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USAT APERTURA AÑO ACADÉMICO: UNIVERSIDAD ASUME EL COMPROMISO DE VER A LA EDUCACIÓN COMO UN ACTO DE

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 959

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La Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo – USAT oficializó la apertura del año académico 2016, acto al que acudieron autoridades del departamento y la comunidad educativa de la casa superior, próxima a celebrar 18 años de vida institucional al servicio de Lambayeque y la macroregión norte del país.

 

De este modo, la USAT dio la bienvenida a los mil 700 nuevos estudiantes, quienes se han incorporado este año a las 18 carreras profesionales que ofrece la universidad, todas en proceso de autoevaluación y acreditación para garantizar la calidad y excelencia académica.

 

La Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo tiene tres carreras certificadas por el Sistema Nacional de Evaluación y Acreditación de la Calidad Educativa – SINEACE, ajustándose a los estándares establecidos para asegurar la buena formación de los futuros profesionales acorde a las necesidades del país.

 

LOGROS DEL 2015

El 2015 fue de mucho éxito para la universidad, que llegó a una población de siete mil 119 estudiantes, de los cuales mil 631 fueron ingresantes en los ciclos 2005-I y II. Asimismo, egresaron 824 alumnos y 649 obtuvieron el título profesional; se graduaron 29 magísteres y 105 profesionales optaron por una segunda especialidad.

 

La casa superior también otorgó 664 becas de estudio, contó con 670 docentes y 228 profesionales de apoyo para su funcionamiento.                               

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    

Por otro lado, considerando la calidad de su sistema educativo, fue elegida para el funcionamiento del Programa de Especialización en Pedagogía, que benefició a 350 maestros de Lambayeque y Amazonas, así como para el desarrollo de la beca Vocación Maestro y del programa Beca 18, todos impulsados por el Estado.

 

En el marco de su política de internacionalización la USAT suscribió 11 nuevos convenios con universidades de Europa y América; recibió, como parte del programa de intercambio, a 13 estudiantes procedentes de España, Francia y México, y envió a 33 de sus alumnos a universidad de Alemania, Colombia, Ecuador, España y México.

 

Del mismo modo, 22 estudiantes usatinos fueron enviados como voluntarios a Brasil, Colombia y México, y la universidad recibió a 46 voluntarios de diversas universidades del mundo.

 

Para la Escuela de Postgrado fueron convocados 13 profesores de Europa, 20 de América Latina y 20 de distintos departamentos del país.

 

El año pasado la universidad adquirió 200 modernas computadoras para su parque informático y mil 200 nuevos libros para su biblioteca, que actualmente cuenta con 52 mil 330 títulos.

 

Respecto a su responsabilidad social, a través de la Clínica Universitaria, la USAT prestó atención médica a 13 mil 466 personas.

 

Por estas consideraciones, la casa superior lambayecana recibió el premio a Mejor Empresa Peruana del 2015.

 

EDUCAR PARA TRANSFORMAR

Durante su discurso por la apertura del año académico 2016, la rectora de la USAT, Patricia Campos Olazábal, hizo alusión al mensaje que el papa Francisco dejó al clausurar el Congreso Mundial de Educación del año pasado, celebrado en Roma, en el que señaló que la educación es un acto de amor y “hay que incentivar interiormente este compromiso en todos los niveles y renovar la tarea de todos los sujetos que actúan en ella desde la perspectiva de la nueva evangelización”.

 

“Educar es un acto de amor y en este contexto le doy primero la bienvenida a los nuevos alumnos y docentes, a quienes en este caminar, que hoy iniciamos juntos, llevaremos de la mano hacia la construcción de una identidad que los marcará para siempre y de la que se puedan sentir orgullosos mañana”, expresó la autoridad universitaria en la ceremonia en la que también participó monseñor Robert Prevost Martínez, obispo de la Diócesis de Chiclayo y Gran Canciller de la USAT.

 

Campos Olazábal remarcó que construir recuerda edificar, “poner una piedra encima de la otra”, tarea que – advirtió – no es sencilla, por lo que en el caso universitario demanda del esfuerzo de estudiantes y docentes.

 

“Nadie dice que será fácil, pero al final del camino, y teniendo en cuenta que la universidad se compromete con su proyecto de vida, queremos hacer realidad lo que siempre dijimos: formar personas y mejores profesionales. A los alumnos y docentes que ya son nuestros, darles también la bienvenida una vez más. Decirles que educar en nuestras vidas y en un contexto católico es un desafío y una esperanza; un desafío, porque todos los días tenemos que luchar para ser mejores, por tener esa excelencia académica que quería nuestro fundador (Monseñor Ignacio María de Orbegoso), porque en el mundo de hoy, altamente competitivo y tecnificado, debemos luchar por recordar que nos estamos formando especialmente para servir a las personas, para respetar su dignidad”, dijo.

 

Anotó que la universidad forma a sus estudiantes para que respondan a las necesidades de su entorno y la sociedad, para que puedan intervenir en su transformación.

 

“El Santo Padre habla de la cultura del encuentro definiéndola como el momento en que la educación enseña a encontrar a la gente, al otro, a llevar adelante obras de intereses sociales, a evangelizar. La esperanza es una virtud que tiene que ver con el futuro. Esperamos siempre lo que nos depare el futuro y nos olvidamos que el futuro nos dará siempre aquello que hemos sembrado. Como educadores, esperamos que la impronta de la educación católica, el sello de nuestra universidad, sea lo que nos distinga del resto de profesionales, que cuando salgan al mundo y los vean en acción sepan que son egresados nuestros, excelentes no solo académicamente, sino como personas. Parafraseando al Papa, les pedimos que no se detengan, que sigan adelante, que sean abiertos siempre a otras propuestas y nuevas oportunidades”, mencionó la rectora.

 

Campos Olazábal compartió con los asistentes las conclusiones del Congreso Mundial de Educación que aluden a los cuatro elementos constitutivos de la educación que el Santo Padre definió en su mensaje.

 

“IDENTIDAD Y MISIÓN”

“Ambas palabras en el contexto de una educación católica representan las dos caras de una misma expresión, ya que una sustenta a la otra y obedece al mandato de ir por el mundo y predicar el evangelio a todas las criaturas”, señaló la rectora, para luego precisar que las instituciones tienen el deber de reflexionar en su importante papel en la evangelización, así como comprender que la educación se debe ver fuera de las cuatro paredes en un contexto social y territorial más amplio que involucre a toda la sociedad y se pueda hacer realidad una verdadera responsabilidad social universitaria y católica.

 

“La relación entre identidad católica y misión debe representar el alma de este nuevo formato educativo donde lo importante de la educación de centra en el alumno y, donde este aprenda fundamentalmente a respetar la dignidad humana en un contexto social diferente y de mayor participación activa”, resaltó.

 

SUJETOS QUE INTERACTÚAN EN LA EDUCACIÓN CATÓLICA

Patricia Campos explicó que para la educación moderna ya no existen solamente dos sujetos: profesor y alumno, sino que ahora se debe tomar en cuenta el entorno.

 

“De la manera en que interviene el alumno y su familia; interviene el docente, los administrativos, la iglesia representada por sus sacerdotes docentes o no docentes y sus autoridades. Elementos estos que son distintos, pero también son complementarios y deben ser también plurales. La comunidad educativa de hoy ya no está entre cuatro paredes y precisamente la riqueza está en esta complementariedad. Las comunidades educativas de hoy no solo dan instrucción, deben ser formadoras integrales de las personas. Esta formación tiene que ver con principios, valores y con fe. De esta manera, estas comunidades así formadas también se convierten en comunidades de evangelización, porque intervienen en la sociedad y en la Iglesia a la cual pertenecen”, señaló.

 

FORMACIÓN DE LOS FORMADORES

“Dice el Papa: ‘De los maestros depende, sobre todo, el que la escuela católica pueda llevar a efecto sus propósitos y principios; y para poder ser instrumentos de una verdadera educación, los profesores deben ser ahora, más que nunca, no solo técnicamente capacitados, sino aprender a ser catalizadores del aprendizaje, personas que innovan, que se arriesgan a presentar ideas nuevas, pero sobre todo que aman su trabajo y le dan la dimensión social correspondiente. Pero, ¿qué es lo más importante de todo? Es que necesitamos maestros con formación en el aspecto humano, vocacional y sobre todo en el aspecto de valores evangélicos. En ese sentido, la iglesia pide que como docentes avancemos hacia una visión compartida que puede dar sentido a la misión que las instituciones católicas tienen”, anotó Campos Olazábal.

 

GRANDES DESAFÍOS

Finalmente, la autoridad académica de la USAT recordó que el Papa exhorta a tener en cuenta dos grandes desafíos: la formación y la fe, y la periferia y los pobres.

 

“Me gustaría terminar con la respuesta del Concilio Vaticano II: El santo concilio exhorta encarecidamente a los pastores de la iglesia y a todos los fieles a que ayuden, sin escatimar sacrificios, a las escuelas católicas en el mejor y progresivo cumplimiento de su cometido y, ante todo, en atender a las necesidades de los pobres, a los que se ven privados de la ayuda y del afecto de la familia o que no participan del don de la fe. Con estas palabras, quiero dar bienvenida a nuestros nuevos docentes y estudiantes. Bienvenidos a este nuevo modo de ver la educación”, concluyó Patricia Campos.

 

Durante la ceremonia de apertura del año académico 2016, también se realizó la graduación de 21 alumnos de la Escuela de Postgrado.

 

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