Decanas de cuatro colegios profesionales de Lambayeque destacaron el rol de la mujer emprendedora con independencia, iniciativa, proactividad y resiliencia. Recomiendan que para llevar adelante un emprendimiento hay que conocer el modelo de negocio y el mercado, y tener un plan mínimo que los ayude a aterrizar esa idea. Ellas fueron parte del Panel: “Economía personal y familiar. Cómo explotar las oportunidades para emprender”, que organizó el Colegio de Periodistas de Lambayeque con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Rosse Esparza Huamanchumo
Decana del Colegio de Turismo de Lambayeque
Este evento resalta la labor que realiza el género femenino, que alza su voz y dice acá estamos presentes, y que a lo largo del tiempo mantiene esa lucha por el liderazgo y el empoderamiento, lo cual se ve reflejado hoy en la paridad que tienen los colegios profesionales de Lambayeque (doce decanas son mujeres). Cada año asumimos con mayor énfasis el Día Internacional de la Mujer, este 8 de marzo se nos infla el pecho, porque realmente sentimos que nuestra posición en el planeta ha permitido que en los últimos años muchas mujeres sean líderes (presidentas, directoras, gerentas, congresistas, entre otras).
Las mujeres a lo largo de la historia hemos tenido esta lucha constante para ser reconocidas, valoradas en todos los ámbitos, y el turismo no es la excepción. Mi abuela me decía qué bien que seas profesional, porque yo me dediqué a la casa, a cuidar a mis hijos y me hubiera gustado ser profesional. El ser ama de casa aporta al hogar, a la economía familiar; pero hoy en día la competitividad, la igualdad de género, nos hace ser valoradas en el ámbito social y laboral.
Muchas veces se ha dicho que el turismo es una industria donde se promueve la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres, y de eso me siento orgullosa, porque hay reportes que indican que el 54% de las personas que trabajan en el turismo son mujeres, y muchas de ellas ocupan altos cargos en el Estado. Cuando estudié, 18 de mis 22 compañeros éramos mujeres, entonces el turismo es una carrera ligada al sector femenino, que permite empoderar a la mujer en los puestos de hotelería, gastronomía, agencia de viajes, donde toma el protagonismo.
El turismo ha ido evolucionando, el profesional en turismo ha visto una oportunidad de empleo para mejorar su economía, ahora el turismo trabaja mucho con las comunidades rurales, donde hay poblaciones vulnerables, muchas de ellas son mujeres campesinas; pero el turismo ha cobrado fuerza y les ha permitido emprender, mejorar su calidad de vida, su economía familiar y personal, dar oportunidad de crecimiento a su familia. Estas comunidades son muy ricas en potencial turístico, pero no se han visto beneficiadas, por ello la Organización Mundial del Turismo ha pedido trabajar el turismo y desarrollo rural, enfocado en estas comunidades, que involucre a mujeres, niños y jóvenes, para generar actividades de fortalecimiento de capacidades para emprender.
La pandemia afectó enormemente al turismo, muchos negocios cerraron, ha sido uno de los últimos sectores en reabrir, pero el turismo es resiliente, siempre ha estado un paso adelante, porque el haber empoderado a la mujer urbana, campesina, rural ha permitido este paso hacia la igualdad de género. Tengo la firme convicción de que desde nuestros colegios profesionales seguiremos creando valor a través de la gestión de proyectos, del trabajo articulado que cada colegio hace, con proyectos sostenibles con enfoques innovadores que tienen impacto en aquellas comunidades o emprendimientos locales, donde se empodera a la mujer para que sea agente de cambio.
Fiorella Li Vega
Decana del Colegio de Estadísticos de Lambayeque
Según la ONU, se tiene que construir economías fuertes a través de políticas públicas, en la promoción de prácticas con objetivos empresariales, en la mejora de la calidad de la vida tanto en hombres y mujeres, en la igualdad de género. Según el INEI, un poco más de la mitad de la población del Perú son mujeres (16 millones 641 mil habitantes -50,4%-), mientras que en Lambayeque la población es de 680 mil mujeres y 646 mil hombres. La esperanza de vida de las mujeres proyectada por el INEI desde 1995 al 2025 es el siguiente: de 1995 al 2000 fue de 72,2 años para las mujeres y 67,8 años para los hombres; del 2000 al 2005 fue de 74,4 para las mujeres y 69,8 para varones; del 2005 al 2010 subió a 76,1 para mujeres y 71,3 para hombres; del 2010 al 2015 fue de 77,7 para mujeres y 72,6 para varones; del 2015 al 2020 fue de 79,2 para mujeres y 73,7 para hombres; y de 2020 al 2025 es de 79,8 años para mujeres y 74,5 años para varones. En Lambayeque la esperanza de vida proyectada es de 82,5 años en mujeres y 76,6 años para hombres. Es el departamento del Perú con mayor esperanza de vida de su población.
Según la proporción de tiempo dedicado a quehaceres domésticos y cuidados no remunerados, vemos que la mujer emplea 75.54 horas semanales, mientras que el hombre es 66,39 horas a la semana, como se ve la mujer es más dinámica, más activa. En cuanto a la participación de la mujer en la vida política ha crecido en los últimos años, incluso hay casi una paridad con el varón. Lo mismo pasa con las brechas de la participación de la mujer en el ámbito financiero, el cual disminuyo considerablemente del 2015 al 2021, hay casi una paridad con el hombre (48,7% y 49%); es decir, la mujer hace un uso mayor de tarjetas de créditos o abrieron una cuenta de ahorros. Esta información nos muestra una autonomía física, económica y en la toma de decisiones de las mujeres.
¿Cómo se presenta la autonomía física? reduciendo las tasas de feminicidio, la mortalidad materna, la maternidad en adolescentes de 15 a 19 años que son madres por primera vez, la demanda insatisfecha de planificación familiar. ¿Cómo se refleja la autonomía de la mujer en la toma de decisiones? con porcentaje de mujeres en gabinetes ministeriales, porcentaje de mujeres en el Congreso, porcentaje de mujeres en el sistema de justicia, porcentaje de mujeres alcaldesas y concejales electas.
Dos aspectos para el empoderamiento es el aspecto personal, el sentirse bien con uno mismo, saber qué es lo quiero; y el aspecto colectivo: sentirnos valorados. Una mujer emprendedora sabe comunicar, tiene capacidad de trabajo en equipo, posee conocimientos técnicos específicos, tiene independencia, iniciativa y proactividad, autoconfianza y resiliencia, adaptación al cambio, capacidad para crear oportunidades y toma de decisiones.
Maribel Carranza Torres
Decana del Colegio de Contadores de Lambayeque
Afortunadamente vemos que más mujeres tienen presencia en todas las esferas sociales, y eso de una u otra manera se traduce en una mayor independencia económica y en un aporte al equilibrio de la economía familiar, y eso nos debe hacer sentir orgullosas. Esto demuestra que el rol de la mujer es cada vez más protagónico y que estamos rompiendo paradigmas de hace muchas décadas, donde se decía que la economía familiar era aportada únicamente por los varones. Es necesario reflexionar sobre este rol, porque tenemos que considerar cómo hacemos que esto se sostenga en el tiempo, cómo permitimos que con el paso de los años cada vez más mujeres tengan las mismas o mejores oportunidades.
Es aquí donde entra a tallar la importancia de una educación financiera para manejar mejor nuestra economía, esto implica manejar conocimientos básicos de economía en nuestro hogar para mejorar nuestra calidad de vida. Todas las personas, tengan el oficio que tengan, viven dentro de un mundo financiero: todos vamos de compras, utilizamos una tarjeta de crédito, montamos un negocio, iniciamos un emprendimiento, muchos tenemos un sueldo dependiente, otro generamos un sueldo independiente, por eso es bueno tener una cultura financiera, porque si tenemos una buena cultura financiera permitirá gestionar de manera más adecuada nuestro dinero, y a la vez nos permitirá conocer mejor nuestras oportunidades y los riesgos que se puedan correr. Manejar conocimientos de economía nos permitirá tomar decisiones correctas y tener mayor confianza y seguridad que al final habrá resultados en beneficio propio.
Para llevar adelante un emprendimiento hay que conocer el modelo de negocio, tener conocimiento sobre el mercado, y al relacionar esas ideas tenemos que tener un plan que nos va ayudar a aterrizar nuestra idea, que de una u otra manera nos va a garantizar un éxito en lo que queramos emprender.
Felicia Chirinos Pastor
Decana del Colegio de Relacionistas Públicos de Lambayeque
Nosotros somos mujeres emprendedoras por naturaleza, las mujeres en su mayoría siempre hemos tenido la inclinación a la buena administración, y ante economías austeras hemos sacado la mejor característica, que es ser emprendedoras.
Según cifras del INEI desde el 2016, el 55.7% de los negocios creados por personas naturales fue liderado por mujeres, y el 63.9% de las nuevas unidades empresariales dedicadas al comercio minorista también son conducidas por mujeres. Al 2019, las mujeres lideraban la conducción de empresas como personas naturales en 22 departamentos del país.
En todos los tiempos las mujeres han tenido una buen administración de la economía familiar, y esa es una característica de la mayoría de mujeres emprendedoras, por eso se les sugiere incursionar en comercios en los que tengan algún conocimiento del giro del negocio, porque cuando deseamos emprender tenemos que conocer el rubro del negocio para luego incursionar en el mercado.
Decanas de tres colegios profesionales de Lambayeque señalaron que hoy existen más oportunidades para seguir estudios superiores. Coincidieron, además, en que se deben adoptar modelos de vida saludables frente a la presión y el estrés en el trabajo, lo cual reduciría la posibilidad de adquirir enfermedades como el cáncer, la diabetes o cuadros de depresión. Las decanas participaron en el Panel Fórum: “La Mujer y el Trabajo, estilo de vida saludable”, que organizó el Colegio de Periodistas de Lambayeque con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Kristy Vásquez Burgos
Decana del Colegio de Tecnólogos Médicos de Lambayeque-Amazonas
Después de muchas jornadas de luchas las mujeres hemos ganado un derecho que nos fue tantas veces negado: el derecho a una formación profesional, a tener una carrera universitaria, lo que nos permite hoy tener más posibilidades para resaltar dentro de la sociedad. Esto nos permite, además, reflexionar sobre cuánto hemos avanzado en la obtención de estos logros, que han costado mucho esfuerzo. La mujer no solo ha evolucionado con el trabajo, las leyes también han venido cambiando a su favor, hemos ganado leyes que promuevan la igualdad de género dentro del ámbito laboral.
Por ejemplo, antes había puestos de trabajo que por ideología solo le correspondía a los varones; pero actualmente las mujeres han ganado terreno en ese mundo laboral, por ello hoy vemos a mujeres que realizan labores de vigilancia, trabajan en Seguridad del Estado, integran las Fuerzas Armadas, Policía Nacional, asumen jefaturas. Se ha ingresado a un ámbito que se consideraba exclusivo de los varones, esto es muy importante porque nos abren espacios para seguir empoderándonos como tal.
Esta lucha constante de posicionamiento que todavía lo venimos realizando, no solo beneficia a las mujeres, sino que estamos rompiendo patrones de conducta ancestrales, donde se nos decía que el rol principal de la mujer era el hogar y que solo el hombre sería el proveedor; pero con el paso de los años estamos demostrando que no es así, que la mujer al igual que el hombre tienen las mismas oportunidades y desarrollamos los mismos roles, rompiendo así con una cultura de machismo. Nuestra labor de mujer no termina con el horario de un trabajo, porque al regresar a casa tenemos que involucrarnos en las tareas del hogar, por más trabajo que tengamos no descuidamos a la familia.
El hecho de asumir una actividad laboral fuera de casa ha permitido que la dinámica familiar vaya cambiando para bien, porque ya no solo es el trabajo de la mujer en el hogar, sino se convierte en un trabajo conjunto, donde la pareja también asume roles domésticos, y así le enseñamos a nuestros hijos sobre la igualdad de género y se le transmite valores. Hay que admirar a aquellas mujeres que asumen un doble rol en la economía para sacar adelante a su familia, demostramos fortaleza y los hijos observan el esfuerzo que uno hace por ellos.
Nuestro cuerpo debe funcionar de manera adecuada con una alimentación saludable, lo que implica tener salud en el aspecto físico, mental y social. Tenemos que seguir teniendo actitud, ser resilientes y seguir ofreciendo confianza, porque la mujer representa la fuerza, la dedicación, la inteligencia, la responsabilidad.
Rosa Chambergo Montejo
Decana del Colegio de Periodistas de Lambayeque
El INEI resalta que la proporción de mujeres que integran la PEA ocupada en el país es de 44,3%, lo que evidencia que cada año aumenta la fuerza laboral femenina, por ello reconocemos el aporte de las mujeres al desarrollo del país, su esfuerzo permanente y sostenido para lograr el mayor bienestar de la sociedad. El sector servicios concentra la mayor participación de esta fuerza laboral con el 42% de mujeres, seguido del sector comercio con 26,1%; actividades agrícolas, pesca y minería con 21,5%, y manufactura 8%. El 1,9% de mujeres que trabaja aporta sus capacidades en transportes y comunicaciones, y el 0,6% en la construcción.
Según el INEI en la categoría de ocupación, el 38,8% son asalariadas, 37,7% son trabajadores independientes, 15,9% están en la categoría de trabajador familiar no remunerado, y 5,3% trabajadores del hogar.
Con el pasar de los años la participación, representación y decisión de las mujeres en política y en cargos directivos ha ido incrementando, lo que ha servido para cortar las brechas entre la proporción de hombres y mujeres, y así avanzar para alcanzar la equidad de género en las políticas públicas y en la entidad privada. Respecto a los cargos directivos a nivel nacional, el 33,5% son ocupadas por mujeres.
También se destaca que a escala nacional el 31,2% de mujeres son jefas del hogar, en el área urbana esto representa el 33,4% y en el área rural el 23,3%. El avance de las mujeres en Lambayeque es notorio, de 24 órdenes profesionales, 12 lo encabezan mujeres, esto quiere decir que hay una confianza en las mujeres para que los representen. Por ejemplo, en esta región la decanatura del Colegio de Periodistas es ocupada por una mujer, después de cuarenta años, y la idea es que más mujeres tengan la oportunidad de dirigir los colegios profesionales.
El INEI ha dicho que el acceso a la educación es sumamente fundamental para el desarrollo, por lo que aquellas personas que alcancen un nivel educativo superior tienen más oportunidades y la mujer adquiere más independencia. Las mujeres con un nivel de educación universitaria mostraron un incremento de 3,6% al pasar de 13,7% el 2009 a 19,3% el 2019; en tanto las mujeres con estudios no universitarios crecieron en 1.4% al pasar de 13,5% a 14,9% entre el 2009 y 2019. También habido un incremento en las mujeres con educación secundaria, al pasar de 38,8% en 2009 a 40% en 2019. Ochenta de cada cien mujeres tienen acceso a su seguro de salud.
Este escenario debe enlazarnos con la importancia de tener estilos de vida saludables, porque ello permite que hombres y mujeres realicen funciones de manera más eficaz y productiva. Pero por qué es importante tener hábitos de vida saludables frente a la presión y estrés del trabajo, porque según la OMS hacer ejercicio y alimentarse de manera balanceada nos ayuda a la prevención de enfermedades y reduce los síntomas de depresión, de ansiedad.
Ivón Gálvez Berríos
Decana del Colegio de Nutricionistas de Lambayeque-Amazonas
Mi recomendación a la población en general, pero muy en particular a las mujeres, es a practicar una alimentación saludable que permita cubrir los requerimientos nutricionales, considerando la edad, la actividad física, el estado fisiológico. Hay dos maneras de proporcionar una alimentación saludable, ya sea en forma individual o colectiva; en el primero se considera las características de las personas y se puede poner en práctica mediante una consulta nutricional individual, allí se le dará la orientación de acuerdo al sexo, la edad, actividad física.
En cuanto al nivel poblacional, hay una guía alimentaria hecha en el 2019, con el propósito de dar a la población mensajes sobre la nutrición y alimentación, proporcionando hábitos y estilos de vida saludables para una vida plena. Se recomienda evitar las grasas saturadas y las preparaciones muy grasosas (comidas rápidas), respetar el horario de las comidas, evitar los alimentos procesados y realizar una actividad física diaria. Hay que ser conscientes del rol que nos toca desempeñar como mujeres.
En su introducción, la decana del Colegio de Periodistas de Lambayeque, Rosa Chambergo Montejo, reconoció que la mujer ha avanzado bastante, pero afirmó que aún falta más y no hay pretexto para detenerse. “Debemos avanzar más, porque esta posición que hoy hemos ganado significa que a quienes representamos creen más en nosotras las mujeres, y ello nos obliga hacer bien las cosas por nuestros colegios profesionales, no solo en el contexto interno, sino en el empoderamiento institucional para sacar adelante a Lambayeque”, sentenció.
Recordó que el Día Internacional de la Mujer nació en un contexto político y social, y por muchos se buscó años la equidad de género y la igualdad de oportunidades. “Ahora no queremos ser más ni tampoco menos, queremos ser mujeres respetadas por lo que pensamos y hacemos”. Remató con una frase del poeta cubano Rubén Darío: “Sin la mujer, la vida es pura prosa”.
A continuación recogemos la posición de cada una de las decanas, respecto al rol que juega la mujer hoy en día y cuánto espacio ha ganado en una sociedad machista como la peruana.
Marisol Calonge de la Piedra
Decana del Colegio de Psicólogos de Lambayeque
Ser mujer en nuestra sociedad no significa lo mismo para todas, pues vivimos en una realidad diversa, donde cada una de nosotras depende de nuestro entorno, de nuestras posibilidades económicas, de la edad que tengamos, de la educación que hayamos recibido, de la familia a la cual pertenecemos, del trabajo que desempeñemos. Teniendo en cuenta esto podemos hablar de sentimientos, experiencias, frustraciones, de situaciones comunes que compartimos como un colectivo, especialmente si consideramos que hace apenas algunos años ser mujer significaba básicamente dedicarse al cuidado de la familia.
De repente esto ya no sucede con nosotras, pero si pasó con nuestras madres, nuestras abuelas, nuestras tías, allí vemos el claro ejemplo de que la mujer estaba básicamente dedicada al cuidado de la familia, no tenía muchas posibilidades para elegir o decidir sobre su propia forma de vida, tenían que tolerar todo por sus hijos. Sin embargo, ahora las mujeres tenemos cambios muy importantes de manera personal como colectivo, ahora se accede en mayor medida a la educación y cada vez más mujeres están logrando cumplir metas personales, tener una independencia económica que nos permite tomar nuestras propias decisiones, somos más empoderadas.
Nosotras hemos ido modificando nuestra forma de vida en general, como nuestra maternidad, las relaciones de pareja, nuestra sexualidad, cambiando valores y actitudes, aunque estos muchas veces suponen un esfuerzo que nos genera tensión psicológica. A veces nos sentimos culpables por no estar en casa con nuestros hijos; pero esta es una lucha entre lo que nosotros queremos y buscamos, y estos estereotipos que cargamos de generación en generación.
Es importante tener en cuenta la salud mental de la mujer, porque somos más propensas a temas de ansiedad, de depresión, de alteraciones mentales, que no se deben a esas ideas erróneas del ciclo hormonal de la mujer o por situaciones bioquímicas. Nosotras cumplimos un doble rol, porque trabajamos para la casa, pero también trabajamos en la casa, y eso genera más estrés, y si bien hay hombres que nos apoyan, pero no es muy común compartir estas actividades.
Una persona inteligentemente emocional es capaz de regularse y ejercer un control sobre sus emociones y sentimientos, por ello las mujeres practican la resiliencia con más capacidad que los varones; es decir, enfrentan una adversidad, la superan y salen fortalecidas. También necesitamos tener una buena autoestima y desarrollar el locus de control interno, porque a medida que nosotros nos convenzamos de que las cosas que pasan en nuestra vida son consecuencia de nuestros actos, vamos a tener una mejor claridad y comprensión de las cosas que nos suceden. Es decir, yo me hago cargo de mis actos, yo decido cómo sentirme.
Betsy Urcia Segura
Decana del Colegio de Obstetras de Lambayeque
Nosotros como profesionales de salud sabemos bien que todo ser humano se mueve siempre que tenga una buena salud física, por ello la mujer no solo debe verse bien físicamente, sino también gozar de buena salud emocional y anímica, y debe tener una autoestima alta. Pero para gozar de buena salud física y emocional, hay que tener una alimentación saludable. Desde adolescentes se debe enseñar a la mujer a manejar su autoestima, a mejorarla, porque desde que son niñas deben entender que la mujer es valiosa. También es importante que el entorno familiar donde vivimos sea tranquilo, y tener un control de las emociones cuando estamos frente a diversos problemas.
Como mujeres tenemos que ir avanzando, en la actualidad ocupamos un espacio en la sociedad, nos hemos hecho respetar y ocupamos cargos importantes, nos relacionamos constantemente para vivir en paz y poder lograr las metas que nos proponemos. No intentamos ser mejores, intentamos ser iguales al varón, que no nos vean menos que otros; por ello, la salud mental de una mujer tiene que estar en buenas condiciones para que pueda desarrollarse en el medio donde habita.
Hay que saber manejar las emociones, los sentimientos, el comportamiento, en el lugar donde estemos, y aprender a integrarnos. Si nosotros trabajamos en un lugar tranquilo, nos vamos a poder desarrollar mejor. Es importante inculcar a la juventud valores sólidos, para que más adelante puedan desarrollarse y tener actitud y salud emocional, que es importante para que estén en paz consigo mismo. Hay que aprender a valorar a las personas y aceptarlas como son, hay que aprender de las experiencias para poder avanzar en la vida.
Carlota Flores Arrascue
Decana del Colegio de Biólogos de Lambayeque
Como biólogos nosotros estudiamos la vida en su plenitud, que va desde la forma más mínima de vida hasta la obra máxima de la creación: el hombre. Mi saludo de gratitud a la mujer peruana, mi solidaridad y reconocimiento por el hecho de ser mujer; una mujer marcada por el signo del amor, expresado en el respeto por la vida, en la responsabilidad del cumplimiento de sus metas y la solidaridad en la búsqueda del bien común. Hablaré de la salud física y emocional de la mujer desde la fe, porque su base está en la fuerza del amor, la persona que se ama, se valora, se respeta y es solidaria, busca su felicidad con objetivos concretos, sin pisotear a nadie, en concordancia con los que lo rodean, haciendo el bien común.
Pero eso parte desde la familia, por eso hay que trabajar por empoderar a las niñas, a las jóvenes, para que no sean maltratadas, porque una familia que se ama entonces se está construyendo frente a la sociedad. Porque las mujeres con una autoestima muy baja, que han perdido el horizonte de su vida, creen que están hechas para ser utilizadas o que no tienen valor. Me dirijo a esa mujer poco valorada, que a veces no encuentra sentido en su vida, que tiene una autoestima deteriorada, y que tal vez viene de una familia donde no le generaron valores, específicamente el del amor.
La mujer no es un lado más de la costilla de Adán, como dice el Génesis, no es un fenómeno de dependencia; por el contrario, es una figura que utiliza el Dios de la vida para ser la compañera. Vivir en una comunidad de iguales desde nuestras diferencias nos hace iguales, y nos hace iguales en roles, la única diferencia que marca a la mujer es que es capaz de engendrar vida en abundancia. La figura de la mujer desde los inicios fue maltratada y humillada; pero siempre hubo una mirada de liberación, por ello urge valorar la maternidad con misión excelente. Esto no se opone a su desarrollo profesional, porque la mujer es insustituible en el hogar, en la educación de los hijos, la transmisión de la fe, y tiene una participación activa en la construcción de la sociedad. La mejor manera de que la mujer tenga una salud física y emocional es con la fuerza del amor, donde contribuye toda la familia.
Isabel Lizárraga de Maguiña
Decana del Colegio de Enfermeros de Lambayeque
Ser mujer hoy en día resulta bastante complicado, porque las mujeres tenemos necesidades sanitarias y sociales durante todas las etapas del ciclo vital; es decir, desde que el niño es concebido hasta la ancianidad, cada etapa tiene que vivirse plenamente para que las siguientes sean plenas y saludables. En la etapa infantil se logra el cimiento de toda la persona, desarrollando el área cognitiva, el lenguaje social emocional, el área motora. En la adolescencia se va formando la personalidad para el temperamento, para llegar a la edad adulta muy madura y podamos realizar plenamente nuestras funciones como personas. Por tanto, el cuerpo de la mujer tiene que ser considerado como máximo responsable de la continuidad del ciclo de vida de la persona, la familia y la sociedad.
Durante la insanía del terrorismo muchos niños quedaron huérfanos de padre, pero salieron adelante con la madre; sin embargo, hubo un grupo que quedó huérfano de madre, y según estudios se convirtieron en niños pirañas o niños con problemas, porque la madre es el soporte de la sociedad, ellas siempre han hecho frente a los problemas de la sociedad: el vaso de leche, las ollas comunes. Por tanto, la salud física y emocional que alcance hoy en día la mujer es el producto de lo que los padres han proveído en el pasado, y lo que haga hoy con mi salud física y emocional a nivel individual y comunitario va a repercutir en mi futuro.
Nosotros vivimos en una sociedad machista, con mucho racismo, violencia y discriminación, por eso en esta fecha hay que comprometernos a seguir generando propuestas para cambios de políticas públicas en favor de la mujer, si bien se ha ganado espacios en los últimos años, pero todavía hay mucho por lograr.