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FERNANDO TUESTA: “LOS PARTIDOS EN NUESTRO PAÍS SON RAQUÍTICOS”

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 967

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Que la elección del próximo presidente de la República se haya celebrado con normalidad resulta para el exjefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales – ONPE, Fernando Tuesta Soldevilla, quien llegó a Chiclayo invitado por la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo – USAT, un hito histórico, debido a que es el cuarto proceso desarrollado democráticamente desde que cayó la dictadura de Alberto Fujimori. Sin embargo, advierte que esto no resulta suficiente.

 

Tuesta Soldevilla, doctor en Ciencias Sociales y docente universitario, refiere que al Perú le ha costado llegar al cuarto proceso electoral consecutivo, máxime porque el precedente a un suceso similar data de hace cien años, con el cuarto gobierno elegido del Partido Civil a inicios del siglo XX.

“En el tercer gobierno había golpe de Estado en el Perú, por lo tanto la reciente elección es un hito. Haber elegido a Pedro Pablo Kuczynski presidente es un hito histórico, y no me refiero a él como persona, sino al hecho. Eso ha costado, pese a todo, y entonces estamos en un momento en el que los consecutivos gobiernos democráticos van favoreciendo la vida del país por el respeto a los derechos constitucionales y a la pluralidad. Los países adquieren una cultura democrática no por decreto o ley, sino por su experiencia y esta se logra con el tiempo. Necesitamos tiempo y eso es lo que menos se le pide a un político. Ahora se pide inmediatez, resultados tangibles e inmediatos”, mencionó.

 

ELECTORADO VOLÁTIL

Otro aspecto que describe de la realidad nacional es que se ha llegado a la cuarta elección democrática con gobiernos aparentemente fracasados, aun cuando estos hayan hecho importantes obras y cambios para el país. Y es que sostiene que en el común de la gente todo gobierno anterior es malo y esto puede definir decisiones y votaciones en el Perú.

 

“El escenario previo a las elecciones recientes era descrito por la gente como el fin de un gobierno fracasado. En el 2015 se pensaba solo en cuatro candidaturas: Keiko Fujimori, Alan García, Alejandro Toledo y el mismo Pedro Pablo Kuczynski y en las encuestas de ese año solo se hablaba de ellos, a quienes se les denominó como ‘El elenco estable’, por lo tanto se pensaba que la elección iba a ser aburrida y esta vez parecía que no había la posibilidad para un outsider, pero en el Perú nunca hay que decir que no, porque es el país de las sorpresas. Lo único cierto es que aquí la volatilidad es alta y las adhesiones a los partidos casi no existe”, refiere.

 

Para Fernando Tuesta, las votaciones de este año pudieron cambiar el rumbo de la historia si se aprobaba la reforma electoral, lo que finalmente no sucedió y, por el contrario, solo se dio pase a las normas de sanción o castigo – como él las define – que sirvieron para la exclusión de candidatos como Julio Guzmán y César Acuña.

 

“Los partidos en nuestro país son raquíticos algunos y otros esqueléticos, y sin embargo en el Perú, antes de las elecciones, teníamos 25 partidos, una cosa absolutamente incongruente con la realidad. ¿Cómo es posible tener tantas organizaciones si los requisitos de la ley de partidos son exigentes? En el Perú hay algunas leyes que no dan cuenta de la realidad y cuando esto pasa se cumple aquello de ‘hecha la ley, hecha la trampa’. Como exjefe de la ONPE puedo decir que los partidos están incapacitados para entregar firmas (para la inscripción), la gran mayoría son falsificadas. Solo por citar un ejemplo, en el 2000 los partidos presentaron más firmas que todo el padrón electoral y estaban en un momento en que eran incapaces de organizar a sus propios cuadros”, rememora Tuesta Soldevilla.

 

Añade que en el país para formar un partido político se necesita dinero, porque solo así es posible sortear los requisitos que la norma exige, como la supuesta recolección de firmas o la conformación de los 67 comités provinciales que deben permanecer activos. “Tenemos partidos que son formales, no reales. Julio Guzmán se hundió en esta irrealidad de los partidos. Si se hubiera hecho un corte a todos los partidos, se caían todos los candidatos. En el Perú no hay ningún partido que pueda cumplir la ley, por alguna u otra razón y eso ha hecho que el electorado peruano empiece a buscar candidaturas nuevas, descartando aquello que en otros países y en otras realidades es un valor: la experiencia. Aquí tener la experiencia de haber sido gobierno no es visto por el elector como un valor, por el contrario, decir: ‘Yo nunca estuve en política’ despierta miradas de admiración y atención”, señala.

 

LA CONFIANZA Y EL ANTI

Menciona además que las votaciones en el Perú son irracionales, como también sucede en otras partes del mundo, debido a que la población no elige en función de los programas o la hoja de vida de los candidatos, sino de las simpatías que estos despiertan. El analista cita como ejemplo que en noviembre del año pasado, antes que se convoque a elecciones, Keiko Fujimori ocupaba el primer lugar en las encuestas pese a que aún no había presentado su programa. Lo mismo pasaba con García, Kuczynski y los demás candidatos.

 

“Aquí es importante la relación que se establece con el candidato y si este genera o no confianza. El gran problema de Alan García, por ejemplo, es que él decía que tenía el mejor programa del mundo y al mejor equipo del mundo; podía tener los mejor pero primero había que creerle, confiar en él. Hoy los electores prefieren que se les digan cosas en concreto, no que les prometan un paraíso o un mañana mejor y menos en términos genéricos. La relación de los ciudadanos hoy es muy distinta con los partidos y eso fue lo que aprovechó Guzmán, al ser la novedad, algo fresco, que fue lo que en su momento también explotó Alberto Fujimori”, analiza.

 

Agrega que como aspecto destacable de la última campaña presidencial está el recorrido que durante cinco años hizo Keiko Fujimori por distintas partes del país, “pintando todo de naranja, porque no se puede llegar a los pueblos en tres meses”.

 

“El factor político llamado antifujimorismo fue el que decidió las elecciones. Pedro Pablo Kuczynski no era un buen candidato, fue una novedad, pese a su edad, en el 2011, pero este año ya no tenía qué mostrar. A él lo favoreció el antifujimorismo y también los temores y los miedos que nacieron por el crecimiento de Verónika Mendoza. El Perú es el país más antichavista de América Latina. Inmediatamente después de la primera vuelta Kuczynski se puso delante de Fujimori, mucho antes que los otros líderes dijeran que se vote por él”, refiere Tuesta Soldevilla.

 

Menciona que la denuncia presentada por el programa dominical Cuarto Poder sobre la investigación al secretario general de Fuerza Popular, Joaquín Ramírez Gamarra, por sus presuntos nexos con el narcotráfico, fue el hecho que logró aglutinar los sentimientos en contra del fujimorismo, que luego fueron fortalecidos con el escándalo del candidato a la vicepresidencia José Chlimper por la entrega de un audio editado para minimizar la denuncia anterior.

 

“A Fuerza Popular le cuesta aceptar la derrota porque es como haber perdido un partido de fútbol en el minuto 91, más aún cuando ha obtenido una mayoría aplastante en el Congreso. El escenario para adelante no va a ser fácil y eso todos los peruanos ya lo sabemos, y más Pedro Pablo Kuczynski”, señala.

 

SOSTENER LA DEMOCRACIA

Tuesta Soldevilla menciona que es la primera vez en la historia del país que un solo partido logra mayoría absoluta en el parlamento y esto genera una situación preocupante. Antes se había logrado oposición en el congreso a los gobiernos solo con las coaliciones.

 

En el 2001, cuando cayó el régimen de Alberto Fujimori, sus seguidores lograron cuatro escaños en el congreso. Hoy, 16 años después, Fuerza Popular tiene 73.

 

“Cuando el gobierno ha tenido al frente una oposición mayoritaria, como Bustamante en el 48, Belaunde en el 68 y Fujimori en el 92, terminó en golpe de Estado. Entonces, si ya hemos superado la elección de un cuarto gobierno, tenemos aún por superar la posibilidad de un enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo, y esto va a marcar mucho la vida política nacional. Mantener el sistema democrático no es solo una responsabilidad del presidente de la República y del gobierno. Peruanos Por el Kambio y Fuerza Popular tienen la tarea de garantizar que el Perú siga siendo un país estable y viable”, asevera.

 

Por otro lado, el exjefe de la ONPE indica que es posible que el próximo congreso, con mayoría fujimorista, se quiera emprender la reforma electoral aún pendiente antes que la reforma constitucional, más aún porque la Carta Magna vigente fue resultado del Congreso Constituyente Democrático que Fujimori convocó en 1993.

 

“No creo que el fujimorismo quiera reformar su constitución, que es algo que siente tan propio, la niña de sus ojos. Por otro lado, creo que la bicameralidad sería un buen paso para el país, pero también lo veo un poco difícil. Respecto a la reforma electoral es probable que se dé, aunque tampoco hay garantía, porque ya nos lo han demostrado los parlamentarios con su desinterés”, enfatiza.

 

Finalmente, Fernando Tuesta refiere que no hay muchas expectativas respecto al cambio en los partidos políticos, muchos ya proyectándose a las elecciones municipales y regionales del 2018, esto porque no han sabido aún calar en las necesidades de la población y dejan cada vez más espacios para los movimientos locales que resultan carentes de lineamientos claros y programas.

“No veo un futuro inmediato promisorio, quizá ahora que concluye toda una generación de políticos que han perdido las elecciones aparezcan otros que renueven sus organizaciones y logren prender la ilusión de la gente, algo que hace tiempo que se han perdido. Si los partidos no pueden cambiar hay que cambiarlos con cosas mejores”, asevera. 

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