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Crónica del arribismo en el Perú

Escribe: Luis Soto Jiménez (*)
Edición N° 1387

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“La política debería ser la profesión a tiempo parcial de todo ciudadano”. Dwight D. Eisenhower.

Para este columnista, la historia es parte de una de las ciencias que mayor interés ha cobrado con el pasar de los años, entre ellos, tuve la grata oportunidad de escuchar alguna vez a mi padre, mencionar el nombre de un intelectual olvidado, no solamente por la generación actual, es muy probable que también por la generación de los 50, de la cual perteneció mi progenitor.

Calín fue chiclayano

Carlos Delgado Olivera nace el 24 de diciembre de 1926, fue uno de los muchos intelectuales que Chiclayo vio nacer, proveniente de una familia de clase media, su padre fue dentista de los profesionales llamados liberales, lamentablemente dejándolo en la orfandad a los cuatro años de edad, estudió toda su primaria y secundaria en el coloso Colegio Nacional de San José, viviendo los primeros 18 años de su vida en la ciudad de la amistad. Inició sus estudios de Letras en 1945 y después Educación, trabajando a finales de dicho año fue desde muy joven fue considerado uno de los delfines de Haya de la Torre, nombrándolo su secretario personal (casi a los 19 años de edad), sin embargo, sus estudios fueron truncados en 1948, en pleno régimen dictatorial de Odría; purgó prisión muy joven casi días después de haber cumplido 15 años de edad (1941), debido a su militancia aprista, y otra vez fue detenido a los 17 años de edad.

Destierro o prisión, fueron años de estudio

Estando de nuevo en libertad durante más o menos cinco meses, vuelve a ser detenido, se le plantea la disyuntiva feroz entre pudrirse en prisión o salir al destierro, emergiendo destierro opción y obligación, con visa para México, pero, por una circunstancia netamente fortuita detuviese en Guatemala por estadía de casi un año, donde se casa y nace su primera hija Luz Marina, tiempo después decide ir a México y posteriormente a Estados Unidos.

Vivió seis años fuera del Perú, terminó sus estudios de educación en 1954 y culminó un master en Historia en la Universidad de California en San Diego en 1956, en ese entonces, como parte de la vida estudiantil trabajó en diferentes ocupaciones, desde lavaplatos, medio cocinero, encargado de limpieza con escoba y es escobillón en mano, obrero. Posteriormente estudió en la Universidad de Cornell ubicada en Ithaca (Nueva York) la carrera profesional de Antropología Social, hasta más o menos 1965.

¿Por qué leer a Carlos Delgado?

Este autor comienza a trabajar en cuestiones educativas a cargo de programas experimentales de educación en áreas campesinas de la sierra y la selva casi unos cuatro años, comienza a publicar escritos en la sección internacional en la revista “Presente”por los años 59-60, se le ofrece la propuesta de trabajar en Chile, en la Universidad Católica, en el Centro Interdisciplinario de Desarrollo Urbano y Regional (CIDU), desde entonces data la incursión sistemática de lo que es la sociología confundiéndolo con dicha profesión. Pueden leer algunas columnas de opinión presentándolo como sociólogo de profesión.

¿Qué es el arribismo en el Perú?

Se trata de un ensayo contenido en el libro: Problemas sociales del Perú Contemporáneo publicado en 1971, Instituto de Estudios Peruanos, Campodónico Ediciones, pág. 103-118. Para poder defender su tesis en dicho ejercicio sociológico, Calín, apela la definición de la imagen del bien limitado”, donde las cosas deseadas en la vida, tales como la tierra, la riqueza, la salud, la amistad y el amor, la hombría y el honor, el respeto y el status, el poder y la influencia y la seguridad, existen en cantidades finitas y siempre en cantidad reducida desde el punto de vista del campesino. No sólo éstas y otras "cosas buenas" existen en cantidades finitas y limitadas, sino que, además, no hay directamente dentro del poder del campesino modo alguno de incrementar las cantidades disponibles... Consecuentemente, hay un primer corolario a la imagen del Bien Limitado: si el "Bien" existe en cantidades limitadas que no pueden expandirse, y si el sistema es cerrado, entonces un individuo… sólo puede mejorar una posición a expensas de otros".

Delgado, añade, además: “En el Perú el "sistema" social sigue caracterizándose por una marcada rigidez que en gran medida dificulta e impide formas fluidas de movilidad social. La rígida estrechez del "sistema" en cuanto red de desplazamientos sociales, determina que el éxito social sólo puede alcanzar a grupos relativamente pequeños de individuos” … En tales circunstancias no hay armas vedadas: todo medio es lícito para conseguir la finalidad perseguida. Como todos quieren "subir" y hay pocas posibilidades de lograrlo, el "ascenso" de un individuo entraña el "descenso" de otro: sólo se puede "subir" cuando otro "baja". Pero como dentro de condiciones sociales de alta competencia tal "descenso" no puede ser resultado del deseo espontáneo de nadie, surge la necesidad de ascender derribando. En síntesis, dentro de tal contexto social, para tener éxito es preciso "traerse abajo" a otros individuos…”.

Carlos Delgado admite que el arribismo parece tener dos principales modalidades operativas. Una es la adulación genuflexa a quien ocupa posiciones de poder. En la fabla popular tal modalidad constituye el sobe: se soba al superior, al influyente, al poderoso, a quien puede dispensar favores y apadrinar el "ascenso" social. La otra modalidad del arribismo se expresa en la agresión verbal generalmente indirecta, en el ataque a mansalva, en el chisme, en la crítica destructiva, en el chiste peyorativo de implicaciones zahirientes y de doble intención. En la fabla popular esto se denomina raje; se raja de todo aquel a quien el arribista considera competidor real o potencial por el acceso a las estrechas vías del éxito y del reconocimiento.

¿Por qué fue olvidado Carlos Delgado Olivera?

Otro de los datos que más se han expandido no solamente para detrimento, sino para columnas de opinión con odio visceral y aseveraciones termocéfalas, es que fue la mano derecha del gobierno dictatorial del general Juan Velasco Alvarado, director del SINAMOS, y la persona de confianza, tal así, que le redactaba los discursos de Velasco, resulta pues, primordial recordar en julio de 1974 la decisión más controvertida del régimen dictatorial: ordenar la toma por la fuerza de las instalaciones de las empresas que editaban los diarios de circulación nacional El Comercio, La Prensa, Última Hora, Correo y Ojo, y reemplazar a sus directivos, es por eso, que si uno trata de buscar artículos sobre Carlos Delgado Olivera, detalles de su vida, entre otras cosas, han sido borrados del mapa, y lo poco a mucho que puedas encontrar sobre él, son insultos, adjetivos peyorativos, entre otros condimentos, recuerdo una frase magistral del polígrafo y gran maestro Luis Alberto Sánchez (LAS) que sostenía: “Un país en el cual la historia se presenta aún con adjetivos tiene mucho que aprender” – tan cierto, y reflexivo como ello-

O en palabras de Carlos Delgado: “Asumo pues los riesgos de equivocarme y de que la revolución no llegue a cristalizar sus objetivos. Pero también asumo la alta posibilidad de que no fracase”.

Después de todo lo expuesto he querido hacer una pequeña crónica de un intelectual que no tuvo mala intención de poner al cabo las ideas de su formación ideológica, y ver como fracasaría al no poder concretar sus sueños, pues con las medidas económicas adoptadas los resultados esperados le fueron adversos en gran medida, o como diría el magistral Pitágoras. El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos".

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(*) Ingeniero, magíster en Gestión Pública y polímata | luricsoji19@gmail.com

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