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Apología al cristianismo - Parte II

Escribe: Luis Soto Jiménez (*)
Edición N° 1367

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  “Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”. 1 Pedro 1:7.

La apuesta Pascaliana

Recapitulemos, la columna anterior: En la famosa apuesta de Blaise Pascal, es preciso apostar como en un juego por la existencia o no existencia de Dios. Las ventajas, desde luego, se inclinan en favor de la primera respuesta, pues en caso de ganar, se gana todo (una existencia infinita); y en caso de perder, no se pierde nada. En consecuencia – concluye Pascal- hay que apostar en favor de la existencia de Dios.

Un sacerdote planteó el Bing Bang

Fue un sacerdote belga, George Lemaître, quien planteó la teoría del Bing bang, quien también conoció personalmente a Albert Einstein. Esta gran explosión tuvo como consencuencia como toda fogata en dejar residuos de cenizas de la explosión inicial, las cuáles son: helio, deuterio, hidrógeno, estableciéndose también que la radiación de dicha explosión inicial continúa expandiendo el universo (sigue creciendo), incluso si esto ocurrió hace 13 700 millones de años.

Inicios del principio antrópico

En cosmología el principio antrópico establece que cualquier teoría válida sobre el universo tiene que ser consistente con la existencia del ser humano. En otras palabras: «Si en el universo se deben verificar ciertas condiciones para nuestra existencia, dichas condiciones se verifican ya que nosotros existimos», su frase más corta se explica como: “El mundo es como es por la necesidad de permitir la existencia de seres que puedan preguntarse por qué es así.”

El primer uso del término «principio antrópico» se atribuye al físico teórico australiano Brandon Carter (n. 1942). El primero en tratar la idea en detalle fue Robert H. Dicke (1916-1997) y más tarde fue desarrollado por Brandon Carter, quien en 1973, durante un simposio en Cracovia (Polonia) en el que se celebraba el 500.º aniversario del nacimiento del astrónomo polaco Nicolás Copérnico (1473-1543) y que trató sobre «La confrontación de las teorías cosmológicas con los datos experimentales», lo acuñó para argumentar que, después de todo, la humanidad sí que tiene un lugar especial en el universo. (Ver principio de Copérnico). Así, en su charla sobre «Las innumerables coincidencias y el principio antrópico en la cosmología», Carter declara que: «Aunque nuestra posición no es necesariamente central, es inevitablemente privilegiada en cierto sentido»

Al cambiar los números no existiría vida

Se estima que el universo tiene un volumen de aproximadamente 1x1050 (un número 1 seguido de 50 ceros) toneladas (ton) y, además, es importante tener en cuenta que hay cuatro fuerzas que dominan la materia: la gravedad, el electromagnetismo, la fuerza nuclear fuerte y la fuerza nuclear débil.

Para el caso, de la fuerza electromagnética es 1x1040(un número 1 seguido de 40 ceros) más potente que la fuerza gravitatoria, cuando se habla que si se modificase un parámetro o sea si esta fuerza sería 1x1039(un número 1 seguido de 39 ceros), los científicos realizan cálculos concluyendo que no se podría formar moléculas y, por tanto, no existiría vida. Para el caso de la fuerza nuclear fuerte es 137 veces más intensa que la electromagnética, se calcula si fuese mayor o menor, por tanto, no habría vida, ¿qué pasaría si el protón que pesa más 1836 más veces que el electrón, se modifica y pesaría 1820 veces?, pues no habría vida, en conclusión, todo ha sido calculado de tal manera, que, si se modificase un número, una unidad, una décima, una centésima o incluso una milésima, no existiría vida, a ello se le llama “principio antrópico”

Cecilia Payme una mujer adelantada a su tiempo

En 1925 se convirtió en la primera persona en lograr un doctorado en Astronomía en el Radcliffe College, parte también de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos. Estaba convencida de que podía probar que las estrellas estaban compuestas mayormente por hidrógeno y, también, en menor parte por helio. Y que podían ser clasificadas por su temperatura. Por dentro las estrellas ardían, sobre todo, por ese gas altamente inflamable, que no tenía ni olor ni color como el hidrógeno y, también, contenían en menor cantidad el llamado gas noble, el helio, que no es inflamable ni se deja congelar y que también es inodoro, incoloro e insípido.

Cecilia comenzó a concentrarse en estudiar la estructura interna de las estrellas. Usando la ecuación de ionización del físico indio Meghnad Saha, ella pudo determinar las temperaturas estelares y las concentraciones químicas dentro de las estrellas. Su tesis sería totalmente revolucionaria. Mientras la ciencia, por aquel entonces, creía que la composición de las estrellas era parecida a la de la Tierra, ella decía algo totalmente distinto.  Las estrellas en su ciclo vital Consumen hidrógeno y lo transforman en helio, gracias a ello emiten una gran cantidad de energía química en forma de radiaciones electromagnéticas. De ahí, el brillo con que nos sorprenden por las noches. En resumen: gracias a ella se supo que el hidrógeno es el elemento más abundante en el universo.

La ecuación de Dios

Es un libro escrito por el reconocido físico teórico Michio Kaku y publicado por la editorial Debate. Su número de registro ISBN es 9788418619700. En esta obra, Kaku aborda la búsqueda de la «santo grial» de la ciencia: la unificación de las dos grandes teorías físicas, la relatividad y la cuántica, en una sola ecuación que permitiría comprender los misterios más profundos del universo.

Cuando el físico inglés Isaac Newton formuló su teoría de la gravitación universal a finales del siglo XVII, logró armonizar las leyes que rigen los fenómenos celestes y terrestres, unificando el mundo supralunar y el sublunar. Sin embargo, en la actualidad, el gran reto de la física es encontrar una síntesis entre la relatividad general de Einstein y la mecánica cuántica. Esta fusión representaría un hito sin precedentes en la historia de la ciencia, proporcionando respuestas a interrogantes fundamentales como ¿qué aconteció antes del Big Bang? ¿Qué aguarda al otro lado de un agujero negro? ¿Existen otros universos y dimensiones paralelas? ¿Es factible el viaje en el tiempo?

Michio Kaku, con su habilidad para explicar conceptos complejos de manera asequible, repasa la evolución de la física desde sus orígenes hasta los debates contemporáneos en torno a la búsqueda de la tan ansiada «ecuación de Dios». A través de una narrativa cautivadora, el autor nos invita a cuestionar nuestra concepción del universo y a adentrarnos en la fascinante exploración de los misterios de la naturaleza.

Michio Kaku es un físico teórico estadounidense de ascendencia japonesa, reconocido como un prominente especialista en la teoría de campo de cuerdas, una subdisciplina de la teoría de cuerdas. Además, se destaca como futurólogo y divulgador científico, presentador de dos programas radiales, y es un frecuente colaborador en emisiones televisivas dedicadas a la física y la ciencia en general. Kaku también ha escrito numerosos libros que han alcanzado el estatus de superventas.

Energía nuclear: ambos lados (con Jennifer Trainer) (1982); Más allá de Einstein: supercuerdas y la búsqueda de la teoría final (con Jennifer Trainer Thompson) (1987); Para ganar una guerra nuclear: los planes secretos de guerra del Pentágono (con Daniel Axelrod) (1987); Teoría cuántica de campos: una introducción moderna (1993); Hiperespacio: una odisea científica a través de universos paralelos, distorsiones temporales y la décima dimensión (1994); Visiones: cómo la ciencia revolucionará el siglo XXI (1998); Introducción a las supercuerdas y la teoría M (1999); Cuerdas, campos conformes y teoría M (1999) y El cosmos de Einstein: cómo la visión de Albert Einstein transformó nuestra comprensión del espacio y el tiempo (2004).

Asimismo, Mundos paralelos: la ciencia de los universos alternativos y nuestro futuro en el cosmos (2004); Teoría M: la madre de todas las supercuerdas (2008); Física de lo imposible (2008); Física del futuro: cómo la ciencia moldeará el destino humano y nuestra vida cotidiana para el año 2100 (2011); El futuro de la mente (2014); El futuro de la humanidad: terraformación de Marte, viajes interestelares, inmortalidad y nuestro destino más allá de la Tierra (2018) y La ecuación de Dios: la búsqueda de una teoría del todo (2021).

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(*) Ingeniero y magíster en Gestión Pública | luricsoji19@gmail.com

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