Carlos Guerrero Duren fue sometido a un trasplante de riñón el 23 de septiembre del 2013. Tuvo complicaciones de insuficiencia renal crónica y se hizo tratar en el Hospital Almanzor Aguinaga Asenjo, donde se le practicaron una serie de exámenes para posteriormente ingresar a la lista de espera. Actualmente lleva una vida tranquila y asiste a sus controles de parámetros de úrea y creatinina, y recibe medicamentos inmune supresores para impedir que su organismo rechace el órgano implantado.
Contrajo el mal cuando trabajaba en Huaráz por siete meses, ciudad en la que enfermó de Bartonella o también conocida como la enfermedad de Carrión o la fiebre de la Oroya. Regresó a Chiclayo para hacerse tratar y pasó por varios exámenes generales antes del trasplante. En el proceso se sometió a evaluaciones en psiquiatría, nefrología, urología, oftalmología, cardiología y otras especialidades más.
Permaneció 30 días a la espera de un donante, hasta que el 23 de septiembre del 2013 recibió la llamada de la Unidad de Procura del Hospital Almanzor Aguinaga y fue inmediatamente internado para el trasplante de riñón.
“No supe quién me donó el riñón, pero me dijeron que fue una persona que tenía muerte cerebral. Uno de sus riñones me lo implantaron a mí y el otro fue destinado a otra persona”, declara Omar Guerrero.
El virus de la Bartonella lo adquirió por la picadura de un mosquito y esto provocó que sus defensas cayeran al punto de empezar a eliminar los glóbulos rojos, originándose la insuficiencia renal crónica; quedando sus riñones imposibilitados de depurar las toxinas, sumándose además problemas a la visión que generaron ceguera.
SE SIGUE LUCHANDO
En el Almanzor Aguinaga Asenjo a través de Procura se siguen haciendo los trasplantes de riñón y córneas. Los donantes pueden ser todos, pero hay requisitos médicos que limitan la capacidad de donación. Hace años, por ejemplo, las personas mayores de 65 años no podían donar. Hoy sí es posible, sobre todo cuando se trata de riñones, debido a que pueden implantarse en pacientes de la misma edad.
Los trasplantes son aplicables tanto a niños como a personas de hasta 70 años de vida, según la normativa a nivel nacional. Pueden ser donantes una persona que pesa más de diez kilos, hasta los setenta años, e incluso ha habido casos de donantes de 80 años pero únicamente de tejidos. Los donantes pueden ser personas sanas que desean entregar una parte suya para beneficio de otra, o personas que presenten muerte cerebral. En este último grupo se encuentran personas que arribaron a tal condición por accidentes de tránsito, golpes o aneurismas, por ejemplo.
Un claro ejemplo de que no importa la edad es el caso de un adulto mayor, que donó sus córneas beneficiando a dos pacientes en lista de espera.
En el país, se registra en promedio una muerte al día por falta de donante de órganos.
Desde Hospital Almanzor Aguinaga se han derivado a Lima órganos como corazones y pulmones, debido a que en Lambayeque no se hacen ese tipo de trasplantes aún.
¿QUIÉN ES PRIMERO?
“Cuando tenemos un donante partimos por la compatibilidad y para ello se hace un estudio de histocompatibilidad, para evitar o minimizar el rechazo del organismo. Luego se procede a revisar quiénes son los pacientes que están esperando más tiempo a nivel regional; si no hay compatibles se busca en la lista macroregional o en la nacional. Para avisar a los pacientes ellos tienen que tener su celular encendido todo el día, porque las oportunidades se presentan en cualquier momento y existen casos en los cuales los pacientes están lejos, no pueden llegar al trasplante, y debemos darle prioridad a otro de la lista”, explica el médico Pedro Rodríguez Quesñay, médico urólogo, jefe de la Unidad PROCURA Lambayeque.
El encargado de vigilar todo el proceso de trasplante es la Organización Nacional de Donación y Trasplante – ONDT, perteneciente al Ministerio de Salud, que se encarga de supervisar todos los procesos de trasplantes realizados en el MINSA, EsSalud, las Fuerzas Armadas y clínicas privadas, con la finalidad de observar la trasparencia de los mismos.
En el caso de Lambayeque, la unidad de trasplante del Almanzor Aguinaga, que es la única en región, está pasando por un proceso de acreditación. “Por reglamentación hay que tener una serie de parámetros, pero hay que recalcar que acá se cuenta con el personal capacitado y con experiencia. El hospital cuenta con personal formado y capacitado como cirujanos vasculares y generales, nefrólogos, cardiólogos, urólogos e intensivistas”, comenta el galo.
En lista de espera hay mil 800 pacientes, de los cuales solo 40 están aptos para el trasplante. En Lambayeque hay aproximadamente 35 casos de personas que han presentado muerte cerebral y han podido ser donantes, sin embargo un serio problema es el de la aceptación familiar.
En promedio, al año, seis familias aceptan la donación de los órganos del paciente con muerte cerebral, permitiendo que el Hospital Almanzor realice 12 trasplantes renales y 14 de córneas.
Intensiva lucha
Entre las actividades que desarrolla la Unidad de Procura están las campañas de difusión de la cultura de donación de órganos, porque no se necesita ingresar a un cuadro de muerte cerebral para ello. Fechas importantes en este objetivo son el 23 de mayo, cuando se celebra el Día del Donante y también del 21 al 27 de septiembre, durante la Semana del Donante.
Otro de los trabajos es concientizar a los propios familiares de los pacientes en lista de espera a que se conviertan en donadores vivos, para ayudar en la recuperación de sus seres queridos.
“En nuestra región se mezclan varias culturas, un familiar de una persona cadavérica puede dar consentimiento a que se extraigan los órganos, pero existen otras personas que, por ejemplo, por razones religiosas se oponen a ello”, comenta Rodríguez Quesnay.
Otro factor es que las personas piensan que se traficará con los órganos y para ello se intenta dares a conocer que existe Ley General de Donación y Trasplante - Ley N° 28189 y su Reglamento que establecen cómo es el marco normativo de la donación de órganos.
“Cuando se da la muerte cerebral, la persona se encuentra muerta por ley; si sigue latiendo el corazón y los demás órganos siguen funcionando es porque los médicos lo hacemos con la finalidad de que esos órganos no se mueran. Muchas personas desconocen eso incluso personal médico. La familia siente temor porque piensa que a su paciente le van a quitar los órganos de una forma cruel (debido a su estado) y eso no es así”, señala.
Rodríguez Quesnay indica que lo que se realiza es un exéresis, que una cirugía, cumpliéndose todos los protocolos y las medidas éticas posibles. “El lado cristiano también se lleva de la mano al momento de hacer este acto, se hace una oración de parte de todos los que van a realizar la operación y se pronuncia el nombre de la persona y se rinde un minuto de silencio. No podemos deshumanizarnos frente a un acto de amor”, afirma.
La persona que recibe un trasplante de órganos adquiere una mejora la calidad de vida, en tanto el donante prolonga la supervivencia y salva vidas en las personas que han recibido parte de su cuerpo.
“Nosotros queremos lograr un modelo como el de España, que tienen un sistema en el que todos están concientizados y si una persona necesita un trasplante hay muchos que se ofrecen voluntariamente”, señala el médico.
ALTOS Y BAJOS
En el 2008 había 0.8 donantes por cada millón de habitantes, eso quiere decir que había menos de 29 donantes nivel nacional. Sin embargo, la situación empezó a cambiar a partir del 2009 gracias a las estrategias de comunicación, imitando el modelo español.
Hoy en día la estadística nacional indica que hay hasta dos donantes por millón de habitantes y en el 2011 hubo un pico más alto llegando a la cifra de cuatro donantes por millón. La cifra más reciente es de tres donantes.
“Un caso que perjudicó el crecimiento de la donación de órganos fue el del ex conductor de televisión Jorge Henderson Palacios, porque la prensa especuló que él había conseguido un donante para trasplante de hígado que se le practicó, lo que finalmente se descartó. Eso trajo consigo de que no hubiera ningún donante el año 2013 bajando la tasa de cuatro donantes a dos donantes por millón de peruanos”, explica el jefe de la Unidad de Procura.
“Entrevistar a la familia es un momento muy duro, pero se tiene que hacer, debido a que son ellos quienes pueden autorizar y firmar el permiso para que sean extraído los órganos del donante. Por ley también un familiar puede decidir a última hora no proseguir y cancelar toda la operación”, anota.
RECOMENDACIONES
El médico señala que las personas que desean donar sus órganos, deben hablar con sus familiares, para que cuando se presente el momento indicado esto sea permitido al personal de salud.
“Las personas que requieren de un trasplante son las que sufrido de hipertensión, diabetes, males hereditarios, enfermedades poliquística del riñón, aneurismas, arteriorenales. En el Perú hay alrededor de 10 mil personas que se están dializando y esto para el seguro social representa un costo de aproximadamente 500 millones de soles. Es decir, si estas personas recibieran la ayuda de un donante la seguridad social ahorraría 500 millones de soles y podría invertirlos en otras necesidades de salud”, enfatiza.
respuesta de Jos脙漏 el 2019-05-08.
Es una verdad que las Autoridades hacen oidos sordos, todo hay que hacerlo v脙颅a judicial. No hay sanci脙鲁n para funcionarios que no cumplen con los pagos de acuerdo a ley. No unifican los 17 conceptos que tiene nuestra boleta de Remuneraciones. Pero los trabajadores de la Regi脙鲁n y de las sedes, incluyendo UGEL s si se pagan todo, hasta prestamos se dan y pagan la Maestr脙颅a. Raz脙鲁n por la que todos quieren estar en la sedes. Cuando sancioinan a un docente o administrativo lo dejan en la sede sin hacer nada. Deben ir a los colegios e Institutos que si lo necesitan. Pero no se hace.
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