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AQUÍ ESTAMOS, 25 AÑOS DESPUÉS

Escribe: Rosa Amelia Chambergo Montejo
Edición N° 1075

Existimos por obra de Dios, él nos da el valor, la fuerza, la constancia y perseverancia para sostener este medio de comunicación 25 años. Después del 13 de agosto de 1993, día en que por primera vez vio la luz en apenas cuatro páginas, el Semanario Expresión gateó, creció, se posicionó, teniendo como mejor fruto su permanencia sostenida y el reconocimiento como medio referente en dos décadas y media, registrando en sus páginas diversos sucesos de Lambayeque y el país.

Hemos sido testigos de importantes acontecimientos, culturales, deportivos, arqueológicos, educativos, empresariales y pese a las dificultades siempre se ha contado con la participación de personas comprometidas, que no pierden la fe y esperanza en mirar a Lambayeque y el país con posibilidades de desarrollo, crecimiento… de seguir adelante y así lo hemos escrito en las miles de páginas de Expresión en sus mil 75 semanas de circulación.

¿Cuánto ha cambiado la ciudad en los últimos 25 años? Creo que poco, es evidente que nos ha ganado el desorden, la falta de planificación y año a año la improvisación ha sido la compañera de los gobernantes de cada época edil. Por nuestra comuna pasaron las gestiones ediles de  Arturo Castillo Chirinos y Miguel Ángel Bartra Grosso, en dos períodos, la de Fernando Noblecilla Merino, por vacancia de Bartra, la de Sergio Luna Sosa, en remplazo de Castillo, quien dejó el municipio para ir al Congreso, la de José Barrueto Sánchez, ante la vacancia de Castillo, la de Guillermo Baca Aguinaga por orden presidencial para no dejar a la ciudad sin autoridad municipal después del incendio del Palacio edil, las dos gestiones de Roberto Torres Gonzales y el período de Elizabeth Montenegro. El mandato de Torres fue nefasto y aciago para los chiclayanos por el alto índice de corrupción instalado en la institución municipal, al que se suman  los cuatro años de David Cornejo Chinguel, que dejará el cargo municipal sin pena ni gloria, gestión a la que los órganos de control deberán revisar por todos los lados cardinales, no olvidando que su responsabilidad no se exime.

Vale referir que de los últimos 25 años de labor municipal de Chiclayo, en los que la institución  ha incrementado en más de 350 millones de soles su deuda, suman más de dos mil trabajadores, quienes ingresaron como respuesta al favor político de los conductores de la ciudad, con algunas excepciones honrosas. Este problema laboral sin duda tiene cómplices, pues los fiscalizadores de cada gestión miraron y no aplicaron los correctivos y normativas correspondientes y a quienes despidieron no lo hicieron con la contundencia legal, pues el Poder Judicial amparó miles de demandas y sentó jurisprudencia contra la institución municipal. El resultado ha sido millones de soles gastados en defensa legal, indemnizaciones por reposición y otros.

Reflexionaba que los casi ocho años de gestión municipal de Roberto Torres Gonzales fueron los peores para Chiclayo porque los empresarios serios, aquellos que no entraban en la componenda, ni en el pacto infame, se alejaron de la ciudad. Ellos no cambiaron su dignidad, ni sus valores por el 10 por ciento para ser favorecidos por las obras municipales y entonces el hoy condenado exalcalde nos dejó una ciudad postergada, limitada en su crecimiento y con una pérdida de recursos estatales en niveles nunca antes experimentados.

De tal forma que la inversión para nuevas infraestructuras en Chiclayo no ha asomado prácticamente en 12 años, sumiéndonos en un atraso vergonzoso frente a lo logrado por La Libertad y Piura. Quien asuma el próximo gobierno municipal deberá ser firme en la aplicación de las matemáticas en el presupuesto anual. Cuánto se recibe, cuánto se gasta,  qué se debe pagar, cómo refinanciar la deuda municipal, cómo reinsertarse al sistema financiero, qué número de empleados realmente tener, para qué y cómo están preparados para contribuir a la solución de los grandes problemas de la ciudad y en qué medida suman a la gestión municipal que llevará las riendas de la ciudad en los próximos cuatro años, a partir del 1 de enero de 2019. El próximo burgomaestre no podrá hacerlo solo, debe tener aliados estratégicos para lograr ejecutar su Plan Municipal y allí deberá recibir el apoyo incondicional de los colegios profesionales, de las universidades y de la sociedad civil organizada.

Nuestra ciudad requiere de un primer vecino honesto, trabajador, concertador, capaz, junto al concejo, de encontrar el punto de equilibrio que permita atraer inversión para ejecutar sin mayor atraso el Terminal Terrestre, un nuevo mercado de abastos, nuevas vías  de circulación, expansión de la ciudad y una estrecha coordinación con los alcaldes provinciales y todos los distritales, para de manera técnica, planificada y realista trabajar el desarrollo postergado de toda la provincia. La invocación va también para los futuros alcaldes de Ferreñafe y Lambayeque.

Creo que todas las provincias atraviesan problemas similares, invoco  a no seguir ensayando, deben convocar a los mejores cuadros técnicos, transparentar toda la información que de manera pública y de acuerdo a ley todo ciudadano debe conocer. Es hora demostrar que una autoridad busca llegar a un cargo público a servir y no servirse, a demostrar que es un honor servir a la ciudad. El ejemplo de un político o autoridad hará que nuestros ciudadanos se empoderen y se nos devuelva la fe.

Como departamento, a quien elijamos como el sucesor del actual gobernador regional, instamos a ejecutar sin plazos el llamado Plan Hidráulico que fue anunciado desde hace 6 años, que como bien sabemos considera 19 proyectos de presas, canales y obras de riego y mitigación, con el objetivo de prevenir desastres, incrementar el agua para uso poblacional y ampliar la frontera agrícola.

Mi posición por la atención prioritaria a la ejecución del Terminal Marítimo de Puerto Eten la reafirmo y tomo las frases del presidente de la Cámara de Comercio y Producción de Lambayeque Olivio Huancaruna  para señalar que sin esta importante obra “iremos camino a la extinción”.

Con todo lo que produce y en el futuro generarán el Proyecto Olmos, Jayanca y Motupe, así como la producción de los minerales de Cañaris y Cajamarca que deberán pasar por tierras de nuestra jurisdicción, no nos podemos dar el lujo de exportar por otros departamentos, teniendo todas las probabilidades técnicas para hacer nuestro Terminal Marítimo, que asegura trabajo y dinamismo a la economía lambayecana.

Jugará un importante papel quien salga elegido, quien tome el liderazgo para que esta y otras obras se hagan realidad. Confío que así se hará.

Veinticinco años después queridos lectores debo agradecerles a todos su permanente preferencia. Gracias a cada uno de los suscriptores y anunciadores, en especial a la academia lambayecana por apoyar a nuestro semanario.

Es cierto que hay personas a quienes no les gustamos, no me queda duda, pero son muchas más las que semana a semana nos abren las puertas de su hogar para tenernos en sus manos. No ha sido fácil llegar a este cuarto de siglo, cada semana ha sido de aprendizaje, entrega, compromiso, pelea, llanto, risa, satisfacción. Gracias a la mano divina de Dios estamos aquí.

De Expresión y su directora se dijeron muchas cosas desde los primeros años de circulación, en la época de Bartra y Noblecilla dijeron que ellos eran los dueños, en la época de Arturo Castillo este se fue de lengua y nos acusó de haber recibido un millonario presupuesto de publicidad y prensa amarilla y sensacionalista informó que fuimos denunciados. Nunca fue así.

Como era presidente de la Junta de Accionista de EPSEL, el directorio que en aquél momento presidió Segundo Ramos Burga, nos impidió el ingreso a las instalaciones de Epsel, estuvimos vetados y nuestra queja fue incluso al Congreso de la República. Desde ESPEL se pagaba a seudo periodistas para denostar. Gracias a Dios aquellos infundios me hicieron fuerte.

Años más adelante Castillo Chirinos a través de nuestro noticiero radial nos pidió disculpas aunque era demasiado tarde, porque muchos se quedaron desinformados de lo que equivocadamente dijo alguna vez. No somos amigos, pero creo que nos ganamos su respeto y lectoría.

Y si de juicios hablamos en este cuarto de siglo tuve que ir a los tribunales a defender la verdad en casos como el del excongresista Gerardo Saavedra Mesones, quien  denunció a nuestro semanario por haber puesto en evidencia una conducta anti ética en su manejo empresarial azucarero. Me pidió una indemnización de 5 millones de soles, juicio que ganamos en la Corte Suprema a la luz de toda la documentación entregada.

Sumaré a este caso otra denuncia del también congresista Virgilio Acuña Peralta, quien me pidió una indemnización de un millón de soles por haber informado que pretendió la posesión de todo un poblado de Cayaltí, caso en el que nos acogimos a la “Acción de la Verdad”. Él terminó por retirarse del proceso ante las evidencias de nuestro informe periodístico construido con documentos probatorios.

Qué duda cabe que somos un referente en el periodismo lambayecano, sendos informes periodísticos nos distinguen por haber informado de manera oportuna la posesión de las tierras de Puerto Eten en manos del Consorcio Inversiones Stop de propiedad de Raúl Diez Canseco Hartinger, 15 años después aún el caso no ha concluido. Otros casos son el estudio escondido de La Calzada, las irregularidades del Ministerio Público en sus investigaciones por criminalidad organizada, nuestra tenaz defensa del Proyecto Olmos, de la correcta ejecución de las obras de saneamiento y, lo que ningún otro medio local aborda: el desarrollo y la planificación urbana.

Muchas gracias a quienes pasaron por aquí, en especial y particular a Larcery Díaz Suárez, quien de manera sostenida obtuvo a través de nuestro Semanario varios premios nacionales de periodismo y que prestigiaron a Lambayeque y a nuestro hebdomadario, a Carlos Cabrejos Vega por su responsabilidad y acuciosidad periodística demostrada durante su permanencia en nuestro semanario y a cada una de las personas que compartieron labores con el equipo de Expresión. Su cuota de trabajo, de entrega periodística, me ha permitido seguir dirigiendo Expresión. A todos ellos que hoy brillan con luz propia en diferentes medios de comunicación escrita, radial, televisiva y redes sociales, infinitas gracias por su talento y cuota de profesionalismo vertida durante el tiempo que nos tocó compartir tareas.

Finalmente agradezco a mi familia, que ha sido y es el motor de este emprendimiento que confieso no imaginé que llegara a cumplir los 25 años de circulación, a tantos amigos anónimos, otros que hoy duermen la paz del Señor, por extenderme la mano y hacer posible la salida semanal de Expresión.

Viene otra etapa con la bendición de Dios y seguiré junto al equipo que me acompaña dando lo mejor por Lambayeque, el país y por nosotros mismos, estamos como nación atravesando una serie de problemas que evidencian lo enferma que está la sociedad, esta humanidad que no es ninguna improvisada, que ocupa cargos vitales en el desarrollo de la sociedad desde la administración de justicia, política y representación institucional, situación que nos obliga a revisar cómo estamos como familia, qué hemos y estamos haciendo porque es en el hogar donde tenemos que corregir al ser humano.

Es tiempo de orden, reconciliación, de amor, paz, de solidaridad, de servicio, de autoexamen, de compromiso por este país en el que hemos nacido y en el que vivimos. Gracias por su bondad, sigan acompañándonos, nuestra existencia será en la medida que nos lean y nos acojan en sus hogares. 

 

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