El clima electoral empieza a calentarse de cara a los comicios regionales y municipales de octubre del 2018 y las agrupaciones y movimientos políticos ordenan sus fichas para definir quiénes serán sus representantes. Sin embargo, a la luz de los nefastos resultados que muestran hasta hoy los líderes que designaron y salieron ganadores en las votaciones pasadas, es necesario reflexionar sobre el tipo de autoridades que Lambayeque requiere para superar los problemas que la agobian.
La psicóloga Giulliana Cañola Ramírez refiere que las actuales autoridades del departamento han mostrado conductas reprochables, resaltando en muchas de ellas la soberbia y la falta de acercamiento a la ciudadanía, poca capacidad de diálogo y, en algunos casos, hasta el cinismo.
“Lamentablemente vivimos en una sociedad donde nuestros políticos no hacen gala de los valores ni de los principios, y es en lo que precisamente debemos mejorar y atacar. Debemos mejorar en el sentido de mantener a la población sana en el aspecto psicológico, en el que debemos hacer hincapié, porque muchas veces lo dejamos en un segundo o tercer plano. No olvidemos que esto es importante porque nos revela cómo realmente somos a nivel personal y profesional, y porque además se refleja en todos los aspectos de la vida diaria”, explica.
VERDADEROS LÍDERES
Refiere que una buena autoridad es aquella que pone en práctica el liderazgo transformacional y no el autocrático, que es el que se aprecia sobre todo en los gobiernos municipales, donde se marca distancia de la ciudadanía y se rehúye al control y la fiscalización.
“El líder transformacional es aquel que puede inyectar a su equipo de trabajo energía y vitalidad, que lo motiva a que lo sigan porque ven en él o en ella a una persona con valores, con principios y con inteligencia emocional, que es lo que ahora se busca mucho y es lo que poco se encuentra. Se trata de una persona que sabe resolver problemas, que sabe defender a su equipo, que confía también en quienes lo acompañan y pueda darles ese respaldo”, señala.
MALA CONCEPCIÓN
Sin embargo, anota también hay casos en los que estas últimas características son mal entendidas por los gobernantes y transforman esa capacidad de respaldo a sus equipos de gestión en una especie de blindaje e impunidad frente a los hechos irregulares o que trasgreden la ética y los valores que todo servidor público debe tener.
“Todas las características de un líder transformacional deben ser correctamente aplicadas para el funcionamiento de un equipo establecido fuertemente con los valores, porque cuando se trata de equipos que buscan encubrirse en cosas negativas ya no podemos hablar de liderazgo transformacional. ¿Qué aspiramos en los gobiernos? A equipos en los que se pueda confiar, con buenos profesionales y mejor aún, con mejores personas, entonces bajo ese concepto es que yo hablo de proteger a las personas, de sacar cara por ellas, de saber que en el puesto que se les pueda designar podrán garantizar confianza. Un buen líder y su equipo inspiran confianza no solo en su trabajo, sino también en sus cualidades como seres humanos”, asevera la psicóloga organizacional.
Cañola Ramírez afirma que hay necesidad de que quienes quieren ser autoridades políticas desarrollen habilidades blandas y se preparen previamente en temas de liderazgo organizacional.
Refiere que hay habilidades que ya son innatas en la persona y que solo deben ser identificadas para fortalecerlas, en tanto otras se pueden desarrollar dependiendo de la posición o de lo que se quiere conseguir y desarrollar.
“Así como hay conductas que son desagradables, que no son aceptables para un grupo de personas, también esas conductas se pueden modificar. Si yo estoy haciendo algo que no es correcto y me doy cuenta y lo identifico, tengo la posibilidad de cambiar esa conducta, de desecharla o de transformarla y eso debe quedar claro. Por eso, cuando las personas dicen: ‘No, yo soy así y no puedo cambiar’, es totalmente falso”, detalla.
LOS PARTIDOS
En atención a lo explicado, Cañola Ramírez refiere que los partidos políticos sí pueden trabajar esos aspectos con sus líderes y con ello ofrecer mejores opciones a los electores en cada votación.
Para lograrlo, indica que es importante identificar el perfil idóneo de un político.
“Independientemente de la formación, que la puede tener cualquier profesional, lo fundamental ahora, lo que muchas veces descuidan las personas que ocupan cargos públicos, es formarse en esas habilidades de liderazgo. Pasa que por tener los grados académicos suficientes no se preocupan por desarrolla aquella otra parte que es mucho más importante. Entonces, ¿Qué es lo que se debe hacer?”, señala.
Anota que en primer lugar se debe determinar el perfil del líder que se necesita y luego validarlo con el perfil del líder que se tiene actualmente, y en función de ello identificar qué es lo que falta potenciar, qué es lo que se necesita y lo que está demás, y posterior a ello convocar a un profesional externo que cree un plan de desarrollo con estas personas para trabajar en las habilidades requeridas. Añade que también es importante que se convoque a profesionales que ayuden en el proceso de selección de los precandidatos dentro de las organizaciones políticas.
RESPONSABILIDAD DEL ELECTOR
Sin embargo, la psicóloga es clara en mencionar que la ciudadanía también tiende a respaldar a los líderes que son autoritarios, que no buscan espacios de diálogo con el resto de vecinos y entonces concluye que el problema que se vive con las autoridades es también responsabilidad de los electores.
“Hay responsabilidad en nosotros como electores, porque se pueden presentar las personas que quieran. Sin embargo, nosotros tenemos el poder y la decisión sobre quienes son realmente las personas que nos van a representar. Lo que pasa en Lambayeque es producto de una responsabilidad compartida y considero que se da esto porque vivimos en una sociedad ignorante, que no se preocupa por formarse, por estudiar, por escuchar, y nos podemos dar cuenta de eso cuando le preguntamos al elector por qué apoya a tal o cual candidato Las respuestas son bastante vagas, no hay un convencimiento pleno de las capacidades que ofrece el líder al que se apoya”, indica.
La especialista señala que es fundamental que las organizaciones políticas también se preocupen por crear una mejor conciencia en los electores, a fin que puedan estar mejor ilustrados y sepan cómo identificar a los líderes realmente comprometidos con la solución de los problemas que afectan a la sociedad, pero además dispuestos a la participación colectiva, al consenso y a la fiscalización.
“A los jóvenes que están interesados en el trabajo político, que no necesariamente es a través de los partidos, sino también a través de los colectivos o grupos de voluntariado, hay que incentivarlos a continuar y a mantener sus principios y valores. En los últimos años el activismo de los jóvenes ha crecido mucho y es necesario que se afiance en ellos el sentido de la honestidad y de todos los valores que necesitamos inculcarles para que ellos puedan crecer, desarrollarse y ser en el futuro mejores políticos”, menciona.
Agrega que el acompañamiento de profesionales de salud mental en este proceso es también necesario, al igual que la aplicación test, entrevistas y herramientas psicológicas a los futuros candidatos.
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