Aunque la cifra de estadísticos a nivel nacional es pequeña, alrededor de 1840 profesionales, su relevancia es trascendental para la elaboración de políticas públicas, pues son quienes visibilizan desigualdades estructurales. Así lo expresa Youssy Sigüensas Bances, decana del Colegio de Estadísticos de Lambayeque.
“Como profesional de la Estadística, y en especial como mujer, puedo afirmar que los datos no son neutros: reflejan desigualdades estructurales y exigen soluciones concretas. La estadística no es solo números, es la voz de quienes históricamente han sido invisibilizados. Desde el colegio profesional de Estadística hemos analizado a Lambayeque a través de metodologías que integran el enfoque de género, reconociendo que las desigualdades se entrelazan y afectan de manera diferenciada a las mujeres”, sostiene.
Sigüensas Bances comenta que el 73 % de los profesionales de Estadística son mujeres. De las regiones que tienen facultades de Estadística, anualmente egresan en promedio solo siete profesionales, siendo la proporción de tres mujeres por cada varón. En su experiencia, de su promoción ingresaron 35 estudiantes a la carrera y egresaron cuatro.
Economía y educación
La decana de la orden profesional destaca que, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), del 2022, la tasa de desempleo femenino en Lambayeque del 7.5 % frente al 4.2 % masculino; además, el 62 % de mujeres empleadas trabaja en el sector informal como el comercio ambulatorio o la agricultura de subsistencia, privadas de acceso a seguridad social; mientras que solo el 18 % de las empresas formales son lideradas por mujeres, según datos recogidos pro la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) del 2023.
“Estas cifras revelan una economía que margina el talento femenino y perpetúa la pobreza: el 32 % de hogares lambayecanos tienen jefatura femenina, pero de estos el 41 % vive en pobreza multidimensional. Hay mayor desempleo en mujeres que en hombres. Usualmente las empresas optan por contratar varones, pues piensan que si contratan a una mujer en edad reproductiva les pedirá licencia por maternidad, entonces la descartarán como perfil óptimo. O si una mujer postula a un trabajo en una región diferente de donde es su familia piensan que luego pedirán su rotación, mientras que a un varón sí lo ven como alguien que puede trabajar lejos, moverse”, explica.
En cuanto a educación, señala que el 12.3 % de adolescentes mujeres que viene en zonas rurales de Lambayeque abandona la secundaria, siendo la primera causa (45 %) las cargas de cuidado familiar y la segunda el embarazo precoz.
Cita también a la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes), la cual reporta que el 13.5 % de adolescentes entre 15 y 19 años en Lambayeque ya son madres o están embarazadas, cifra superior al promedio nacional que es del 10.9 %. A ello se suma que solo el 5 % de mujeres rurales en la región accede a educación superior técnica o universitaria frente al 12 % de varones.
“Hace poco conocí a una joven de 22 años que estaba trabajando como empleada del hogar en Lambayeque, tenía cinco meses trabajando y se fue a su tierra Incahuasi a visitar a su papá. Pero cuando tenía que regresar su papá le dijo que no vuelva porque tenía que cuidar a sus hermanos. La señorita que trabajaba para estudiar una carrera técnica, pero fue frustrada por su papá, por el machismo”, relata.
Salud y violencia de género
Continuando con la estadística de Endes, precisa que el 85.3 % de mujeres embarazadas en Lambayeque recibe al menos seis controles prenatales, pero persisten brechas en zonas rurales, donde el 30 % no culmina sus chequeos por falta de acceso a centros de salud.
En tanto, el 58.2 % de mujeres en Lambayeque ha sufrido algún tipo de violencia: el 54.3 % de tipo psicológica, el 27.8 % física y el 9.5 % sexual. Sin embargo, solo el 28.7 % se atreve a denunciar, principalmente por la desconfianza en el sistema y la dependencia económica con el varón.
Además, cada 48 horas una mujer denuncia agresión física en Lambayeque, pero por cada caso reportado, dos mujeres permanecen en silencio. Así, Lambayeque ocupa el quinto lugar a nivel nacional en prevalencia de violencia contra la mujer, siendo por densidad poblacional los distritos con mayor incidencia Chiclayo, Ferreñafe y Lambayeque.
“Estos no son solo problemas de las mujeres, son fallas estructurales que frenan el desarrollo de Lambayeque. No son datos abstractos, son el rostro de miles de mujeres lambayecanas. Por eso desde el Colegio Profesional de Estadística proponemos políticas basadas en evidencias, es decir, usar modelos predictivos para priorizar inversión en guarderías comunitarias en distritos con mayor deserción escolar femenina como Incahuasi y Cañaris; implementar un sistema de alerta temprana cruzando datos de embarazo adolescente, pobreza y acceso a educación para intervenir en zonas críticas; y tener cuotas con enfoque territorial, como garantizar que el 30 % de puestos en juntas de agua y mesas de desarrollo agrícola sean ocupados por mujeres”, finaliza.
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