Son la voz de la experiencia. Así define Max Santolaya Silva a la Asociación Civil Integración Lambayeque – ACIL, grupo conformado por connotados representantes de la sociedad civil, quienes buscan ser puentes de diálogo entre las autoridades, ante la difícil situación por la que atraviesa el departamento, golpeado no solo por la pandemia del COVID-19, sino por la falta de obras de real impacto social.
“Nacimos como una asociación para ponerle paños fríos a las controversias y los enfrentamientos. Esta cuarentena nos ha puesto muy agresivos y lo único que sabemos hacer bien es pelear, enfrentarnos, obstaculizarnos y el desarrollo no nos importa nada. Por esos personalismos, por esa indiferencia, hemos descuidado el desarrollo de nuestra región”, sostiene.
Santolaya Silva, quien ha sido congresista y también presidente de la Asociación Regional de Exportadores – AREX, apunta que otro de los objetivos de ACIL es compartir la experiencia adquirida por sus miembros a lo largo de los años, para así aportar en la formación de mejores decisores públicos.
“Esta es la respuesta que damos quienes nos hemos integrado. Somos una especie de club de la experiencia, donde todos hemos ocupado cargos públicos o trabajos de gran responsabilidad. Esa experiencia queremos transmitírsela también a los chicos que salen de las universidades con mucha teoría, con muchos títulos, pero han dejado de lado la práctica”, indica.
AGUA
Manifiesta que, producto de los enfrentamientos, en Lambayeque se han dejado de hacer muchos proyectos. Por ello, refiere que una de sus consignas como asociación es que toda crítica debe ir acompañada de una alternativa de solución, a fin de no ser solo un grupo que cuestione, sino que sea propositivo.
En ese sentido, refiere que ACIL postula una solución para que la gran mayoría de lambayecanos cuente con agua potable las 24 horas del día y libre de metales pesados: traer por gravedad el recurso hídrico directamente desde el Reservorio de Tinajones.
“A grandes problemas, grandes soluciones. En el 90 sustenté un proyecto de ley para darle agua de Tinajones a todo Lambayeque por gravedad, entubada. Me dijeron que estaba loco, que no se podía, que no había dinero. Yo demostré que sí, porque si le añadimos 10 soles a cada recibo de agua que se factura, en tres años pagaríamos la obra. Así tendríamos agua las 24 horas del día y los 365 días del año en todos los centros poblados de Lambayeque, menos Olmos, que por la altura no podríamos llegar, pero si tendríamos desde Zaña hasta Motupe”, asevera.
Señala que el agua de la laguna Boró es cancerígena, ya que contiene los residuos de los herbicidas usados para los cultivos de arroz y caña de azúcar.
“EPSEL está intervenida por OTASS (Organismo Técnico de la Administración de los Servicios de Saneamiento), pero ¿qué se ha hecho? Nada. Trajeron directivos de Lima que no conocen la realidad, mientras nosotros seguimos tomando agua de Boró, laguna donde tú metes la mano y sacas medio metro de barro podrido, cancerígeno”, anota.
OTROS PROYECTOS
Asimismo, indica que como ACIL también lucharán por la construcción de un verdadero terminal pesquero para Lambayeque, pues el de San José lleva ocho años en construcción y hasta ahora no se culmina; mientras que otros departamentos vecinos, como Piura, cuentan con 14 desembarcaderos.
De igual forma, refiere que trabajarán por la concretización del Terminal Marítimo de Puerto Eten, pues han pasado cuatro gestiones regionales (dos de Yehude Simon Munaro y dos de Humberto Acuña Peralta), pero no se ha avanzado lo suficiente.
“Hay una anarquía gubernamental en Lambayeque, donde los líderes son incapaces de sentarse en una mesa de diálogo para ponerse de acuerdo. Que peleen en su casa todo lo que quieran, pero en las cosas de la ciudad obligatoriamente tienen que ponerse de acuerdo, porque para eso se les eligió. Esta vez el gobernador y el alcalde eran del mismo partido, pero no lograron ponerse de acuerdo en nada. Yo de nota les pongo un cinco, si es que no es menos”, apunta.
En tanto, advierte que ACIL también cumplirá un rol fiscalizador, pues considera que los órganos de control, tanto de las municipalidades, el gobierno regional, como la misma Contraloría, han fallado en su labor de supervisar el transparente uso de los recursos públicos.
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José Leonardo Ortiz es el segundo distrito más grande de todo Lambayeque, demográficamente hablando, con un total de 164 mil 130 habitantes. Sin embargo, no cuenta con una planta de oxígeno y los decesos por la pandemia siguen creciendo de forma acelerada. Según los datos que reporta el Comando COVID Sipán, cuatro mil 371 leonardinos se han contagiado del virus y 423 han fallecido.
Esta situación motivó a que el 21 de abril el concejo municipal acuerde por mayoría que se declare en emergencia sanitaria al distrito, con ocho votos a favor y tres en contra. Esto incluye el compromiso de la adquisición de una planta de oxígeno y el abastecimiento de medicamentos básicos a las postas y centros de salud. La resolución se publicará en cuanto las áreas pertinentes emitan los informes correspondientes.
Votaron en contra: Ilder Fernández Jara, Jimmy Carter Garrido Campos e Idelso Vizcarra Muñoz. A favor lo hicieron: Yris Bustamante Díaz, Olga Cabrera Díaz, Carlos Rodas Díaz (autor del pedido), Wilson Fernández Obregón, James Prado Ayala, Riccy Mairena Fox, Sujeily Camacho Fernández y María Guevara La Torre.
REALIDAD
El regidor Carlos Rodas Díaz señala que las cifras de fallecidos por COVID-19 serían incluso mayores en el distrito, pues han hecho un cruce con los cementerios de Chiclayo y la cantidad de personas que diariamente son enterradas con los protocolos del nuevo coronavirus es hasta diez veces más que la reportada diariamente.
Pese a esta realidad, refiere que las postas médicas y los centros de salud del distrito no atienden las 24 horas del día y tampoco cuentan con los fármacos elementales para contrarrestar al virus en su etapa inicial. Añade que el Comando COVID Sipán tampoco ha mapeado debidamente a José Leonardo Ortiz como una de las zonas calientes de contagio.
“Necesitamos urgentemente un plan integral, que las postas médicas abran las 24 horas, que estén con su logística, que tengan su tanque de oxígeno, médicos a tiempo completo y una farmacia allí, porque la gente no tiene un sol, ya que no está trabajando. A quienes se infectan hay que hacerles seguimiento.
SESIONES DE CONCEJO
Por otro lado, advierte que el 21 de febrero del 2019, mediante acuerdo de concejo, se estipuló que todos los miércoles de la segunda y tercera semana de cada mes el alcalde Wilder Guevara Díaz debía convocar a una sesión ordinaria. Sin embargo, no lo ha venido cumpliendo desde que inició la pandemia.
Por el contrario, indica que las ha realizado en fechas dispersas y con temas en agenda sin mayor trascendencia. En virtud de ello, siete regidores elevaron un pedido para que se realice la sesión de concejo del 21 de abril, aunque – según refiere Rodas Díaz – al enterarse de este documento el alcalde convocó a una sesión extraordinaria, a fin de adelantarse a la solicitud de los concejales.
“Él dice que no tiene temas para hacer sesiones, ¿dónde vive este señor? Veamos el tema de salud, el requerimiento de la gente, ellos necesitan víveres, los niños que han quedado huérfanos necesitan de un comedor. Hay tantas cosas por hacer, pero el alcalde dice que no hay temas para tratar”, explica.
Asimismo, refiere que el 30 de marzo se le dio licencia al alcalde Wilder Guevara, debido a que este señaló haberse contagiado del COVID-19. Sin embargo, el burgomaestre apareció por la municipalidad en la semana del 12 al 16 de abril, aunque el cuerpo de regidores no ha recibido hasta la fecha ninguna justificación del médico ocupacional de la comuna que certifique, ni su contagio, ni la recuperación del mismo.
“A él se le dio permiso por el contagio, aunque no nos mostró algún documento. Se supone que, como manda la norma, debe validarlo el médico ocupacional, tiene que estar registrado en el sistema de salud, mostrar sus recetas. El alcalde no es una persona común. Lo que más me sorprende es que sus secretarias se fueron junto con él, ellas también dejaron de trabajar. Han regresado cuando él ha venido. Ellas también tendrán que justificar su ausencia”, afirma.