Al presidente Pedro Castillo Terrones no le quedó de otra más que pedirle la renuncia a Guido Bellido Ugarte como presidente del Consejo de Ministros. El mismo Bellido se encargó de dejarlo bien claro en su carta dirigida al mandatario de la república el miércoles por la tarde. Minutos después, Castillo ofreció un Mensaje a la Nación en el dijo, textualmente, que los cambios los hacía por la gobernabilidad del país.
Al presidente se le advirtió desde el principio que la presencia de Bellido Ugarte en el gabinete le haría un flaco favor a su gobierno y en dos meses de gestión es nada lo que este hizo por ayudar a construir confianza en torno al mandatario.
Por el contrario, Bellido Ugarte, radical y termocéfalo por ratos, se dedicó a confrontar al presidente y a poner piedras sobre los ministros que no eran de su agrado: el canciller Maúrtua, el titular de Economía y el ministro de Justicia.
Guido Bellido respondió durante todo este tiempo a lo que muchos consideran el gobierno paralelo, personificado por Vladimir Cerrón, quien el miércoles, tras el anuncio de un nuevo gabinete, se manifestó en Twitter demandando la presencia de militantes de Perú Libre en el equipo ministerial.
Por la noche, se confirmó la presencia de la congresista Betsy Chávez Chino, integrante de la bancada de Perú Libre, en la cartera de Trabajo, ahí donde las papas ardieron y empezó la caída de Bellido Ugarte como titular de la PCM.
Guido Bellido traía una cola muy larga: sus comentarios románticos con el terrorismo, sus elogios a senderistas, las acusaciones por violencia de género y su intolerancia ante la prensa eran solo parte de su largo historial. Aún así, Pedro Castillo lo mantenía en el puesto.
Luego vino la posición de defensa que adoptó respecto de Íber Maraví Olarte como ministro de Trabajo, anunciando – sin acuerdo del Consejo de Ministros – que se presentaría cuestión de confianza para salvarlo del desafuero a través de la censura del Congreso. Castillo, a través del ministro de Justicia, Aníbal Torres, se encargó de dejarlo sin piso.
Ahora se ha producido un golpe de timón. Castillo llamó al la PCM a Mirtha Vásquez Chuquilín, expresidenta del Congreso durante el gobierno de Francisco Sagasti, cercana a las organizaciones sociales e invitada del Frente Amplio, un ala un poco más severa de la izquierda si se le compara con Nuevo Perú, los otros aliados del gobierno.
Sin embargo, la conformación del nuevo gabinete, del que se ha retirado a Juan Manuel Carrasco del Interior; Ciro Gálvez, de Cultura, e Íber Maraví, de Trabajo, por citar algunos de los nombres más saltantes, no ha caído para nada bien a la gente de Perú Libre.
Minutos después de la conformación del nuevo gabinete, a través de Twitter, los congresistas del partido de lápiz, los más sujetos a Vladimir Cerrón, anunciaron que no le darán el voto de confianza al gabinete de Mirtha Vásquez y denunciaron la “caviarización” del gobierno, término que se usa en modo despectivo contra los militantes de izquierda que trabajan para las ONG. De hecho, Mirtha Vásquez es una de las que ha sido catalogada dentro de esa definición.
Perú Libre demanda mayor presencia en el gobierno y, por el momento, Castillo se la ha negado. Guido Bellido retornará al Congreso, donde tiene una curul como representante del Cusco y es casi un hecho que junto a Waldemar Cerrón, hermano de Vladimir, y Guillermo Bermejo, va a liderar la trinchera radical y más reaccionaria a la administración Castillo, en tanto este busque destetarse del partido que lo llevó a la presidencia.
Lo que viene en las próximas semanas es bastante peliagudo. En tanto, el país sigue en crisis, con más pobreza, más desempleo y los precios de los alimentos en alza.
El presidente Pedro Castillo ha dicho que él no es responsable de la volatilidad del dólar y del incremento de la canasta básica, olvidando quizá que la incertidumbre que genera su falta de aplomo para tomar decisiones es lo que más influye en la situación actual.