A un año y siete meses de haber jurado como presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski se vio orillado a renunciar al cargo luego que se hicieran públicos audios y videos de supuestas negociaciones para evitar que el jueves 22 sea vacado por el Congreso. En medio de la crisis, desde Canadá, el primer vicepresidente Martín Vizcarra Cornejo, quien se desempeñaba como embajador, envió un mensaje haciendo saber no solo su indignación, sino que asume el reto de conducir el país conforme lo manda la Constitución de 1993.
Ascenso y caída
La fórmula presidencia que encabezó Kuczynski y conformaban Vizcarra y Mercedes Aráoz Fernández llegó al poder tras vencer, con poco más de 40 mil votos de diferencia, a Keiko Fujimori Higuchi en la segunda vuelta del 2016.
Desde el principio el gobierno de Kuczynski tuvo un escenario adverso, marcado principalmente por contar con una bancada parlamentaria reducida, frente a los 73 congresistas que logró posicionar Fuerza Popular, y con serios problemas de unidad.
La primera prueba de fuego para el gobierno llegó cuando la bancada de Fujimori censuró al Ministro de Educación Jaime Saavedra. Voces diversas le recomendaron al mandatario que presente una cuestión de confianza para zanjar su posición de gobernante ante el parlamento pero este no atendió los consejos.
Con la censura de Saavedra vino una oleada de ataques directos entre Ejecutivo y Legislativo, que alcanzó incluso al propio Martín Vizcarra, forzado a renunciar a su cargo como ministro de Transportes y Comunicaciones por el caso Kunturwasi, relacionado al aeropuerto de Chinchero.
Durante el tiempo de confrontación Kuczynski echo mano de una carta peligrosa para frenar a Fuerza Popular: el indulto al expresidente Alberto Fujimori, sentenciado por corrupción y violación de Derechos Humanos.
EL PRIMER PEDIDO
Kuczynski vio caer al gabinete de Fernando Zavala cuando este presentó una cuestión de confianza para mantener a la nueva ministra de Educación Marilú Martens y en paralelo otra bola de nieve empezó a sentirse contra el gobierno. El año pasado se hicieron públicos los acuerdos que las empresas consultoras de Kuczynski había sostenido con Odebrecht para asesorarla en dos proyectos: Olmos y la Interoceánica del Sur, justo cuando este se desempeñó como ministro de Estado en el gobierno de Alejandro Toledo.
Así llegó entonces el primer pedido de vacancia contra Kuczynski, el mismo que se debatió el 21 de diciembre del 2017 y del que pudo salir airoso gracias a la abstención de diez congresistas de Fuerza Popular, entre ellos Kenji Fujimori. Tres días después Alberto Fujimori fue indultado con un irregular proceso por supuestas razones médicas.
Desde ese momento, mientras las fricciones en Fuerza Popular, dividida en dos bandos, se hicieron más notorias, Kuczynski tuvo como aliado al menor de los hermanos Fujimori. Viajó con él y los otros parlamentarios que lo salvaron de la vacancia al interior del país sin presagiar que esa cercanía sería más que peligrosa para su gobierno.
PRESIDENTE ARRINCONADO
Luego que se conocieran las declaraciones del ex hombre fuerte de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata, sobre financiamientos dados a la campaña presidencial de Kuczynski en el 2011, más información relacionada a sus negocios con la constructora cuando era ministro de Toledo cargaron en su contra.
Llegó el segundo pedido vacancia que debió debatirse el jueves 22 en el Congreso, pero dos días antes, el martes 20, la bancada de Fuerza Popular reveló lo impensable: Kenji Fujimori, otros dos congresistas disidentes, un ministro, el abogado defensor del presidente y otros personajes más, aparecieron en audios y videos intentando negociar el voto en contra de la vacancia del legislador puneño Moisés Mamani.
A cambio de su voto en contra le ofrecían obras para su región, almuerzos con Kuczynski e incluso porcentajes de los presupuestos de las obras. Mercedes Aráoz, presidenta del Consejo de Ministros, negó la compra de votos en una modalidad muy similar a la que empleó Alberto Fujimori a través de Vladimiro Montesinos.
Ante el escándalo, las fuerzas políticas pidieron la renuncia del presidente, demanda a la que se sumaron congresistas de Peruanos Por el Kambio, el partido de gobierno.
Con el agua al cuello, el miércoles 21, con la publicación de más audios, Pedro Pablo Kuczynski optó por presentar su renuncia a la presidencia del país en una carta dirigida al Congreso en la que lo responsabilizó de obstaculizar su gestión y sin hacer ningún mea culpa. Horas después se emitió un mensaje grabado en la que dio los mismos argumentos, negando haber intentado comprar votos para salvarse de la vacancia.
Ese mismo día la Junta de Portavoces del legislativo anunció el inicio del desafuero de los congresistas implicados en los videos, además de Mercedes Aráoz y Carlos Bruce, y la presentación de una denuncia penal. En tanto el Ministerio Público solicitó al Poder Judicial el impedimento de salida del país de Kuczynski.
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MARTÍN VIZCARRA:
El hombre que no renunció
Escribe: Fernando Vivas
Un colaborador y amigo de Martín Vizcarra, moqueguano fanático de su tierra como él, me contó esta anécdota del trío inamistoso que ganó en el 2016: “Meche Aráoz estaba segura de que iba a ser la primera vicepresidenta, pero PPK, delante de Martín, le explicó que iba a ser la segunda. Meche se puso de todos los colores y se llevó a PPK a un lado. Ahí, él la tranquilizó y le explicó que Martín tenía buena imagen regional, que tuvo éxito en Moquegua, que era mejor así. Regresaron y Meche dijo: ‘Está bien, tú vas a ser el primer vicepresidente pero yo voy a ser la número 1 en la lista del Congreso’. Martín dijo que para él no había problema en eso, y que además él no iba a postular al Congreso. Extrañados, Meche y PPK le preguntaron por qué no quería postular. Martín dijo que no servía para estar sentado, que se aburriría, que quería hacer cosas y, remató, ‘¿además, vamos a ganar, ¿no?’”.
El inminente presidente es un 1,80 m de certezas y algunas caras indecisiones. Las primeras lo llevaron a ser gobernador de su pequeña región. Las segundas a una renuncia y a una accidentada vuelta estelar. Primero candidateó a gobernador con el APRA en el 2006 y por poco gana. Su padre, don César Vizcarra Vargas, fue el líder histórico aprista en la región. Fue miembro de la Asamblea Constituyente en 1978 y bregó para introducir el concepto del ‘canon minero’, que está a la base del ‘boom’ moqueguano.
En el 2010, Martín volvió a la carga con el movimiento Integración Regional por Ti. Ahora sí, tenía todas las de ganar, porque siendo decano del Colegio de Ingenieros local ayudó a inflamar y luego resolver el ‘moqueguazo’, el lío que se armó en el 2008 cuando sus paisanos repararon en que el canon se distribuía inequitativamente hacia su región. Lo entrevisté cuando era jefe de la campaña ppkausa en el 2016 y me dijo: “El ‘moqueguazo’ se generó por unas declaraciones que yo hice [...] En todos los conflictos hubo muertos, en Moquegua no hubo”.
Ya en el poder regional, saltó a las portadas nacionales cuando fue ponchado como un gobernador de excepción: apostó parte del excedente de su región minera a la educación y levantó sus indicadores muy por encima de los promedios peruanos. Para ello, tuvo estrecha relación con el presidente Humala, quien lo invitó a ser primer ministro, pero él prefirió cumplir su mandato de gobernador. Sobre ese período, me contó: “Humala me dijo, ‘ya Conga no va, haz todo el esfuerzo para que salga Quellaveco’”. Y logró una negociación virtuosa con mineros y con el Estado. “Yo tenía una solución. Quellaveco va a generar S/1.000 millones de renta anual. Le dije [a Humala] que me los diera como adelanto [...]. Nuestro plan de gobierno [de PPK] establece el concepto de ‘adelanto social’”.
ADIÓS, MOQUEGUA
La ironía del ppkausismo quiso, ya en el poder y al mando del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), que Vizcarra se involucrara en un adelanto no muy social, más bien controversial: el ofrecido en adenda al contrato del proyecto del aeropuerto de Chinchero para apurar su cierre financiero a costa íntegra del Estado. Primero, defendió la idea con vehemencia en medio de las revelaciones de Lava Jato que mostraban las adendas como recurso habitual de la corrupción; luego empezó a dudar, hasta que renunció de una forma tal que se interpretó su gesto como una forma de conjurar su censura en manos de la oposición a la vez que una discrepancia con la insistencia de PPK en el proyecto. Quienes lo entrevistábamos por aquel entonces fuimos testigos de sus dilemas.
Sin embargo, fueron esas indecisiones previas y la decisión final de apartarse progresivamente del régimen las que le dan hoy el aura de reserva política de la nación, capaz de ganarse la confianza de los fujimoristas (contó que fue tentado por Keiko a candidatear al Congreso en el 2015, antes de ser fichado por PPK), de APP (el vacador César Villanueva es su amigo y ex colega gobernador) y de la izquierda que lo ve en la centroderecha conversable.
Cuentan ex oficialistas que resintieron su renuncia en mayo del 2017, que cuando fue tentado por PPK para volver al Ejecutivo como primer ministro en setiembre, planteó varios cambios ministeriales que no le fueron aceptados. Al parecer, fue una suerte de ardid para mantener su prudente distancia. Un amigo suyo me dijo que estando Fernando Zavala en la PCM, Martín dijo que había que ‘buscar ministros en las instituciones’. Zavala le pidió que se explicara y Vizcarra le dijo que se refería, por ejemplo, a colegios profesionales y gobiernos regionales. Ello nos da una pista del Gabinete que podrá armar ahora tendiendo puentes con los vacadores.
El inminente presidente tiene una maestra moqueguana como esposa, Maribel Díaz Cabello, y cuatro hijos, Diana, Daniela, Diamela y Martino. Diana, la mayor, lo ha hecho abuelo chocho no hace mucho. Si su padre aprista tuvo relación con su interés tardío pero triunfal en la política; su madre, Doris Cornejo, maestra de escuela como la inminente primera dama Maribel, lo debe llevar a apostar nuevamente por el capital social de la educación. Los megaproyectos que legó al controvertido Bruno Giuffra tendrán –me dicen quienes lo quieren– un trato cuidadoso. Todo merecerá sumo cuidado para Martín Vizcarra.
SIDE BOARD:
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CONFERENCIA EPISCOPAL PIDE APOYO PARA NUEVO GOBIERNO
La Conferencia Episcopal Peruana, consideró que el nuevo Presidente de la República, debe recibir el apoyo de todas las fuerzas sociales y lograr un acuerdo de gobernabilidad por el bienestar del país.
“Cumplir el deber constitucional de gobernar es una responsabilidad de todos los poderes del Estado, ninguna autoridad puede sentirse eximida. Quien asuma el liderazgo del Perú, debe promover y recibir el apoyo de todas las fuerzas sociales para generar paso a paso, “un acuerdo de gobernabilidad”.
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BANCADA PPK SE COMPROMETE A APOYAR A MARTÍN VIZCARRA
La bancada de Peruanos por el Kambio (PPK) expresó su compromiso de apoyar a Martín Vizcarra en la Presidencia de la República y consideró que su gobierno debe ser de unidad nacional.
El vocero de este grupo político, Gilbert Violeta, manifestó en redes sociales que, en eras de la gobernabilidad del país, el gobierno de Vizcarra debe ser de unidad nacional y terminar con la confrontación entre el Parlamento y el Ejecutivo.
“En aras de la gobernabilidad, el mandato de Martín Vizcarra debe ser de unidad nacional, que termine con la confrontación entre el Parlamento y el Ejecutivo, y nos permita tener estabilidad política y crecimiento sostenido”, escribió en Twitter.
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