Chiclayo, la capital de Lambayeque, sigue siendo la principal economía del departamento, con un claro desempeño comercial y una concentración alta de servicios como salud y educación; de ahí que alberga el 80 % (46,590 micro, pequeñas y medianas empresas) del tejido empresarial formal, concentrándose el 92 % en el sector servicios, seguido el 6,2 % del sector manufactura y el 1,5 % del sector primario, adicional a un 70 % de emprendedores informales.
Junto a ello la evolución tanto urbana como demográfica de la ciudad de Chiclayo ha sido tan apresurada, que en 10 años prácticamente fue duplicada su población y su ocupación física. Mostrando la ausencia de políticas del control urbano y la especulación generada por parte de las urbanizaciones y traficantes de terrenos, que conllevó a grandes impactos económicos y sociales de la población con el periódico fenómeno El Niño Costero y así también con la crisis sanitaria de la COVID-19, cuya vulnerabilidad mostrada con las brecha de acceso al servicio de agua del 7.3 %, de acceso al saneamiento del 17,8 %, enfrentando tasas de desnutrición crónica del 10.8 %, de anemia del 35.7 % y tasa de pobreza y pobreza extrema del 11,8 % y 0,7 %.
Desde la perspectiva territorial diferentes zonas del territorio de Chiclayo han ido creciendo en función a las actividades económicas que se desarrollen, pero el fenómeno de migración y la falta de la ejecución real, capaz y consuetudinario de los instrumentos de planificación territorial, han hecho que crezca como un territorio roto, en su aspecto físico y morfológico; sin los servicios básicos y el equipamiento respectivo, caracterizándose solo por el incremento del área urbana en detrimento de las tierras de cultivo y procesos informales en la periferia urbana.
Pero la preocupante tendencia de densificar sectores ya ocupados, que generara sobrecarga a los puntos céntricos de la ciudad, no solo ha desordenado el uso del suelo, sino han complicado la circulación vehicular y el impacto cada vez negativo en el medio ambiente, por la espontánea aglomeración demográfica y un proceso de urbanización acumulado en actividades económica-productivas.
Situación municipal
La Municipalidad Provincia de Chiclayo ha ejecutado el 51.4 % del total de presupuesto público asignado de 583,252,876 millones de soles; mientras en la ejecución presupuestal en inversión pública registró un avance del 34.9 % de un presupuesto público asignado de 312,771,196 millones de soles; de ahí que Janet Cubas Carranza, ganadora de la elección del último domingo, requerirá de un equipo técnico idóneo y con capacidad de gasto , que convenza en su primer año de gestión en el año 2023 hacia las prioridades de infraestructura, alineado a su planificación territorial-urbana, siendo urgente la actualización del Plan de Desarrollo de la Metrópoli de Chiclayo, que lleva consigo un modelo de gobernanza y una visión de largo plazo para el óptimo desarrollo de su territorio.
Pero además, con el quiebre presupuestal de la comuna chiclayana por el gran bolsón de deudas que arrastra de gestiones anteriores; así como la deuda social con los trabajadores, tendrá que orientar esfuerzos a la cooperación internacional, asociaciones público-privadas y obras por impuestos, que le permita convencer al empresariado nacional e internacional de apostar por la futura metrópoli de Chiclayo, que requiere urgente el cambio en gestión ambiental y tratamiento de residuos sólidos, así como el sistema integral de los servicios básicos de agua y desagüe.
El deficiente pilar institucionalidad en Chiclayo en sus últimas tres gestiones ha develado que se requiere de una reforma desde dentro del Palacio Municipal, que conlleve a un proceso de enfoque de gestión por procesos y la instauración de Servir, que parte por actualizar y ordenar sus documentos de gestión con soporte tecnológico, que le permita anclar una reforma de modernización de la gestión pública dentro de la institución, si desea una acelerada ejecución del gasto público a través de la integralidad de la administración financiera del sector público (AF-SP).
Transparencia y apertura
La rendición de cuentas se convierte en el arma clave para con los ciudadanos chiclayanos y el tejido empresarial, que es el principal ente de tributación de la comuna. De ahí que, para lograr un desarrollo económico equitativo, sostenible y de visión de largo plazo se necesita instituciones transparentes, honestas, eficientes y eficaces, e involucrar a los agentes económicos en donde los conceptos de gobierno abierto y accountability (rendición de cuentas) se conceptualiza de manera ambiciosa en la gestión pública moderna, que busca el eslabonamiento en la relación de los gobernantes, administración pública y sociedad, que genera transparencia, colaboración y una cultura de gobernanza basada en principios éticos que busca ser un modelo de referencia para instituciones frágiles como en el caso de Chiclayo.
En dicho contexto su modelo de gobernanza debería apuntar a transformar la relación gobierno-ciudadano, que implica los ciudadanos seamos participes en la toma de decisiones de los gobernantes en su accionar con ideas innovadoras en las políticas públicas, los servicios públicos y los diversos procesos gubernamentales, donde el ciudadano es el eje de la reforma del gobierno abierto, conllevando al cambio del paradigma tradicional, aceptando aciertos y errores para su retroalimentación.
Tres ejes
En el Plan de Gobierno de Juntos para el Perú para la postulación a la alcaldía 2023-2026 plantea tres ejes de gestión, con la ruta de recuperar la confianza del vecino.
Para ello propone un equipo humano muy calificado basado en valores y usando herramientas de gestión de transparencia; develar y difundir la manifestación del alma chiclayana, esto para recuperar la identidad social y dinamizar el turismo y comercio como ejes estratégicos de la reactivación económica de la provincia de Chiclayo y mejorar los servicios públicos y equipamiento urbano para reducir las brechas del sistema equipamental que requiere la provincia.
Para el deseo del cambio, que conlleve a la provincia de Chiclayo a una verdadera metrópoli, sin olvidar sus 38 distritos y alcanzar la visión al 2026: “Merecemos vivir mejor”, es necesario que en la gestión pública se ingrese a una ruta de nueva organización del sector público, que parte del gobierno abierto con ciudadanos que innovan y concretan oportunidades para fortalecer la democracia, caminando de una institucionalidad burocrática, frágil y volátil hacia una cultura de gobernanza, donde no solo la toma de decisiones, la aplicación de la legislación y de los sistemas de rendición sea una cuestión técnica, sino donde los cambios culturales con ciudadanos empoderados y una sociedad civil organizada generen cambios en los valores, creencias, normas de conducta y expectativas individuales e institucionales, que se materializan en nuevas políticas, servicios y bienes públicos, entre otros.
De esta forma, la gestión de la alcaldesa respaldada por más de 88 mil votantes podrá resolver los puntos críticos de la ciudad tales como infraestructura de saneamiento básico, la gestión de residuos sólidos, la seguridad ciudadana, la salud y en paralelo ir gestando la generación y/o actualización de proyectos de inversión pública innovadores y creativos, incluyendo los factores de riesgo como el de la actual pandemia, así como los documentos de gestión necesarios que permita reactivar la economía local y de la provincia de Chiclayo, pues desde ya antes los ojos del Perú y el mundo estamos categorizados como una de las provincias que no cuenta con una gestión eficiente y eficaz y lograr un clima de inversiones que permita atraer inversión a Chiclayo; así como un impacto positivo en términos de empleo y desarrollo económico local.
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(*)Magíster de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, economista de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo y especialista en Inversión Pública y Privada e Investigación.
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