Al conmemorar sus 25 años de vida académica, la Universidad Señor de Sipán – USS, confirió la distinción de doctor “honoris causa” a su fundador, César Acuña Peralta, quien en emotivo mensaje llamó a los jóvenes a aprovechar el tiempo con estudio y responsabilidad, para con ello alcanzar el éxito y el desarrollo que el país necesita.
“Pido a mis amigos maestros que sean guías, consejeros, quienes orienten a los estudiantes. Durante 43 años, desde que fundé la academia, estoy hablando con jóvenes, 43 años trabajando con ellos y con maestros, 43 años pensando en las familias, porque las familias sienten orgullo de decir que el hijo es profesional. Los que hacemos docencia lo hacemos pensando en los jóvenes. Agradezco a Dios porque me él iluminó al fundar la universidad, donde hoy hay más de 20 000 jóvenes formándose. Gracias a esta universidad transformamos la vida de los jóvenes, construimos país y confieso que jamás me imaginé recibir este reconocimiento al concederme el doctorado ‘honoris causa’”, señaló el también fundador de la Universidad César Vallejo.
Nacimiento de la universidad
Remarcó que si bien él fundó la universidad, quienes la hicieron son los maestros, los estudiantes y los egresados.
“Fue un 11 de agosto, día de mi cumpleaños, que estando de visita en Chiclayo decidí fundar la universidad, a la que le puse por nombre Universidad Siglo XXI, tal como consta en la escritura pública. Más o menos en 1997 yo estaba en París, Francia, y la noticia era que el doctor Walter Alva Alva llevaba la exposición del Señor de Sipán a Alemania. Inmediatamente, cerca de las seis de la mañana, llamé al abogado y le dije que había decidido cambiarle de nombre a la universidad. Me dijo: ‘¿Está loco?’. Le dije que sí, que vaya a la notaría y haga el cambio de nombre, por eso es que digo que gracias a don Walter Alva que esta universidad se llama Señor de Sipán”, contó.
Dijo que en otro viaje, regresando de Pimentel a Chiclayo, divisó que había un terreno en venta de 50 000 metros cuadrados y así nació la inquietud de ubicar el campus universitario. “Toqué la puerta y la señora de apellido Pinillos, de Trujillo, me dijo que me vendía el terreno sólo si era para una universidad y recordó que yo le había dado una beca para su hijo. Fue gracias a una beca que me vendieron el terreno donde hoy está la Sipán”, recordó.
Narró que entre 1997 y 1998 se elaboró el expediente y en la primera semana de enero de 1999 se presentó al entonces Consejo Nacional para el Funcionamiento de Universidades – Conafu. En julio de ese año se emitió la resolución de autorización.
“Fue la primera universidad privada que recibió autorización provisional por cinco años, recibiendo la resolución definitiva de funcionamiento el 29 de marzo del 2005 por parte del Conafu. La universidad creció y desarrolló, y en el 2020 se logró el licenciamiento demostrando que existe calidad. El licenciamiento se alcanzó sin haberle pedido favores a nadie, la universidad se lo ganó a punche”, manifestó.
Mensaje a los jóvenes
Dijo que los jóvenes tienen que saber que nada es imposible, que todo se puede. “Ellos tienen que saber que el fundador de la universidad viene de una familia humilde y lo digo con orgullo. Vengo de una madre que nunca fue a la escuela y de un padre agricultor. Nací y viví en el campo. Esa es la demostración de que el éxito depende de uno. Dios te lleva de la mano al lugar que te corresponde”, afirmó.
Acuña Peralta enfatizó en que el arma para triunfar es el estudio y aprovechar el tiempo. “Mañana es tarde. Todo tiene que ser hoy, porque el mejor activo de un ser humano es el tiempo, el hoy. A los jóvenes, aprovechen el tiempo lo más que puedan y llegarán rápido muy lejos. No dejen pasar las oportunidades que Dios les da. La receta del triunfo es estudiar y trabajar, hoy más que la diversión, la responsabilidad”, señaló César Acuña-
Indicó que el camino de la universidad debe ser la calidad, con los mejores estudiantes, docentes y de la que salgan los mejores profesionales.
“La universidad tiene calidad de infraestructura, calidad de tecnología y calidad de recurso humano, con ello tiene todo para ser la número uno y asegurar lo que el país quiere, que es desarrollo y bienestar. Es responsabilidad de las universidades formar profesionales que cambien su región y su país. Si no lo hacen, educarlos ha sido una mala inversión.
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