Pese a que los jefes de los servicios de Oncología Médica y Neumología del Hospital Almanzor Aguinaga Asenjo informaron al Órgano de Control Institucional – OCI de EsSalud, sobre el perjuicio que generó la falta de capacidad en las compras y adquisiciones en el 2018, el presidente del Cuerpo Médico de dicho nosocomio, Juan Cruz Venegas, asegura que desconocían lo que pasaba al interior centro hospitalario.
“En caso de que este informe se ajuste a la realidad, nosotros pedimos que se investigue a los responsables, y no solo al gerente de ese entonces, Juan Rodríguez Terrones, sino a todos los gerentes que han pasado por la red asistencial. Nosotros desconocíamos el tema específico del incumplimiento en las contrataciones y compras, pero lo que sí conocemos son las consecuencias que eso genera en el hospital”, sostiene.
CARENCIAS
En la Edición 1020, Expresión dio a conocer los resultados del Informe de Visita de Control Nº 008-2019-OCI/0251-VC, del Órgano de Control Institucional de EsSalud, respecto al cumplimiento en la ejecución del Plan Anual de Contrataciones 2018 de la Central de Abastecimientos de Bienes Estratégicos – CEABE, y las compras delegadas a la Red Asistencial Lambayeque, durante la gestión del exgerente Juan Rodríguez Terrones.
De dicho informe se desprende como conclusión la advertencia de seis hechos que generaron riesgos al cumplimiento del Plan Anual de Contrataciones del período 2018, hallándose un desabastecimiento de medicamentos en algunas áreas de hasta 212 días, nueve procesos de adquisición programados que no fueron ejecutados por la administración y la devolución a 19 pacientes oncológicos de lo gastado en la compra de sus medicamentos por montos superiores hasta en el 317 %, debido a la falta de medicinas en el hospital.
No obstante, Cruz Venegas manifiesta que el Cuerpo Médico desconocía dicha situación, pero sí advierte las consecuencias que eso genera. Por ejemplo, manifiesta que cada vez es más notoria la carencia de insumos y reactivos, lo cual obliga a que las citas en laboratorio se programen con una demora de 60 a 90 días e incluso más para exámenes de plan diagnóstico tales como tomografías, resonancias, estudios laboratoriales, entre otros, lo cual pone en riesgo la salud del paciente y dificulta la labor del profesional asistencial.
Expresa que durante febrero y marzo de este año hubo un desabastecimiento de hasta el 17 %, siendo lo mínimo permitido el 10 %. Para bienestar de los pacientes, Cruz Venegas afirma que esta situación ya se ha solucionado.
Respecto a la atención de primera consulta, señala que un paciente que viene por referencia de un policlínico tiene que esperar de 90 a 120 días para ser atendido, lo cual trae implicancias en el curso de su enfermedad.
“Lo que exigimos es que se nos provea de mejores condiciones de trabajo, lo cual implica que contemos con el material necesario, es decir, los insumos, reactivos y los mismos profesionales, pues nosotros no estamos solamente para trabajar en el plan recuperativo de la salud del paciente, sino para defender su salud, y eso implica su derecho a que sea atendido con calidad y calidez”, sostiene.
ALTERNATIVAS
Cruz Venegas comenta que en algunos casos los médicos pueden suplir las carencias de medicamentos utilizando algunos que tienen las mismas características. En el caso de los antibióticos, por ejemplo, señala que si el germen a combatir es un gran positivo, se puede ver en el antibiograma qué medicamentos son efectivos y así suplir uno por otro.
No obstante, en algunas especialidades como la de psiquiatría a la cual pertenece Cruz Venegas, no se puede cambiar de medicamento a un paciente que está evolucionando bien con uno, pues hacer estos ensayos puede causar un retroceso. A esto se le llama idiosincrasia farmacológica.
“Mucho más grave aún es que haya desabastecimiento de los medicamentos oncológicos, pues allí no puedes usar otras alternativas. Cambiarle de tratamiento implica una recaída del paciente y eso genera su ingreso por emergencia y la ocupación de una cama, lo cual aumenta los costos. Nosotros más bien cuidamos que la institución siquiera ahorre y no esté rehospitalizando pacientes, cuando es tan simple la compra de los medicamentos”, asevera.
Afirma que los médicos son conscientes que muchos pacientes suelen tomarse las tomografías de forma privada e incluso compran los medicamentos, lo cual aumenta el gasto en el bolsillo de los asegurados y, a la vez, el gasto de EsSalud.
Añade que en las compras centralizadas los medicamentos tienen un menor costo que en las compras que se hacen de forma delegada, es decir, por la misma red asistencial de Lambayeque, por lo que la administración misma está ocasionando perjuicio económico.
“Tiene que haber una revisión de los procesos, pues nosotros desconocemos cómo se manejan estas cosas. Hemos insistido varias veces para sostener reuniones con los gerentes para trabajar juntos y que todo se dé de forma más ordenada, pero hasta ahora no encontramos eco. Su política de ellos es de oídos sordos”, puntualiza.
SUSPENSIÓN DE LAS GUARDIAS
Por otro lado, Cruz Venegas señala que el gerente del hospital, Romel Castañeda Vásquez, ha dispuesto que se suspendan las guardias de hospitalización en las áreas de medicina interna, pediatría y cardiología, lo cual consiste en que los médicos de Emergencia que estaban destinados a estas áreas por si ocurriese alguna contingencia, ya no seguirán allí.
“¿Si un niño se pone mal, van a llamar al médico de emergencia para que suba a piso? ¿O si en cardiología le da un infarto a alguien, vamos a esperar a que venga el médico? Y es por un capricho que los quieren sacar. Dicen que es una normativa que ha dado la Gerencia Central de Prestaciones de Salud, pero qué sabe Lima de la realidad de nosotros”, cuestiona.
MEDICINA INTERNA
Por su parte, el jefe del Servicio de Medicina Interna, Milko Ugaz Zegarra señala que una de sus preocupaciones es el traslado de la Unidad de Cuidados Especializados de Medicina Interna – UCEMIN, a la Unidad de Cuidados Intensivos Intermedios - UCIN.
Explica que el Servicio de Medicina Interna tiene 35 camas, de las cuales seis tienen monitor, los mismos que les sirven a los galenos para observar los signos vitales de los pacientes con una mayor frecuencia cuando estos son inestables, es decir, que necesitan de un mayor cuidado sin necesidad de requerir un ventilador mecánico.
Refiere que el paciente con algún grado de inestabilidad es aquel que llega al servicio desnutrido, deshidratado, con taquicardia u alguna infección. Señala que son precisamente esas seis camas que conforman UCEMIN, las que quieren trasladar a la UCIN.
“Estos son monitores de tres a cinco parámetros, no más, y no son para monitoreo invasivo, sino monitoreo simple. Las camas con dichos monitores las hemos usado por más de 20 años en el servicio y nunca ha habido ningún problema. Al contrario, nuestra tasa de uso de camas es del 109 %, es decir, sobrepasamos la capacidad instalada que tenemos”, afirma.
No obstante, Ugaz Zegarra comenta que de una forma inconsulta y arbitraria pretenden defenestrar esas camas con monitores para llevarlas a UCIN, alegando su necesidad por el brote epidémico del Síndrome de Guillain – Barré y una supuesta incapacidad de los médicos internistas para atender a este tipo de pacientes.
“El Guillain – Barré es un brote epidémico que ya no está activo y el que los internistas no estamos capacitados para atender este tipo de pacientes con inestabilidad es falso. En la misma emergencia del Almanzor el 70 % de los médicos son internistas, es parte de nuestro perfil como profesionales el atender estos casos”, afirma.
Anota que en Medicina Interna se tiene a cargo 12 mil 500 días cama – paciente, concepto que señala el total de días que se tienen ocupadas las camas por todos los pacientes que ingresan durante el año. En tanto, menciona que las unidades de cuidado crítico solo tienen la quinta parte de ocupación.
“La sala de Medicina Interna del Hospital Almanzor es la única sala de referencia en todo el departamento, no hay otra más de EsSalud. En nuestro servicio no hay una sola cama vacía durante todo el año. Tal es así la ocupabilidad que el lapso en que un paciente deja una cama y otro la vuelve a ocupar fluctúa entre dos a tres horas, el tiempo justo que tarda esterilizar los elementos de la cama para volverla a utilizar”, asevera.
Explica que atienden aproximadamente tres pacientes por mes en una cama, pues cada uno tiene un período de hospitalización de 10 a 12 días.
“El médico intensivista tiene su especialidad y es para áreas críticas, los internistas manejamos las áreas generales. Las camas que quieren quitar de Medicina Interna no son las adecuadas para las áreas críticas. Ese departamento cuenta con espacio suficiente para implementar ocho camas más de atención crítica tecnificada como para que pretendan quitarnos las de Medicina Interna”, anota.
Este hecho y los antes mencionados generaron que en asamblea del 4 de julio los médicos decidan hacer la denuncia ante la Fiscalía de Prevención del Delito y exijan la destitución del gerente de la red asistencial, del hospital y los gerentes de línea.
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