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PRIORIZANDO EL FUTURO: Claves para abordar el desarrollo infantil temprano

Escribe: Roger Santa Cruz Carranza (*)
Edición N° 1367

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Los programas sociales son fundamentales para la reducción de brechas económicas, sociales y de oportunidades, especialmente en contextos de desigualdad como el caso peruano. Estas iniciativas proporcionan recursos y apoyo a las poblaciones más vulnerables, ayudando a mejorar su acceso a servicios básicos como educación, salud, y alimentación. Al focalizarse en grupos desfavorecidos, los programas sociales permiten a individuos y comunidades superar barreras estructurales, promoviendo la equidad y la inclusión social. Además, al invertir en el desarrollo humano desde una edad temprana, estos programas contribuyen a romper ciclos intergeneracionales de pobreza, creando sociedades más justas y cohesionadas a largo plazo.

Si bien la pobreza y pobreza extrema afecta la calidad de vida de la población en todas las edades, es específicamente para la primera infancia donde esta realidad puede tener efectos permanentes, notorios y en algunos casos irreversibles, al ser una etapa crucial para su desarrollo futuro, es aquí, donde los niños y niñas adquieren habilidades básicas como hablar, moverse y relacionarse con los demás. Un niño con el apoyo adecuado en salud, educación y nutrición, tienen más probabilidades de crecer sanos, aprender mejor y tener un futuro exitoso. Invertir en primera infancia significa construir de manera sólida las bases para el desarrollo nacional.

Cuna Más

En Perú, Cuna Más es un programa social que tiene como objetivo mejorar el desarrollo cognitivo, social, físico y emocional de niños y niñas menores de tres años en situación de pobreza o pobreza extrema. El programa se enfoca en brindar servicios de cuidado diario y acompañamiento familiar, ayudando a los padres a desarrollar habilidades para mejorar la crianza y estimular el desarrollo temprano de sus hijos. Al proporcionar un entorno seguro y estimulante, Cuna Más busca reducir la brecha de desarrollo entre los niños que viven en situaciones de vulnerabilidad y aquellos con mejores condiciones socioeconómicas, lo cual es crucial para facilitar su éxito educativo y social a largo plazo. Además, el programa tiene un enfoque preventivo, ya que interviene en la primera infancia, una etapa crítica para el desarrollo humano, cuando las intervenciones tienen mayor impacto y pueden romper el ciclo de pobreza.

Comparado con otros programas sociales en América Latina, Cuna Más comparte similitudes con iniciativas como el Programa de Atención Integral a la Primera Infancia (PAIPI) en Colombia y el  Crece Contigo en Chile. Al igual que Cuna Más, ambos programas están orientados al desarrollo integral de la primera infancia y buscan mitigar los efectos de la pobreza en el desarrollo de los niños. Sin embargo, los resultados varían según el contexto y la implementación. En Chile, por ejemplo, Crece Contigo ha sido ampliamente elogiado por su enfoque integral y coordinado, lo que ha llevado a mejoras significativas en la salud y desarrollo de los niños. En contraste, en algunos países de la región, la falta de continuidad y recursos ha limitado el impacto de estos programas. Cuna Más, a pesar de los desafíos, ha mostrado resultados positivos en Perú, aunque aún tiene áreas de mejora que podrían potenciar su impacto, enfrentando retos como la cobertura, la geografía y la sostenibilidad a largo plazo.

Los retos

Uno de los grandes retos del programa es consolidar su ampliación de cobertura de manera efectiva, puntualizando en una metodología que permita estandarizar procesos tanto para el recojo de información como para superar las barreras geográficas y culturales que limitan el acceso a los servicios. La inaccesibilidad en algunos casos termina haciendo la diferencia entre la presencia y ausencia de estado.

Asimismo, resulta determinante además el hecho de volcar la mirada de manera inaplazable hacia la urgencia que presentan los niños sobre todo en las zonas rurales de poder acceder a un espacio público de juego, esencial para contar con un entorno seguro donde poder explorar, aprender y socializar entendiendo el juego como un elemento de aprendizaje en sintonía con su entorno, asimilándolo para sí. Así pues, se requiere una estrecha coordinación interinstitucional para caminar en esa dirección.

A pesar de lo antes mencionado, bajo la actual coyuntura nacional el ejecutivo a manifestado su interés en la iniciativa de poder Fusionar el Ministerio de la Mujer MIMP con el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, compartiendo competencias y responsabilidades, lo cual podría diluir la atención especializada que ambos ministerios brindan a poblaciones vulnerables. Mientras el Ministerio de la Mujer se enfoca en la protección y promoción de los derechos de las mujeres y grupos vulnerables, abordando problemáticas específicas como la violencia de género y la igualdad de oportunidades. Por otro lado, el MIDIS está orientado hacia la inclusión social y la reducción de la pobreza en general. Mantenerlos separados permite un enfoque más preciso y especializado, asegurando que las necesidades particulares de cada grupo reciban la atención adecuada y eficaz. Dicha medida podría representar un retroceso que afectaría no solamente a ambas instituciones sino en mayor medida hacia sus usuarios, es decir a los mas desfavorecidos.

Finalmente, y aunque sabemos que en ocasiones para nuestra clase política no es atractivo hablar de nuestra niñez puesto que no genera rédito político traducido en votos, es imperativo mantener el norte respecto de cómo orientar y/o mejorar las políticas públicas existentes respecto al Desarrollo Infantil, visibilizando sus necesidades y generando soluciones que permitan sembrar las semillas que permitan proyectar hacia el futuro una sociedad mas equitativa y justa. 

(*) Politólogo | santacruzcarranza@gmail.com

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¿Cómo fueron las primeras informaciones sobre Chatgpt?

Escribe: Luis Rolando Alarcón Llontop (*)
Edición N° 1367

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  • Cinco investigadores de dos países nos dispusimos a analizar 78 piezas noticiosas obtenidas en un mes como alertas de Google.

Era el 30 de noviembre de 2022. No sería un día cualquiera. No para la ciencia y la tecnología. Ese día, de la mano de un joven e intrépido ingeniero, Sam Altman, el mundo se enteraba del nacimiento de ChatGPT. No era una noticia más sobre tecnología; se trataba de un hito en el devenir tecnológico: la inteligencia artificial (IA) dejaba las ilusorias nebulosas de la ciencia ficción y se allanaba a ciudadanos comunes y silvestres, amable lector. Las noticias que siguieron a ese 30 de noviembre abundaron, precisaron, especularon y alarmaron sobre la novedad. Y no era para menos. Tampoco era para menos preocuparnos por dichas informaciones.

Cinco investigadores comunicadores quisimos tomar el toro por las astas. Me correspondió a mí, por la Universidad Privada del Norte, comandar un equipo binacional: Pablo Lomas (Universidad Técnica de Cotopaxi), Pamela Cruz (Universidad San Francisco de Quito), Sindy Pasapera (Universidad Señor de Sipán) y Karl Torres (Universidad César Vallejo). Ecuatorianos, los dos primeros, y peruanos, los otros tres, nos pusimos manos a la obra. Al estudio lo titulamos “Trastornos informativos en notas periodísticas iniciales de circulación digital sobre ChatGPT”; lo presentamos en la 22 conferencia anual de LACCEI con sede en San José (Costa Rica) y acaba de publicarse.

Llegando al concepto

Para encarar el tema revisamos teóricamente los trasfondos de la verdad y la desinformación a partir de las posturas de Lippman (1970), Desantes (1998), Galdón (2001) y Kovach y Rosenstiel (2012), entre otros. Y entre valores deseados y la realidad del periodismo de hecho, encallamos en el concepto clave. Desde el campo comunicacional, se conoce como desórdenes informativos a las diversas manifestaciones que puede tomar la desinformación (Shubhangi & Divya, 2022). Este término intenta superar el debate sobre la ambigüedad en la etiqueta de noticias falsas o fake-news.

Los desórdenes informativos incluyen: la información errónea, falsa pero que no fue creada con una intención de hacer daño (mis-information); la desinformación o información falsa, creada para dañar o confundir a las audiencias (dis-information); y la información incorrecta que, sobre una base real, es usada para dañar (mal-information); según la propuesta conceptual de Wardle y Derakhshan (2017). Alrededor de este último desorden se puntualiza que más que información falsa, es poco ética, apuntan Shubhangi y Divya.

Hechura y hallazgos

Los cinco investigadores nos dispusimos, pues, a analizar 78 piezas noticiosas obtenidas en un mes como alertas de Google. De estas se sondearon aspectos generales, como el género periodístico y su procedencia, y los aspectos específicos en el marco del concepto de trastornos informativos. Los resultados nos alientan… pero también nos alertan:

- En la mayoría de las 78 piezas analizadas no se encontraron desórdenes informativos: 58 notas o el 74 % del total de la muestra evidenciaron manejarse en el marco de la verdad periodística.

- Sin embargo, una importante cuarta parte de las notas, esto es 20 informaciones o el 26 % del total, todavía presentan características relacionadas con el concepto y praxis de los desórdenes informativos.

- Las informaciones incorrectas aparecieron en menor número: 06 notas o el 30 %. Finalmente, 4 notas de las 20 o el 20 % fueron identificadas como desinformaciones, la categoría más peligrosa.

Se concluye que los desórdenes informativos hallados, aun en una cuarta parte de los casos, barren las tres tipologías establecidas, desplegando de acuerdo a cada tipo temáticas casi puntuales y características propias: las informaciones incorrectas, versan sobre fortalezas ante la competencia; las informaciones erróneas, sobre unas bondades exacerbadas y un acceso sin restricciones; y las desinformaciones, sobre unas consecuencias desbordadas lanzadas prematuramente, bajo fuentes no verificadas o contrastadas.

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(*) Colaborador y articulista.

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Apología al cristianismo - Parte II

Escribe: Luis Soto Jiménez (*)
Edición N° 1367

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  “Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”. 1 Pedro 1:7.

La apuesta Pascaliana

Recapitulemos, la columna anterior: En la famosa apuesta de Blaise Pascal, es preciso apostar como en un juego por la existencia o no existencia de Dios. Las ventajas, desde luego, se inclinan en favor de la primera respuesta, pues en caso de ganar, se gana todo (una existencia infinita); y en caso de perder, no se pierde nada. En consecuencia – concluye Pascal- hay que apostar en favor de la existencia de Dios.

Un sacerdote planteó el Bing Bang

Fue un sacerdote belga, George Lemaître, quien planteó la teoría del Bing bang, quien también conoció personalmente a Albert Einstein. Esta gran explosión tuvo como consencuencia como toda fogata en dejar residuos de cenizas de la explosión inicial, las cuáles son: helio, deuterio, hidrógeno, estableciéndose también que la radiación de dicha explosión inicial continúa expandiendo el universo (sigue creciendo), incluso si esto ocurrió hace 13 700 millones de años.

Inicios del principio antrópico

En cosmología el principio antrópico establece que cualquier teoría válida sobre el universo tiene que ser consistente con la existencia del ser humano. En otras palabras: «Si en el universo se deben verificar ciertas condiciones para nuestra existencia, dichas condiciones se verifican ya que nosotros existimos», su frase más corta se explica como: “El mundo es como es por la necesidad de permitir la existencia de seres que puedan preguntarse por qué es así.”

El primer uso del término «principio antrópico» se atribuye al físico teórico australiano Brandon Carter (n. 1942). El primero en tratar la idea en detalle fue Robert H. Dicke (1916-1997) y más tarde fue desarrollado por Brandon Carter, quien en 1973, durante un simposio en Cracovia (Polonia) en el que se celebraba el 500.º aniversario del nacimiento del astrónomo polaco Nicolás Copérnico (1473-1543) y que trató sobre «La confrontación de las teorías cosmológicas con los datos experimentales», lo acuñó para argumentar que, después de todo, la humanidad sí que tiene un lugar especial en el universo. (Ver principio de Copérnico). Así, en su charla sobre «Las innumerables coincidencias y el principio antrópico en la cosmología», Carter declara que: «Aunque nuestra posición no es necesariamente central, es inevitablemente privilegiada en cierto sentido»

Al cambiar los números no existiría vida

Se estima que el universo tiene un volumen de aproximadamente 1x1050 (un número 1 seguido de 50 ceros) toneladas (ton) y, además, es importante tener en cuenta que hay cuatro fuerzas que dominan la materia: la gravedad, el electromagnetismo, la fuerza nuclear fuerte y la fuerza nuclear débil.

Para el caso, de la fuerza electromagnética es 1x1040(un número 1 seguido de 40 ceros) más potente que la fuerza gravitatoria, cuando se habla que si se modificase un parámetro o sea si esta fuerza sería 1x1039(un número 1 seguido de 39 ceros), los científicos realizan cálculos concluyendo que no se podría formar moléculas y, por tanto, no existiría vida. Para el caso de la fuerza nuclear fuerte es 137 veces más intensa que la electromagnética, se calcula si fuese mayor o menor, por tanto, no habría vida, ¿qué pasaría si el protón que pesa más 1836 más veces que el electrón, se modifica y pesaría 1820 veces?, pues no habría vida, en conclusión, todo ha sido calculado de tal manera, que, si se modificase un número, una unidad, una décima, una centésima o incluso una milésima, no existiría vida, a ello se le llama “principio antrópico”

Cecilia Payme una mujer adelantada a su tiempo

En 1925 se convirtió en la primera persona en lograr un doctorado en Astronomía en el Radcliffe College, parte también de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos. Estaba convencida de que podía probar que las estrellas estaban compuestas mayormente por hidrógeno y, también, en menor parte por helio. Y que podían ser clasificadas por su temperatura. Por dentro las estrellas ardían, sobre todo, por ese gas altamente inflamable, que no tenía ni olor ni color como el hidrógeno y, también, contenían en menor cantidad el llamado gas noble, el helio, que no es inflamable ni se deja congelar y que también es inodoro, incoloro e insípido.

Cecilia comenzó a concentrarse en estudiar la estructura interna de las estrellas. Usando la ecuación de ionización del físico indio Meghnad Saha, ella pudo determinar las temperaturas estelares y las concentraciones químicas dentro de las estrellas. Su tesis sería totalmente revolucionaria. Mientras la ciencia, por aquel entonces, creía que la composición de las estrellas era parecida a la de la Tierra, ella decía algo totalmente distinto.  Las estrellas en su ciclo vital Consumen hidrógeno y lo transforman en helio, gracias a ello emiten una gran cantidad de energía química en forma de radiaciones electromagnéticas. De ahí, el brillo con que nos sorprenden por las noches. En resumen: gracias a ella se supo que el hidrógeno es el elemento más abundante en el universo.

La ecuación de Dios

Es un libro escrito por el reconocido físico teórico Michio Kaku y publicado por la editorial Debate. Su número de registro ISBN es 9788418619700. En esta obra, Kaku aborda la búsqueda de la «santo grial» de la ciencia: la unificación de las dos grandes teorías físicas, la relatividad y la cuántica, en una sola ecuación que permitiría comprender los misterios más profundos del universo.

Cuando el físico inglés Isaac Newton formuló su teoría de la gravitación universal a finales del siglo XVII, logró armonizar las leyes que rigen los fenómenos celestes y terrestres, unificando el mundo supralunar y el sublunar. Sin embargo, en la actualidad, el gran reto de la física es encontrar una síntesis entre la relatividad general de Einstein y la mecánica cuántica. Esta fusión representaría un hito sin precedentes en la historia de la ciencia, proporcionando respuestas a interrogantes fundamentales como ¿qué aconteció antes del Big Bang? ¿Qué aguarda al otro lado de un agujero negro? ¿Existen otros universos y dimensiones paralelas? ¿Es factible el viaje en el tiempo?

Michio Kaku, con su habilidad para explicar conceptos complejos de manera asequible, repasa la evolución de la física desde sus orígenes hasta los debates contemporáneos en torno a la búsqueda de la tan ansiada «ecuación de Dios». A través de una narrativa cautivadora, el autor nos invita a cuestionar nuestra concepción del universo y a adentrarnos en la fascinante exploración de los misterios de la naturaleza.

Michio Kaku es un físico teórico estadounidense de ascendencia japonesa, reconocido como un prominente especialista en la teoría de campo de cuerdas, una subdisciplina de la teoría de cuerdas. Además, se destaca como futurólogo y divulgador científico, presentador de dos programas radiales, y es un frecuente colaborador en emisiones televisivas dedicadas a la física y la ciencia en general. Kaku también ha escrito numerosos libros que han alcanzado el estatus de superventas.

Energía nuclear: ambos lados (con Jennifer Trainer) (1982); Más allá de Einstein: supercuerdas y la búsqueda de la teoría final (con Jennifer Trainer Thompson) (1987); Para ganar una guerra nuclear: los planes secretos de guerra del Pentágono (con Daniel Axelrod) (1987); Teoría cuántica de campos: una introducción moderna (1993); Hiperespacio: una odisea científica a través de universos paralelos, distorsiones temporales y la décima dimensión (1994); Visiones: cómo la ciencia revolucionará el siglo XXI (1998); Introducción a las supercuerdas y la teoría M (1999); Cuerdas, campos conformes y teoría M (1999) y El cosmos de Einstein: cómo la visión de Albert Einstein transformó nuestra comprensión del espacio y el tiempo (2004).

Asimismo, Mundos paralelos: la ciencia de los universos alternativos y nuestro futuro en el cosmos (2004); Teoría M: la madre de todas las supercuerdas (2008); Física de lo imposible (2008); Física del futuro: cómo la ciencia moldeará el destino humano y nuestra vida cotidiana para el año 2100 (2011); El futuro de la mente (2014); El futuro de la humanidad: terraformación de Marte, viajes interestelares, inmortalidad y nuestro destino más allá de la Tierra (2018) y La ecuación de Dios: la búsqueda de una teoría del todo (2021).

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(*) Ingeniero y magíster en Gestión Pública | luricsoji19@gmail.com

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DISCURSOS E INNOVACIÓN: Lo que oculta esta relación

Escribe: Renzo Vidal Caycho (*) y Carlos Purisaca Neira (**)
Edición N° 1367

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La revolución francesa trae consigo a geniales políticos que cambian el rumbo de Francia, entre ellos, Maximilien François Marie Isidore de Robespierre. En su nada célebre “Reinado del Terror”, lleva a todo un país a vivir una tiranía cruel y sangrienta, donde Girondinos y Jacobinos, los primeros defendiendo a empresarios y grandes comerciantes y los otros conformados por profesionales y medianos propietarios, entran en discusiones duras tras ideales totalmente opuestos. En este contexto nace la figura de Georges – Jacques Danton, quien da una fuerte oposición y es acusado como enemigo de la República de parte de los Girondinos y llevado a la guillotina. En sus últimas palabras pronuncia su famoso y breve discurso: “No se olviden de mostrar mi cabeza al pueblo, merece la pena que la vean” (François-Henri Désérable, 2016). Así, los franceses pasan de casi de la noche a la mañana de creer en el mito del derecho divino de los reyes a creer en el mito de la soberanía del pueblo (Harari, 2022). Esto, estimados lectores, es innovación en su más pura esencia como la de un café espresso.

¿Cuál puede ser la relación entre un buen discurso y la innovación? Una de las principales manifestaciones de la evolución humana es la comunicación grupal. De hecho, muchas marcas prevalecen hasta ahora porque existe la creencia de una marca sólida incapaz de derrumbarse ante ciclos económicos cambiantes. Es el caso de Peugeot, una corporación propietaria de fábricas, maquinarias, personal, que, si hay un despido masivo o que, si está totalmente quebrada, la marca sigue existiendo. No significa que es inmortal, sino que esta pertenece a un género particular de ficciones legales llamadas “Sociedades de Responsabilidad Limitada”. Tales compañías son totalmente independientes de los fundadores, o de los que invierten en ella, por lo que, si uno de los autos se estropea, el comprador lleva a la Corporación a los tribunales y no a los dueños. Y es que contar una buena historia y convencer a todos de que esta marca es superior a todas, cuando se tiene éxito más allá de quienes lo dirigen, le confiere un poder inmenso donde extraños cooperan en objetivos comunes, creando los “constructos sociales o realidades imaginarias”.

Realidad peruana

El Perú de hoy ni vive de un buen discurso ni de una buena innovación, lamentablemente. En el 2023, dentro del Índice Global de Innovación, el Perú ocupa el puesto 76 de 132 países evaluados, ubicándonos más en los países de poca innovación a nivel mundial, reflejándose en la inversión en esta materia. Según cifras del Banco Mundial, en el 2022 se observa que el Perú gasta solo el 0.16 % del Producto Bruto Interno (PBI) en ciencia e innovación, siendo menos de la mitad en comparación con la de nuestro país vecino, Chile, que destina cerca del 0.40 % de su PBI, y un poco más de la mitad que México con 0.27 % y 0.29 % de Colombia, respectivamente. Esta diferencia pone en evidencia la escasa prioridad que se le otorga a un factor tan crucial para el desarrollo del país como es la innovación.

Lo curioso estimados lectores es que actualmente Perú cuenta con 22 acuerdos comerciales, con condiciones arancelarias favorables que le permite entrar a 58 mercados distintos por su, irónicamente, innovación de productos. Una evolución extraordinaria que se reflejan en casi diez años de crecimiento continuo, con un 5.2 % en promedio anual. Pero, México, tiene 23 acuerdos comerciales y Chile 31, no siendo tan grande la brecha de acuerdos entre estos países, incluido el Perú; y sin embargo, al observar el PBI per cápita del 2023 en cada uno de ellos, el cual es un indicador que refleja cierto bienestar en la población, el poblador peruano gana US$ 6,455 (a precios constantes del 2015) al año; mientras que un mexicano gana US$ 10,327 y un chileno gana US$ 14,247 al año. Claramente, más allá de los acuerdos comerciales que puede tener un país con el resto del mundo, si un país no invierte en innovación, que es el músculo motor de la economía de una nación, no se puede generar hacia adelante ni un crecimiento económico sostenido ni, por consecuencia, mayores riquezas en las familias.

En tanto, el discurso político claramente no llega a una población necesitada de cambios y eso se refleja en la poca credibilidad de la presidenta peruana. A abril del 2024 la aprobación de su gestión presidencial es de 86 %. Hoy, el cambio de ministros es pan de cada día, lo cual no es una novedad dado que uno de los puntos más álgidos en este aspecto se da con el expresidente Pedro Castillo que en un año llega a cambiar a 70 ministros. Si el Perú contase con líderes políticos que tengan la capacidad de discursos bien elaborados, con un “constructo social” que permita lleva a objetivos claros desde la empresa a la sociedad, la realidad peruana puede superar a esa “realidad imaginaria” en la que vivimos. ¿Hay una relación entre ambas? ¿Ud. qué opina?

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(*) Director de la Escuela de Economía de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo.

(**) Alumno del V ciclo de la carrera de Economía de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo.

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