Sube!

Hola, Yola / Adiós Yola

Escribe: Luis Rolando Alarcón Llontop (*)
Edición N° 1359

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  • Ya el suyo no era sólo un programa infantil más, era ¡el programa infantil peruano por antonomasia! La chica promesa y talentosa se volvió “La chica de la tele”.

Ella tenía 22 años y la TV peruana 14 cuando hicieron click por segunda vez. Ella había nacido en plena mitad de un siglo -el XX- en que las comunicaciones experimentarían importantes cambios. La TV, uno de ellos, había aparecido en el Perú discreta en enero de 1958 vía señal estatal; una docena de países de la región ya la tenían. América TV -entonces simplemente Canal 4- abrió su señal comercial en diciembre del mismo año. El romance con Yolanda Piedad Polastri Giribaldi -simplemente Yola Polastri- iniciaría en 1972 y se extendería hasta 1994.

La talentosa y prometedora Yola pertenecía a una familia acomodada de raíces italianas. Desde pequeña quiso ser artista. Se preparó con tutores y en academias. A los 17 ya entraba a Panamericana TV -o Canal 5-. Allí se fogueó en papeles menores en telenovelas y como conductora. Cuando Canal 4 le echó el ojo y la fichó, cinco años después para liderar la conducción de un programa infantil, la chica tenía su cancha. El idilio iba a prosperar bien.

Otros factores abonarían la tierra en que germinaría ese idilio. El medio de la televisión mismo había nacido en los países desarrollados (EE.UU. y Europa) cauta en sus contenidos y familiar en sus propuestas, improntas que se replicarían en el resto de naciones. Las televisoras preferían autorregularse a ser censurada por algún todopoderoso ente estatal que vetaba en nombre de los valores ciudadanos. La TV segmentó públicos de manera tradicional en relación a roles familiares establecidos: Noticias y series de acción para el varón adulto; telenovelas y programas de hogar para la mujer; programas educativos – distractivos para los menores… La TV era más simple… y blanca.

El auge de la chica de la tele

Con esos precedentes prosperaría un fenómeno. Recogiendo -y aggiornando- un formato existente en el estatal Canal 7, a cargo del Tío Jhonny, se echaría a andar “El mundo de los niños”, más tarde “Los niños y su mundo”, y más tarde aun sencillamente “Hola Yola”. Era inevitable: los directivos, la prensa y el respetable público reconocían la figura de la conductora en el éxito de la propuesta. Ya el suyo no era sólo un programa infantil más, era ¡el programa infantil peruano por antonomasia! La chica promesa y talentosa se volvió “La chica de la tele”. Y construyó un universo infantil de ensueño habitado por pollitos, burbujas y muñecas.

El éxito de esos años idílicos trascendió las pantallas televisivas. Las canciones infantiles que cantaba la misma Yola, importantes en el esqueleto del programa, se llevaban a discos y cassettes que se vendían mejor que los hits comerciales del momento. Las presentaciones salieron del plató para poder verse más allá de la pantalla chica y fueron parte de reales giras nacionales que llenaron plazas, coliseos y estadios, con niñ@s y adolescentes y sus padres. Compuso el molde a los programas que aparecerían como alternativas, como el capitalino de Mirtha Patiño, o el regional para Lambayeque que condujo Juan Sorogastúa y Miriam Muro por canal 4 local.

“Yola Polastri aportó una nueva forma de entretenimiento para los niños en la TV peruana.  En cada programa infantil demostró exigencia, perfección y creatividad a través de su música y bailes con los niños. Finalmente, formó vocación para la TV peruana”, sintetiza Cecilia Vidaurre Nieto, doctora en Comunicaciones y docente universitaria.

Todo tiene su final

Los idilios no duran para siempre. Entrada la década de los 90 del siglo pasado, la TV perdía su blancor y Yola se resistía a enturbiarse. O a modernizarse. Paradójico: en la canción “La chica de la tele”, se presentaba ante l@s niñ@s con una promesa central: la de ofrecerles siempre novedades. Pero el contexto cambiaba e implicaba trasgresiones con las que no consensuaría, una era la de la sexualización de la figura de la conductora. Las vinientes “El show de July”, “Nube Luz” y “Karina y Timoteo” explotarían eso que Yola ya estaba grande para transar.

En 1994 Yola Polastri dejó la TV pero no a l@s niñ@s. Su personaje, colorido y rococó -confeccionado por pelucas, trajes estrambóticos, pompones y ademanes– del que no se desprendía fuera del escenario, lo mantuvo vigente en presentaciones populares y particulares a pedido en vivo hasta diciembre de 2023. El 7 de julio de 2024, sin embargo, tras una convalecencia por un infarto cerebral que la conminó a un internamiento en clínica por un mes y luego a 15 días en su propia casa, no pudo con un infarto al miocardio. ¡Adiós, chica de la tele!

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(*) Colaborador y articulista.

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