“La reconstrucción de la región Lambayeque, tras los embates de la naturaleza caídos sobre la ciudad durante varios días, en febrero y marzo, se estima que demorará entre tres y cuatro años”, reveló el economista y consejero regional Raúl Valencia Medina, quien aclara que este tiempo estimado será si solamente el Estado realizará una reconstrucción superficial.
Sin embargo, el período de la reconstrucción podría prolongarse entre los 8 y 10 años, si es que el arreglo lleva a abrir “las entrañas” de la ciudad. Es decir, si es que la red de construcción lleva a la ejecución de proyectos del Plan Hidráulico, proyectos de represamiento de aguas y canalización, en previsión de daños y afectaciones como las que hace poco se han producido en el departamento.
“Una reconstrucción para hacer frente a nuevos embates de la naturaleza demandaría rehabilitar y rehacer el saneamiento completo de Chiclayo y Lambayeque, será abrir las entrañas de la ciudad para hacer lo que nunca se hizo, o hacer de nuevo lo que nunca se hizo bien, caso contrario seguiremos lamentando los embates de la naturaleza”, sostuvo Raúl Valencia, quien participó del XI Foro Internacional de Economía.
Agregó que si el Ejecutivo desarrolla la reconstrucción, la ciudadanía tendrá que comprender lo que significaría cerrar las calles por buen tiempo, afectando a los comercios que se puedan ubicar en la zona intervenida.
“Con esta medida queda claro que apunta a lograr el máximo objetivo, que es el mayor bienestar de la población. La inversión pública y privada es el motor fundamental para incrementar la productividad, generar empleos e ingresos, y dinamizar la demanda interna”, detalló, agregando que el país enfrenta serios problemas estructurales que detienen el crecimiento más sostenido, y que adicionalmente frenan el desarrollo.
PAÍS EN CRECIMIENTO
Valencia Medina explicó que después de este proceso de crisis por lluvias, que no solamente ha afectado a Lambayeque, sino otras regiones del país, el Perú sigue siendo, a nivel de Latinoamérica, un país con un alto índice de crecimiento que se proyecta para los siguientes 20 años.
“Somos el país que tenemos un nivel de endeudamiento público controlado, lo cual es bueno. Además, es bastante bajo en comparación de otros países hermanos de Latinoamérica e incluso de otras latitudes del planeta”, destacó.
“Otro factor que nos ayuda mucho y del cual somos conscientes –señala- es que en el país se tiene un sistema financiero muy sólido”. El actual sistema financiero nacional es la base fundamental para garantizar la estabilidad económica y financiera.
“Nuestro sistema financiero tiene provisionado un porcentaje del 160 % de desarrollo. Las malas deudas, los malos créditos, están controlados desde el punto vista de la banca comercial, y si los otorga lo hace a través del tiempo, pero de manera controlada”, refiere.
Eso es más que saludable –afirma- porque ante cualquier crisis financiera el país tiene un colchón muy fuerte para no sufrir consecuencias como ocurre en Argentina, Brasil y Chile.
Añade que desde hace más de 15 años el Perú es considerado como uno de los países una economía sólida, de mayor crecimiento, menor endeudamiento, baja inflación, sólido sistema financiero, una muy positiva calificación crediticia internacional y muy buenas reservas internacionales.
“Es importante todo ello porque estamos protegidos ante cualquier crisis internacional, condición que hoy no tienen Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador y México; pero esta fortaleza se ve afectada por el excesivo ruido político y la irresponsabilidad de Fuerza Popular, de no terminar por asimilar su derrota política, y seguir pretendiendo gobernar desde del Congreso”, detalló.
INFLACIÓN AL 3 %
Destacó que el Perú es un país que está en un nivel de inflación muy bajo, y para este año se prevé que llegará al 3 %, lo cual es rescatable a pesar del tremendo golpe que ha sufrido el país con El Niño Costero.
“Nuestra economía no tiene nada que ver con lo que en estos momentos ocurre con el hermano país de Venezuela, lo que nos hace recordar al primer gobierno de Alan García, donde la inflación anual llegó hasta en un 750 %, cifra que se ha proyectado a diciembre del presente año para el país llanero”, sostuvo.
Estos indicadores –detalló- son los que el Fondo Monetario Internacional –FMI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo - BID, la Corporación Andina de Fomento – CAF, y la banca comercial observan para evaluar el Riesgo Económico y Financiero de un país, para estructurar sus estrategias de acompañamiento y para cerrar líneas de crédito ante situaciones complejas.
DEBILIDADES
Anota que aun cuando el escenario económico nacional es auspicioso, sí resulta preocupante la inmadurez de la clase política que obstaculiza las reformas que el país requiere.
“Esa falta de madurez política nos lleva a una débil institucionalidad, a que la corrupción cada día crezca, a que exista un excesivo nivel de regulación, a un alto nivel de tramitología, a una débil presencia de la Contraloría, a una clase política desacreditada y sin propuestas coherentes y técnicas, así como a tener un Poder Judicial y un Ministerio Público sin claras señales de independencia”, resaltó el consejero regional.
Agregó que en la actualidad existe una permanente disputa entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo, lo que de manera evidente complica el proceso de la reactivación de la economía.
“Somos testigos que existe una disputa permanente entre el fujimorismo y el gobierno de turno, porque los fujimoristas no terminan de comprender que hay un presiente electo y que hay alguien que gobierna el país por voluntad popular”, explicó.
LA RECONSTRUCCIÓN
Por ello, ante la situación de emergencia por los efectos de El Niño Costero, asegura que sí hay los recursos suficientes para hacer frente la reconstrucción del país.
Además, advirtió que no existe ningún inconveniente para la realización de los Juegos Panamericanos en el Perú.
“No hay ninguna limitante para que se dejen de hacer los Juegos Panamericanos tal y como el país se ha comprometido con el deporte a nivel latinoamericano. El país goza de una buena salud económica, de una buena salud financiera”, explicó.
Raúl Valencia menciona que el proceso de reconstrucción del país permitirá la reactivación de la economía, debido a que habrá más empleo, mejora de ingresos, mayor consumo interno y mejora relativa del bienestar de la población.
“Eso es lo positivo de la crisis en la que actualmente nos encontramos, pero no económica sino por embates de la naturaleza. Se tendrá una deuda pública controlada, una inflación estándar que no va más allá del 3 %, una calificación crediticia estable, crecimiento del Producto Bruto Interno, y todo ello se logra porque el Perú está en crecimiento y prueba de ello es que contamos con reservas internacionales de 64 mil millones de dólares. Es decir, el Perú se encuentra en la capacidad económica para asumir la reconstrucción sin afectar la economía del país, sino, al contrario, se reflotaría porque habrá trabajo, recalcó.
Explicó también que el país tiene una brecha de inversión de 107 mil 285 millones de dólares, dinero que el Estado tiene que atraer del sector privado, sea nacional o extranjero.
“Para que ese dinero venga al país debemos generar condiciones de seguridad jurídica, bajo riesgo político y mejora de la institucionalidad; esto es una tarea de todos los peruanos, para garantizar que la inversión nacional y extranjera venga y se quedé en el país, pero contando con todas las garantías”, añadió.
Acotó también que el potencial de inversión en minería es de 46 mil 996 millones de dólares, pero lo destacable es que el 85 % de estas inversión se ubica en las regiones donde existe altos índices de pobreza.
“La reconstrucción debe ir de la mano con la fiscalización Solo queda que los órganos de control, supervisión y de justicia estén atentos ante cualquier signo de corrupción, y este sea severamente sancionado; naturalmente la sociedad civil debe estar muy cerca de todo este proceso”, precisó.
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