La danza es el arte que utiliza el movimiento del cuerpo como una forma de expresión e interacción con fines de entretenimiento, religiosos o artísticos. Por ello es necesario desarrollarla en los escolares, pues estimula la disciplina y el compromiso, factores que los ayudan a enfrentar desafíos propios de este arte, además de desarrollar sensibilidad a través de la música complementando así su formación académica.
“Ante la atención de los menores de edad hacia actividades sedentarias nace la intención de inculcar en ellos el amor por distintas situaciones que despejen su mente. Hace 16 años formé en Chiclayo uno de los primero grupos artísticos llamado ‘Corazón de Maestro’, esta asociación estaba conformada por profesores de distintos lugares del Perú y tenía por objeto llevar la danza por las aulas escolares”, comenta el director de la agrupación artística, Víctor Sánchez Salcedo.
Con el tiempo la organización se disolvió y en el 2005 se formó el taller de danzas folklóricas Musuq Yawar (Sangre Nueva) con Víctor Sánchez a la cabeza y jóvenes universitarios, colegiales e infantes como aprendices.
Musuq Yawar es un centro de arte que imparte teatro, danzas folclóricas y artes plásticas y está conformado por 28 personas. Víctor Sánchez es bailarín y docente cuya misión es transmitir el amor por la danza a los niños que tiene a su cargo.
Múltiples beneficios
Existen distintas razones para incorporar la danza al contexto escolar, pero la más importante, expresa Víctor Sánchez, es la incorporación de la danza como derecho de todos los niños.
Con el baile los niños desarrollan una imagen positiva de sí mismos, a la vez elevan su confianza, mejorando sus habilidades sociales y desarrollando sus capacidades intelectuales. Además, mejoran su condición física y mental.
Por medio de la danza, dice, los niños conocen su cuerpo y con ello las potencialidades y limitaciones que tienen. Asimismo, trabajan la corporalidad y motricidad.
“A través de la danza los alumnos desarrollan el buen trabajo en equipo y la confianza en sí mismos y en los demás. Incentiva la creatividad y contribuye a adquirir personalidad. La danza requiere organización, ya que tiene una rutina determinada, situación que es provechosa al momento de estudiar las demás disciplinas contempladas en el plan de estudio, pues forma el carácter necesario para desempeñarse en sus demás cursos”, explica.
La danza se practica en grupos mediante movimientos coordinados, a diferencia del baile, el cual es espontáneo. A través de ella el alumno o la persona que la practica pone su concentración, su atención y su memoria, aspecto que es fundamental para el aprendizaje, pues así el alumno reconoce espacios y tiempos con la música y coordina los movimientos durante los minutos que dure una marinera, tondero, huaylas o cualquier otra danza.
“La danza posee una dimensión expresiva–afectiva, convirtiéndose así en un medio capaz de expresar emociones y sentimientos mediante movimientos organizados. Otra dimensión es el elemento personal-afectivo, este es básicamente un impulso espiritual que nos mueve hacia la danza y la vuelve una necesidad interior”, expone.
Otro de los beneficios es que contribuye a la elasticidad, el equilibrio, la coordinación y previene enfermedades como la obesidad infantil. De este modo los niños crecenfuertes y sanos debido a la activa vida que llevan.
“Esta disciplina artística debe realizarse desde el colegio de manera lúdica para enganchar a los niños más pequeños. Es recomendable practicar con ellos desde los primeros años para generar constancia y respeto por las distintas expresiones artísticas. Cuando se es pequeño es más fácil moldear el cerebro y decirle cómo debe hacer las cosas y cómo debe sentir, sin embargo, personas de toda edad pueden practicarla, pues tiene múltiples beneficios”, indica.
MUSUQ YAWAR
Víctor Sánchez baila desde el colegio y a los 18 años estudió en la Escuela de Arte Dramático, pero complementaba sus estudios enseñando distintas danzas en los lugares a los que iba.
“Soy cajamarquino y desde el colegio me encantó la marinera por ser un baile muy elegante, pero en la localidad no habían muchos profesores dedicados a esa danza. Un día llegó un profesor de Trujillo a trabajar ahí y me enseñó a bailarla. Yo también le enseñé los bailes propios de la serranía y así surgió en mí la idea de crear una agrupación artística”, cuenta.
La danza más que una expresión popular es el sentir personal de cada poblador, la forma en cómo expresa una idea, un sentimiento de sus vivencias, de su propio mundo interior y exterior. Gracias a Musuq Yawar Víctor Sánchez imparte este concepto entre sus alumnos, los cuales acogen con bien este conocimiento, situación que se refleja en las escuelas de baile creadas por sus exalumnos a lo largo de todo el país.
El primer espectáculo al que asistió la agrupación artística fue en Santa Cruz, concurso que les permitió ocupar un puesto importante.
“No solo en Chiclayo, sino en todo el país se menosprecian las actividades artísticas. Se tiene la idea que un danzante, un pintor o un cantante es una persona ociosa que no quiere estudiar. Se cree que las ciencias están por encima de todo y no es así. El arte se sustenta en las otras áreas”, sostiene.
En cuanto a las recomendaciones, el bailarín menciona que la expresión corporal es imperativa en la vida de todas las personas sin importar la edad. Aunque alguien no sepa bailar, solo necesita las ganas y el querer hacerlo. La danza significa pasión, creatividad y respeto. Asimismo, libera y ayuda a expresar emociones y pensamientos, pero al ser una disciplina requiere de reglas y formas de comportamiento.
“Ser un danzante respetuoso y disciplinado nos llevará lejos. Es necesario practicar con esmero, llegar puntuales a cada clase, respetar a los compañeros y de ser posible, practicar fuera de las clases. Todo eso forma carácter en el danzante”, agrega.
“Nadie quiere lo que no conoce. Si uno se acerca a estas actividades verá lo bonito y productivas que son. Invito a toda la población a incursionar en la danza, el teatro, el cine y la música. Estas no solo benefician a la persona como individuo, sino a la sociedad”, finaliza.
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