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VICENTE CASTILLO: “Las administraciones judiciales llevaron a la pobreza a Tumán”

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1365

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  • El presidente del Frente de Defensa de Tumán, Vicente Castillo, denuncia que hoy en la empresa Tumán no se produce ni un solo kilo de azúcar
  • Más de dos mil trabajadores debieron abandonar los campos de Tumán y migrar a otras regiones en busca de trabajo.

Lo que otrora fueron campos verdes de caña de azúcar hoy solo son terrenos baldíos en Tumán. Ya nada queda de las 7620 hectáreas que sembraba la azucarera hasta antes del 2015, recuerda Vicente Castillo Nicolás, presiente del Frente de Defensa de Tumán, quien responsabiliza a las administraciones judiciales de Marcelino Llontop, César Sandoval, Leoncio Egúsquiza, Daniel Riojas, Alejandro Zevallos y otros de la debacle que vive la empresa azucarera.

“Las administraciones judiciales llevaron a la pobreza a Tumán, son responsables de la desgracia que vive Tumán. Hemos hecho una marcha hace 15 días, el pueblo sale y pide que regrese el Grupo Oviedo porque ha visto la capacidad y sensibilidad humana que hay. Hubo un complot tan grande por la envida que tenían. Y el Poder Judicial y algunos fiscales entraron en esta repartija y corrupción. No hablo de un millón, sino de más de 240 millones de soles de desfalco a Tumán”, sostiene.

Debacle

Vicente Castillo, quien era cortador de caña de Tumán, recuerda que para el 2005 la empresa se hallaba quebrada, pues ya los bancos no le otorgaban créditos. Al año siguiente ingresó el IV Directorio con Wigberto Cabrejos a la cabeza y se abonaron sus haberes a los trabajadores que llevaban un mes impagos.

Posteriormente llegó la administración judicial que conducía Segundo Ordinola y para el 2008 Tumán había vuelto a ser sujeto de crédito, logrando dividendos en tres años. “Teníamos de todo, yo era cortador y nos daban zapatos, ropa, machetes, sombrero, nos alimentaban con desayunos, refrescos. En la administración judicial del cuarto directorio las cosas cambian. Tumán les pagaba a los hijos de los trabajadores para que vayan a la universidad. No vivíamos en la gloria, pero era mil veces mejor que ahora”, evoca.

Recuerda que en la época del IV Directorio la administración de Segundo Ordinola tuvo 7620 hectáreas: 1500 de caña planta y el resto de caña soca, las cuales rendían un promedio de 110 toneladas y más de 200, respectivamente.

Sin embargo -asegura- la debacle empezaría en el 2015 cuando ingresó la administración judicial de Marcelino Llontop, pues se dejó de pagar impuestos, seguro, AFP y otras obligaciones. Para el 2016 ingresarían César Sandoval, Leoncio Egúsquiza y Alejandro Zevallos, pero las cosas, lejos de mejorar, empeoraron.

“Lo que hacían estos gobiernos, ayudados por el Poder Judicial, era que cosechaban, pero no sembraban. Se llevaban la riqueza de Tumán, pero no sembraban. Si se hubiesen preocupado en sembrar, Tumán no estaría así. Llegaron a llenarse los bolsillos. Quienes quiebran a Tumán son los mismos tumaneños: Marcelino Llontop, César Sandoval, Alejandro Zevallos, Leoncio Egúsquiza, Daniel Rioja, Eric Benavides. Pero estas administraciones fueron sacadas por personajes oscuros que hasta ahora litiga en Tumán con unas deudas fraudulentas”, asegura.

Realidad

A raíz de lo descrito, hoy la situación de Tumán es crítica. Vicente Castillo cuenta que de los 3500 trabajadores activos que tuvo en su mejor momento la azucarera, hoy quedan solo alrededor de 50, afines a la administración de hecho. Con el devenir de los años son cerca de 2100 trabajadores los que él estima que lo perdieron todo.

“Hay padres que tuvieron que retirar a sus hijos de la universidad porque ya no pudieron pagarla más. Trabajadores que ahora van a Cerro Prieto desde las 03:00 a. m. y no regresan sino hasta las 11:00 p, m,. De Tumán ya nadie vive. Todos trabajan en empresas afuera”, indica.

Cuenta que algunos trabajadores migraron a Lima, Chimbote y Trujillo. Algunos trabajan ahora como soldadores, otros siguen siendo cortadores, pero todos buscan el pan fuera del distrito azucarero. Y la situación se agrava con los jubilados.

“Muchos tuvieron que jubilarse con anticipación para tener algo que llevarse a la casa. Lo que les da la administración de hecho es 50 soles al mes. Cuando hay cosecha, lo poco que hay, se lo llevan al bolsillo y a los trabajadores les dan miserias”, revela.

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