Han pasado 28 años desde que Ántero Carrasco Vásquez descubrió el trabajo de toda su vida: el turismo vivencial. El gusto nació a partir de su pasión por la fotografía y por las caminatas que siempre realizó junto a su padre y hermano. Entonces, sin querer, este se convirtió en su trabajo, algo muy distinto a la rama técnica en la que se formó.
La primera vez que emprendió una aventura fue a los 13 años junto a su padre, hermano y amigos. En esa ocasión, fueron a la cima del cerro Mal Paso en búsqueda de un túnel en el cual, según los pobladores, se encontraban piedras pintadas (petroglifos) y una boa gigante que se comía a los animales, algo tenebroso para quienes querían visitar el lugar. Sin embargo, él estuvo muy motivado para enfrentar este mito, ya que su hermano mayor le había regalado una cámara Zenit 12xp, de fabricación rusa.
“Esta experiencia, la del cerro Mulato y el Reservorio de Tinajones, me sirvieron mucho para redactar artículos. La gente acudía mucho a Chongoyape a partir de la publicación de estos escritos y hasta había personas que iban a la municipalidad a preguntar en dónde quedaban estos lugares, lo que causaba desconcierto en los funcionarios ya que no estaban enterados y respondían que consulten con la familia Carrasco”, cuenta Ántero Carrasco.
RUTAS TURÍSTICAS
Actualmente, en su trabajo como difusor del turismo, tiene circuitos establecidos para conocer diversos rincones de su Chongoyape natal. El primero fue en el año 96, cuando junto a un grupo de aventureros visitó la catarata El Chorro, ubicada a una hora en auto y media hora de caminata desde el centro de Chongoyape con dirección noroeste, específicamente en la comunidad de San José de Yaque, en Tocmoche.
“Yo conozco los lugares que estoy publicitando porque he vivido en el campo y criábamos vacas. Desde pequeño caminé buscando a estos animalitos por cerros como el Chaparrí y el Kerguer, es así como conocí mucho la zona”, cuenta.
Con el transcurrir del tiempo, instituciones educativas le pedían rutas pero solo hacia guiados hasta el cerro Mulato. Con el propósito de ampliar la oferta, estableció una ruta que consiste en conocer el sistema Tinajones. Esta incluye cerro Mulato, el partido de La Puntilla, la Cascada, la Bocatoma y, por último, el reservorio, lugar en el cual se conversa sobre historia y cultura para conocimiento de los estudiantes. Manifiesta que diseñó este circuito por un tema ilustrativo, ya que tenía que educar a los niños sobre la importancia de esta fuente de agua.
Ántero Carrasco considera que lo más preciado que debe realizar un guía es cuidar las bondades de la naturaleza.
“La mayoría de lugares que se están promocionando en Chiclayo, como por ejemplo Mayascón, están saturados. Mayascón es un pequeño manantial, muy bonito y pintoresco, pero lastimosamente la gente que lo administra no ha medido la capacidad de carga y los fines de semana llegan muchas personas sin guía, se llena de ambulantes y se acumula basura, lo que quita el atractivo del lugar”, manifiesta.
Otra de las rutas que ofrece en Chongoyape es la de Las Tinajas, ubicadas por la carretera a Tocmoche, casi en la misma ruta que la de El Chorro, pero con una carretera más accesible y con caminata de una hora. Él promociona sus servicios turísticos a través de redes sociales, el trato directo y por medios televisivos que han hecho reportajes. Actualmente trabaja en Chaparrí y está en constante contacto con delegaciones que suelen ser universitarias y escolares.
“Para visitar Las Tinajas y El Chorro hemos recibido a delegaciones universitarias en el camping de mi familia. He guiado a delegaciones de universidades como Alas Peruanas de Ica, la católica, San Ignacio de Loyola, Pacífico y Federico Villareal de Lima. A veces tengo grupos que quieren el tour de cuatro días que incluye museos en Chiclayo. Gracias a ellos, ofrecemos un paquete turístico más completo”, aclara.
DE PROFESIÓN, ELECTRICISTA
Una peculiaridad de Ántero Carrasco es que ha vivido de la fotografía hasta que terminó el colegio. Luego, decidió estudiar la carrera de electricista industrial en el SENATI de Trujillo. Decidió ejercerla por casi un año en una empresa procesadora de alimentos, pero las condiciones en las que vivía hicieron que tome un nuevo rumbo en su vida y decidió regresar a su tierra querida.
Cuando llegó a “La Capital del Bizcochuelo”, empezó a trabajar independiente. Además, la gente lo conocía como fotógrafo e incluso pensaban que era reportero de algún medio de comunicación. Por cosas del destino, gracias a esa fama, se le presentó la oportunidad de trabajo en Chaparrí, aceptando sin pensarlo dos veces.
Actualmente pertenece a la Red de Turismo Rural Comunitario, organización existente desde hace doce años y que fue otro detonante para cambiar su visión, debido a que recibió diversas capacitaciones para mejorar sus habilidades y así programar y coordinar viajes en diversos lugares del Perú como Cajamarca, Tumbes, Áncash y San Martín. Sin embargo, su mayor responsabilidad, es cuidar y asegurarse que los turistas vivan una experiencia inigualable.
“Estoy capacitándome para iniciar una agencia de turismo y poder tener una empresa formalizada con respeto a todas las leyes peruanas. Yo no trabajo, hago lo que me gusta”, concluye.
respuesta de Lucy Bravo Balcazar el 2023-12-12.
Que emoción saber que se fomente un turismo responsable y que de a conocer los hermosos parajes de mi querido Chongoyape, lugar que aunque no me vio nacer pero que me vio crecer todos los veranos de mi niñez, recuerdo mucho las caminatas al cerro y el hermoso valle de arroz y como no añorar el rio si practicamente pareciamos peces, muchas gracias por la hermosa foto de tu publicación me hizo viajar en el tiempo a mi niñez.
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