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LOS RETOS DE CHICLAYO

Escribe: Rosa Chambergo Montejo
Edición N° 1347

El próximo 18 de abril del año 2035, nuestra Heroica Provincia de Chiclayo conmemorará sus 200 años de creación, -su ansiado Bicentenario-. Dios permita que mis ojos puedan ver su cambio y anhelado desarrollo. No hay que esperar más para diseñar una urgente agenda de ejecución de obras que nos proyecten para los próximos 30 años.

Si bien contamos ya con un Plan de Acondicionamiento Territorial y Plan de Desarrollo Metropolitano como herramientas importantes que trazan la línea de crecimiento ordenado urge lograr en estos cortos 11 años obras reclamadas hace más de 25 años, que son ineludibles en su ejecución para lograr un desarrollo sostenido.

Indudablemente es impostergable el Terminal Terrestre, que nos llevará a un ordenamiento del transporte interprovincial.

Esta obra hará que enrumbemos al orden y respeto que todos nos merecemos. Una alianza estratégica con la inversión privada hará realidad esta obra.

Que duda cabe que la descentralización de los mercados es una necesidad y exigencia impostergable, ya pasó el tiempo de pensar sólo en el Mercado “Modelo”, el crecimiento poblacional demanda se ejecuten  en el norte, sur, este y oeste, centros de abastos que atiendan a la población en sus más importantes necesidades alimentarias.

Y tal vez más importante o seguramente en la misma dimensión para hoy es la solución de la limpieza pública, para no solo dejar de ser la ciudad más sucia del país, sino para disminuir la alta contaminación ambiental que tenemos y disminuir los niveles altos de enfermedades diarreicas agudas, a la piel y cáncer producto del mal tratamiento de residuos sólidos que las autoridades no han sido capaces de atender.

El propósito para la próxima década también debe ser una provincia formal y ordenada y en ello juegan un papel importante las familias, para que desde el hogar formemos hijos comprometidos con su ciudad. Esta educación y formación de valores es indudable que debe ser reforzada en las escuelas y afianzada en las universidades, hechos a los que no se puede renunciar.

De ahí que estamos llamados a conocer la historia de este suelo bendito en el que hemos nacido o vivimos por diversas circunstancias, saber por que y cómo hemos llegado a conmemorar este aniversario, cómo con tanto adelanto de la ciencia y la tecnología nuestra provincia adolece de los elementales servicios como agua, alcantarillado, pistas, veredas y mercados si se supone que cada año que pasa es para mejorar en todos los aspectos.

Si volviera a nacer Felipe Santiago Salaverry quien nos dio la categoría de provincia el 18 de abril de 1835, precisamente porque en la época habían hombres y mujeres de altos valores que con su proceder permitieron darle la partida de crecimiento a la ciudad, posiblemente moriría al saber que la corrupción, dejadez y falta de identidad tienen postergado a Chiclayo.

Si hay algo que nos hace continuar indudablemente son los valores que han forjado el carácter de la población de Chiclayo a lo largo de los años: tales como la amistad, la solidaridad, la resiliencia -el di- y la creatividad.

Es innegable que Chiclayo, por excelencia, se erige como la ciudad más importante del norte del Perú, no solo por su ubicación estratégica, sino por el espíritu emprendedor y acogedor de su gente. Es el punto de partida para explorar la inmensidad del nororiente peruano, una ciudad dinámica que ofrece oportunidades de desarrollo tanto para sus habitantes como para los visitantes que la recorren.

Esta tierra, rica en cultura y tradiciones arraigadas, nos recuerda la importancia de preservar y difundir nuestro patrimonio cultural. Chiclayo es un crisol de actividades económicas y comerciales, un eje cultural y educativo, y sobre todo, un pueblo de amigos donde la hospitalidad es una virtud que se vive a diario, y aquí estamos llamados autoridades y ciudadanos en general a construir espacios para un desarrollo ordenado del comercio, arte y cultura.

No obstante, somos conscientes de los desafíos que enfrentamos. Problemas de ordenamiento, informalidad, inseguridad, falta de limpieza y corrupción son solo algunos de los obstáculos que debemos superar. Es imperativo mantener una actitud propositiva, sin renunciar al deber ciudadano de cuestionar y denunciar lo que está mal, mientras fortalecemos lo bueno que ya tenemos.

En este contexto, es fundamental reconocer a los hombres y mujeres que han contribuido desde Chiclayo a la historia del Perú. Ellos son nuestro orgullo, nuestros referentes, y su legado nos inspira a trabajar incansablemente por el bienestar común.

Hoy, más que nunca, reafirmemos nuestro compromiso con Chiclayo y con su gente. Sigamos construyendo juntos un futuro lleno de oportunidades y prosperidad para las generaciones venideras.

En cada esquina de Chiclayo, encontramos historias de valentía, esfuerzo y superación que merecen ser reconocidas y celebradas. Cada uno de ustedes, con su trabajo y dedicación, contribuye al crecimiento y desarrollo de nuestra querida ciudad.

Recordemos siempre que el verdadero progreso se logra cuando trabajamos unidos, dejando de lado nuestras diferencias y enfocándonos en lo que nos une: el amor por Chiclayo y el deseo de verla prosperar.

La tierra es como un libro que espera ser leído. Hagamos de Chiclayo un libro abierto, lleno de historias de éxito, de esfuerzo y de esperanza para las futuras generaciones.

Esta fecha sirva para reconocer a quienes se identifican de todas las formas con Chiclayo. Sigamos trabajando juntos, con determinación y pasión, para alcanzar nuestras metas y hacer realidad los sueños de nuestra comunidad a 11 años de cumplir su Bicentenario.

En este aniversario, renovemos nuestro compromiso con Chiclayo y con su gente. Que la llama de la esperanza y el progreso nunca se apague en nuestros corazones, y que sigamos siendo ejemplo de trabajo arduo y perseverancia para el resto del país.

¡Feliz aniversario, Chiclayo! Que este día nos inspire a seguir construyendo un futuro lleno de oportunidades y éxito para todos y cuando celebremos sus 200 años de creación política digamos ¡Se hizo, por nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, lo que planificamos hace 11 años, hoy lo estamos viviendo!...Así sea.

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