El decano del Colegio de Arquitectos del Perú, Arturo Yep Abanto, señala que las obras de la reconstrucción en los departamentos afectados por El Niño Costero no responden a planes de desarrollo y ordenamiento, lo que impide que la inversión sea realmente efectiva para reducir la vulnerabilidad frente a fenómenos similares o mejorar las condiciones de vida de la población.
El gobierno nacional acogió la propuesta de la Contraloría General de la República para la reactivación de cientos de obras que están paralizadas por arbitrajes, procesos judiciales o el abandono de los ejecutores, la mayoría por errores en los expedientes técnicos. ¿Qué recomendaciones tiene el Colegio de Arquitectos del Perú para esto sea realmente efectivo a favor de las poblaciones que hace muchos años esperan las obras?
Las recomendaciones que hace la Contraloría General de la República son muy pertinentes porque todas estas obras paralizadas representan un costo para el país. Las obras paralizadas implican una obligación por parte de las entidades contratantes en reconocer gastos generales a las empresas constructoras. Esto se origina porque, como se ha dicho, en la mayoría de casos responde a errores en el expediente técnico.
Efectivamente hay que dar las facilidades, hay que tomar las medidas excepcionales para que, por ejemplo, se puedan corregir especificaciones técnicas. Un caso concreto son los hospitales. Hay muchos hospitales terminados pero no pueden ser entregados simplemente porque la etapa final corresponde a equipamiento y esto se hace con equipamiento obsoleto.
Es absurdo lo que ha estado pasando respecto a los hospitales. Generalmente los proyectos de hospitales incluyen no solo obras, sino también equipamiento. Un hospital se construye entre cuatro y seis años, pero si el equipamiento se rige a un expediente de esa antigüedad lo que se entregará será obsoleto, dado el avance de la tecnología.
Juntar en un mismo expediente técnico las obras civiles y el equipamiento de los hospitales, ¿es un error del Estado?
El equipamiento se debe contratar al final, cuando ya se tiene la obra física. No quiere decir que en el expediente de construcción no se debe contemplar los requisitos técnicos como las instalaciones, por ejemplo. Claro que sí. El expediente debe contener especificaciones respecto a las conexiones eléctricas, de agua y gas, para que se puedan instalar los equipos.
¿El Colegio de Arquitectos ha planteado esta recomendación al Ministerio de Salud que es el que licita la construcción de hospitales?
Hemos tenido oportunidad de explicarlo al Centro Nacional de Planeamiento Estratégico – CEPLAN, que es donde se defines los lineamientos estratégicos para la ejecución de proyectos en cada sector. Para los técnicos del CEPLAN fue una sorpresa enterarse de esto, no lo conocían al detalle.
También lo hemos expuesto a los funcionarios del Ministerio de Salud. Sin embargo, la actitud normal de estos funcionarios es que asumen que tienen pleno conocimiento de lo que debe hacerse y no consideran importante lo que hemos planteado, pese a que la ministra sí aceptó la sugerencia.
Los equipos técnicos se creen los suficientes para resolver este tipo de problemas pero ya sabemos que no es así, por eso es importante la intervención de la Contraloría.
El presidente del Consejo de Ministros, durante la exposición de su plan de trabajo, señaló la necesidad de poner el acelerador al proceso de reconstrucción en los departamentos afectados por El Niño Costero 2017. La receta es incorporar al equipo técnico de los Panamericanos en la Autoridad Para la Reconstrucción con Cambios - ARCC. ¿Cree que habrá resultados? ¿No hubo un error en la concepción de la ARCC al no darle la condición de unidad ejecutora?
Tan pronto ocurrió el Fenómeno El Niño Costero nos reunimos con los decanos del norte del país para evaluar las acciones que planteaban los funcionarios de la Reconstrucción con Cambios y alcanzamos sugerencias al gobierno, señalando la importancia de actuar.
Es cierto, hubo una etapa de emergencia, pero después de esta había que trabajar en planificación. La ARCC entendió que planificación era solo el aspecto económico. Nosotros hablábamos de planificación territorial, porque lo que importa en un proceso de seguridad es identificar locaciones importantes o el tipo de edificaciones físicas que deben adaptarse para reducir los riesgos. Ellos entendían que acelerar era asignar recursos económicos a los gobiernos regionales y locales. Nos decían: “Sabemos lo que tenemos que hacer” y a eso se abocaron.
¿Esa no era la respuesta técnica?
Por supuesto que no, porque si se entrega recursos económicos a un gobierno municipal o regional eso no es suficiente para lo que se tiene que hacer. Por ejemplo, si se quiere hacer el drenaje pluvial antes debe implementarse el plan de ordenamiento y eso significa planificación. Si no se ha trabajado en planificación no se podrá ejecutar el gasto.
Y además tener un plan integral de saneamiento básico que se ejecute a la par de la construcción del drenaje pluvial…
Todas las acciones que tienen que ver con modernización de las ciudades o la rehabilitación de su infraestructura tienen que ver con la planificación; es decir, con el Plan de Desarrollo Urbano o el Plan de Ordenamiento Territorial.
Cuando ellos lo entendieron le dieron la responsabilidad al Ministerio de Vivienda y cuando este asume la tarea también produce una distorsión, porque en vez de elaborar lo que se conoce como planes maestros de reconstrucción lo que hizo fue lanzar un concurso para planes de desarrollo urbano y planes de acondicionamiento territorial.
¿Cuál es la diferencia entre uno y otro?
El Plan Maestro de Reconstrucción resuelve el pasivo que se ha asumido con las personas damnificadas, el pasivo que se ha asumido con la ciudad. Significa rehabilitar lo dañado. No se trata de hacer el plan integral de una provincia, porque eso es posterior. El objetivo inicial debió ser atender a las personas damnificadas.
Esta no es una historia nueva, al contrario, ya se ha experimentado en Chile. Dicho país fue azotado por un sismo y un tsunami (2010). Hubo 220 mil damnificados y en un proceso de cuatro años concluyeron no de planificar, porque eso lo hicieron en un mes, sino de atender a la totalidad de los afectados y de construir las obras de mitigación que reducen los riesgos ante cualquier fenómeno similar. ¿Cómo lo hicieron? Con planes maestros de reconstrucción.
¿Desde la desactivación del Instituto Nacional de Desarrollo Urbano – INADUR, no se ha llenado el vacío de la planificación urbana y territorial en el Perú?
La desactivación del INADUR prácticamente dejó sin asistencia a las ciudades del país. Ese vacío no se ha llenado. El Ministerio de Vivienda ha tratado de suplirlo y no ha podido, y se ha expuesto a una crítica: al haber asumido las competencias del INADUR debió asistir a todas las municipalidades, pero la realidad es que menos del 20 % de ciudades tiene planes aprobados.
Lo peor es que de los planes urbanos aprobados, solamente el 10 % de los proyectos de inversión urbana identificados en dichos planes tiene viabilidad por parte del Ministerio de Economía y Finanzas. La pregunta es de qué han servido esos planes.
El gobierno nacional, el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, como órgano ejecutor de los planes de desarrollo urbano, en ese sentido ha fracasado. No digo que en este gobierno, sino en los más de 20 años que tiene de desactivado el INADUR.
¿Cuál es su análisis de la política de vivienda social que aplica el Estado a través del Programa Mi Vivienda?
El desarrollo inmobiliario ha dado muestras de avance importantes para la ejecución de los proyectos de Mi Vivienda, hay un crecimiento sostenido, aunque bajo en los últimos años.
Lo que sí se nota es que cuando se promueve la inversión en este sector se debe promover la inversión en los diferentes prototipos de vivienda. No solamente se debe promover la vivienda masiva, sino también para los diferentes segmentos económicos. Es decir; el desarrollo de la vivienda unifamiliar, con otro tipo de créditos; el desarrollo de edificios multifamiliares de menor tamaño, porque no todos quieren vivir en grandes edificios. Es en esos aspectos que no se nota atención a todos los segmentos.
Precisamente sobre la construcción de viviendas en Lambayeque se ha presentado una experiencia lamentable: Entidades Técnicas nombradas por sorteo por el Ministerio de Vivienda para construir módulos definitivos para los damnificados de El Niño Costero hoy los están demoliendo porque no se garantizó la calidad de los materiales. ¿Qué opinión ameritan estos hechos?
El problema es que la mayoría de los proyectos de respuesta inmediata que están vinculados a la emergencia de El Niño están exonerados de los procesos de revisión, pero eso no excluye a la autoridad ejecutora de invitar a los colegios profesionales para que den aportes técnicos a fin de evitar malas inversiones y decisiones. Eso es importante decirlo.
Algo que lamentablemente se dejó de hacer en el país fue la promoción de concursos de arquitectura para identificar las mejores locaciones y características constructivas, con diseños que resuelvan verdaderamente los efectos del riesgo.
Cuando se dejó de convocar a concursos de arquitectura el país perdió la oportunidad de seguir ejecutando los mejores proyectos. Cuando se hacen proyectos que dan la impresión de haber sido otorgados a dedo, en lo real se están ejecutando obras con errores, sobrevaloradas o con pérdida de la calidad constructiva.
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