Por quinta vez las organizaciones de la sociedad civil salieron a las calles de Chiclayo a protestar contra la inacción del gobierno nacional frente al ansiado proceso de reconstrucción, a dos años de ocurrido el Fenómeno El Niño Costero, que dejó a miles de familias damnificadas, ocasionó la pérdida de millones de soles en áreas de producción e infraestructura y agudizó la situación de atraso que hasta antes del verano del 2017 presentaba el departamento.
Para el coordinador de la Asamblea de Delegados de las Organizaciones de la Sociedad Civil de Lambayeque – ADOSCIL, Álvaro Mendoza Cortijo, la paciencia ya se agotó, y es necesario que las autoridades regionales y locales asuman con liderazgo las demandas del departamento ante el gobierno nacional.
En prioridad – refiere – están el acceso al agua potable, el mejoramiento integral del sistema de alcantarillado, la construcción del drenaje pluvial para Chiclayo conurbado y mejoras en salud y educación. Por su puesto, la construcción del Terminal Portuario forma parte de la agenda.
A dos años de ocurrido el Fenómeno El Niño Costero, ¿cuál es el sentir de las organizaciones de la sociedad civil frente al proceso de reconstrucción, considerando que las propuestas y recomendaciones que alcanzaron no fueron tomadas en cuenta?
Realmente sentimos que se está estafando al pueblo de Lambayeque, porque los funcionarios que nombraron en la Autoridad Para la Reconstrucción con Cambios realmente no están cumpliendo con su rol. Se cambió a Pablo de la Flor, sin embargo el resultado ha sido el mismo con Edgar Quispe. En el ámbito local, el coordinador César Calderón tampoco ha dado resultados. Por lo menos, inicialmente, había atención y apertura al diálogo, pero después se volvió totalmente de espaldas.
Nosotros, como sociedad civil hicimos un gran esfuerzo de formular un Plan de Reconstrucción con participación de los colegios profesionales, el mismo que fue presentado a la Autoridad de la Reconstrucción y representantes del Programa de las Naciones Unidades para el Desarrollo – PNUD. Pero se quedó en nada, nunca más se tocó el tema. ¿A quién le encargaron su seguimiento? A César Calderón.
Edgar Quispe y César Calderón se justifican argumentando que la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios no tiene capacidad ejecutiva, que todos los recursos han sido asignados a ministerios, gobiernos regionales y municipios y, por lo tanto, no tienen mayor responsabilidad en la lentitud del proceso. ¿Es posible creer en esa respuesta?
Ellos sí tienen niveles de responsabilidad, no están de adorno y si eso es lo que sucede pues deberían decirlo públicamente. Si no están de acuerdo con ser simplemente convidados de piedra, entonces que den un paso al costado.
No puedo entender que solo por tener un sueldo estén perjudicando el progreso y desarrollo del departamento.
¿Están pintados los coordinadores de la reconstrucción?
Yo creo que sí, están pintados. Yo he conversado en varias oportunidades con César Calderón y le he hecho recordar de las necesidades de acelerar el proceso de reconstrucción. La población rural está en una situación clamorosa. Los últimos indicadores de pobreza y extrema pobreza en Lambayeque son a consecuencia de la no cristalización de la reconstrucción.
Expresión ha dado cuenta que 62 millones de la reconstrucción se dejaron de invertir el año pasado por procesos que fueron declarados nulos, debido a errores en las bases, anomalías en la calificación de postores y otros hechos irregulares. A la par, la Defensoría del Pueblo ha confirmado que ningún colegio ha sido rehabilitado tras El Niño Costero. ¿Qué evidencia esta realidad, incapacidad del aparato público en general?
Lamentablemente, en forma muy infeliz, cualquier hijo de vecino que tenga dinero puede hacer una campaña electoral buena, obsequiar lo que se le antoje, y el pueblo, por necesidad, se ve obligado a empeñar su voto. Eso genera que llegue gente improvisada e incapaz a los puestos públicos y con una sola intensión: tener dividendos, enriquecerse más. En la municipalidad de Chiclayo están los ejemplos de eso.
Desgraciadamente la corrupción no solo está en las grandes esferas del Estado, sino que ya está diseminada en todos los estamentos y se cumple aquello de que “el Perú es un cuerpo enfermo”. Manuel Gonzales Prada fue preciso al referir eso.
¿Le ha faltado pantalones a las autoridades regionales para exigir un proceso de reconstrucción más célere, como sí lo han logrado Piura y La Libertad que a la fecha ya tienen obras definitivas?
Ese es el problema. Necesitamos gente con más coraje, que encabece los reclamos, que caliente las calles. La historia está plagada de ejemplos: nada se ha conseguido si no se mueve y presiona. ¿Qué ganamos ahora yendo a los diálogos o a la concertación? Eso está bien hasta determinado momento, pero llega un punto que eso resulta irritante, frustrante y hay necesidad de tomar un camino diferente.
¿Y en el caso de Lambayeque el diálogo resulta innecesario?
Ese camino está agotado ya. Lo que necesitamos es dejar ese prurito de que somos la ciudad de la amistad, la ciudad tolerante, tenemos que convertirnos en una sociedad capaz de salir al frente para conseguir lo que necesita.
¿Qué Chiclayo sea considerada como “Capital de la Amistad” se ha convertido en lastre?
Sí. Lo que necesita Lambayeque es recuperar lo que ya ha sido, uno de los departamentos más prósperos del país. Hoy en día es la cola a nivel nacional.
¿Cree usted que el gobernador regional Anselmo Lozano Centurión y los alcaldes provinciales están en capacidad para encarnar el sentir de la gente respecto al proceso de reconstrucción hasta ahora trunco?
Se lo hemos dicho de manera directa al gobernador en una asamblea del Consejo de Coordinación Regional: él en sociedad civil tendrá un aliado, estamos para apoyar que quien ha sido democráticamente elegido por la mayoría de la población asuma el liderazgo de todo Lambayeque. Nosotros lo apoyamos siempre y cuando sea en aras del progreso y desarrollo del departamento.
Nosotros no apoyamos en luchas intestinas o que la autoridad regional divague en cosas superfluas. Ya nos hemos puesto de acuerdo en algo: que lo más importante ahora para Lambayeque es el agua, el desagüe, el drenaje pluvial y el binomio salud – educación.
¿Hasta cuándo va a seguir convocando a marchas la sociedad civil? ¿Qué resultados se han tenido desde la primera movilización que se realizó el 15 de marzo del 2017?
La indiferencia e inacción del gobierno nacional y de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios es algo que va llenando el vaso. La gente de Lambayeque está tomando consciencia de ello y cada vez se muestra más activa a protestar y reclamar.
Si con las marchas no se atienden las demandas de la población de Lambayeque pues vendrán medidas mucho más fuertes. El Colegio de Arquitectos ya ha planteado acciones mucho más severas y eso lo vamos a evaluar.
Nosotros no estamos de acuerdo con que a Lambayeque se le acostumbre a ser un mendigo que estira la mano, los problemas sociales tienen su límite. Lambayeque necesita fuentes de trabajo y proyectos de desarrollo y eso es lo que le exigimos al gobierno nacional.
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