El 2016 fue negativo para el sector construcción al registrarse un decrecimiento acumulado de -3.15 %, tendencia que ha continuado en los primeros meses de este año y que se espera revertir al iniciarse el proceso de reconstrucción por las consecuencias que dejó El Niño Costero, tal como explica el presidente de la Cámara Peruana de la Construcción – CAPECO, filial Lambayeque, Antonio Rabanal Rosales.
El impacto del fenómeno costero entre enero y marzo de este año es notorio en la infraestructura. De acuerdo al reporte del Sistema de Información Nacional para la Respuesta y Rehabilitación – SINPAD, actualizado al 17 de mayo, las lluvias, inundaciones y huaicos dejaron como saldo 231 mil 874 damnificados, 25 mil 700 viviendas colapsadas, 258 mil 545 afectadas y 23 mil 280 inhabitables.
Rabanal Rosales refiere que a las casi 400 mil viviendas que se deben reconstruir se suma la necesidad de reubicar a los más de cinco millones y medio de peruanos que viven en zonas de riesgo. En el departamento, aproximadamente 280 mil personas de la zona urbana y rural se encuentran en estas condiciones.
PREPARADOS PARA LA RECONSTRUCCIÓN
Frente a ello, explica que en el caso de Lambayeque la CAPECO ha capacitado a sus representantes ante las municipalidades para que participen en las Comisiones Técnicas de Habilitaciones Urbanas, de acuerdo a la Ley N° 30225 y su modificatoria, Decreto Legislativo 1341 y sus reglamentos.
“Por concurso interno se ha elegido a los ingenieros Víctor Gonzales Medina, Willy Vílchez Maradiegue, Víctor Bravo Monje e Iván Medrano Lizarsaburo, así como a los arquitectos Víctor Gástelo Horna; Mario Pérez Angulo y Edgardo Reátegui Osores, quienes tienen la responsabilidad de revisar y aprobar las habilitaciones urbanas respetando las normas aprobadas”, menciona.
Refiere además que la institución coordina con las 38 municipalidades del departamento a fin de brindar capacitaciones referidas al marco legal vigente y para analizar la realidad de cada distrito.
“También estamos tendiendo enlaces con tres universidades locales para tratar de llenar ese vacío existente entre los profesionales que egresan y lo que el mercado laboral exige, que oriente a reducir la brecha, enfocados básicamente en tres aspectos: formación profesional sólida, experiencia y valores, los cuales se ven reflejados en las actitudes, capacidad, innovación, criterios, proactividad y trabajo en equipo. Solo así pueden aportar más valor a la sociedad. Las empresas asociadas tenemos experiencias en todos los rubros de la construcción y habilidades humanas requeridas para que los futuros profesionales se desarrollen con éxito”, indica.
En su opinión, la reconstrucción es una oportunidad para que los involucrados en el sector construcción “hagan bien las cosas”.
“Esto tiene que ver desde los profesionales encargados de elaborar los expedientes técnicos hasta quienes los ejecutan. No es posible que en las revisiones que se han efectuado en el año 2016 se halla encontrado proyectos sin Certificados de Inexistencia de Restos Arqueológicos - CIRA, sin estudios de impacto ambiental o con excesos de observaciones, estos proyectos ni siquiera deben ser recibidos por no cumplir con los requisitos técnicos mínimos. De allí también la importancia de que los colegios profesionales de ingenieros y arquitectos endurezcan sus códigos de ética para sancionar a los que se desvían de los fines de la profesión”, afirma.
Comenta que la CAPECO Lambayeque realizará el próximo 28 de junio una exposición sobre Asociaciones Público Privadas – APP, y Obras por Impuestos, a cargo de funcionarios de Proinversión.
“Somos la única región que no tiene obras de envergadura desde el Proyecto Olmos”, enfatiza, añadiendo que se han establecido coordinaciones con la Policía Nacional del Perú, para que a través de la Dirección de Protección de Obras Civiles – DICPROC, se mantenga vigilante respecto a los sindicatos y las acciones de estos en el proceso de reconstrucción.
AÑO NEGATIVO
Rabanal Rosales expone que el 2016 se cerró con un decrecimiento acumulado del sector construcción de -3.15 %, cifra que para enero de este año avanzó al -5.26 % y en febrero llegó al -6.11 %.
Refiere que la caída del sector se debe fundamentalmente al menor consumo de cemento, que se situó en -4.52 %, y a la disminución del avance físico de las obras, que reportó un índice negativo del 19.66 %.
“El menor consumo de cemento se debió a menores obras privadas en edificaciones para oficinas y departamentos, y el sector minero. En el sector público existió menor inversión del gobierno nacional, indicador que cayó en 40.5 %, y de los gobiernos regionales, que descendió en 43.71 %. La situación fue diferente en los gobiernos locales, donde hubo mayor inversión (18.66 %)”, refiere.
Anota que el sector inmobiliario presenta desaceleración desde el 2012, año en que se colocaron mil 800 viviendas al mes. El año pasado, solo en Lima se colocaron 700 viviendas al mes.
“En Lambayeque los créditos hipotecarios colocados de enero a marzo del presente año apenas llega a 202 unidades, lo que representa el 10.42 % índice nacional. Lo bueno es que somos la región en mayores colocaciones después de Lima y esto gracias a los proyectos privados existentes en la zona, lo cual nos genera un clima positivo para los próximos años”, destaca.
POR MEJORAR
El presidente de la CAPECO señala que el Plan de Reconstrucción debe ser el eje de la modernización de las ciudades y la transformación del territorio, para la recuperación de la zona urbana y de los centros poblados que han sido afectados por El Niño Costero, lo que – indica – va más allá de la ejecución de obras.
“La participación de los técnicos de la sociedad civil organizada y representativa de todos los sectores económicos es fundamental, lo cual permitirá tener un diálogo continuo, altamente técnico y con sensibilidad social con el Director Ejecutivo de la Reconstrucción Pablo de la Flor. Debe formarse un comité técnico consultivo que actué en la asesoría del gobierno regional y las municipalidades, bajo una agenda concreta”, enfatiza.
Añade que es prioritaria también la realización del Plan Hidráulico Regional, con especial atención en las represas Montería, Sicán, La Calzada y Las delicias, cuya ejecución debe ser sostenida con inversionistas nacionales o extranjeros.
“La Contraloría debe actuar preventivamente en paralelo con las obras críticas. Las áreas de elaboración de expedientes técnicos de los municipios son los cuellos de botella para tener proyectos más rápidos y por ello cada ministerio debe tener partidas específicas para este fin y sub contratarlos. Asimismo, es necesaria la elaboración y aprobación del Plan de Desarrollo Metropolitano de Chiclayo, para que la municipalidad provincial mejore sus procesos internos en la revisión de proyectos para el crecimiento”, menciona.
PROPUESTAS DE CAPECO
Antonio Rabanal indica que los informes del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento y de COFOPRI será posible analizar y diferenciar las casas que tendrán que ser reconstruidas y reubicadas en zonas seguras, para lo que se requiere una visión con enfoque integral, sostenible y amigable con el medio ambiente.
Menciona, por ejemplo, que en Chiclayo existen terrenos de las Fuerzas Armadas que ya no cumplen fines militares y, por lo tanto, deben ser seleccionados los mitigables a los riesgos para ser incorporados al Ministerio de Vivienda a través de su Programa de Generación de Suelo Urbano, para de este modo crear un nuevo centro urbano que incluya todos sus servicios necesarios para las familias.
“Con 10 hectáreas se podrían construir tres mil 670 departamentos de 75 metros cuadrados cada uno, con una edificación de cinco pisos, con amplias áreas verdes y los respectivos servicios para así dar a las familias una vivienda digna. Según la ONU es recomendable que existan 8 metros cuadrados de área verde por persona. En Chiclayo no llegamos ni a dos metros cuadros por habitante, mientras que el distrito de Miraflores, en Lima, ofrece 13 metros cuadros de área verde por vecino”, señala.
Remarca que los responsables del crecimiento de la ciudad son los alcaldes, cuyos planes de desarrollo urbano deben ir de la mano con los planes de desarrollo del gobierno regional. Sin embargo, en la práctica estos son divergentes.
“El Plan de Desarrollo Metropolitano en ejecución por convenio entre la municipalidad y el Ministerio de Vivienda, se requiere lo antes posible. Como sugerencia a la comuna nosotros planteamos que previo a su aprobación el plan debe contar con la opinión técnica del Colegio de Ingenieros, del Colegio de Arquitectos y de CAPECO Lambayeque para no cometer los mismos errores. No se puede elaborar proyectos que tienen que ver directamente con la vida de las personas a control remoto desde Lima, y un claro ejemplo de este error es la tan mencionada Nueva Ciudad de Olmos, que ha sido totalmente inundada con las lluvias de El Niño Costero, frente a lo cual hay un silencio total de parte de las autoridades”, asevera.
Menciona, por ejemplo, que para la mejora de servicios municipales como el de la limpieza pública se debe instalar carretas de 5 a 10 metros cúbicos para que sean alimentadas con vehículos menores y luego trasladadas por los recolectores de basura. De este modo – explica – se transportaría el doble de residuos en un único recorrido. Dicho mecanismo podría aplicarse en las avenidas Prolongación Bolognesi, Cieza de León, 9 de Octubre, Belaunde, Leguía y el Paseo Yortuque.
Comenta también que los municipios pueden ceder terrenos a la Policía Nacional para que se construyan complejos y así se mejore la seguridad ciudadana.
TRABAS PARA CRECER
El presidente de CAPECO Lambayeque refiere que entre las principales trabas que existen en el departamento para el crecimiento del sector construcción están los expedientes técnicos incompletos, a lo que se suma la burocracia excesiva que hay en los municipios y las demoras para la revisión y aprobación de las licencias de edificación y habilitaciones urbanas.
Otro problema es la lentitud de la Entidad Prestadora de Servicios de Saneamiento de Lambayeque – EPSEL, para emitir la factibilidad de agua y alcantarillado a las nuevas habilitaciones urbanas, cuyo plazo máximo debe ser de 30 días.
También el incumplimiento de la zonificación, problema frente al cual el Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo y el INDECOPI – sostiene – deben estar vigilantes.
“Existen otras trabas para el sector como el caos vehicular, generado por unidades medianas y ligeras, además del excesivo número de mototaxis que circulan en la ciudad; la demora en la tramitación de los certificados de la Autoridad Nacional del Agua y en la expedición de los CIRA y los estudios de impacto ambiental. También es un serio problema la carencia de un buen sistema de agua y alcantarillado y el estado de los pavimentos. Debe entenderse que una ciudad no la componen sus edificios, sino los ciudadanos que esperamos buenos servicios”, asevera.
Anota que aun así, Lambayeque tiene muchas fortalezas, pero que lamentablemente las debilidades ahora son más.
“No somos atractivos a la inversión y esto tiene que cambiar, para lo que necesitamos empezar nosotros mismos a respetar a la ciudad. Somos la región que está en el puesto 8 en competitividad a nivel nacional; la corrupción, extorsión y delincuencia alejan al inversionista, que en los últimos ocho años ha ido a ubicarse a Trujillo y Piura”, remarca.
Rabanal Rosales señala también que lo que hace eficiente a una organización son los procesos internos, lo que genera índices de medición eficientes y eficaces.
“Un problema latente es que no todos los municipios tienen sus planes de desarrollo urbano actualizados como lo exige la ley. Existe la norma ISO 37001, que gradualmente debe ser incorporada por las entidades públicas y privadas según su naturaleza, operaciones, riesgos y corrupción que enfrentan”, explica.
Anota que en Lambayeque se necesita de autoridades que no solo sean profesionales, sino que también tengan capacidad de gestión y ejecutiva, con vocación de servicio, conocedoras de los principales problemas.
“Países como Colombia y Chile han sabido tomar decisiones a tiempo, a pesar de la gravedad de sus problemas y son un ejemplo. A nivel Nacional solo dos ciudades: Chimbote y Sullana, supieron oportunamente poner en práctica la gestión de riesgos, logrando proteger a sus habitantes. Los políticos antiguos y la improvisación de candidatos, no son lo más aconsejable”, enfatiza.
PROBLEMÁTICA DE EPSEL
El dirigente gremial aborda también la problemática de EPSEL y al respecto menciona que los resultados de la gestión de la empresa paramunicipal “son por todos conocidos”.
“Se requiere una reingeniería e innovación. Financieramente la empresa no es viable ni sujeta de crédito, por lo que la solución es que reciba apoyo técnico y financiero. Nosotros los ciudadanos somos los que medimos el resultado de su trabajo y como tal ya han tenido el tiempo suficiente para revertir los problemas”, precisa.
Sostiene que EPSEL es una entidad que requiere de un equipo de trabajo más gerencial, no solo técnico; también de un área de mantenimiento actualizada y equipada con maquinaria moderna, como las bombas eficientes de procedencia suiza o danesa, que muy bien pueden ser usadas con un costo mucho menor y calidad probada en países con más carga de fluidos.
“Si para una emitir una factibilidad demoran más de seis meses, de qué eficiencia estamos hablando. Si para recepcionar una obra se demoran más de ocho meses, ¿qué significa eficiencia para ellos? Si en una calle efectúas mantenimiento y a los pocos meses regresas a efectuar la misma reparación, definitivamente se tiene que cambiar de actitud, ser conscientes de que esto afecta al desarrollo de Lambayeque, que es una traba y afecta a la salud de la población”, afirma.
Añade que la empresa debe ser dirigida por profesionales de probada experiencia e idoneidad para revertir las condiciones financieras y técnicas adversas. En ese sentido, se muestra a favor de la aplicación del Régimen de Apoyo Transitorio – RAT.
CONSTRUCCIÓN CIVIL
Respecto a las relaciones del gremio con los sindicatos de Construcción Civil, el presidente de CAPECO comenta que se mantienen reuniones continuas a través de la Mesa de Diálogo impulsada por el Comité Regional de Seguridad Ciudadana, en la que participan el Ministerio Público, la Policía Nacional y la Gerencia Regional de Trabajo y Promoción del Empleo, donde se discute y analiza la problemática sindical.
“Una muestra de ello es que el sector construcción es el único que todo el año se reúne con el sindicato de trabajadores de construcción civil en Lima para negociar los incrementos salariales, que luego son distribuidos a todo el sector constructor, incluidos CONAFOVICER, SENCICO y SENATI”, comenta.
EXPECTATIVAS DE CRECIMIENTO
Destaca que para los próximos años el escenario se visibiliza positivo para el sector construcción, sobre todo por las obras que emprenderá el gobierno nacional en el marco de la reconstrucción. En el rubro de transportes y comunicaciones – detalla – para Lambayeque se tiene prevista la inversión de mil 690 millones de soles en la edificación de puentes; 17 mil 300 millones en carreteras de la red vial nacional; 17 mil 200 millones en vías departamentales, y 67 mil 240 millones en la modernización y ampliación del Aeropuerto José Quiñones Gonzales.
Asimismo, menciona que en obras por impuestos existe un paquete de 22 proyectos a ejecutar por un monto total de 356 millones 254 mil 270 soles, de los cuales cuatro corresponden a agricultura, nueve a educación, uno a planeamiento, tres a salud, dos a vivienda y desarrollo urbano, uno a turismo, uno a seguridad ciudadana y uno a saneamiento básico.
“En el futuro la construcción del Terminal Portuario generará inversiones en la ruta Chiclayo – Monsefú – Puerto Eten, y desde ya existen cuatro proyectos inmobiliarios por construirse”, indica.
EL GREMIO
La Cámara Peruana de la Construcción – CAPECO, agrupa en Lambayeque a 150 socios, siendo – después de Lima – la filial nacional con mayor cantidad de agremiados. Está compuesta por constructores, contratistas, consultores, proveedores de materiales de construcción, universidades, municipalidades y profesionales independientes de arquitectura e ingeniería.
Antonio Rabanal destaca que recientemente CAPECO ha aprobado en su sede central de Lima el nuevo Código y Reglamento de Conducta Ética, que debe ser respetado y aplicado por todos los asociados.
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