La Casa del Tornillo es la empresa que Gonzalo Sánchez Calderón fundó hace 34 años, impulsado por la demanda de piezas metálicas entre los talleres de mecánica. Fue así que decidió apostar por una nueva línea de negocio y hoy lidera una de las marcas más reconocidas dentro y fuera de Lambayeque.
“Estudié la carrera técnica de Electricidad y cuando llegué a Lambayeque implementé un taller en el cual ofrecía servicio eléctrico automotriz, ubicándome en una zona bastante comercial y de muchos talleres de mecánica, cuyos propietarios siempre me pedían pernos y yo no vendía. Fue así como me contacté en Lima con un proveedor, me ofreció toda la información y así creé el taller de pernos alternando con el rubro eléctrico. Lo demás, es historia”, refiere Sánchez Calderón.
Con el tiempo, la línea de pernos empezó a tener mayor desarrollo que el rubro eléctrico y esto animó a dedicarse al 100 % a los sistemas de ajustes de pernos y tuercas.
“Fuimos la primera empresa especialista en el rubro, antes de nosotros no existía una empresa que se dedicase exclusivamente a esto. Con el tiempo estudié Marketing y Negocios y empecé a dirigir con una nueva visión el negocio. Entendí que la necesidad era muy grande y eso me llevó a comprar máquinas para fabricar los productos”, cuenta.
La fábrica
De ese modo implementó su propia fábrica, con la ventaja de que al ser un mercado muy cerrado todo lo fabricado se vendía.
“Luego instalamos una planta mediana en Chiclayo, luego una en Lima, con maquinaria de punta y en determinado momento tuvimos alcance nacional. Nuestros vendedores recorrían el país, de Tumbes a Tacna. Con la liberación del mercado, los productores empezamos a tener problemas a nivel nacional y ello nos llevó a cerrar algunas líneas de producción, pasando a la importación, porque era la única manera de poder competir con los productos que ingresaban. Tenemos 34 años y seguimos siendo líderes en el rubro”, afirma.
Sánchez Calderón dice sentir gratitud por los clientes que acompañan a su empresa desde hace mucho tiempo, quienes han depositado su confianza y han sido testigos del crecimiento del negocio.
“Nuestro catálogo de productos es bastante grande, pero como dice nuestro eslogan: ‘Lo que no tenemos, lo fabricamos’, y es que si el cliente necesita algún producto que no existe en el mercado, el cliente tiene la opción de mandarlo a fabricar en nuestra planta y atender su necesidad. Tenemos la línea completa y lo que no hay, lo hacemos, por eso es que somos la empresa más exitosa del rubro”, indica.
La confianza del cliente
Reconoce que, en los 34 años transcurridos, “La Casa del Tornillo” ha enfrentado diversas situaciones, pero siempre ha procurado diferenciarse por la calidad, seriedad y responsabilidad para con sus clientes.
“Los negocios se mantienen en el mercado cuando generan confianza y eso no es secreto. Todos los que tienen negocio saben que para durar hay que conseguir la confianza del cliente. Tenemos clientes que nos acompañan hace muchos años, clientes que son de la zona nororiental y que reconocen mucho nuestros servicios. Además, nos preocupamos mucho por los clientes internos, que son los trabajadores, a quienes ofrecemos un clima laboral adecuado, seguro y que respeta sus derechos”, enfatiza.
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