Los intentos para la transferencia del terreno del Hospital Docente Las Mercedes, propiedad de la Sociedad de Beneficencia Pública de Chiclayo, al Gobierno Regional de Lambayeque siguen sin dar resultado. El procedimiento tiene meses paralizado pese a la urgencia que representa, pues de ello depende que se pueda construir la nueva infraestructura en el nosocomio, donde al mes se reciben hasta nueve mil pacientes.
Hace más de un año el Directorio del Sociedad de Beneficencia Pública de Chiclayo aprobó transferir el terreno del Hospital Docente Las Mercedes, a título gratuito, a nombre del Gobierno Regional de Lambayeque para que este ejecute en el área un proyecto de inversión que permita la modernización de los servicios asistenciales que se brinda a la población.
Pese a que el acuerdo fue firmado, el gobierno regional no ha avanzado con los trámites correspondientes ante la Superintendencia Nacional de Registros Públicos – SUNARP para la independización del área, debido a que la partida registral existente comprende una misma área que integra a otros edificios propiedad de la beneficencia.
Tampoco ha seguido el trámite ante la Superintendencia de Bienes Nacionales – SBN, que en un primer momento dio su visto bueno para la transferencia, con la condición de que se eleve el acuerdo del Directorio de la beneficencia y el proyecto de inversión que el gobierno regional ejecutaría en el área.
La infructuosa gestión se debe, en principio a que la dirección del hospital debe promover la independización del terreno con el soporte del gobierno regional, paso que no se ha dado, y porque no existe un proyecto definitivo de qué es lo que se podría ejecutar en el área no monumental del nosocomio. Los bosquejos e iniciativas de las que los directores del centro asistencial han hablado hasta el momento son solo eso, toda vez que no existe un expediente técnico para la realización de una futura obra de modernización y equipamiento integral.
DISCREPANCIAS QUE PESAN
El ex director regional de Salud Víctor Echeandía Arellano, quien ha ocupado la jefatura del servicio de Emergencias del nosocomio, lamenta que las discrepancias entre las salientes autoridades del Gobierno Regional de Lambayeque y de la Municipalidad Provincial de Chiclayo, que tiene injerencia política en la beneficencia, hayan sido la principal razón para frustrar la transferencia del terreno.
“Se hizo gestión para que se realice la transferencia del terreno a favor del gobierno regional, incluso se arribó a un acuerdo unánime en el Directorio de la Beneficencia, sin que se realicen los trámites en Registros Públicos. Por la punga política entre el alcalde de Chiclayo y el gobernador, todo se quedó en el limbo”, refiere.
Echeandía Arellano sostiene que en el personal del hospital existe total disponibilidad de apoyar a quien a partir de enero del próximo año, con el cambio de gobierno regional, ocupe la dirección de la entidad y se aboque al impulsar la ansiada transferencia del bien.
“Lo que queremos es que se cumpla de una vez con la transferencia para luego promover la formulación del expediente técnico de lo que será el nuevo hospital. Actualmente no hay proyecto, lo que se presentó desde la gestión como director del doctor Augusto Chonate Vargas fue una iniciativa de orden arquitectónico que no consideraba todos los aspectos de funcionamiento ni equipamiento del hospital. Eso todavía no se tiene”, asevera el galeno.
PROYECTO INTEGRAL
Refiere que en el proyecto a elaborar no solo debe considerar lo relacionado a infraestructura y usos, sino también a flujos y proyecciones de atención para las próximas décadas, teniendo en cuenta factores de la epidemiología regional. “Se trata de estudios epidemiológicos, sociales y económicos que deben sustentar el funcionamiento del nuevo hospital”, señala.
Víctor Echeandía remarca que habiendo sido creado en 1851, Las Mercedes tiene deficiencias muy complejas en su funcionamiento, que se agravan por la condición de la infraestructura considerada monumental.
“Tenemos un hospital caótico y desordenado, con gran parte de infraestructura de adobe en el que no se sabe si quiera por dónde circulan los canales de desagüe. Se han hecho inversiones y mejoras parciales, pero lo que requiere el hospital es la construcción de un área integral sobre la zona no monumental. Hay que recordar que varios de los pabellones antiguos constituyen un peligro para la población que se atiende y para los que trabajamos allí, porque no hay espacios ni para ponernos a buen recaudo ante un sismo”, anota.
EQUIPAMIENTO LIMITADO
Al problema se suma el deficiente equipamiento. Actualmente el hospital no tiene tomógrafo. El equipo que antes funcionaba en el nosocomio para dicho servicio era de propiedad privada y al concluir el contrato la institución se quedó sin dicha máquina. Solo funciona el servicio de Rayos X.
“No hay tomógrafo, menos resonador, instrumentos que necesitamos mucho para realizar los diagnósticos. Si una persona tiene un traumatismo encéfalo craneano no podemos determinar si existe un coágulo para proceder a operar, porque simplemente carecemos de las máquinas que nos ayuden a identificar esa complejidad. Con la gravedad de los pacientes debemos enviarlos o a una clínica privada o al Hospital Regional”, comenta Echeandía Arellano.
El médico sostiene que la próxima gestión en salud debe desarrollar un plan estratégico del sector que permita atender las carencias mínimas que tiene a la fecha los hospitales públicos, como por ejemplo cubrir la demanda de insumos, medicamentos e instrumental, que en la actualidad dificulta el nivel de atención.
“El Hospital Las Mercedes, solo por emergencias atiende en promedio a cuarenta pacientes diarios en las especialidades de pediatría, medicina, cirugía, traumatología y ginecología. Estamos hablando de casi 200 personas. Hay que añadir los consultorios externos y aproximadamente 12 casos de cesáreas diarias que son referidos por otros centros de salud e incluso de otras regiones. La gran demanda nos impide tener equipos, insumos, medicinas y personal suficiente para ofrecer atención de calidad”, detalla.
ATENCIÓN PRIMARIA
Parte de la solución – refiere – pasa por el ordenamiento del sistema de salud en Lambayeque, que implica el fortalecimiento y mejora de los centros y postas de salud, a fin que estos atiendan las enfermedades más simples y se evite que los pacientes con problemas mínimos lleguen hasta el hospital, porque saturan la capacidad de atención.
El hospital cuenta con cuatro médicos intensivistas, pero necesita de diez como mínimo. Hay cuatro anestesiólogos nombrados y ocho contratados. Debido a esta limitación, en el nosocomio no es posible contar con dos anestesiólogos de guardia.
“La gran demanda de cesáreas nos obliga a priorizar, porque se trata de la madre y el niño, lo cual es una política nacional. Eso nos lleva a postergar intervenciones diversas como cirugías por apendicitis, perforación intestinal o traumatismos severos. Es inaudito que en la sala de cirugía de ginecología de emergencias no tengamos un anestesiólogo permanente”, refiere.
Los quirófanos no funcionan todo el día, solo por las mañanas también debido a la falta de personal.
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