Expresión dialogó con el presidente del Consejo Nacional de la Magistratura – CNM, Guido Águila Grados, quien llegó a Chiclayo invitado como conferencias en el IX Congreso Nacional de Jueces. El titular del organismo encargado de la evaluación, nombramiento y ratificación de jueces y fiscales en el país, destacó modificatoria de reglamentos para estos procesos, pero también habló sobre las dificultades que existen para reducir la tasa de provisionalidad en el sistema de justicia.
El cambio de reglamentos busca aplicar nuevos criterios de calificación para quienes aspiran acceder o mantenerse en la magistratura, sobre todo porque ahora se centra la evaluación en sus competencias profesionales y resultados, dejando de lado, en parte, la presentación de títulos académicos que no siempre garantizan buenos profesionales. ¿Cuánto impacto tendrá esto tendrá en los procesos futuros que desarrolle el CNM?
Mucho, por tres razones fundamentales. La primera es que al evaluar por competencias ya no estamos evaluando un certificado del cual no tenemos conocimiento de los filtros o de la exigencia que ha tenido. Entonces, al evaluar por competencias estamos mirando a lo que va a ser el magistrado en el futuro. En segundo lugar, con esto se determina que los estudios que se puedan hacer, las capacitaciones, las pasantías o los diplomados, puedan expresarse en el examen escrito, que es el momento donde tiene que demostrar toda su capacidad y luego en la evaluación curricular se hace una revisión por competencias.
Y en tercer lugar, porque esto nos permite también tomar exámenes por especialización, donde el 20 % son de temas de Derecho Constitucional, Derecho Internacional de los Derechos Humanos, y un 80 % es el tema especializado. Esto es una absoluta novedad en el Consejo Nacional de la Magistratura.
Pero además se destaca que estos reglamentos, antes de ser aprobados han sido socializados. Ustedes han recorrido los distritos judiciales para oír las inquietudes de los jueces y fiscales respecto a los procesos de evaluación y ratificación.
Así es. Nosotros desde cuando éramos candidatos advertíamos que inclusive muchos abogados no sabían que era CNM, algunos decían que Conservatorio Nacional de Música o Consejo Nacional de Minería, porque siempre se había centralizado la labor en San Isidro en Lima.
Nosotros hemos visitado los 33 distritos judiciales existentes, incluido Cerro de Pasco, donde se ha podido determinar que el 80 % de los magistrados tienen plomo en la sangre. De tal manera que al evaluar al magistrado no se le evalúe como si estuviera suspendido en el aire, sino de acuerdo a su realidad, con su infraestructura, con su tecnología, con el personal que tiene. Ha sido fundamental acercar al consejo y lo vamos a seguir haciendo.
Por primera vez se puede observar que las sugerencias o forma de pensar de los magistrados, tanto jueces o fiscales, se encuentran introducidas en el reglamento. Obviamente no todo, van a ver puntos de discrepancia, todos quieren un reglamento que esté a su medida, pero nosotros no podemos claudicar en esa labor de control, pero más son los puntos en coincidencia que los puntos en discrepancia.
Hay un problema a nivel de justicia en el país que se arrastra desde el 5 de abril de 1992 y la provisionalidad de los magistrados. Se han dado pasos importantes para resolverlo, pero aún no son suficientes, sobre todo porque sigue existiendo la duda de cuán independientes pueden ser estos magistrados respecto del poder político o económico. ¿Cómo trabaja el CNM en la solución de esta crisis?
Durante mi gestión, desde el 1 de marzo de este año, hemos nombrado a cerca de 200 nuevos magistrados y aún quedan más de un millar, tanto en el Poder Judicial como en el Ministerio Público, que son provisionales.
Sin embargo, hay un gran obstáculo que viene a ser el tema presupuestal, fíjese que habiendo mil un fiscales provisionales no podemos nombrar a uno solo por la falta de presupuesto. Es el Ministerio Público que ha pedido al Ejecutivo una partida adicional para poder realizarlo. Todo pasa por el ámbito presupuestario, lo que pasa por el CNM es garantizar mejor selección de jueces y de fiscales a través de los filtros que hemos diseñado en los nuevos reglamentos.
El presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Miranda Canales, declaró hace unas semanas para nuestro medio que actualmente se vive una mala praxis de llevar casos a este fueron aun cuando este es incompetente. ¿Lo mismo está pasando con el CNM?
Exactamente lo mismo. Todos los días llegan decenas de quejas de ciudadanos justiciables señalando que en algún ligar del país hay supuestamente una conducta disfuncional de algún juez o fiscal, cuando el CNM no es competente para ver eso. Son los órganos de control interno quienes lo desarrollan, ahí se puede dar una doble lectura: la primera de ellas el enorme desconocimiento que lleva esta mala praxis que se generaliza. Entonces, el ciudadano común y corriente dice: “¿Qué es lo que está haciendo el CNM?” y es que no es nuestra competencia.
Lo mismo se nos cuestionaba cuando se dieron estas resoluciones tan polémicas en el ámbito de violencia de género.
El CNM se compone de siete miembros, ¿es suficiente este número para la enorme tarea que tienen de nombrar y evaluar a los magistrados en el país?
Yo creo que sí, porque tenemos al lado de nosotros un importante equipo de funcionarios, de asesores, secretaría general, asesoría jurídica; tenemos un equipo de primera que respalda justamente esta labor.
Y también consejeros que son legos en Derecho, y esto es lo que muchos jueces y magistrados cuestionan: ¿Cómo es que en el CNM hay ingenieros, doctores u obstetras que no conocen el Derecho y, por lo tanto, no estarían en capacidad de evaluar a quienes sí ejercen la función?
Por ejemplo, eso es algo que se dice al consejo cuando en realidad es algo que está en la Constitución, que señala que debe haber dos miembros de colegio profesionales no abogados justamente para darle paso a la sociedad civil, que luego se dice que no interviene. Esto no lo crea el CNM, esto lo crea la Constitución.
Ahora, evidentemente esto es optimizable, justamente se está trabajando en establecer algunos puntos o sugerencias para que el representante de colegio no abogado por lo menos acredite un lustro de trabajo o de gestión en alguna institución ligada al Derecho.
¿Sería elevar la valla?
Pero de los siete, inclusive de los propios abogados, porque yo he sido elegido. Todos tenemos que elevar la valla para garantizar que quienes lleguen al CNM tengan el perfil adecuado para tan alta responsabilidad.
¿Qué es lo que más le preocupa en estos momentos de la administración de justicia, donde ustedes tienen tanta responsabilidad?
Me preocupa fundamentalmente la falta de autocrítica que pudiéramos tener los órganos y el no trabajar de manera conjunta, si nosotros son arropamos y protegemos y decimos: ‘Yo estoy haciendo las cosas bien, pero es el otro el que está haciendo las cosas mal’, no vamos a ir a ninguna parte. Y también, hacerlo de manera aislada, es todo un sistema, son varios rodajes que tienen que ir uno concatenado con otro; esto todavía no lo veo.
Felicito la iniciativa de la ministra de Justicia de ser ella la que va a entrevistarse y hacer participar a todos, tender puentes en ese sentido. Ahora, está en nosotros, en las instituciones y sistema de justica que seamos capaces de ser autocríticos, ser capaces de aceptar controles y de poder ver también la posibilidad de que sea todo el sistema y no uno solo el que garantice una mejor justicia.
Los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta dijeron que o desaparecían o reformaban el CNM. Ya tenemos presidente, que va a emprender una de sus reformas de acuerdo a lo que él ha trabajado. ¿Hay algunos aspectos que le gustaría que puedan ser tomados en cuenta?
Claro que sí, yo considero que hay tres aspectos para toda reforma de un sistema de justicia. El primero que tiene se hacer con las instituciones del sistema, cuando se hace en contra es ahí donde fracasa. Segundo, tienen que hacerlo las propias instituciones, tiene que partir de ellas, no creemos en diagnósticos hechos desde un escritorio o de un café en Miraflores viendo la superficie del mar y hablando de las cuestiones que hay en las profundidades, eso es imposible. Pero también, es necesario hacerlo de manera sistemática. Si se hace con las instituciones, que se viene haciendo, ahora nos toca a las instituciones tener la capacidad de autocrítica y hacerlo de manera sistemática, yo creo que por fin vamos a dejar de hablar de la necesidad de una reforma para hablar de los frutos de esta.
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