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CON EL RESPALDO DE LA UNIVERSIDAD TÉCNICA DE LOJA: JÓVENES SE FORMAN EN LA CULTURA DE PAZ

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1025

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En tiempos en que los indicadores de violencia se han incrementado, la construcción de una cultura de paz en la población juvenil es tarea fundamental. Así lo entienden los promotores de la Red Espaz Chiclayo, que desde hace diez años trabaja en la formación de agentes de cambio, involucrando a estudiantes de secundaria y del nivel superior, en el trabajo comunitario, siguiendo los objetivos trazados por la Organización de las Naciones Unidas – ONU.

 

En el 2007 un grupo de jóvenes universitarios chiclayanos, que había participado en un encuentro internacional por la paz, tuvo la iniciativa de formar la red. Empezaron organizándose y tocando puertas a diferentes instituciones del departamento, hasta que en el 2010 se concretó un acuerdo con el Instituto Cultural Peruano Norteamericano – ICPNA, que desde entonces ha dado su respaldo, proporcionándoles el espacio físico y el acompañamiento necesario para el desarrollo del proyecto.

La Red Espaz ha ido implementado sus programas de formación de líderes y en estos momentos mantiene activa su novena convocatoria a la escuela, capítulo de su trabajo social que congregará a jóvenes estudiantes de los últimos años del nivel secundario o que cursen estudios técnicos o universitarios, interesados en trabajar en los temas relacionados a la agenda de la organización.

 

LÍDERES POR LA PAZ

“Creamos las escuelas de líderes por la paz con la finalidad de ejecutar proyectos de responsabilidad social, de fomentar y promover la cultura de paz, para capacitar a los jóvenes en nuestros diferentes ejes temáticos. Consideramos que la preparación de los jóvenes es fundamental si buscamos promover un cambio en la sociedad, donde sea posible eliminar las brechas de desigualdad, violencia y se fomenten las prácticas de tolerancia y respeto mutuo”, comenta Paúl Rivera Jaramillo, coordinador de la red.

 

En el proceso de formación los jóvenes participantes son capacitados en Derechos Humanos, liderazgo para la paz, desarrollo sostenible, cultura de paz y no violencia, comunicación para el desarrollo y proyectos de responsabilidad social. Cada uno de estos ejes se trabaja con talleres dictados por expertos, quienes incluso llegan del extranjero para compartir con los voluntarios.

Las escuelas de liderazgo están dirigidas a jóvenes entre 15 y 25 años, quienes pasan por un filtro y asumen el compromiso de cumplir con las sesiones de aprendizaje.

 

“Buscamos el perfil de un joven proactivo, dinámico y solidario. En la red pueden participar todos, no se necesita ser un líder de grupo para asistir, la convocatoria es abierta a los jóvenes que tengan interés de aprender y desarrollar nuevas capacidades”, detalla Paúl Rivera.

 

Los talleres es las escuelas de liderazgo están a cargo de docentes de diferentes casas superiores como la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, la Universidad de Piura, así como catedráticos de la Universidad de Texas y de la Universidad Técnica Particular de Loja.

 

INTERVENCIÓN EN ESCUELAS

La red también se ocupa de poner en marcha la Cátedra UNESCO, un proyecto interdisciplinario y transdisciplinario para la realización de actividades académicas a favor de la construcción de una Cultura de Paz, que incluye la educación en y para los Derechos Humanos, la participación democrática, el respeto a la diferencia y no discriminación, el respeto al medio ambiente, la promoción del desarrollo sostenible, la no violencia, la justicia y la solidaridad.

 

“Este año hemos empezado a trabajar un nuevo proyecto denominado ‘Ruta Participativa: De salto en salto a la violencia le ponemos alto’, que consiste acudir a las instituciones educativas todos los meses para promover la práctica de valores, sobre todo el respeto mutuo, con una visión que permite el efecto multiplicador”, señala el coordinador de la red, destacando que la respuesta de los escolares es positiva y permite proyectar nuevas intervenciones para su conscienciación.

 

LOS VOLUNTARIOS

Rivera Jaramillo menciona que a la red se pueden incorporar jóvenes estudiantes y profesionales de todas las carreras y disciplinas existentes, quienes trabajarán con el equipo coordinador que se encarga de dirigir el trabajo de la organización.

 

“Participan jóvenes que son responsables, eficientes en lo que hacen y sobre todo apasionados por lograr el cambio que nuestra sociedad tanto requiere. Cada año tenemos la incorporación de aproximadamente 60 nuevos voluntarios, son dos convocatorias al año para reunir a los ingresantes a la escuela de liderazgo”, detalla.

 

El número de vacantes se ha establecido en función a un estudio realizado por quienes brindan el soporte técnico a la escuela. Así, durante el año se divide en grupos de 30 participantes cada uno el proceso de formación.

 

El desarrollo de las escuelas tiene el respaldo de la Universidad Técnica Particular de Loja, institución que extiende la certificación correspondiente a los voluntarios que concluyen de manera exitosa el programa de preparación.

 

La certificación lleva también el sello de la Cátedra UNESCO y del ICPNA de Chiclayo.

 

NUEVAS ACCIONES

“Después que los jóvenes egresan de las escuelas de líderes se incorporan a la Red Internacional de Estudiantes por Paz y como miembros activos tienen la libertad de empezar nuevos proyectos o continuar como voluntarios con nosotros. Por ejemplo, el año pasado se constituyó un nuevo equipo que ha trabajado arduamente en la formulación de un nuevo proyecto que se pondrá en marcha con el respaldo de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo – USAT”, comenta.

La iniciativa, nacida luego de una experiencia de los voluntarios en México, se denomina “Partners of the Americas”, capítulo estudiantil que estará ligado a la USAT, como promotora, y que se orienta a aspectos educativos y de cultura medioambiental, también con el objetivo de formar líderes en Lambayeque.

 

“Realizamos visitas a albergues, a instituciones educativas, trabajamos en la recolección y donación de libros, dictamos conferencias y organizamos foros internacionales en Chiclayo. También participamos de congresos internacionales, esto sin tener fines políticos y económicos. Hemos logrado hasta el momento enviar a más de 20 jóvenes estudiantes al extranjero, quienes han realizado intervenciones en Ecuador, México, Estados Unidos y próximamente en Colombia. Queremos que se sepa que en Chiclayo hay un grupo de jóvenes comprometidos con la labor que realizan”, manifiesta Paúl Rivera.

 

PROYECCIÓN COMUNITARIA

La Red Espaz es la única que funciona en el Perú y está hermanada con su par de Loja, Ecuador. En noviembre del año pasado los jóvenes organizaron el II Foro Internacional: “Nuevas dimensiones comunicativas de la Paz”, con el apoyo de la Cátedra Unesco y el Área de Responsabilidad Social de la Universidad Santo Toribio de Mogrovejo.

 

También han realizado la cuarta edición del Festival de Cultura Red Espaz, con el objetivo de recolectar alimentos y útiles de aseo para ser distribuidos entre niños y adultos mayores de escasos recursos.

 

“Nos gustaría que las demás organizaciones tomen en cuenta este modelo y que confirmen que a través de la solidaridad y el compromiso es posible llegar a los jóvenes. Hacemos esto por la pasión que sentimos, poniendo a disposición de la sociedad los talentos que tienen los voluntarios, quienes tienen el deseo de aprender, de formarse como líderes, de promover desde sus carreras la cultura de paz empezando en su hogares, defendiendo los derechos humanos y asumiendo este conjunto de conocimientos y principios que ayudan a la formación integral de quienes participan de la red”, destaca.

 

La organización ha realizado labores conjuntas con Cáritas del Perú en diferentes partes del departamento, perfilándose así como un voluntariado serio y confiable, que además tiene sensibilidad frente a las necesidades de los más necesitados.

 

“Durante la emergencia por El Niño Costero recorrimos diversas partes de Lambayeque colaborando con lo poco que podíamos ofrecer, llevando aliento y esperanza a las familias damnificadas. Nuestro compromiso social nos llama a identificarnos con las necesidades de la población y eso es lo que procuramos motivar en las demás organizaciones, porque además estamos abiertos a realizar acciones conjuntas”, resalta.

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