Sube!

ONG GERCABI: Coro y Orquesta Sinf贸nica de Chiclayo

Escribe: Velia Beltr谩n Centuri贸n (*)
Edición N° 1382

  comentarios   

La ONG GERCABI, por sus siglas, Gracia En Recibir Con Alegría y Buena Intención, nace con el objetivo de ayudar al Coro y Orquesta Sinfónica de Chiclayo, por lo que ahora ya existe la posibilidad de facilitar a las empresas que valoren la cultura a realizar sus aportaciones voluntarias, obteniendo un Certificado de Donación, que acredite ante SUNAT el apoyo económico o material brindado, permitiéndoles deducir impuestos de manera favorable.

Algo de Historia

La asociación filarmónica de Chiclayo se formó gracias a la iniciativa de los maestros César Carranza Manayay, como director de la orquesta, y Humberto Castro Sotil, en la dirección del coro. Ambos la fundan con su primera junta directiva en asamblea general el 28 de febrero del 2017. Nació como una asociación sin fines de lucro, cuyos objetivos básicos fueron desde sus inicios apoyar y difundir la música nacional y universal realizando proyección a la colectividad departamental. Así, juramentaron en nuestra entrañable Casa de la Cultura, DDC, cuando fungía como su director el arquitecto José Risco Vega.

Desde aquel entonces realizaron un llamado a promover la cultura musical, alegando que compartir o realizar música colectivamente es una actividad bonita y relajante pero lo es aún más cuando se unen para formar un grupo pionero orientado a realizar actividades culturales para promover el arte musical clásico tan largamente postergado en nuestra región.

El 28 de febrero del año 2020 se adoptó una nueva razón social según registro público 2020-00543759 Sunarp: “Coro y Orquesta Sinfónica de Chiclayo”.  Sin embargo, desde sus orígenes en 2017, se han reunido cada martes y jueves de 8:30 a 10 p. m., para realizar sus ensayos, en los cuales un gran conjunto de violines, violas, violonchelos, contrabajos, clarinetes, flautas, trombones, trompetas, instrumentos de percusión y voces melódicas se dan cita para acoplarse cada vez mejor.

Son siete años

Siete años han transcurrido superando mil y una dificultades. Por momentos parecía que este encomiable empeño de no privar a Chiclayo de seguir contando con su sinfónica -como cada gran ciudad que se precie debe tener- podría fracasar. Gracias a la tenaz voluntad de cada uno de sus miembros, que lo dieron todo guiados únicamente por una inquebrantable fe y amor por la música, y por la oportuna intervención de la Empresa Azucarera Pomalca, -quien ya ha convertido en una tradición los magníficos conciertos Navideños- en donde el público de Pomalca ha demostrado, por tercer año consecutivo, estar a la altura de ser un excelente auditorio de tan magno espectáculo, es que podemos seguir contando con ellos.

Si bien es cierto este hecho ha sido providencial para no sucumbir, todos sabemos que no es suficiente, por la sencilla razón de tratarse justamente de una orquesta completa que cuenta además con un coro polifónico. Durante la mayor parte del tiempo se han sostenido mediante recursos propios con el  único afán es difundir en nuestro medio la música culta, aun sabiendo que permanecer en ésta actividad musical, cubrir los gastos de traslado a los ensayos y presentaciones representa una inversión difícil de sobrellevar para muchos de sus integrantes; aun conociendo que sus necesidades son muchas -no cuentan con suficientes instrumentos, atriles ni uniformes- las autoridades lejos de incentivarlos incluyéndolos en actividades que requieran engalanarse con un espectáculo de calidad, sencillamente los han ignorado.

Sucesos como estos han hecho mella en algunos de sus integrantes, quienes optaron por abandonar este empeño, no solo ante la falta de aliciente económico, sino también ante la desazón que les causa sentir que todos sus esfuerzos no son aquilatados en su real magnitud.

Y durante ese tiempo la batuta que dirige a la Orquesta Sinfónica de Chiclayo ha pasado por las manos de Miguel Tesén Peralta y de Israel Balladares Céspedes para nuevamente retornar con su fundador César Carranza Manayay, quien desde sus tempranos 6 años de edad estudió en la Escuela Superior de Música “Ernesto López Mindreau”.

César Carranza Manayay

El destacado pianista, compositor, arreglista y director musical Carranza Manayay se ha desempeñado como profesor de orquestación y director de varios ensambles instrumentales como el muy recordado “Domo Ensamble”, también ha sido director y arreglista de la orquesta de jazz de la Universidad Señor de Sipán.

Durante el tiempo de su ausencia en Chiclayo estuvo dedicado a la enseñanza y dirección de una red de orquestas infantil juveniles en Ecuador y fue pianista en conciertos de artistas de talla nacional y mundial como “Silvia Falcón”, “Lola Márquez”, “Marcos Lunas”, entre otros.

Le cedemos la palabra al propio director fundador quien desde septiembre del presente año ha retomado la dirección del Coro y Orquesta Sinfónica de Chiclayo para que nos exprese su sentir en esta nueva etapa que se inicia.

¿Qué sucedería si damos a un auto Rolls Royce –sinónimo de lujo y exquisitez- a alguien que no conozca que este tipo de máquinas? Tal vez en poco tiempo, lo veríamos deteriorado, y depreciado. Siento que este ejemplo es aplicable a lo que está sucediendo en Chiclayo, que teniendo la exquisitez y el lujo de contar con el Coro y Orquesta Sinfónica, tal vez por el desconocimiento del valor que representa tener algo así en nuestra región, no es apreciado en su real magnitud.

Es tiempo de darle el empuje que necesita, debemos sentirnos orgullosos de contar con esta orquesta sifónica, ayudarla a mantener el alto nivel que ha alcanzado al día de hoy, y mostrarla a todos.

Decir que amamos la cultura, y tomar una postura de total desinterés, es preocupante. Ir a los espectáculos y decir: “Qué bonito, nunca había visto algo igual”, y quedarnos solo en ello es triste. Si la experiencia de escuchar música sinfónica ha sido muy gratificante, ¿por qué no compartirla?

Me preocupa mucho el hecho de que nos acercamos a las autoridades a solicitar apoyo y lejos de ello nos cierran las puertas dándonos un rotundo: “No hay dinero”, alegando que hay temas más importantes que la cultura. Eso duele al oído y mucho más a nuestras conciencias. Es como decirle a un niño: “No hay dinero para hacerte estudiar, hay cosas más importantes que eso”.

La cultura es parte de nuestra identidad, es lo que nos hace ser reconocidos frente a otros. Cuando cualquier peruano viaja fuera del país, lo primero que le dicen es: “Eres peruano, seguro cocinas muy rico”. Y cuando nos preguntan… y ¿qué bailes típicos hay en tu tierra? o ¿sabes bailar marinera, o huayno? Muchos quedan en vergüenza al admitir que no. Siento que es una tragedia, porque estamos dejando morir nuestra identidad. Pronto seremos poco reconocibles ante el mundo. El Perú no es solo la gran gastronomía que le ha procurado un sitial preferencial a nivel mundial, sino que tiene además innumerables riquezas que el mundo quiere ver y conocer.

Una de ellas es nuestra música, a lo cual como sinfónica (formato reconocible y muy apreciable a nivel mundial) estamos avocados ahora en rescatar lo nuestro, estas marineras, estos huaynos, estos tonderos, zañas, cumanas, tristes, cashuas, etc.

Requieren ser conocidas y difundidas principalmente aquí, en nuestro medio, y también difundirlas a nivel internacional. ¿Por qué no hacerlo en el formato universal más prestigioso que se conoce? (la sinfónica). Chiclayo lo tiene, estamos apostando por este tipo de formato, bailar una marinera con una sinfónica… ¡Uh! ¡Qué exquisito! ¡Qué privilegio!, ¡que honra!

Tenemos un proyecto de difusión de la música peruana, rescatando incluso instrumentos propios de nuestra región, encontrado en los vestigios de culturas antiguas como la Sicán y Sipán. Rescatar los sonidos de estos instrumentos fabricados por nuestros ancestros e incorporarlos a la sinfónica… Será un deleite digno de nosotros mismos, y un gusto para el extranjero que quiere saber más de nuestra cultura.

ONG GERCABI

En la actualidad contamos con el apoyo de la ONG GERCABI, que es el puente entre la empresa privada y nosotros, estamos solicitando la ayuda de todas aquellas personas, empresas, sociedades que reconozcan el valor de una sinfónica, y que quieran donar apoyando este fin, el de difundir nuestra música peruana primero aquí, y luego a todo el mundo, qué orgullo sería para nosotros decir: “La Sinfónica de Chiclayo está siendo invitada a varias partes del Perú a difundir la música de nuestra región”.

 

Si usted no cuenta con el recurso económico, pero cuenta con las conexiones para ayudarnos, contáctennos, todo suma. Hagamos de nuestra sinfónica y de nuestra música, un referente regional, nacional y mundial de rescate de nuestros valores y cultura. Que el mundo pueda decir, el peruano ama su música, el peruano no se avergüenza de su cultura, el peruano conocer lo suyo. Junto al rescate de la música peruana, y la adaptación a música sinfónica, tenemos el proyecto de difusión, a través de conciertos didácticos en colegios, universidades, centros culturales, pueblos, y ciudades. En el que se enseñe el significado del porqué del uso de tal o cual instrumento, qué quiso dar a conocer el compositor, en qué se inspiró, etc. Para que nuestros propios moradores, nuestros hermanos, nuestros paisanos, sepan con conocimiento académico, explicar la música nuestra a algún foráneo, o incluso a las generaciones más jóvenes.

Vistámonos de lo nuestro, vistámonos de nuestra música, de nuestra cultura, usemos los colores y sonidos de nuestros antepasados, en diseños y texturas contemporáneas. Las civilizaciones antiguas no tenían sinfónica, nosotros sí, y desde la sinfónica difundimos lo nuestro.

¡Ayúdennos a ser el estandarte representativo de nuestra región!

----------

(*) Arquitecta e investigadora.

Deja tu Comentario