up

DE ENERO A JULIO: VIOLENCIA FAMILIAR Y SEXUAL REGISTRÓ 428 CASOS EN LAMBAYEQUE

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 732

  comentarios   

"La violencia es injustificable porque daña el alma y el cuerpo" dice la especialista del Centro Emergencia Mujer, Angélica Musayón Chira, quien sostiene que entre enero y julio de este año se registraron 428 casos de violencia familiar y sexual, incluyendo cinco asesinatos en agravio de mujeres. El incremento es más del 30% con relación al mismo período en el 2010, problema que se refleja no sólo en los hogares, sino también en la calle con la delincuencia y en las instituciones educativas con el bullyng o acoso escolar. Musayón Chira precisa que la autoestima se forma desde la niñez y que si ésta es sólida, la mujer, al iniciar una relación sentimental, tendrá el soporte adecuado de adaptación para afrontar situaciones complejas, aunque los mecanismos de defensa se deteriorarán si la pareja es violenta y controladora. "El soporte psicológico se desvanece con el tiempo de exposición a las agresiones. Al debilitarse la capacidad de afrontamiento y adaptación se quiebran las herramientas para reaccionar, llevando tiempo para recuperarse. Para volver a ponerse de pie se requiere de ayuda profesional, desechando de esta forma las opiniones de terceros sobre que a la mujer le gusta sufrir o que soporta el maltrato por falta de recursos económicos", explica, añadiendo que todos están en riesgo de ser víctimas de violencia, siendo la única forma de evitarla cortando la primera manifestación de agresión y denunciando el caso en las instituciones competentes. "No debemos soportar hechos violentos y si los justificamos existe un riesgo mayor. La violencia no discrimina, sexo, raza, religión, educación ni condición social", enfatiza. íÂNDICE ALTO DE VIOLENCIA Subraya que el Centro Emergencia Mujer, desde hace 10 años, desarrolla una labor de prevención contra la violencia familiar y sexual, por lo que tiene un equipo especializado, conformado por un abogado, una psicóloga y una asistenta social, profesionales que atienden a niñas y niños, personas adultas de todas las edades y de ambos sexos en Chiclayo, Lambayeque y Ferreñafe. "Contamos con un Servicio de Intervención para capacitar a la Policía Nacional, docentes, profesionales de salud y universidades, para que el índice de maltrato disminuya, problema que debe ser atendido por las autoridades", señala. Conforme al cuadro estadístico de la institución, elaborado entre enero y julio del 2011, en Chiclayo se reportaron 148 casos de violencia familiar y sexual; en Ferreñafe 126 y en Lambayeque 154, haciendo un total de 428 denuncias recepcionadas por los especialistas. Esta cifra en violencia familiar, de acuerdo al sexo y edad, se disgrega de la siguiente manera: de 0 a 17 años son 37 mujeres y 16 hombres agredidos; de 18 a 50 años existen 350 mujeres maltratadas frente a cuatro hombres, y de más de 60 años, cinco mujeres y un hombre. Mientras en violencia sexual de 0 a 17 años se reportan 11 mujeres y tres hombres, y de 18 a 50 años se registra una víctima. Se conoce que en el mismo período de tiempo, cuatro hombres denunciaron ser víctimas de agresión física y psicológica. "Es una realidad difícil, por lo que articulamos trabajos con los centros superiores de estudio para que incluyan en sus planes de estudio temas contra la violencia a la mujer, niño y adolescente. Los profesionales que egresen de las universidades deben estar preparados para identificar la problemática", refiere Angélica Musayón, precisando que se tiene un importante avance con la Universidad de Chiclayo, al ser la primera casa superior de estudios donde se han aplicado cambios en el área académica de acuerdo a la temática propuesta. "Sucede lo mismo en la Universidad Señor de Sipán con la capacitación de los estudiantes", sostiene Musayón, quien afirma que se realizan campañas de difusión para formar líderes para que instruyan a sus compañeros a responder contra la violencia y a no tolerarla, creándose un sistema de vigilancia universitaria. Asimismo, manifiesta que se están desarrollando gestiones con la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo para que destine espacios para la realización de grafitis en muros. "Se convocará a un concurso entre estudiantes sobre grafitis contra la violencia familiar, además se solicitará apoyo a las empresas privadas para ejecutar un programa relacionado a esta temática", afirma. EQUIDAD DE GÉNERO La representante del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social en Lambayeque indica que parte de la población cree que la violencia es un problema privado en el que no debe intervenir, incluso se han detectado situaciones de esta naturaleza en el Poder Judicial y el Ministerio Público, debido a que jueces y fiscales, llamados a aplicar la ley, son ganados por sus concepciones de género y terminan discriminando a la mujer víctima de violencia. "Juzgan a la mujer de acuerdo a sus creencias, valorando aspectos de su comportamiento y no la vulneración de sus derechos y la grave situación de salud que atraviesa por la violencia. Al revisarse actas nos percatamos que hay magistrados que demandan a las mujeres el cumplimiento de sus tareas domésticas como lavar, cocinar bien y vestir como el esposo lo amerita, es decir, a practicar roles que terminan agravando la discriminación", indica. Refiere que muy poco se trabaja en el enfoque de género que debe acompañar a la justicia. "La aplicabilidad de la sentencia debe ir de la mano de la perspectiva del género, pero los juzgadores no han sido formados en sus hogares y en la universidad sobre la equidad entre el hombre y la mujer", sentencia. DEFICIENTE MARCO LEGAL "En el Perú, la violencia es contemplada como una falta y no como un delito, a pesar que la persona que lesiona el cuerpo de otra comete grave ilícito", insiste Musayón Chira, quien afirma que nuestras leyes sancionan al agresor con penas leves, entre ellas el retiro de la casa del denunciado y el no acercamiento a la víctima. "Es necesario que ante la violencia reiterativa y grave se prive de la libertad al sujeto y sea una medida efectiva para que cambie de actitud. Hay una tarea pendiente en el Poder Legislativo para modificar las normativas", afirma. También precisa que el feminicidio no existe como tipo penal, al considerarse el homicidio cuando una mujer es asesinada por razones relacionadas con su sexo o porque le demanda actitudes y roles, es decir por cuestiones irrelevantes que pueden evitarse. "Al momento de sentenciar debe agravarse la pena porque no hablamos de un crimen en defensa propia. En este año hay cinco casos, cuyos escenarios de sangre fueron en Chiclayo, José Leonardo Ortiz y Picsi. A nivel nacional ocupamos el segundo lugar, después de Lima, en cuanto a crímenes contra mujeres", exclama. Musayón enfatiza que el crimen se comete cuando al hombre le reclaman asistencia alimenticia o es denunciado por agresión en una comisaría, determinándose a tomar el control y acabar con la víctima. En el juicio el asesino argumenta celos o infidelidad para que la sanción sea menor. Este panorama se complica con el paso de los meses, teniendo en cuenta que en el 2010 se dieron cuatro casos y sólo en lo que va del año ya sumamos cinco. Las lesiones graves configuran otro ilícito que se comete contra la mujer, quien en ocasiones queda desfigurada o discapacitada, por lo que urge que la sociedad en conjunto trabaje para impulsar acciones, exigiendo a la vez presupuestos efectivos. NIí‘OS MALTRATADOS Está demostrado que son los niños los más perjudicados del clima de violencia en los hogares, porque no tienen definida su personalidad y son vulnerables. Se cree que los niños no son conscientes, que no tienen dignidad ni derechos. "No prevalecen sus derechos y los adultos en lugar de identificarse con el menor lo hace con el agresor. Es por eso que tenemos la línea gratuita 100 para ofrecer nuestra ayuda", sostiene. Puntualiza que la violencia deja marcas y huellas. Si el menor crece en afecto y cariño no necesitará de castigo para que cambie su actitud o comportamiento. Una situación diferente ocurre si es agredido, lo que lo reproducirá en la calle y en los colegios al maltratar a sus compañeros de estudios y profesores, originándose el famoso bullyng. "El hostigamiento escolar lesiona la integridad psicológica de los niños", indica la funcionaria, quien añade que un estudio de la Universidad Cayetano Heredia demuestra que el 95% de alumnos de cinco colegios de la región Lambayeque son víctimas del bullying, que significa atemorizar con eventos agresivos a los escolares. "Todo parte de la familia, siendo necesario que los padres no ejerzan la violencia para que el menor sea seguro y solidario", afirma, agregando que son los niños de la zona andina o quechua hablantes los más perjudicados en las instituciones educativas. "Debe tenerse en cuenta que estos pequeños, a la par, son explotados laboral y sexualmente al ser traídos a Chiclayo por sujetos inescrupulosos. Aún así, las autoridades dan prioridad a los proyectos de envergadura económica, dejando en segundo plano los proyectos sociales. Nos quejamos de la inseguridad ciudadana y desconocemos que ésta tiene como principal causa a la violencia familiar", señala, afirmando que nuestros representantes tienen que rodearse de técnicos adecuados para tomar decisiones para cambiar esta realidad.

Leer más