Durante diciembre, distintas organizaciones, gremios, familias y grupos en general realizan proyecciones sociales para llevar alegría a los niños de familias vulnerables. Esta acción, elogiable, es motivada en muchos casos por el sentimentalismo propio de estas fechas, más no por un espíritu altruista. A poco de celebrarse la Nochebuena, Expresión conversó con el padre Mauro Vallejo Lagos, guardián de la Orden de los Frailes Menores en Chiclayo, quien llama a la comunidad a no quedarse solo en el sentimentalismo, sino a vivir con una constante vocación de servicio.
“Ver a un dios tan niño con una familia pobre, con José y María no en un palacio, sino en una choza, nos recuerda la presencia de Jesús en los pequeños y sencillos. Eso suscita sentimientos nobles que no deben quedarse en el sentimentalismo, sino en actitudes de toda la vida. Qué lindo sería que ese deseo de servir, de compartir, de ayudar, siguiera igual durante todo el año. Esto no es de ahora, porque incluso hace siglos, cuando había guerras y batallas, se daban treguas de paz por el nacimiento de Jesús. Espero que como católicos superemos ese sentimentalismo y sea una actitud de vida”, expresa.
El padre Mauro también exhorta a los cristianos católicos a no dejarse llevar por el consumismo que rodea a la Navidad, sino a abrazar la grandeza de un dios quiso hacerse frágil como los hombres.
“Pido que no nos roben la Navidad a los pobres porque lo que celebra la iglesia es que todo un dios, que el verbo omnipotente, asume nuestra humanidad, se hace hombre. Esto para cualquier persona no cristiana sería absurdo, que lo infinito se haga finito, que lo eterno se haga temporal, pero esa es la Navidad. Ahora se desvirtúa convirtiéndose en una fiesta de consumo, nos acordamos más del panetón, del chocolate, del árbol, de Papá Noel, pero nos olvidamos de lo fundamental: que dios se ha hecho hombre”, manifiesta.
Reconciliación
De otro lado, el sacerdote llama a la clase política, a las autoridades, a hacer un mea culpa de sus acciones y entrar en una conversión profunda, a fin de guiar al pueblo por un camino de equidad, respeto y honestidad.
“Este es el momento propicio para dejar el pecado y pasar a la gracia. En el Perú tenemos una corrupción tremenda, escándalos tras escándalos. Hay que volver al Señor. En estas fechas aumentan las confesiones porque muchos quieren dar este paso de arrepentirse, de dejar el egoísmo para dar paso a la solidaridad, al servicio”, expresa.
Navidad fuera del hogar
El religioso también dedica unas palabras a quienes por motivos de trabajo u otras responsabilidades tienen que pasar Nochebuena lejos del hogar. A ellos los llama a acoger al niño Jesús en cada persona a la que sirvan.
“Los católicos no celebramos una fecha, sino el acontecimiento de que dios se hizo hombre. Si el 25 estamos en otro lugar por razones de trabajo hagamos sentir nuestra presencia a través de una llamada, pero sobre todo con la oración. Si un bombero tiene que estar lejos de casa para apagar un incendio, qué mejor servicio que acoger al Señor en ese niño o anciano que necesita de su ayuda. Lo mismo con el médico, con la enfermera. Jesucristo no solo vino hace 2024 años, sino que está presente en el prójimo. Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve enfermo y me visitaste, eso dijo Jesús”, resalta.
Asimismo, se dirige a quienes han perdido a seres queridos y les exhorta a llenar ese vacío con la convicción de que ese familiar o amigo ha dado un pasó más importante hacia la vida eterna.
“Es distinto pasar una Navidad con la familia completa que hacerlo al año siguiente sin el papá o el hermano que murió, pero es justamente cuando debemos hacer expresión de que dios se hizo hombre para que el hombre se haga dios. No los hemos perdido, han dado un paso más importante a la vida eterna. Como humanos sentimos ese dolor, pero quedémonos con el afecto, cariño, recuerdo, la memoria. Sé que no es fácil, por eso debemos amar nuestra cruz cuando llegue el momento porque allí hallamos a Jesucristo”, indica.
+NOTICIAS:
Deja tu Comentario