up

Lambayeque y una visión al 2030 que desde ya es imposible

Escribe: Rosa Amelia Chambergo Montejo (*)
Edición N° 1364

Hace siete años, Expresión publicó en su edición del 24° aniversario una amplia información contenida en el texto “Prospectiva territorial: Lambayeque nodo articulador del nororiente peruano”, documento elaborado por la Oficina de Planificación y Ordenamiento Territorial, con la participación del Equipo Regional de Planificación del gobierno regional y la asistencia técnica del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico – CEPLAN y de ProGobernabilidad, proyecto del gobierno de Canadá.

En este documento se anunció que al 2030 -es decir en seis años- nuestro departamento contaría con una población de un millón 575 mil 176 habitantes y presentaría un núcleo urbano consolidado, conformado por los distritos de Lambayeque, Pimentel, José Leonardo Ortiz, La Victoria, Reque, Monsefú, Santa Rosa, San José y Pomalca, como un mismo continuo urbano, con una población aproximada de un millón 62 mil 645 habitantes, siendo una de las cuatro ciudades con categoría de metrópoli del país, junto a Lima, Arequipa y Trujillo, gestionado por una municipalidad metropolitana competente.

Se levantó como información que para entonces, Chiclayo, como metrópoli, tendrá un ordenamiento territorial destacable, con políticas habitacionales, de espacio público y de seguridad adecuados, que darían un nivel de calidad de vida respetable a sus ciudadanos, hecho que nos consta no se ha realizado, no se ha avanzado y al parecer el estudio quedó como tal, sin que se haya impulsado las recomendaciones.

En el informe también se menciona que además de Chiclayo también destacarían por su volumen poblacional, de servicios y centralidad, otras ciudades como Tumán, con más de 34 mil 484 habitantes; Ferreñafe, con 39 mil 975 habitantes; Olmos con 47 mil 943 mil habitantes y Sutton (nueva ciudad de Olmos), con 150 mil habitantes. Como bien sabemos, la población ha aumentado, la nueva ciudad Sutton de Olmos no se ha poblado, los servicios no han mejorado y tampoco se han implementado.

Otra característica proyectada para el 2030, -dentro de seis años- es que el departamento tendrá una elevada tasa de conectividad vial, con la Autopista del Sol en plena operatividad y la carretera Chiclayo – Olmos con mayor nivel de transitabilidad, especialmente en el intervalo Mochumí – Jayanca. Solo quedó el diagnostico en papel, porque de la Autopista del Sol, nada de nada.

Asimismo, que se tendrá una eficiente red vial departamental que complementa a la nacional, articulando a las principales ciudades: Mocupe, Saña, Cayaltí y Oyotún, en el valle del río Saña; Chiclayo, Ciudad Eten, Tumán, Pátapo, Pucalá, Chongoyape y Ferreñafe, en el valle del río Chancay – Lambayeque; Mórrope, Mochumí, Túcume, Íllimo, Pacora, Jayanca y Batán Grande, en el valle del río La Leche y Motupe; Olmos y Sutton, con la nueva área agrícola incorporada, en los valles los ríos Motupe y  Olmos, beneficiando a la población, empresas y  sector público. Han pasado siete años y no se ha empezado nada.

El estudio indica que se espera que para el 2023 Lambayeque también cuente con una mejor comunicación vial intercostera e interandina, que articule de manera longitudinal y transversal el territorio departamental a través de vías asfaltadas, que van de manera paralela a la carretera Panamericana, permitiendo de esta manera una vinculación directa entre las ciudades de Oyotún y Cayaltí en el sur, con las ciudades de Chongoyape, Pucalá, Pátapo, Tumán y Ferreñafe, en el centro, y estas con las localidades de Batán Grande, Muchumí, Túcume, Íllimo, Pacora, Jayanca y Mórrope, en el norte, así como a nivel litoral entre las ciudades de San José, Pimentel, Santa Rosa, Puerto Eten y los centros poblados de Lagunas y Chérrepe, consolidándose el circuito vial costero, siendo innecesario tomar como escala intermedia a la metrópoli Chiclayo.

De igual manera se cuenta con comunicación vial directa entre los centros poblados capitales de Cañaris e Incahuasi, y de estos con los valles de Motupe y La Leche, permitiendo mayor vinculación e intercambio de mercancías, servicios y personas, haciendo que el área andina departamental se integre al desarrollo costeño a partir de sus recursos y potenciales. Tampoco nada de ello y la pobreza y extrema pobreza ha aumentado con enorme preocupación.

En cuanto al uso del suelo, se estima que para el 2030 Lambayeque incremente su área agrícola en función a su disponibilidad de tierras eriazas y a obras de infraestructura hídrica complementaria, especialmente en los valles de Olmos, Motupe y Saña.

Asimismo, se considera que se seguirá contando con áreas naturales protegidas gestionadas de manera adecuada, que partirán de contar con una política de manejo del medio natural para la conservación de ecosistemas importantes en la región ubicados en los distritos de Olmos, Salas, Cañaris, Incahuasi, Pítipo, Chongoyape, Oyotún, Ciudad Eten y  Reque, principalmente.

También se considera que para el 2030 se haya establecido una política clara con proyectos específicos de mejoramiento y diversificación de las zonas de cultivos de arroz y caña, acompañada de otra política que priorice el manejo eficiente de los recursos hídricos superficiales y subterráneos.

Respecto a infraestructura se proyecta que al 2030 el departamento contará con el Terminal Portuario de Puerto Eten y su área de servicios complementarios, un nuevo aeropuerto internacional, un nuevo terminal terrestre internacional, la Autopista del Sol con un mantenimiento adecuado, una red eléctrica que beneficia a la mayor cantidad de centros poblados, así como un red densa de fibra óptica para Internet, que harán que Lambayeque se encuentre conectada física y virtualmente con el país y el extranjero, generando mayores y mejores intercambios de información y bienes entre la población, instituciones públicas y empresas a nivel local, regional, nacional e internacional. Todo está pendiente y es muy difícil de concretizar en seis años, más porque no se ha sentado bases para hacer ello realidad.

También se reconoce el aporte de la minería no metálica en Mórrope, Oyotún y Manuel Antonio Mesones Muro, y metálica en Cañaris, y del turismo, con una mayor oferta territorial del sector, especialmente para el turismo de playa, poniendo en valor las playas del distrito de Lagunas (Lagunas y Chérrepe); del turismo ecológico en las áreas naturales protegidas continentales y marinas, y del turismo patrimonial con los nuevos trabajos de investigación y conservación tanto de sitios prehispánicos, coloniales y  republicanos, así como la puesta en valor a través de nuevos museos de sitio, como el de Huaca Bandera.

La prospectiva elaborada hace siete años no ha sido considerada por autoridades regionales y locales, lo que evidencia la falta de un plan de desarrollo a largo plazo en quienes tienen la capacidad de decidir y ejecutar lo recursos. A este paso, Lambayeque seguirá siendo el “patito feo” del norte del Perú, comparada con Piura y La Libertad, que en infraestructura, servicios, logística y producción nos llevan una gran ventaja. ¿Quién se hace responsable?

Leer más