La dedicación puesta por el educador Segundo Carrasco Morales a la difusión cultural lo llevó hace algunos años a emprender la formación de “Chiclayo Canta y Baila”, una agrupación de excepcional composición, cuyas representaciones arrancaron – estoy seguro – más de una lágrima de emoción a sus espectadores. Detrás de cada estampa, de cada alegoría, siempre está su sello.
Conocí a Segundo Carrasco en el 2008, cuando con su agitado hablar coordinaba todo para una presentación de “Chiclayo Canta y Baila” en una de las ceremonias organizadas por Expresión para premiar a los mejores del año. “Destaca nuestra vestimenta”, me decía en cada ocasión, invitándome a observar los elementos con los que se lucían los danzantes de la agrupación. Así noté, por ejemplo, que las bailarinas de tondero llevaban por aretes una representación del ave mítica en picada, iconografía propia de Lambayeque que se remonta a los mochicas. Esos detalles, siempre han sido propios de él.
DE VENA CULTURAL
“Chiclayo Canta y Baila” había nacido en febrero del 2004, justo en el día de la amistad, y parece que la fecha fue propicia para el desarrollo que con el tiempo logró el equipo humano que lo conforman. Amistad han desbordado en sus interpretaciones, amistad han cultivado dentro y fuera del país, con amistad nos invitaron a conocer más allá de la danza.
Sin embargo, para cuando Segundo Carrasco fundó su agrupación este ya tenía un largo camino en la movida cultural. Su participación se remonta incluso a los orígenes de Llampallec de los esposos Llancari Olivera, y al trabajo que realizado a diario con sus alumnos del colegio 10119 de Íllimo, donde se ha desempeñado como educador.
Segundo siempre ha destacado lo que quizá es el más grande aporte de “Chiclayo Canta y Baila” a la identidad lambayecana: la investigación. Y es que el trabajo desarrollado a través de la asociación trasciende los límites de la presentación de estampas, va más allá y se ocupaba del estudio y rescate de las tradiciones festivas de los pueblos para ponerlos sobre el escenario y darlos a conocer. Así, recuerdo muy bien, que en el 2012, con ocasión de la premiación de los Mejores del Año de Expresión, maravilló a todos con la presentación de “Los Negritos de Jayanca”, una danza recuperada que se exhibía en el distrito para las fiestas navideñas y la bajada de reyes. Lo mismo sucedería después con Los Margaros de Mochumí, los Tintiles de Eten y las Pastoras de Íllimo.
En suma, con su asociación, logró registrar más de 40 danzas propias de Lambayeque, tanto costeras como altoandinas, porque también centró su atención en el huayno de Cañaris. El maestro es también uno de los mayores difusores del Golpe Tierra, baile previo a la aparición del tondero.
MAESTRO AQUÍ Y ALLÁ
Más de 30 años en la actividad cultural tuvieron para Segundo Carrasco su momento cumbre cuando fue invitado a dictar cursos por el Centro Universitario de Folklore de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Con emoción compartió con nuestro medio, en la edición 849, que la decana de América le abría sus puertas a las danzas y costumbres de Lambayeque. La experiencia le resultó inolvidable, más porque después de 22 años la primera casa de estudios recibía a un lambayecano para exhibir su arte.
La noche de clausura del período de cursos fue apoteósica, y ahí brilló él con “Los Negritos de Jayanca”.
Ha paseado su arte dentro y fuera del país, ha acompañado con su electo a Fabiola de la Cuba, ha logrado campeones de marinera tradicional y tondero, ha sido reconocido por el Ministerio de Cultura, por municipios, organizaciones y, lógicamente, por Expresión como el gestor cultural que siempre ha sido.
Docente de escuela, maestro de universidades, formador de nuevos formadores, incansable, Segundo Carrasco hizo de las limitaciones del mundo artístico su principal soporte. Siempre ha cuestionado la falta de apoyo a la cultura tanto del sector público como privado, pero aun así no perdió el ánimo y siguió en su propósito. La pasión depositada en el arte lo llevó a convertirse en maestro gratuito de otros profesores de danzas de la región, a quienes no solo ha inculcado la importancia de la revaloración identitaria, sino también la disciplina con la que deben ejecutarse las danzas de Lambayeque, porque son muestras tangibles de la herencia de este pueblo milenario y cautivante.
“El progreso no se da si no se educa y culturiza a la población. Sin cultura dejamos a nuestros coterráneos sumergidos en la ignorancia y el desconocimiento y eso dificulta su desarrollo personal. No se debe olvidar que toda persona tiene derecho a la educación, sobre todo porque los jóvenes serán los impulsores de este país rico en variedades culturales”, ha dicho Segundo Carrasco.
Su trabajo, admirable en todo sentido, no solo le ha dado a Lambayeque mayores insumos para sentir orgullo de su cultura viva, sino que ha permitido a decenas de jóvenes especializarse en el folklore y con ello agenciarse de posibilidades para progresar. Con Segundo Carrasco se han formado muchachos de barrio, de escuela pública, de economía precaria; muchachos que hoy son profesionales y que, por encima de todo, aprendieron a amar a su tierra a través de la danza.
Que por su entrega y dedicación, sea entonces eternamente bendecido.
“Chornancap: Palacio de una gobernante y sacerdotisa de la cultura Lambayeque” es el libro recientemente presentado por Unidad Ejecutora 005 Naylamp del Ministerio de Cultura, obra del arqueólogo Carlos Wester La Torre, director del Museo Nacional Brüning, y en cuyas páginas se reconstruye con minucioso detalle diferentes aspectos de la vida de la mujer que ocupara un alto mando político y religioso en el valle dominado por los sicán o lambayeque.
Los trabajos realizados como parte del Proyecto Chotuna Chornancap, a cargo de Wester La Torre, han resultado exitosos no solamente por el hecho de haber registrado y documentado uno de los más reveladores testimonios arqueológicos como es la Tumba de la Sacerdotisa, sino porque la secuencia de la investigación ha transitado por los procesos que la ciencia arqueológica exige.
Es precisamente esto lo que se refleja en el libro editado por la Unidad Ejecutora Naylamp, que se suma a los textos ya publicados por la dependencia del Ministerio de Cultura y a la tarea que en los últimos nueve años ha desarrollado en favor de la cultura, promoviendo investigaciones arqueológicas y garantizando el cuidado del patrimonio precolombino en la región.
IMPORTANCIA
“Chornancap: Palacio de una gobernante y sacerdotisa de la cultura Lambayeque” consta de cuatro partes y doce capítulos dispuestos en 430 páginas ilustradas; y constituye la consecuencia del esfuerzo conjunto de un equipo de profesionales, técnicos, especialistas y personal de apoyo que bajo la conducción de Carlos Wester La Torre, con la inversión del Estado, entregan al país el testimonio de sus investigaciones, traducidas en una historia y un conjunto de hechos que pueden ser aprendidos con facilidad y analizados por el público especializado.
“La presentación de esta publicación constituye una extraordinaria oportunidad para remarcar la vocación editorial de nuestra institución que se ve puesta de manifiesto en la presentación de importantes obras, producto de trabajos arqueológicos conducidos por nuestros arqueólogos que han hecho de la investigación científica uno de los rasgos de mayor prestigio institucional”, señala sobre el texto Carlos Aguilar Calderón, director de la unidad ejecutora.
Por su parte, el exvicemistro de Cultura e investigador de la Pontificia Universidad Católica del Perú – PUCP, Luis Jaime Castillo refiere que los descubrimientos que se presentan en este extraordinario volumen “son un ejemplo de cómo se deben conducir los esfuerzos que caracterizan hoy a la arqueología de esta región. Quisiera destacar el carácter silencioso, sostenido y sistemático del trabajo”.
El autor del Prólogo, Alfredo Narváez Vargas, sostiene que “sin ninguna duda este libro marca uno de los hitos en el conocimiento del pasado prehispánico lambayecano”.
“Gracias al estudio meticuloso y multidisciplinario de Carlos Wester y su equipo, contamos con una visión excepcional de la vida de las mujeres de alto rango en la cultura Lambayeque. Una de las grandes fortalezas en esta publicación es su amplio alcance intelectual, pues partiendo de diversas disciplinas como antropología física, etnohistoria e historia del arte, permite al autor entender la singularidad de Chornancap en la prehistoria andina y la relación entre este y otros sitios arqueológicos de la costa norte peruana”, ha señalado la Joanne Pillsbury, curadora del Metropolitan Art Museum de New York.
CONTENIDO
En la primera parte, el autor desarrolla una reflexión sobre los escenarios sagrados y los espacios arquitectónicos, haciendo un recuento desde épocas tempranas hasta la cultura Lambayeque, así como la relación de estos lugares con el territorio y paisaje. Así mismo, efectúa un balance de los contextos funerarios de élite como rituales de la expresión del poder, cuya repercusión fortaleció a las sociedades del pasado. Para complementar esta parte el autor desarrolla una redefinición de la cultura Lambayeque a nivel territorial y sociopolítico, caracterizando con sólidos argumentos la naturaleza del estado de la cultura Lambayeque.
La segunda parte está dedicada a la arquitectura de Chotuna y principalmente de Chornancap, explicando los hallazgos como el patio con el trono, los elementos decorativos, las funciones de estos escenarios, la residencia de élite como espacio para actividades de rituales y como mausoleo.
La tercera parte está íntegramente dedicada a los contextos funerarios de Chornancap, especialmente a los contextos de élite, sobre los cuales el autor pone énfasis en su contenido, en la calidad tecnológica de los bienes, en su simbolismo, en el orden que tienen en la sepultura y en los roles que cumplen e identifican a sus propietarios. La tumba de la Sacerdotisa de Chornancap es presentada en esta parte en forma extensa y detallada, debidamente ilustrada que muestra un proceso de investigación arqueológica altamente disciplinado con un registro notable. Forma parte también de esta sección el estudio de bioarqueología, así como la reconstrucción del rostro y para complementar esta tercera parte se desarrolla la información de la Tumba denominada “El Personaje de los Spondyllus”, cuya singular sepultura fuera hallada debajo de la Sacerdotisa de Chornancap, convirtiéndose en un episodio funerario inédito por la forma del enterramiento.
La cuarta parte denominada Poder Género y Religiosidad en Chornancap, es el espacio donde el autor desarrolla el resultado de sus análisis, comparaciones y propone los roles y funciones del personaje que denomina Sacerdotisa de Chornancap, usando el estudio detallado y comparativo de los principales ornamentos y bienes encontrados. El autor plantea la función política, religiosa y semi divina del personaje y discute con argumentos los escenarios y ámbitos de su dominio, no solo territorial sino ancestral, lo que denomina como el significado y valor simbólico de los objetos.
Es la primera vez que casi en 45 años de nuestra Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo-Lambayeque, se produce un telúrico sacudón de intensidad 9.9 grados en la escala de Richter, al alinearse la Universidad al sistema educativo escolar. Antes de ahora, era lo contrario: la universidad ejercía su dictadura de contenidos y metodología de acceso a ella mediante las preguntas tipo IBM cognitivas, enfatizando la memoria como sinónimo superior de inteligencia y carta pase de ingreso.
El cambio de la tradicional "evaluación de conocimientos" por "evaluación de competencias", troca todo este panorama y exige el replanteamiento de la enseñanza mecanicista y apurada de las academias –y hasta colegios que con el afán de alinearse a la exigencia universitaria se sometían al paporreteo-, por un sistema más dinámico y multidimensional de análisis, crítico, interpretación reflexiva de la lectura y el conocimiento, potenciando las inteligencias múltiples y las zonas de desarrollo próximo de cada estudiante. La dictadura del éxito del que más memorizaba se acabó. Ahora –sin eliminar del todo a la memoria como base de todo lo demás- se hace necesario explotar la capacidad de raciocinio crítico de los estudiantes en sus diversas variantes de inteligencia profunda intertextual y contextual.
Este panorama obliga a todos a cambiar de chip de enseñanza y evaluación y eso duele, eso trae malestar tener que dejar de usar las mismas hojas amarillentas de hace 30 años atrás, dejar atrás todos los bancos obsoletos y los folletos que hoy pasarán al museo de historia de la enseñanza.
En todo este revuelo han tenido que ver dos áreas influyentes en lo que corresponde al componente identidad regional: en la literatura e historia.
Todas la pasiones soterradas y manifiestas, los celos y la envidias, la mezquindad humana y los intereses particulares y de grupúsculos mercachifles de la educación, han aflorado como geiser de aguas vulcanosas. Hay un sancocho entre lo académico y político, entre los de adentro y los de afuera de la U, entre lo que están y no están en la propuesta. Entre los que callan calculadoramente –pero por lo bajo azuzan a los talibanes de la cultura- y los que hacen bochinche para llamar la atención y ganarse alguito. Los que antes nunca fueron críticos literarios ni opinólogos de cultura literaria –sin leer obras, más que de títulos y de a oídas-, hoy se volvieron todos en un santiamén voces autorizadas, santones, curacas, abades, Clementes Palmas y referentes intelectuales con derecho a poner su propia lista antojadiza de autores. Y algunos con más -y otros con cero criterio-, han intentado meter su cuchara y su veneno a la vez.
El meollo del asunto es ¿Quiénes deben estar en una lista de autores literarios para ser leídos de manera oficial? Y aquí sí hay un ráfaga de ideas dispares y muy pocas con prudencia, ciencia y sapiencia.
Para encuadrar la cosa y proseguir, debemos tener en cuenta algunos datos necesarios:
El panorama de la lectura y el conocimiento de sus autores regionales, es desolador y deprimente no solo entre los estudiantes, sino también entre los docentes de Comunicación.
Como pedagogo y escribidor literario, considero que ingresar a un autor a una propuesta de lectura, estriba en tres consideraciones:
a) Pertinencia pedagógica
La ubico en primer lugar, porque una propuesta literaria para estudiantes del nivel primario, secundario y pre-universitario, tiene que ver mucho con su formación humanística y axiológica. Aquí lo literario se subordina a lo pedagógico y se condiciona con aquellos tópicos que propicien valores humanos y efectúen un reconocimiento y reivindicación de su menguada identidad cultural. El criterio subjetivo de mejor poeta o narrador, es relativo ¿para quién, -dentro de la teoría de la recepción e interpretación del texto- un poeta es mejor que otro? ¿quién señala y califica esta supremacía, el autor mismo de su obra, los amigos del grupo del autor o los lectores? ¿quién y bajo qué parámetros se establece un ranking o tops de mejores poetas y mejores narradores? Hay que tener en cuenta que el objetivo de un docente al enseñar Literatura no es convertir a sus estudiantes en poetas o narradores, sino darles las herramientas para valorar e interpretar sus textos. En los niveles básicos de formación, no se enseña al alumno para especializarlo en Literatura como si fuera un curso de carrera profesional y de crítico experto. Joyce, Mann, Rimbaud, Baudelaire, son muy buenos narradores y poetas respectivamente ¿pero en qué ayudarían a cimentar los valores de escolares del grupo etáreo de entre 12-17 años? Ellos son eximios escritores, pero para niveles intelectuales más profundos y especializados, mas no para escolares. Por eso hay otros escritores que por su nivel literario y pertinencia pedagógica, están en la propuesta de lectura para este nivel como Esopo, Juan Ramón Jiménez, Lewis Carroll, Edmundo de Amicis, Valdelomar, Grimm, Jean de la Fontaine, etc. ¿o es que estos autores no tienen calidad? Tienen calidad literaria y pertinencia pedagógica.
b) Trayectoria y prestigio literario
Una carrera literaria no se hace de la noche a la mañana: es una larga maratón. Es absurdo pretender que un autor novato que acaba de publicar hace tres años un librito de escarceos literarios ya pretenda estar en una propuesta regional. En literatura se madura con el tiempo: a ala distancia nos damos cuenta de lo paupérrimos y simplista que fuimos al inicio y nos terminamos arrepintiendo muchas veces de nuestra edad de piedra literaria. Hay autores que publicaron una sola vez en su vida y nunca más hicieron nada, muchas veces esa publicación fue fruto de un reto, apuesta o querer agradar alguien, pero jamás hicieron vida literaria. Es importante la trayectoria porque esta sirve de ejemplo de constancia y perseverancia. Es importante el prestigio literario porque este consolida la calidad de un autor. La calidad de la obra de un autor literario es cuestión de madurez y trayectoria. Solo conozco un caso emblemático de prestigio literario genial, de precocidad en el campo de la poesía, Jean Nicolas Arthur Rimbaud que escribió hasta los 19 años y lo abandonó todo. Pero tampoco se podría llevar a la escuela, su vida es un dechado de villanías y tráfico de armas.
c) Idoneidad social y personal
Este es quizá el asunto más espinoso: ¿no importa la imagen tóxica, nociva y y mal ejemplo personal del autor, con tal que sea un buen poeta y narrador? Sí y no. No importaría si no está inmerso en el sistema educativo y los lectores son adultos y libres y conscientes de leer al autor lo que les plazca, sin tomar en cuenta su descarriada vida, porque lo que lo único que lo motiva es el placer estético y así lo haya redactado el diablo qué importa. Sí importa en el sistema educativo, porque los docentes trabajamos dos aspectos: la obra como insumo estético y lingüístico y la vida del autor como elemento coherente entre lo que dice y hace. Por eso no entrarían a la lectura escolar autores como Charles Bukowski, Allen Ginsberg , Jack Kerouac, William S. Burroughs, etc., porque su vida no educaría, sino malograría toda la filosofía de la educación y el eros pedagógicos de la formación. Que lo lean si quieren cuando tengan más conciencia a lo que se exponen, que lo lean en el internet y al descuido de sus padres, pero no en la escuela. Por ejemplo, a mí me encanta y me deleito con la tocada de guitarra fenomenal e inmortal de Jimi Hendrix, pero no puedo llevarlo como ejemplo de vida a la enseñanza de mis alumnos: antes que aprender a tocar eximiamente la guitarra, querrán emular la pastrulería y fumadera de marihuana de este malogrado músico. Es el caso de muchos autores literarios lacras que toman malos ejemplos de celebridades literarias descarriadas para justificarse, en el fondo solo pretenden imitan la vida y no la obra. En literatura se pasa a la inmortalidad por la obra producida y no por la vida descarriada.
La literatura en Lambayeque tiene un planificado dinamismo hacia una maduración y efervescencia, azuzado por diversos factores, más culturales que económicos y sociales. Hay un prestigio reconocido y una tradición que aviva y coadyuva todo este fenómeno literario nacional. Actos y hechos creadores ficcionales hay muchos, prueba de ello es un embalse de unas 119 obras literarias inéditas por la ausencia de presupuestos y apoyos concretos decididos de las entidades de gobierno de cultura, educación y el propio empresariado inconsecuente con la cultura viva. La ley de mecenazgo no funcionó, se creó mucha expectativa, solo fue un piropo político. Hay cuatro cosas, creo yo, condicionantes, que faltan para darle un sitial relevante mayor a la cultura literaria en Lambayeque:
a) Creación de un fondo editorial intangible para editar cuando menos 03 obras de prestigio y calidad al año, de autores diversos, de la región Lambayeque.
b) Maduración y presencia de la crítica literaria (Son pocos los comentaristas críticos especializados -se cuentan con los dedos de una mano- y comprometidos con una labor permanente total, existentes en la región Lambayeque). Esto permitirá mejorar y acicatear el control y exigencia de calidad de los autores (De cada 10 autores, 9 son empíricos y circunstanciales del arte literario: la literatura demanda pasión, no simples aficionados poseros de cuando en vez o de fin de semana. Más poesía, menos pose farandulera).
c) Desintoxicación de anacrónicas y alienadas prácticas seudobohemias que tanto daño y desprestigio colectivo del perfil del poeta o escritor en general, han generado, donde ha todos nos ha salpicado fétidamente como mácula y estigma pernicioso. (No al exhibicionismo alcohólico en plazas y lugares públicos: tu vida privada empieza cuando cierras la puerta de tu hogar y todo lo que hagas adentro no le incumbe a nadie).
d) Mayor cultura de fomento a la lectura entre la población y en el sistema educativo (ensanchar la frontera y el menú literario, es una exigencia tácita para generar un mercado y una legión de consumidores de arte literario).
*Narrador, docente universitario, comentarista crítico, gestor cultural y editor.