Este 30 de Octubre estará cumpliendo 99 años de amable vida y fructífera labor el notable chiclayano que ha dejado su impronta en casi cada lugar importante de la ciudad capital, e inclusive en el extranjero. En 1917 en el Puerto de Pimentel, nació Don Miguel Baca Rossi, quien ha llegado a ser el escultor del Perú figurativo-expresionista más destacado del país.

Fue el recordado Maestro Karl Weiss, cuando dirigía el Colegio Nacional “San José” de Chiclayo, quien alienta al pequeño Miguel a desarrollar su interés por el arte, pues demostraba claras cualidades en sus trabajos de escultura sobre arena y en caricaturas escolares.

Tuvo oportunidad de canalizar su enorme talento al realizar estudios en Lima. Casi paralelamente se prepara en Anatomía en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y en Escultura en la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú, logrando graduarse en sólo tres años en el año 1943.

Obtuvo el título de Profesor en Artes Plásticas por el Ministerio de Educación Pública  en 1957, y por cuatro décadas se dedicó a la formación artística en colegios y universidades de Lima, como la Universidad de Ingeniería, la Pontificia Universidad Católica del Perú, y la Escuela Nacional de Bellas Artes, fue jefe del Taller de Escultura, culminando allí mismo su carrera como Director desde el año en el 1985.

En su honor se han realizado homenajes, en los cuales ha recibido múltiples reconocimientos diplomáticos e institucionales, distinciones, diplomas y medallas por su aporte a la pedagogía y la docencia; a la promoción de la cultura, arte y folklore peruanos; y por toda una vida dedicada a la difusión de las Artes Plásticas en el Perú y en el extranjero, entre los que destaca la “Condecoración de la Orden”, otorgado por la Presidencia del Perú.

Ha sido homenajeado por su Alma Mater, por el Instituto Nacional de Cultura y por el Instituto Italiano de Cultura, en el Museo de la Nación de Lima con la más completa exposición retrospectiva de su obra. Y también ha recibido la Condecoración "Palmas Magisteriales del Perú" en el grado de Maestro, y la de "Profesor Emérito" de la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú, reconocimientos de la Nación por su labor a favor de la educación en el país. Y entre otras distinciones ha obtenido: "Vecino Distinguido" de la Ciudad de Lima Metropolitana; el de "Vecino Ilustre" del Distrito de San Isidro; la condecoración de la Embajada de Italia, del Instituto Nacional de Cultura de Lima y una "Moción de Saludo" del Congreso de la República.

Su prolífica obra testimonia la gran destreza técnica y dominio de los materiales más diversos que van desde el granito y mármol, el bronce y la plata e inclusive hasta el acero inoxidable, en los cuales plasmó con gran virtuosismo bustos, estatuas y relieves, vertiendo en cada uno de ellos sus amplios conocimientos de la anatomía humana y de su movimiento.

Su obra, figurativa por excelencia está inscrita en el realismo conmemorativo, caracterizada por capturar la expresión y personalidad de sus personajes en monumentos, grupos alegóricos, bustos-retratos, personajes de folclore, piezas de tauromaquia, figuras femeninas, relieves, obras de tamaño natural, proyectos y maquetas, entre otros. En la creación de volúmenes y composiciones logra transmitirnos los valores de su espíritu observador.

Muchas de estas obras se encuentran en colecciones privadas, mientras otras emblemáticas esculturas están presentes engalanando edificios y plazas  tanto en Perú como en lugares públicos de diferentes países del mundo.

Los frontis de las catedrales de Chiclayo y de Lambayeque, están coronadas con las efigies de la Virgen Inmaculada Concepción y de San Pedro respectivamente. Ambas obras realizadas en granito reconstruido de más de cuatro metros de alto se cuentan también entre sus obras.

Así mismo, en los emblemáticos Edificios Tropical y Colonial de estilo neoclásico, que se ubicaron justo a ambos lados de la catedral, y que albergaron sendos  cines, cuyas salas estuvieron magníficamente decoradas por estampas alusivas a sus nombres realizadas en bajo relieves claros en yeso-alabastro sobre fondo oscuro, o viceversa, se las debemos a nuestro famoso artista Baca Rossi. 

En el centro de su taller permanece aún el imponente chalán, que fue realizado para el municipio de Chiclayo y que por incumplimiento de las autoridades de turno, no fue posible culminar su negociación, pues restaban cancelarle al artista un porcentaje poco significativo del costo pactado.

Sería algo muy bueno, pero sobre todo de justicia que las autoridades actuales, fueran capaces de honrar este compromiso porque esta bella pieza escultórica fue creada por y para Chiclayo, lo justo sería que nuestra ciudad fuera su destino final.  No puede la comuna chiclayana, que nos representa a todos nosotros, seguir quedando mal con un hombre que no ha hecho sino ser justamente destacado, condecorado y homenajeado en tantas oportunidades.

Desde estas líneas, vaya nuestro más sincero saludo, lleno de bendiciones a nuestro gran artista y orgullo de Chiclayo, Don Miguel Baca Rossi.