El 23 de abril de 2023 no fue un día cualquiera para el Perú. El regreso forzado del ex presidente Alejandro Toledo Manrique a tierras peruanas marca un hito en la historia de nuestro país. Este día, por cierto nada agradable para los peruanos, es un ícono real para demostrar que cuando se persiste y se trata de administrar justicia, toda acción persuasiva es necesaria y efectiva para esclarecer hechos oscurecidos por la vil corrupción.
Posterior a la huida de Toledo a lares estadunidenses, producto de los destapes de las coimas presuntamente recibidas por el exmandatario para la adjudicación de las obras en dos tramos de la Carretera Interoceánica Sur y el caso Ecoteva, la justicia peruana inició los procedimientos de indagación internos, con la finalidad de lograr establecer con elementos convincentes la comisión de delitos punibles en su contra, los cuales fueron planteados ante la corte de justicia norteamericana, que luego de la tramitología y los análisis respectivos de dicho aparato judicial, sumada a la defensa obstruccionista e insuficiente de los abogados del exgobernante, decidió que el expresidente volviera a su país, vía la modalidad de una extradición, con la finalidad de someterse a la acción de la justicia peruana que ya lo esperaba con total predictibilidad.
Los presuntos delitos
A Toledo, hoy recluido en un ambiente de retención del penal de Barbadillo, para cumplir con los 18 meses de detención preliminar dictaminado por el juez de la causa, se le imputa haber cometido un degradé de tres delitos identificados por la justicia americana. Por el caso del direccionamiento a favor de Odebrecht (tramo 2 y 3 de la Interoceánica Sur) se le atribuye la presunta comisión de los delitos de colusión y tráfico de influencias, y por el caso Ecoteva, tendrá que ser juzgado por el delito de lavado de activos, cuya prognosis de pena en suma – por los tres delitos – podrían alcanzar los 30 años de pena privativa de la libertad.
La presunta coima
Según el cuadernillo que delimita el juzgamiento del exgobernante Alejandro Toledo, por cierto exhaustivamente formulada por el Ministerio Público del Perú como operador activo de la indagación, ha permitido que los jueces encargados de impartir justicia en la nación estadounidense concluyan que efectivamente tiene y debe de responderle a la justicia peruana por los 35 millones de dólares que habría recibido para favorecer – según dos colaboradores eficaces – a la empresa Odebrecht, para que esta ejecute parte de la carretera Interoceánica, con un presupuesto millonario, presuntamente sobrevalorado.
Las argucias legales
La defensa técnica de Toledo Manrique en la jurisdicción del estado de California ha buscado por todas las formas que su patrocinado no regrese a su país de origen, donde por cierto, judicialmente le espera un panorama sombrío y un cambio radical de su modus vivendis que incluso le podría generar cierta afectación a su salud con los riegos que esto implica, en razón de ello, las triquiñuelas elusivas manifiestamente innecesarias de sus abogados han tratado por todos los medios que el “cholo sagrado” se quede en los Estados Unidos de América viviendo y disfrutando del confort que a él y su consorte los caracteriza.
¿Qué le espera al exgobernante?
La brutal corrupción presuntamente operada por Toledo Marriqe durante su mandato gubernamental, haciendo uso del poder conferido como una fiesta eterna, fue descubierta y advertida hace siete años, cuando los megas destapes de grandes actos de corrupción reventaban a cada instante, entre ellos, la plausible apropiación de los dineros estatales. En función a ello, a Toledo le espera un juzgamiento definido por los elementos fuertes de convicción en su contra y las pruebas indiciarias de no solo presuntamente haberle robado al país, sino con todo ese dinero, haber adquirido bienes muebles, hechos tipificados como delito de lavado de activos materia de su juzgamiento.
Los corruptos deben de pagar
Asumiendo que Alejandro Toledo Manrique es un corrupto, sin duda que tiene que pagar por lo que hizo, es decir, robarle con insania pura y total desprecio por el bienestar de aquellos a quien dice representar, por lo tanto, el lugar donde hoy está como morador del centro reclusorio adaptado para albergar vergonzosamente a dos ex presidentes más, la ciudadanía lo define como un tangible y real corrupto obstinado de sus fechorías y encadenado a su mitomanía, para pretender convencer que no robó, cuando tiene mucho que responder y pagar la factura que el mismo se giró.
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(*) Especialista en Contrataciones del Estado.
La gestión de la alcaldesa Janet Cubas al frente de la municipalidad de Chiclayo ha pasado casi inadvertida en sus primeros cien días, las lluvias del ciclón Yaku y sus devastadores efectos prácticamente lo maniataron, pese a los esfuerzos que hizo por atender la emergencia sin recibir los recursos necesarios para ello. Este tramo inicial de su administración un tanto difuso ya pasó y ahora tiene que concentrarse en ejecutar las obras de envergadura que reclama la ciudad, para lograr encaminarlo hacia su desarrollo. Para ello, tiene que rodearse de un equipo técnico con visión que lo ayude a plasmar estas justas aspiraciones.
Los primeros cien días de la gestión de la alcaldesa Janet Cubas Carranza, al frente de la Municipalidad Provincial de Chiclayo, han pasado casi inadvertidos para la población, salvo alguna posición marcada de los regidores de oposición que señalaron que la burgomaestre demostraba mucha pasividad en su administración. El legislador edil por APP, Eduardo Díaz, sostuvo que hay acciones inmediatas que se pueden hacer para mejorar el gobierno edil, pero Cubas no los visualiza, como el hecho de no convocar a los colegios profesionales de Lambayeque para trabajar de manera conjunta. Para colmo de males, a esta percepción de una gestión un tanto parsimoniosa, se sumaron las fuertes lluvias del ciclón Yaku que dejaron a la ciudad de Chiclayo hecha añicos, con el colapso del sistema de alcantarillado y las calles anegadas con aguas servidas, generándose un grave foco de contaminación. La realidad rebasó cualquier posibilidad de apoyo por parte de la comuna, que se mostró impotente de no poder atender con la urgencia del caso esta emergencia que desnudó las carencias del Estado.
La alcaldesa de alguna manera sentía que era responsable por no apoyar diligentemente a las familias que se habían visto afectadas con las precipitaciones, no porque ella no quisiera, sino porque el ayuntamiento no disponía de los recursos económicos necesarios para desplegar la ayuda; incluso no tenían ni motobombas para evacuar el agua empozada en las calles. Janet Cubas miraba con impotencia y rabia tanta desolación, en tanto pedía ayuda del Gobierno Regional de Lambayeque y del Gobierno nacional con equipos y maquinaria para apoyar a las zonas más perjudicadas. La autoridad edil buscó reivindicarse y hacer un mea culpa para toda esta situación que lo excedió, y aprovechó la ceremonia central por el 188 aniversario de Chiclayo para pedir disculpas a la población, por no haber podido llegar a la totalidad de las urbanizaciones y pueblos jóvenes, para socorrer a los vecinos en el momento oportuno. Esa acción le permitió descargar ese enojo contenido por la indiferencia del Estado con las provincias. Además, las intensas lluvias pusieron a prueba el carácter y el liderazgo de la autoridad para buscar soluciones (y no solo quejas) y atender la emergencia de la mejor manera, aunque sea con los pocos recursos que disponían. Más importaba las muestras de solidaridad y empatía con los damnificados en circunstancias tan difíciles.
No defraudar expectativas de población
A casi cuatro meses de tomar posesión de tan importante cargo, la alcaldesa al parecer recién se está despercudiendo del tramo inicial un tanto difuso de su régimen y está tomando las riendas de la municipalidad con la responsabilidad que amerita. Cuando Janet Cubas ganó las elecciones en octubre de 2022, despertó mucha expectativa en la población, porque se convirtió en la primera mujer elegida por el voto popular para asumir la alcaldía de Chiclayo. El reto que tiene por delante es muy grande, considerando que los burgomaestres que lo antecedieron -con excepción de Arturo Castillo- dejaron sensaciones amargas y de frustración por no ejecutar una gestión pública eficiente en beneficio de la ciudad. Incluso dos exalcaldes purgan condenas acusados de liderar presuntas organizaciones criminales y de estar involucrados en graves delitos de corrupción. Con todos estos precedentes, el camino que le queda a Cubas Carranza tiene que ser casi perfecto, demostrar capacidad y eficiencia para no defraudar a los más de 700 mil habitantes de Chiclayo, que esperan se produzcan cambios vitales en su administración para poner en marcha las obras de envergadura que tanto se reclama para hacer viable su desarrollo. Para ello se necesita trabajar de manera articulada, con equipos funcionales, dinámicos y con una visión técnica de lo que se quiere en el corto, mediano y largo plazo.
Manos a la obra, menos floro
¿Pero qué obras de trascendencia exige la ciudad como base para su progreso? Entre las principales y a las cuales se debe avocar de lleno la gestión de Cubas es el Terminal Terrestre de Pasajeros, que implica la salida de las empresas de transportes que operan en pleno centro de Chiclayo, así como descongestionar el intenso tráfico que se genera en horas punta. También un gran mercado mayorista, considerando que el de Moshoqueque ha quedado desfasado debido al crecimiento acelerado de la población, que ha rebasado a esta zona y actualmente presenta problemas de congestión, contaminación y delincuencia. A la par, tendría que ver la remodelación integral del mercado Modelo o pensar en uno nuevo, más moderno; pero previamente tendría que solucionar los problemas legales internos existentes. Otra obra de envergadura es la renovación integral del sistema de alcantarillado (incluye a los distritos de La Victoria y José Leonardo Ortiz), el cual ha colapsado por las recientes lluvias y por el elevado nivel de la capa freática. Al respecto, el ingeniero Julio Ching Wong, plantea la instalación de tres plantas de bombeo en las terminaciones urbanas de los emisores Norte, Norte-Norte y Sur, construidas sobre la superficie (sin necesidad de cavar zanjas) para extraer el agua acumulada bajo la ciudad.
Otra acción de envergadura es el Sistema Integrado de Transportes Metropolitano, para lo cual se tendría que reactivar el convenio con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, mediante el cual se realicen estudios e inversiones para la mejora del transporte urbano; es decir, aliviar el transporte terrestre de personas y de carga mediante la promoción de la movilidad sostenible. Y no olvidar de proyectar y construir los pasos a desnivel o by pass en las zonas de alta transitabilidad vehicular. Señora Cubas, manos a la obra, más acción, más trabajo y menos floro. La ciudad urge de cambios sustanciales para mirar su futuro con más optimismo y esperanza.
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(*) Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Primer Vicedecano del Colegio de Periodistas de La Libertad.