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EVANGELIO, MEDIO AMBIENTE Y SOLIDARIDAD: La doctrina social de la Iglesia bajo el pontificado del papa Francisco (2013–2025)

Escribe: Freddy Centurión González (*)
Edición N° 1397

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El pontificado del papa Francisco (2013–2025) marcó un giro significativo en la manera en que la Iglesia Católica abordó los temas sociales, económicos, políticos y ambientales. Sus expresiones y sus actitudes llanas y sencillas le ganaron simpatías, aunque su actividad pública no estuvo exenta de polémicas, al punto que en no pocas ocasiones, se le llegó a calificar de simpatizante de los sectores izquierdistas.

Profundamente arraigado en la tradición de la doctrina social de la Iglesia —desarrollada desde la encíclica Rerum Novarum en 1891—, Francisco buscó, a través de los medios con que contó, acercar los principios del Evangelio a los desafíos contemporáneos del mundo globalizado. La doctrina expuesta por Francisco fue recogida en los numerosos documentos emitidos durante su pontificado, en especial en las cuatro encíclicas, siete exhortaciones apostólicas, y más de dos mil discursos, que trataremos de sintetizar en estas breves líneas.

Las exhortaciones apostólicas

En su primera exhortación, Evangelii Gaudium (2013), Francisco destacó la importancia de la labor parroquial, exhortando a los sacerdotes a preparar cuidadosamente las homilías, invocando además al diálogo entre las distintas confesiones cristianas (como anglicanos y ortodoxos), en base a la oración de Jesucristo que pidió “que todos sean uno”. La encíclica también fue crítica con la economía del descarte, el consumismo desenfrenado y la idolatría del dinero, afirmando que la evangelización es inseparable de la preocupación por los pobres.

En Amoris Laetitia (2016), Francisco desarrolló los desafíos contemporáneos de la familia; habló sobre el amor en el matrimonio, rechazó toda forma de sometimiento sexual, resaltó la importancia del amor fecundo de los padres, destacó la importancia de la preparación matrimonial y del fortalecimiento de la educación de los hijos.

Gaudete et Exsultate (2018) se centró en la llamada a la santidad en el mundo actual. El papa invitaba a vivir la santidad en lo cotidiano, con alegría, humildad y compromiso, denunciando el elitismo espiritual, y destacando las bienaventuranzas como camino auténtico hacia una vida plena y santa.

La exhortación Christus Vivit (2019) fue dirigida especialmente a los jóvenes durante el Sínodo de la Juventud, animándolos a ser protagonistas en la Iglesia y en el mundo, a no dejarse robar la esperanza, y a construir una fe viva desde su realidad concreta, desarrollando los conceptos de vocación, de discernimiento y de comunidad.

En Querida Amazonia (2020), inspirada en el Sínodo para la Amazonia, Francisco expresó con un estilo poético, cuatro “sueños”: social, cultural, ecológico y eclesial, defendiendo los derechos de los pueblos originarios, el cuidado del medio ambiente y una Iglesia capaz de apoyar en la transformación de la Amazonía “para mostrar el rostro santo del Señor y para cuidar su obra creadora”.

Continuando la senda iniciada con su encíclica Laudato si, Francisco firmó la exhortación Laudate Deum, para advertir sobre la urgencia de la crisis climática, denunciando la pasividad de los líderes globales, invocando una acción ecológica concreta. Para el papa, el cuidado del planeta es una responsabilidad moral y espiritual ineludible para todos los creyentes y el futuro de la humanidad.

El año pasado, el papa firmó su última exhortación C’est la confiance, dedicada a Santa Teresa del Niño Jesús, presentada como modelo de humildad, sencillez y abandono filial, destacando la confianza total en el amor misericordioso de Dios como camino de santidad.

Las encíclicas de Francisco

En su primera encíclica, Lumen fidei, firmada en junio de 2013, a cuatro meses de su elección, Francisco completó un borrador presentado inicialmente por su predecesor Benedicto XVI; el texto presentó la fe como un don capaz de unir razón y amor, de brindar sentido a la existencia y fortalecer la esperanza en medio de la incertidumbre de nuestros tiempos.

Uno de los aportes más significativos del pontificado de Francisco fue la encíclica Laudato si (2015), donde introdujo el concepto de “ecología integral”, visión articuladora entre la crisis ambiental y la crisis social. En base a principios clásicos como la subsidiariedad y la solidaridad, Francisco denunció el modelo tecnocrático dominante, proponiendo una conversión ecológica que implique una nueva forma de habitar el planeta basada en la justicia intergeneracional y el respeto por la casa común.

En 2020, en medio de la pandemia de COVID-19, el Papa presentó la encíclica Fratelli tutti, sobre la fraternidad y la amistad social. Inspirado por San Francisco de Asís, el texto abordó cuestiones como el populismo, el nacionalismo, la indiferencia ante el sufrimiento ajeno, proponiendo una sociedad basada en la solidaridad, la paz y el diálogo. Francisco criticó duramente las fronteras cerradas a los migrantes, los discursos de odio y la política del miedo, apostando por una “cultura del encuentro”, reivindicando incluso a figuras no católicas, como Martín Luther King, Desmond Tutu y Mahatma Gandhi, como modelos de lucha no violenta por la justicia.

Su última encíclica, Dilexit Nos (2024), se enfocó en el amor salvífico de Cristo, inspirándose en San Francisco de Sales, profundizando en el significado del amor divino que transforma y redime a la humanidad. El papa destacó que la fe cristiana nació del encuentro con el amor de Dios, llamando a seguir a Jesús con confianza y alegría en la vida cotidiana.

A manera de conclusión.

Durante su pontificado, Francisco insistió en que el trabajo es clave para la dignidad humana. En sus discursos a líderes mundiales y empresarios, como en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares (2014), afirmó que “tierra, techo y trabajo” son derechos sagrados; para teorizar al respecto, el papa creó el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Su postura crítica con respecto al sistema económico imperante, le atrajo numerosas críticas considerándolo cercano a las posturas de la polémica Teología de la Liberación. Sin embargo, la doctrina social de la Iglesia emitida bajo el pontificado de Francisco, fue realista, compasiva y profundamente evangélica. Sus postulados recalcaron la justicia, la paz y el cuidado del prójimo, como un llamado a construir una sociedad más humana, donde nadie quede afuera.

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(*) Abogado, docente universitario e historiador.

 respuesta de roger cubas el 2018-04-21.

Brillante analisis y denuncia

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