A diez meses para que concluya la gestión municipal de Marcos Gasco Arrobas como alcalde de Chiclayo, el regidor Orlando Puell Varas refiere que desde el 2019 a la fecha no se han dado los pasos necesarios para atender los problemas fundamentales que tiene la provincia, como el del ordenamiento, regulación, reglamentación y fiscalización del transporte.
En la lista de tareas pendientes, el concejal cita también al comercio ambulatorio, sector sobre el que aún no se da una intervención eficaz para lograr que los ambulante, que aún ocupan el perímetro del Mercado Modelo, tengan un puesto de trabajo estable, pese a que la comuna tiene puestos disponibles en los otros mercados municipales.
“Tampoco se han iniciado las acciones articuladas en las gerencias. Han pasado más de tres años de la gestión y lo que se ve es que mientras una gerencia propone una ordenanza, las otras se contraponen a la iniciativa. Un ejemplo de ello es la falta de coordinación con el Servicio de Administración Tributaria – SATCH, lo que genera una vulneración en el derecho de todos los ciudadanos a los que se pretende aplicar sanciones o a los que no se les reconocen los beneficios que se acuerdan en sesión de concejo”, explica.
Ciudad sucia
La falta de limpieza pública es otro de los problemas que menciona Puell Varas como pendiente de resolver por parte de la autoridad municipal.
“Desde el inicio de la gestión hasta hoy no se ha mejorado nada respecto a la basura, el problema sigue igual o empeorando. Recuerdo bien que a inicios del 2019 la ciudad no estaba tan cochina como ahora. Si bien había deficiencias, porque solo se operaba con ocho compactadoras, aproximadamente, tan pronto inició esta gestión era necesaria una intervención inmediata para el mantenimiento de la maquinaria. Sin embargo, eso no se hizo. Hoy se trabaja con seis, con cinco y hasta cuatro compactadoras y el resultado es que más de la mitad de la basura que se produce a diario se queda en las calles”, acota.
Orlando Puell enfatiza que es evidente que no existen condiciones como para dar nota aprobatoria a la gestión de Marcos Gasco. Afirma que si – por lo menos – hiciera algo positivo en los meses que le restan del mandato, podría recibir al menos algún reconocimiento de la población. Empero, la realidad difiere de ello.
Ejecución de recursos
“No se ha logrado crecer en infraestructura para la ciudad. Esa es otra de las deficiencias de la actual gestión. En el 2019 se devolvieron aproximadamente 37 millones de soles; en el 2020, cerca de 44 y el año pasado, al 31 de diciembre, se dejó de ejecutar aproximadamente 69 millones de soles. Eso evidentemente nos atrasa como ciudad”, cuestiona el regidor.
Añade que no se puede atribuir a falta de competencia para la ejecución de presupuestos en la municipalidad de Chiclayo, porque esta es unidad ejecutora de obras educativas financiadas por la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios – ARCC.
“La comuna no pudo llevar adelante la ejecución de las obras educativas que se le encargó oportunamente y ahora, en momentos en que se discute sobre el retorno a la presencialidad de los estudiantes, miremos el daño que se ha causado”, acota.
Gastos en sueldos
La comuna provincial ha destinado la mayor parte de sus recursos – afirma el regidor – al pago de locadores de servicios. Solo el año pasado, se estima que fueron dos mil 500 contrataciones bajo esa modalidad. Esto representa, aproximadamente, 15 millones de soles solo en el 2021.
“Se paga tanto en personal. Sin embargo, la producción no va de la mano con lo que se les paga. Recuerdo muy bien que en febrero del 2020 la justificación del alcalde, para aumentar los sueldos a sus funcionarios de confianza, fue que contrataría a los mejores y estos tendrían una mayor producción. En el 2020 no ocurrió eso, en el 2021 tampoco y este año seguimos en los mismos. Solo en gerentes y subgerentes son aproximadamente cinco millones de soles los que se gastan al año. Si a eso le sumamos los dos mil 500 locadores, la cifra es exorbitante”, señala.
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