una audiencia crítica y responsable de su consumo mediático pues debe involucrarse con el uso de la información recibida”.

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(*) Colaborador y articulista.

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ARQUITECTO VÃCTOR PIMENTEL GURMENDI: Universidad Ricardo Palma lo distingue como Doctor Honoris Causa

Escribe: Velia Beltrán Centurión (*)
Edición N° 1351

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El día miércoles 8 de mayo, nuestro gran maestro de varias generaciones de arquitectos y mayor referente de la ciencia de la restauración y conservación del patrimonio edificado en el Perú, Víctor Pimentel Gurmendi recibió una cuarta distinción de Doctor Honoris Causa, esta vez por la Universidad Ricardo Palma de Lima.

Según nos manifestó nuestro ilustre homenajeado, la primera investidura con el grado honorífico de Doctor, la recibió por parte de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón, UNIFÉ. Luego fue la Universidad Nacional de Ingeniería UNI, la que le otorgó este alto honor. La Universidad Nacional de Moquegua - UNAM, hizo lo propio en su momento. Y es que los méritos del arquitecto Pimentel son tan considerables, que resultan siendo unánimes las voces que deciden hacer justicia a su contribución y a su labor profesional en nuestro país otorgándole el grado de “Doctor Honoris Causa”.

Todos estos eventos más allá de meros sucesos académicos, han sido actos de celebración y homenaje a quien, sin duda se constituye en el primero y más célebre especialista en la conservación del patrimonio monumental, cuya eminente figura trasciende nuestras fronteras.

En esta ocasión fue el Centro Cultural de la Universidad Ricardo Palma, Ccori Wasi de Miraflores la sede en donde se dieron cita los miembros de la comunidad universitaria y allegados del fundador de ICOMOS Perú, Maestro Víctor Pimentel, para ser testigos de este acto organizado por el Rectorado y el Vicerrectorado de Investigación, en mérito a su destacada contribución en la investigación, restauración, conservación y gestión del patrimonio cultural nacional.

Finalmente, ha sido este año 2024 en el cual se logró cristalizar la ceremonia en la cual se ejecuta lo decretado el 7 de diciembre del año 2022 en una resolución, que se vio postergada primero por el inverosímil suceso nacional aquel día, y nuevamente al año siguiente en diciembre del año 2023 fue pospuesta por el delicado estado de salud del recordado Dr. Iván Rodríguez Chávez, quien fuera Rector de la Universidad Ricardo Palma. Es así que el arquitecto Pimentel recibe este reconocimiento a sus 96 años de edad.

La Vicerrectora de Investigación de la URP Arquitecta Sandra Negro Tua, egresada de la Universidad Ricardo Palma, tuvo a su cargo transmitir el sentir de su Alma Mater al otorgar este reconocimiento al Maestro Pimentel y de hacer una apretada síntesis de los múltiples méritos que hacen de él uno de los peruanos más destacados de nuestros tiempos.  

Sandra Negro se doctoró en Historia del Arte y Gestión Cultural en el Mundo Hispánico en la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla, España. Particularmente hago propicia lo ocasión para desde estas líneas expresar unas palabras de gratitud y reconocimiento a la Dra. Negro, quien fuera mi profesora del curso Seminario de Historia mientras cursaba el último ciclo en la FAU-URP, cuyo trabajo de fin de ciclo me inspiró de tal manera, que devino en parte de mi desarrollo profesional durante los años posteriores a nuestro encuentro, para finalmente ver coronado este empeño con la publicación del Vademécum Arquitectónico, el cual justamente cuenta con una -para mí muy honorífica- generosa presentación del tetra laureado Doctor Pimentel Gurmendi.  

Trayectoria de Víctor Pimentel Gurmendi                    

Graduado en 1953 del entonces Departamento de Arquitectura de la Escuela Nacional de Ingenieros (DAENI) año en el que se inauguró el famoso edificio sede institucional, en cuya construcción hizo las veces de residente.

En 1955 inicia estudios en la Università degli Studi di Roma «La Sapienza”, donde los grandes teóricos de la restauración Guglielmo de Angelis d’Ossat, Robert Pane, Carlo Ceschi y Cesare Brandi fueron sus maestros.

En 1960, implementó el curso de Restauración de Monumentos en la Universidad Nacional de Ingeniería y posteriormente ha dictado cátedra en México, Argentina, Colombia, Panamá, Estados Unidos y Puerto Rico en los cursos de Posgrado en Preservación de Monumentos y Centros Históricos.

Entre sus múltiples méritos podemos destacar:

Ilustre signatario de la Carta de Venecia que desde 1964 constituye el documento internacional que orienta las intervenciones en los monumentos del mundo.

Galardonado con el Hexágono de oro en la Primera Bienal de Arquitectura peruana en 1970, por la intervención de la casa Garcilaso que se constituyó en la primera restauración en la que se aplicaron los principios establecidos en la Carta de Venecia, cuyas raíces él había conocido e interiorizado durante su formación en Italia.

Reconocido con el Premio América al mejor arquitecto en 1989, en el contexto de los famosos Seminarios de Arquitectura Latinoamericana, y consultor internacional de la OEA y de la UNESCO.

Su valioso aporte incluye los diversos campos de actuación profesional: proyectual, la reflexiva e intelectual, la difusión, la académica y la gestión. Su trayectoria y su praxis fue reconocida y apoyada por importantes personajes como Héctor Velarde, Fernando Belaúnde Terry y Silvio Mutal, el funcionario internacional de UNESCO que apoyó proyectos de gran trascendencia en la conservación del patrimonio monumental peruano, como el Plan COPESCO, puesto en marcha en 1969.

A lo largo de su carrera ha desempeñado diversos cargos entre los que destacan el de director del Museo Nacional de Antropología, Arqueología e Historia entre los años 1980 y 1983, director del Instituto Nacional de Cultura en el año 1984 y Consultor del equipo de Conservación y Restauración del Proyecto Arqueológico Caral-Supe, investigación y puesta en valor (PEACS) a cargo de la arqueóloga Ruth Shady.

Estos son solo algunos de los múltiples motivos por los cuales nuestro personaje recibe todos estos honores académicos, y aún más allá de todos estos méritos profesionales a los que podemos sumar su prolífica faceta como pintor no figurativo autodidacta, por la cual confiesa sentir una vocación mística, deseamos destacar a Víctor Pimentel como aquella persona, llena de calidez y sencillez, pronta a compartir sus conocimientos y experiencias con cuantos lo requieran, como el maestro excepcional  que supo despertar en sus estudiantes un genuino interés por la conservación patrimonial.

Aquella noche de gratos reencuentros, nos deja un recuerdo permanente de haber compartido con ese gran ser humano que dedicó bellas y estimulantes palabras a quienes tuvimos la oportunidad de darle un abrazo de congratulación, dejando constancia de una extraordinaria memoria propia de una mente siempre brillante.

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(*) Arquitecta e investigadora. 

(**) Imágenes: Universidad Ricardo Palma.

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ANÃLISIS SOBRE LA REALIDAD: La desigualdad y la pobreza en el Perú

Escribe: Roger Santa Cruz Carranza (*)
Edición N° 1351

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Reducir la desigualdad y la pobreza no sólo es un factor idealista y ético, sino también una estrategia determinante para potenciar el crecimiento económico sostenible y la estabilidad social.

La desigualdad económica obstaculiza el desarrollo al limitar el acceso equitativo a oportunidades educativas, de empleo y de inversión, lo que conduce a la exclusión social y a la falta de movilidad ascendente para amplios sectores de la población. Además, la pobreza extrema genera un círculo vicioso que perpetúa la escasez de recursos, la falta de consumo y la debilidad del mercado interno, frenando el dinamismo económico.

La reducción de brechas es una tarea aún pendiente para el Perú. Tras largas décadas de crecimiento económico constante, no hemos sido capaces de traducir estas cifras en mejores condiciones de vida para nuestra gente. La riqueza generada en nuestro país si bien ha permitido mantener una estabilidad monetaria, no termina de impulsar el cierre de brechas, beneficiando principalmente a algunos grupos económicos mientras el común denominador de los peruanos no percibe estas bondades en su día a día.

Pobreza hoy

Según el informe “Perú: Evolución de nuestro país más de 9 millones 780 mil peruanos subsisten con menos de 446 soles mensuales. La pobreza en el Perú se ha incrementado por segundo año consecutivo alcanzando el 29 % de la población. El PBI peruano se incrementó tan solo en 0.5 % en el último trimestre del año pasado y los indicadores macroeconómicos nos indican que hemos retrocedido considerablemente.

Si analizamos la dinámica de la pobreza, podemos percibir que esta se ha desplazado principalmente de las zonas rurales hacia las urbanas generando aproximadamente un 25 % de pobres en las ciudades, esto es uno de cada cuatro ciudadanos.

Según los especialistas existen múltiples factores que podrían explicar estos resultados. Los fenómenos naturales del 2023 por ejemplo, dejaron al descubierto una pésima gestión de desastres, lo que terminó ocasionando pérdidas económicas, así como infraestructura que al día de hoy no ha logrado recuperarse, a pesar incluso del programa de “Reconstrucción con cambios” que tampoco mostró avances concretos. Otro factor significativo que perjudica nuestra situación económica es el intenso ruido político que ya es una constante en nuestra coyuntura nacional. Los constantes escándalos de corrupción y la voraz lucha por la supervivencia política, han permeado en la economía, desacelerándola sobremanera.

También contribuye a esta situación la inflación a la cual se viene enfrentando nuestro país, lo cual ha generado un aumento importante respecto al precio de los alimentos de primera necesidad, podemos resaltar por ejemplo que según el mencionado informe el precio de 95 de los 110 productos que conforman la canasta básica de alimentos se ha incrementado considerablemente afectando la capacidad de abastecimiento de las familias.

Resultados extremos

Un dato no menor en este balance de resultados es la agudización de la pobreza extrema. Esta se caracteriza por la incapacidad de un individuo para costear la canasta básica de alimentos, incluso si todos sus recursos se destinan exclusivamente a ese fin. Ello también es un factor determinante dentro de este razonamiento puesto que crea un círculo vicioso que perpetúa la escasez de recursos, la falta de consumo y la debilidad del mercado interno, frenando el dinamismo económico.

Según INEI tenemos una pobreza extrema que está bordeando los 2 millones de peruanos, es decir un 5.7% superando los niveles incluso de la época de pandemia cuando alcanzamos un 5.1%. Con ello, 3 millones 290 mil personas han caído en situación de pobreza desde el 2019.

Si analizamos a nivel regional la situación es aún más particular, la pobreza se ha elevado en 21 regiones, teniendo en cuenta regiones como Lambayeque, Tumbes, Ucayali y Loreto, podemos notar por ejemplo que en dichas jurisdicciones la pobreza se ha incrementado en 4 puntos porcentuales en el año pasado.  Si a este grupo le añadimos las regiones de Cajamarca, Madre de Dios, Tacna y Lima Metropolitana, podemos percibir que sus resultados son aun peores que los mantenidos en la pandemia, experimentando un incremento de 10 puntos porcentuales desde el 2020, esto es 43.5% en 2023, tal y como lo ha señalado el Instituto Peruano de Economía.

La situación se agrava si nos referimos a Loreto. La región nororiental es la que más ha sufrido este retroceso, llegando a alcanzar un crecimiento del 32% al 44%.  Mientras que la situación en la capital también empeora. Lima Metropolitana pasa de concentrar el 22.8% de personas pobres en 2019 a tener el 32.6% del total de personas pobres del país (2023).

Servicios básicos

Existe además un contraste respecto a la cobertura de servicios básicos entre la capital y los demás departamentos. En el año 2023, el acceso al conjunto de servicios básicos integrados, como agua, saneamiento, electricidad, telefonía móvil e Internet, no está disponible para aproximadamente el 83,5% de la población en el departamento de Puno. Esta situación se repite en los departamentos de Ucayali (83,1%), Loreto (82,8%) y Huancavelica (81,1%). Por otro lado, el porcentaje de acceso es significativamente menor en la Provincia Constitucional del Callao (23,7%), Lima Metropolitana (27,5%), Moquegua (32,7%) e Ica (39,7%).

A pesar de la existencia de programas sociales y políticas dirigidas específicamente al cierre de brechas, es necesario recuperar terreno frente a las cifras nada alentadoras a la que nos enfrentamos.

Al reducir la desigualdad y la pobreza, se aumenta el poder adquisitivo de las personas más desfavorecidas, lo que impulsa la demanda interna y estimula la actividad empresarial. Además, se fomenta la inversión en capital humano, lo que fortalece la productividad y la innovación. La reducción de la desigualdad también puede mejorar la cohesión social y política, contribuyendo a la reducción de conflictos y la inestabilidad que pueden obstaculizar el desarrollo económico a largo plazo.

Así pues, abordar la desigualdad y la pobreza no solo es una cuestión de justicia social, sino también una medida pragmática para promover un crecimiento económico inclusivo y sostenible que beneficie a toda la sociedad.

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(*) Politólogo | santacruzcarranza@gmail.com

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