“Guillermo Baca Aguinaga - Maestro de Juventudes”, es el libro que tengo el honor de editar en homenaje a tan laureado lambayecano gracias a la plena confianza de su autor, magíster Guillermo Pérez Sialer, quien fue su discípulo y compañero, y perenniza en sus páginas la obra de un respetado señor de señores, a quien solo le faltó ser presidente del país.
Tuve el honor de conocer al maestro Baca Aguinaga hace treinta años, admirando siempre su porte de caballero a carta cabal. Inteligente, visionario, fraterno, elegante y soñador, en su viajes a Alemania tuvo siempre la delicadeza de escribirme y enviarme postales del país que siempre admiró por su orden, garantía y desarrollo.
Su sueño y amor por la juventud los dejó plasmados en la construcción de esta infraestructura única en su tipo llamada Casa Comunal de la Juventud, a la que como lambayecanos estamos llamados y obligados a defender.
Quién podría negar que Guillermo Baca Aguinaga fue una influencia torrencial de juventud y para la juventud, su sueño con la Fanfarria de Lambayeque, la Casa Comunal, su apostolado educativo permanente, su amplia cultura y capacidad de entendimiento y concertación, son solo algunas de las tantas muestras que este ilustre chongoyapano de justificados méritos dio en vida.
Baca Aguinaga siempre dijo que la Casa Comunal fue la “obra magna de su vida”. Yo me atrevería a decir que fue su vida misma, porque esta no solo expresaba las ambiciones que siempre tuvo como educador y político, sino que trascendía a un espacio del que muy poco se ha hablado en el Perú: la inclusión. Soñó y logró que la casa cuente con todo lo que un club pudiera darle a una elite, con la particularidad que esta no sería exclusiva, sino para la juventud del pueblo, sin distingos de credo, raza o afiliación política. El amauta quería a los jóvenes educados, y para ello se construyó el Pabellón de Aulas y la biblioteca; los quería con una vida sana y para ello se construyeron las plataformas, los patios y la piscina; los quería cultos y para ello implementó el Ateneo con su sala de música, la videoteca, las salas al San José, a APRA, a la Fuerza Aérea. Soñó en grande y obró como un grande.
Siempre demostró vitalidad y supervivencia, confianza en el presente y el futuro, en las caudalosas corrientes juveniles a quienes siempre recordó que tienen la oportunidad de hacer mucho por el país y en particular por Lambayeque, y es que el maestro Baca Aguinaga tuvo claro que cuando a la juventud se le muestra un país desorganizado y desmoralizado, esta no puede aprender más que una lección de desesperanza, por ello con justicia el título de esta obra cuidadosamente concebida.
Dios lo llamó a su lado a los 91 años de edad, una vida llena de satisfacciones y también de amarguras, de ilusiones, de sueños, de obras aún por concluir, porque como siempre decía, la Casa Comunal de la Juventud fue un proyecto educativo piloto con la obligación de reinvertirse, mejorar, crecer y estar siempre al servicio del pueblo.
Esta obra llega a vuestras manos para que conozcamos lo que hizo en las nueve décadas de su vida, desde su niñez hasta la adultez. Guillermo Baca ocupó los más importantes cargos públicos por voto popular y encargo, ha recibido las más altas condecoraciones que entrega nuestra patria y recuerdo con especial nostalgia que tuve el honor de participar de una de ellas al encargárseme la ceremonia de entrega de las Palmas Magisteriales que el Estado Peruano le confirió el año 2008.
“Guillermo Baca Aguinaga - Maestro de Juventud” es un compendió de biografía, fotografías, cartas, reconocimiento, testimonios y entrevistas a tan garboso y respetable caballero que fue y eternamente será testimonio digno de demócrata, de ciudadano honesto, transparente, de maestro formador de muchas generaciones, de institucionalista y defensor de la legalidad y el orden.
A través del Semanario Expresión tuvimos valiosas oportunidades de entrevistarlo y plasmar en el hebdomadario sus caros anhelos y también su permanente gratitud a Chongoyape, su tierra natal, y a Lambayeque, departamento al que le mostró respeto y lealtad en todo momento.
Gracias a Guillermo Pérez Sialer por la confianza brindada en nuestra editorial para hacer realidad este sueño, gracias a los amigos que de manera espontánea, solidaria y con amor han hecho posible esta publicación, sin su contribución no estuviera en nuestras manos este libro que recreará para muchos los años idos en los que siempre hubo una cuota de distinción y toque particular gracias a Guillermo Baca.