El past presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) y actual presidente del Instituto de Desarrollo Industrial Sostenible (IDIS), Jesús Salazar Nishi, presentó su libro Perú: País sostenible. Una visión integral de desarrollo industrial sostenible hacia el 2050, un documento que marca la hoja de ruta de lo que deberá ser la política industrial de los próximos 25 años. Ante un auditorio repleto, el empresario hizo la presentación de lo que él llama su “primer hijo literario” en las instalaciones de la Cámara de Comercio y Producción de Lambayeque.
Motivaciones
Salazar Nishi señala que este libro precede a una serie de publicaciones que realizó como parte de la SNI, antes y durante su presidencia. En el 2020, en plena pandemia, publicó Perú: Agenda al 2031, que se constituyó en el primer documento de política sectorial sobre la industria nacional. Posteriormente, en el 2022, publicó Perú Regiones al 2031, libro que fue discutido con los entonces candidatos a las elecciones subnacionales sobre cómo hacer industria en las regiones. Luego, en el 2023, se publicó el Expo Perú Regiones, donde se abordaron los más de 180 proyectos para el desarrollo de la infraestructura nacional. Y, finalmente, el año pasado publicó Perú industria al 2050 en el que se habló sobre la cadena industrial en las regiones.
“Como ya había todo ese trabajo previo a raíz de la representación gremial, quise continuar y aterrizar esta propuesta general a través de un libro, de cómo llevar a cabo esta propuesta de visión industrial en nuestro país. El Perú no cuenta con una visión a largo plazo. Lamentablemente, nos han enseñado que en el Perú siempre se habla de corto plazo. Y, es más, el horizonte temporal de un proyecto de desarrollo no supera los cinco años, que es lo que dura una gestión presidencial. Ese es el gran problema del Perú, que no nos han enseñado a pensar en largo plazo. Y esa es la propuesta que les vengo a traer”, comenta.
El presidente de IDIS anota que otra de sus motivaciones para escribir este libro fue el crecimiento económico que ha tenido el Perú. Acota que en los últimos 30 años el Perú multiplicó por 3.1 su Producto Bruto Interno – PBI, por 4.5 las inversiones privadas y por 16 veces las exportaciones.
“Son grandes cifras macroeconómicas, eso es crecimiento económico, pero ese crecimiento no se ha reflejado en desarrollo, porque las brechas siguen existiendo, la brecha social, la de infraestructura, la de salud, educación, no se cierran. Necesitamos mecanismos para que las brechas se cierren y creo con convicción que la industrialización es una herramienta que nos conduce al desarrollo nacional”, menciona.
Realidad
En ese marco, sostiene que es necesario fortalecer las instituciones como el Congreso, la Presidencia de la República y otras, Para ello, refiere que los gremios empresariales deben trascender a la actividad privada.
“El tamaño de la economía peruana en 1960 era más grande que la de países como Tailandia, Singapur y Corea del Sur. La economía de este último por aquellos años era de 26 mil millones de dólares. Hoy en día es de 1.6 billones de dólares, mientras que nosotros estamos aproximadamente en los 200 mil millones de dólares. ¿Cómo lo hicieron estos países para crecer tanto? Tomaron la decisión de industrializarse”, sostiene.
En el Perú, sin embargo, ha ocurrido lo contrario. Jesús Salazar explica que la contribución de la industria en los últimos años al Producto Bruto Interno (PBI) nacional ha disminuido. Su pico más alto se dio a inicio de la década de 1970, cuando alcanzó el 18.5 %, pero a la fecha es de solo el 12.2 %.
“El Perú se está desindustrializando, cada vez pesamos menos dentro de la economía nacional porque somos menos los industriales, nos estamos achicando. Muchos han liquidado sus plantas, vendido sus máquinas, los de plástico, sobre todo, porque es más fácil importar plástico de China que llega a unos precios ridículos. Y uno acá matándose comprando materia prima, maquinaria, haciendo todo el proceso, teniendo mermas, peleándose con todas las instituciones para ganar 1 % o 2 % de utilidad, mientras que, si uno compra, trae y vende gana el 10 %”, explica Jesús Salazar.
El ingeniero sostiene que existe una intrínseca relación entre el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y el desarrollo industrial. En una escala del 0 al 1, que es como se mide el IDH, Lima alcanza el 0.71, es decir, su población obtiene un nivel medio alto de desarrollo, lo cual se correlaciona con el aporte que da la ciudad capital al PBI industrial, que es del 60 %.
Le siguen Moquegua con 0.66 de IDH y 6.63 % de aporte al PBI industrial, Arequipa con 0.64 y 4.74 % e Ica con 0.6 y 6.9 %. La diferencia en el caso de Arequipa e Ica obedece a que el cálculo del IDH también considera, aparte del ingreso promedio de los peruanos, otras variables como acceso a la salud y educación. En el caso de Lambayeque, el IDH es de 0.53, mientras que su aporte al PBI industrial es de 1.5 %.
“Hay regiones como Huancavelica que tiene el 0.38 de desarrollo humano, es decir, su calidad de vida es muy baja, mientras que la mejor es Lima. Lambayeque no está mal, va a la media tabla. Es una estadística que nos reta a mejorar”, menciona.
Exportaciones
El especialista sostiene que el escaso desarrollo de la industria nacional también se ve reflejado en los envíos al exterior, pues solo el 10 % de las exportaciones en el Perú son manufactureras, cifra lejana del promedio en América Latina y el Caribe que es del 47 % y mucho más distante del 67 % de los países de la OCDE. El panorama es aún más desolador cuando se habla de exportaciones manufactureras de alta tecnología, pues en el Perú es solo el 5 %, en América Latina y el Caribe el 12 % y en los estados de la OCDE el 18 %.
“El 90 % de lo que exportamos son productos primarios: minería y agroexportación, pero sin valor agregado (…) ¿Dónde quedan más recursos de valor agregado que mejoran su PBI? ¿No es cierto que la manufactura genera riqueza en el país? ¿Esto no lo ven los políticos?”, sostiene el empresario.
Marco jurídico
De otro lado, Jesús Salazar refiere que hoy son más de 100 economías en el mundo las que aplican estrategias industriales, las cuales concentran el 90 % del PBI global.
“En el Perú hay un proyecto de ley de industrias que viene durmiendo hace un par de años, lo hice cuando estuve al frente de la SNI, ya está en comisiones para dictaminarse, pero hasta ahora no sale. El Perú necesita un marco jurídico para impulsar la industria”, apunta.
Salazar Nishi explica el caso de Costa Rica, país que hoy exporta semiconductores producidos por la empresa transnacional Intel. Cuenta que la nación centroamericana puso una zona industrial y la declaró como zona económica especial, donde todo el que invirtiera gran capital se le exonerara de impuestos. Intel llegó a Costa Rica y hoy contrata a técnicos de dicho país para que realicen esta labor, por lo que en los próximos años serán los mismos costarricenses los que exporten por cuenta propia.
“Intel primero tocó la puerta del Perú, preguntó qué beneficios les podían dar para invertir en el país y lo que les dijeron fue que les cobrarían el 30 % de impuestos. Eso pasa en el Perú, eso nos está llevando cada vez a estar más postergados del desarrollo. Uruguay lo ha hecho a través de la industria forestal, tienen la planta de celulosa más grande del mundo y lo decidieron al hacer una zona franca que liberaron de impuestos. Los capitales llegaron y hoy son una gran potencia en la industria forestal. El mundo lo está haciendo y el Perú sigue pensando en cobrar su 30 % de impuestos y, lo que es peor, es 30 % de solo el 20 % de la formalidad, porque el 80 % de los negocios en el Perú son informales”, describe.
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