“La pandemia ha desenmascarado cómo estamos en salud pública. Los gobiernos de turno abandonaron la salud pública. Hay escasez de insumos, de medicamentos, déficit de recursos humanos y la infraestructura ya es obsoleta, con más de 50 años. Por ejemplo, en Lambayeque el hospital Almanzor Aguinaga tiene más de cinco décadas, ha crecido en derechohabientes y asegurados, mas no en infraestructura, por eso siempre encontramos dificultades y las quejas de los asegurados están bien fundamentadas, pues no hay camas, no hay citas, hay embalse quirúrgico y en la emergencia el hacinamiento es total”, relata Alfonso Díaz Gálvez, presidente del Cuerpo Médico del Hospital Nacional Almanzor Aguinaga Asenjo.
Menciona que tampoco se tiene un nivel de atención primaria con capacidad para contener las emergencias y derivar a hospitales de mayor complejidad únicamente los casos que se justifiquen.
“Nosotros, junto a los demás gremios de la seguridad social, luchamos y pedimos solución a esta problemática a la Presidencia Ejecutiva, pero solo se atiende el 10 o 20 %, pues siempre existen trabas y una de ellas es que dependemos del Ministerio de Trabajo y estamos sujetos al Fonafe”, comenta el dirigente.
Deuda impagable
El seguro social, pese a ser una prestadora de servicios de salud está bajo la supervisión del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, y sus inversiones son controladas por el Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado – Fonafe.
“EsSalud tiene una deuda que supera los 5000 millones de soles, siendo el principal deudor el Estado. Ese dinero nunca se va a cobrar, imagínese cuántos se podría hacer si al menos el Estado cumpliera con su obligación de pagar al seguro social. Aún así, hay recursos, pero que no son bien administrados y como consecuencia tenemos equipos obsoletos, con más de 20 años de uso y que ya no permiten dar atención de calidad. Saliendo del Fonafe, EsSalud tendría autonomía y dejaríamos de depender del centralismo”, indica.
Situación laboral
Díaz Gálvez afirma que existen atropellos por parte de EsSalud como empleador contra el personal médico. En el Hospital Nacional Almanzor Aguinaga Asenjo – HNAAA, de EsSalud, laboran aproximadamente 500 médicos, de los cuales 150 tienen contratos por Servicios No Personales – SNP, lo que les niega el vínculo laboral con la seguridad social y, en consecuencia, el derecho de acceder a los beneficios contemplados por ley para todo trabajador formal. Lo grave es que las plazas de los regímenes 276 y 728 que son declaradas vacantes por la cesantía de profesionales tampoco son cubiertas, pues la entidad no convoca a concursos y si los hace, estos se truncan sin resultado favorable para los postulantes.
“A los nuevos profesionales se les entrega contratos irrisorios. Un personal médico, que se esfuerza para ser especialista, ingresa a trabajar como un proveedor, sin seguro, sin vacaciones, sin ningún beneficio laboral. En el Almanzor hay un promedio de 150 médicos en esa condición, que por lo general son jóvenes. Hay plazas 276 y 728 que no se sacan a concurso y si las concursan, se tumban el proceso. EsSalud se ahorra, entre comillas, dinero que está presupuestado a costas de precarizar a los médicos jóvenes. Esto no solo ocurre con los médicos, sino con otros profesionales de salud y administrativos”, enfatiza.
Cargo por concurso
Díaz Gálvez menciona que otra de las exigencias de los gremios de la seguridad social es que la Presidencia Ejecutiva sea elegida por concurso, similar a lo que ocurre con el defensor del pueblo o los magistrados del Tribunal Constitucional, a fin de promover la verdadera meritocracia, con un período de cuatro o cinco años para garantizar continuidad en la gestión y evitar el intervencionismo político.
“Se necesita que el o la presidente ejecutiva tenga un plan de trabajo a mediano y largo plazo. Si la Presidencia Ejecutiva se concursa, también deberían concursarse las gerencias de las redes y promoviendo al personal de la institución, porque a los que se trae por confianza no solo se les paga el sueldo, sino también se les paga una liquidación alta, lo que genera la famosa planilla dorada de EsSalud”, indica.
Añade que mientras la Presidencia Ejecutiva sea un cargo de confianza del presidente de la República, EsSalud seguirá en la incertidumbre y sin tener una gestión con visión a largo plazo.
“Por confianza puede estar un mes o puede estar un año y no está tranquilo en desenvolverse en su puesto, para cumplir los objetivos o metas. Está más preocupado por evitar que le muevan el piso y mantenerse en el cargo que por atender las necesidades de la seguridad social. Nosotros siempre hemos dicho y lo seguiremos diciendo: ‘El seguro es la caja chica del gobierno’. Eso yo lo reitero y me ratifico”, sostiene.
Tercerización forzosa
El presidente del Cuerpo Médico del HNAAA indica que la falta de atención a la renovación y mejora del equipamiento hospitalario, obliga a la tercerización de los servicios, como sucede con los tratamientos oncológicos (quimioterapias y radioterapias), y nefrológicos (hemodiálisis).
“Se tiene que tercerizar los servicios porque el asegurado no puede esperar y derecho reclama, porque paga su seguro. Hay patologías en la que urgen los exámenes de ayuda al diagnóstico para el tratamiento de los pacientes y su rehabilitación. Además, es también preocupante el desabastecimiento en farmacia. Mientras todo siga centralizado, nosotros seguiremos con ese desabastecimiento y las molestias de los asegurados, porque logística envía sus requerimientos y el nivel central decide cómo lo atiende”, manifiesta.
Actualmente, el embalse quirúrgico en el hospital Almanzor Aguinaga es de aproximadamente el 30 %, siendo los servicios de Traumatología, Cirugía de Cabeza y Cuello, y Oftalmología los que mayor demanda tienen.
En el nosocomio, los 500 médicos existentes prestan labores en los 42 servicios y departamentos con los que se cuenta. El 80 % de ellos son especialistas. Sin embargo, Alfonso Díaz menciona que se necesitan aproximadamente 80 especialistas más a fin de cubrir la brecha de atención.
“La precariedad de las condiciones laborales obligan a que los médicos estén buscando constantemente mejores puestos y se van, quedando las programaciones sin especialista y esto impacta en los pacientes”, precisa.
Por otro lado, indica que hasta el momento no existe ninguna información clara respecto a la mejora y ampliación de la infraestructura hospitalaria de la seguridad social en Lambayeque, estando en cola la construcción de la torre de Emergencia en el HNAAA; la construcción del Hospital de Alta Complejidad, del nuevo Hospital Naylamp y del Hospital de Ferreñafe. El último hospital de EsSalud construido en el departamento es el Luis Heysen Incháustegui, que data del 2010.
“El 80 % de los centros médicos y establecimientos de EsSalud funcionan en locales alquilados. ¿Cuántos millones de soles se gastan al año en arriendos? Con un manejo eficiente, ese dinero podría ser invertido en la construcción de infraestructura propia”, enfatiza Díaz Gálvez.