Con 78 años a cuestas y más de 40 dedicados a la conservación de patrimonio histórico, César Maguiña Gómez levanta su voz ante las autoridades municipales por el estado en que se encuentra la infraestructura monumental de Chiclayo, cuyo cuidado, pese a ser responsabilidad del ayuntamiento, ha sido dejado de lado. Además, señala la necesidad de poner en valor las casa-haciendas, las locomotoras de la estación ferroviaria de Eten, las esculturas de la parroquia de Zaña, entre otras reliquias.
¿Por qué en Lambayeque no se ha logrado lo que en determinado momento pudo avanzarse en Trujillo respecto al rescate, mantenimiento y puesta en valor del patrimonio arquitectónico, principalmente de las casonas?
La conservación del patrimonio cultural tanto mueble como inmueble está normada por una serie de dispositivos legales que designan a las municipalidades como responsables. En su ley orgánica se señala que estas son las encargadas de la conservación, protección y restauración del patrimonio. Estos gobiernos subnacionales deben trabajar en coordinación con el Ministerio de Cultura, pero hasta ahora no se han implementado oficinas especializadas, de tal modo que las comunas incurren en omisión de funciones y las autoridades podrían ser denunciadas por cualquier ciudadano.
Por otra parte, no sé qué pasa con el Ministerio de Cultura que últimamente se demuelen una serie de monumentos históricos, como pasó con el atrio de la Iglesia de San Pedro de Lambayeque, destruido en su totalidad con la justificación de que no era un atractivo turístico, cuando no se trata de eso, sino de que es un Patrimonio Cultural de la Nación.
Además, lo demolieron basándose en una supuesta mejora que tenía un expediente técnico mal hecho, lo cual debió ser revisado por dicho ministerio…
Allí rompieron pisos originales y pusieron en peligro a la misma iglesia porque las vibraciones que ocasionaron por las excavaciones con la maquinaria pesada podrían haber causado el colapso del recinto.
Aquí hacen licitaciones y la empresa constructora que gana entra sin ningún conocimiento de patrimonio cultural. Según fuentes informativas, la empresa que ganó la licitación para arreglar el atrio estuvo comprometida con la obra de agua y desagüe en Lambayeque, la misma que tuvo múltiples quejas.
Hace algunos años estuvo en Chiclayo el restaurador Víctor Pimentel Gumendi, quien ha desarrollado importantes trabajos de restauración a nivel nacional, y comentó que le parecía inadmisible la situación del edificio del Politécnico Pedro Labarthe. Usted propuso hace tiempo que a lo largo de la calle Colón - que debe ser peatonalizada - se establezca un corredor cultural histórico que parta del viejo convento de Santa María, pase por el politécnico y llegue hasta la estación del ferrocarril. ¿Por qué sería necesaria dicha intervención?
Con la peatonalización de la calle Colón estaríamos creando un atractivo turístico que Chiclayo no tiene. En el sector turismo se quejan porque los turistas vienen de Trujillo en la mañana y en la tarde se regresan porque no hay nada que ver. Bueno, en la citada calle podrían abrirse tres museos al hilo: uno virreinal con el antiguo convento, uno del período de la industria con las maquinarias que se usaron en todas las haciendas azucareras y otro ferroviario en la Estación del Ferrocarril y Muelle de Pimentel, colocando alguna de las máquinas que se están destruyendo en Puerto Eten.
Resulta irónico que habiendo sido Chiclayo un núcleo ferroviario en el norte, ninguna locomotora esté en la ciudad para exhibirla. Todas están en los distritos azucareros o abandonadas en Puerto Eten.
Y no necesitamos un gran edificio para hacer un pequeño museo ferroviario. A la estación del ferrocarril podría trasladarse alguna de las máquinas, previa restauración y puesta en valor. Hay bastantes fotografías y se pueden conseguir una serie de elementos para hacer un museo de este tipo.
En algún momento usted también habló de la conservación de las casa-haciendas en Lambayeque. Se tiene la de Pucalá, Pátapo, Tumán, Pomalca, Cayaltí, La Viña, Batangrande, Yencala, etc., que están prácticamente abandonadas.
Son como 15 casa-haciendas, cuya mayor concentración está en el sector de Chiclayo- Chongoyape. Lamentablemente están destruyéndose. Hay una serie de maquinarias, implementos, ferrocarriles y tractores a vapor que se podrían concentrar en el politécnico como un museo de la industria del siglo XIX, en vez de estar abandonados y expuestos a un canibalismo extraordinario, pues cada vez se llevan más las piezas de metal.
Es preocupante el caso de las exhaciendas, ya que los permanentes conflictos que mantienen enfrascadas a las empresas azucareras terminan dañando a las viejas casonas que sirven para resguardar tiradores, muchas veces reciben bombas, piedras y en algún momento hasta las han quemado.
Y no solo es su arquitectura, sino los archivos que tienen. Si bien es cierto, gran parte del mobiliario fue saqueado cuando entró la reforma agraria (hasta los servicios higiénicos), todavía queda algo, además de la infraestructura y los archivos documentarios. No hay ningún circuito turístico de Chiclayo a Chongoyape, teniendo todos estos recursos.
La vez pasada fui a Tumán para ver una pintura, pero no pude entrar a la capilla de Santa Anta porque la mantenían cerrada por los conflictos azucareros, entonces fui al Club Tumán y me encontré con una colección de copas del equipo de fútbol que tenían, lo cual podría ser también un atractivo turístico. Hay un trofeo de metro y medio de alto que circulaba por todas las haciendas del norte cuando estas ganaban la competencia deportiva. El torneo se celebraba anualmente, pero con la reforma agraria dejó de jugarse y se quedó en Tumán, donde está el último club campeón.
Otro espacio geográfico muy interesante es el corredor entre Cayaltí y Lagunas. En la casa hacienda de Cayaltí estuvo el criadero de caballos de Paso Peruano más importante del país, en Zaña están las iglesias y el convento, además de algunas piezas de ornamentación religiosa que estaban abandonadas y que usted junto a otras personas se encargó de recuperar, mientras que en Mocupe está la antigua iglesia de San Juan de la Punta.
En la parroquia de Zaña existen ocho esculturas del siglo XVII, pero su estado de conservación es tan malo que están rotas y hasta quemadas, siendo de primera calidad. Por ejemplo, hay una virgen que yo creo puede ser de origen sevillano, hay una tabla de la familia de la virgen en alto relieve que puede haber formado parte de alguno de los retablos. Todo eso debería exhibirse en un solo salón.
Yo he presentado varias veces propuestas para restaurarlas, las cuales inclusive no contemplaban dinero de la municipalidad, sino que buscaba la cooperación internacional. Hasta tenía el compromiso de dos restauradoras españolas que querían venir gratis, pero no se hizo nada y de eso ya han transcurrido varios años. La municipalidad es la primera responsable del patrimonio de su jurisdicción.
Las mismas autoridades de la Dirección de Cultura le han dado mucha más importancia a la arqueología (más de 150 millones de soles invertidos), mientras que al patrimonio colonial y republicano no le han dado nada. Me acuerdo que hace 12 años pedí el apoyo de las autoridades para proteger la capilla de Mórrope (La Ramada) de las lluvias que se venían y me contestaron que solo podían darme esteras. Es la única capilla de esas características en todo el país y actúan como si no les importara.
A mí me gustaría que haya un equipo de conservadores para poder levantar todo esto. En la Biblioteca Eufemio Lora y Lora, por ejemplo, la pintura mural se cae por pedazos porque hace cuatro años mandaron a los obreros a limpiar la fachada y lo hicieron con escobas y detergente. El resultado de su acción es que ahora se están pelando las paredes.
¿Por qué está casi destruido el centro histórico de Chiclayo? Ha perdido totalmente su identidad arquitectónica y quien debe responder ante eso es la municipalidad, porque sus funcionarios son los que autorizan o se inmutan ante las demoliciones, como sucedió con la Casa Townsend o la casona que estaba en la esquina de Vicente de la Vega y 7 de Enero que ahora es una cochera.
A inicios de la década del 60 el alcaldes Carlos Castañeda Iparraguirre ordenó la demolición de la Iglesia Matriz y muchas de las imágenes que eran únicas terminaron dispersas en casas privadas. ¿Se tiene rastro de su paradero?
Bueno, el cristo crucificado está en la Basílica de San Antonio. Lo tenía una familia y por gestiones de uno de los sacerdotes de allí fue a parar a la iglesia. La Virgen Inmaculada que estaba en la portada del templo está en una escuela de la Urbanización Villarreal. Yo hice algunas gestiones para rescatar esa virgen, restaurarla y devolverla otra vez a los padres franciscanos para que allí se exhiba, pero en la institución se opusieron, argumentando que era de ellos, cuando en realidad es de la ciudad. ¿Qué hace esa virgen de casi metro 80 de alto y apolillada en un rincón?
Por otro lado, desde hace cuatro años estamos gestionando que la casa de Karl Weiss se convierta en un museo, el cual sería el único de ese tipo en Lambayeque, pero hasta ahora no hay nada concreto.
¿De quién depende?
Eso depende del Colegio de San José que tiene un organismo que cuida los bienes, entre comillas, pero en realidad no funciona hace tiempo. Ahora la casa Karl Weiss está llena de basura, abandonada. Nosotros hemos propuesto que se convierta en museo, porque hay una colección pictórica de 150 obras de arte del propios Weiss que están encajonadas y queremos exhibirlas. ¿Qué lugar más ideal que su casa, la cual él mismo diseñó y construyó? Además, su tumba está apenas a unos metros.
Deja tu Comentario