El Consejo Departamental del Colegio de Ingenieros del Perú – CIP, celebra 50 años desde su instalación, tiempo en el que no solo ha trabajado velando por los intereses de sus asociados, sino también por la defensa de las aspiraciones y grandes proyectos lambayecanos. Antes lo hizo con el Proyecto Tinajones, después con el Proyecto Olmos y hoy, tal como asegura su decano Carlos Burgos Montenegro, se enlista para luchar por la ejecución del Terminal Marítimo de Puerto Eten y de obras de infraestructura de impacto productivo y económico.
Para Burgos Montenegro representa una alta responsabilidad el hecho que en su gestión se conmemore tan importante celebración institucional, máxime porque el Colegio de Ingenieros es actualmente el más grande gremio profesional en Lambayeque, con más de diez mil colegiados, cinco mil de los cuales se encuentran habilitados por el ejercicio de la profesión.
El 20 de agosto de 1966, en una asamblea con la presencia de más de 60 ingenieros agrónomos y civiles, se creó la Filial Lambayeque del Colegio de Ingenieros del Perú, que tuvo al ingeniero Germán Paz Coopén como primer decano. Sin embargo, en 1987, tras cambios en el Estatuto del CIP, se reemplaza el término ‘Filial’ por Consejo Departamental.
“Gestión tras gestión el Colegio de Ingenieros de Lambayeque se ha ido colocando como un ente tutelar técnico y en el nivel que corresponde, retribuyendo y honrando a su creador, un técnico y estadista como fue el arquitecto Fernando Belaúnde Terry. El colegio siempre ha buscado acercarse a sus asociados y, a la vez, cumplir el rol de ayuda a la sociedad civil para promover el desarrollo e infraestructura que mejore la calidad de vida de la población”, destaca.
PRIORIDADES DE LA ORDEN
El decano, cuya gestión inició en enero de este año y se prolongará hasta diciembre del 2018, refiere que existe el compromiso actual es trabajar en la capacitación de los ingenieros para que estén a la vanguardia de los avances científicos y técnicos, y puedan competir en el mercado laboral; velar por el bienestar y mejores servicios a los integrantes de la orden, sobre todo a quienes empezaron la labor institucional del colegio, y comprometerse con la problemática departamental haciendo propuestas técnicas y viables.
Recientemente el colegio adquirió unidades vehiculares, entre ellas un moderno bus cama que permitirá el desplazamiento de los asociados en diferentes viajes de trabajo y esparcimiento; ha continuado los trabajos de remodelación de instalaciones en la sede central de Balta y en el centro de esparcimiento carretera a Pimentel. El propósito – señala Carlos Burgos – es que los integrantes de la orden profesional vean al CIP “como su segunda casa”, y esto los anime a involucrarse en el crecimiento institucional.
“Estamos avanzando también en la firma de diversos convenios institucionales, tanto con universidades de prestigio a nivel nacional como con empresas y dependencias públicas para ampliar la preparación de los ingenieros y también nos muestren nuevas rutas de crecimiento y oportunidades para emprender, invertir y hacer empresa. Esa visión es la que también queremos que puedan compartir nuestros asociados”, señala.
PROYECTOS DE DESARROLLO
Burgos Montenegro destaca el impulso con el que el colegio está acercándose a la comunidad con sus aportes técnicos. La semana pasada juramentaron las 12 comisiones técnicas que se han conformado para evaluar, discutir y proponer alternativas de solución a problemas o necesidades prioritarias de Lambayeque, como el saneamiento básico, el transporte, las vías de comunicación y otros temas.
“Estamos trabajando, por ejemplo, en la elaboración de una propuesta técnica para la construcción de una vía de circunvalación, que permita el tránsito de la carga pesada de productos locales, naciendo en el cruce de Mocce, circundando Chiclayo por el lado este, atravesando gran parte de las tierras de Pomalca, concluyendo a ocho kilómetros al sur del desvío Panamericana – Puerto Eten. Nosotros estamos firmemente comprometidos con la ejecución del Terminal Marítimo, pero entendemos que para que esto se dé es necesario crear también otro tipo de condiciones, como la infraestructura y el ordenamiento del territorio. Adelantándonos a ello, incluso hemos dialogado con los directivos de la Empresa Agroindustrial Pomalca debido a que para el trazo de la vía circunvalación se requiere de servidumbres en las tierras que esta produce. A ese nivel estamos trabajando para ayudar a Lambayeque”, comenta el decano.
Señala que a nivel técnico se ha demostrado la viabilidad del Terminal Marítimo, en consideración de los resultados del Plan Maestro elaborado por la Autoridad Portuaria Regional, pero además por las características de la franja costera de Lambayeque que se constituye en la salida natural de la producción del nororiente y de Cajamarca. Discusiones de índole político que minimizan el potencial de Puerto Eten – afirma – no tienen espacio en un asunto netamente técnico.
“Urge infraestructura de desarrollo y unión por el Terminal Marítimo, y esta se tiene que evidenciar en la preocupación de las autoridades y la sociedad en su conjunto para generar las condiciones más favorables a este gran proyecto lambayecano. ¿Por qué construir la circunvalación? Porque la carga pesada de productos requiere una vía propia, los proyectos de la carretera Costanera y la Autopista del Sol abren nuevos espacios para la expansión urbana, por lo que es necesario diferenciar a estas vías de una que sea para el tránsito pesado”, explica.
Añade que debe ponerse atención inmediata al demarcación de la zona de influencia y al cuidado del área intangible para la construcción del Terminal Marítimo, debido a que ya existirían pretensiones inescrupulosas que buscarían invadir parte de las áreas, lo que sería altamente perjudicial para el proyecto y para la seguridad jurídica de quienes decidan invertir en la construcción del megapuerto.
“Esto debe preverse para que no existan limitaciones como las tiene el Callao en estos momentos o como las tendrá en el mediano plazo Paita, si queremos que el proyecto del Terminal Marítimo sea exitoso de verdad, hay que trabajar desde ya en el ordenamiento de la zona”, menciona.
INDIFERENCIA DE LAS AUTORIDADES
El decano refiere que otro aspecto de preocupación para el Consejo Departamental del CIP es la falta de atención de las autoridades locales a la solución de problemáticas que se arrastran desde hace más de 40 años, como es la falta de saneamiento básico a los 12 pueblos jóvenes que se ubican entre Chiclayo y Pomalca.
A decir de Carlos Burgos no hay sensibilidad ante la carencia de los servicios elementales de esta población, aspecto que debe motivar no solo la acción de la Municipalidad Provincial de Chiclayo, sino también del Gobierno Regional de Lambayeque.
“Esta población vive condenada por la indiferencia de las autoridades, por esta razón yo invoco a los gobernantes a que cierren filas y vean por el bienestar de la ciudadanía. No es posible que se siga invirtiendo presupuestos millonarios en obras a veces innecesarias, o que terminan abandonadas o mal hechas, mientras a menos de mil metros de Chiclayo existen familias sin agua y desagüe. No porque tres de los pueblos jóvenes no tienen saneamiento físico legal, el resto debe seguir abandonado”, señala.
AGRO POR ATENDER
Llama también la atención por el descuido que en los últimos años se ha dado al sector agrario, habiendo obras que hoy merecen mayor gestión como la ejecución futura de un proyecto birregional con Cajamarca como alternativa a la segunda etapa de Tinajones, los estudios definitivos de la represa Las Delicias en el valle del Zaña; del proyecto hidráulico para el valle La Leche y de los componentes del Plan Hidráulico Regional, con sus 19 represas.
“Hay ahí una preocupación también importante que es la pérdida de tierras fértiles por la salinización. El sistema de drenaje está en abandono y sobre esto también se tiene que actuar. Respecto a obras, sabemos que hay interés en el sector privado de ejecutar los proyectos La Montería y Sicán, se decía que había oposición de la comunidad de Chongoyape, pero hoy sabemos que no es así. Se está trabajando en un convenio en el que como colegio podamos ayudar a que se generen condiciones favorables y asistencia técnica que permita a los comuneros mejor aprovechamiento de sus recursos”, informa.
Finalmente, Carlos Burgos reitera preocupación por la concentración del presupuesto del gobierno regional en obras de menor impacto e índole municipal. Esos recursos – sostiene – deberían servir para grandes obras de impacto en el desarrollo socioeconómico y productivo de Lambayeque.
“Que la región destine presupuestos para pavimentaciones o veredas es condenable. Si los alcaldes no pueden gestionar esos recursos, el gobierno regional debería ayudarlos con sus técnicos a tocar puertas, a hacer gestión, enseñarles, pero no gastar los recursos en obras que los municipios pueden hacer. La plata de la región debe enfocarse en obras grandes, de gran impacto para el departamento, pero lamentablemente de eso no se ve. No sé si el gobernador está desorientado o no tiene los asesores indicados, en todo caso aquí está el Colegio de Ingenieros para ayudarlo”, enfatiza.
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