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PADRE MARCIO VIRGOLINO: “CADA CORAZÓN ES UN PESEBRE”

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1144

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  • Párroco de la Parroquia Nuestra Señora de la Consolación invita a la feligresía a vivir la Navidad con espíritu de perdón.
  • El sacerdote exhorta a la comunidad a no dejarse llevar por el consumismo de estas fechas.

 

“Para que se hiciera fuerte la debilidad, se hizo débil la fortaleza”, decía San Agustín de Hipona en uno de sus sermones referentes a la Navidad. La fragilidad del niño envuelto en pañales y la humildad del pesebre en el que nació es la que resalta también el padre Marcio Virgolino, fraile agustino recoleto y párroco de la Parroquia Nuestra Señora de la Consolación, quien aconseja a la comunidad lambayecana a prepararse en la oración y la frecuencia de los sacramentos para la llegada de la Navidad.

 

El consagrado de nacionalidad brasileña, quien radica en Chiclayo desde febrero de este año y antes sirvió 16 años en Argentina, hace un paralelo entre el Adviento y la Cuaresma, ambos tiempos litúrgicos de preparación –uno para la Navidad y el otro para la Pascua –en los que debe primar la conversión.

“San Agustín nos invita a mirar de dentro hacia afuera, a convertir el corazón en un pesebre. Un cristiano debe examinarse para identificar en qué está gastando su tiempo. Así irá preparando ese terreno fértil que es su corazón para llegar a la Navidad dispuesto a recibir al niño dios que es como cualquier otra persona que llega a tocar la puerta de la casa y busca participar de la cena navideña. Esta es una fecha de encuentro con los hermanos, primos, tíos, con toda la familia, con aquellos que uno no ve hace tiempo, pero sobre todo es una época para perdonar”, sostiene.

 

CONSUMISMO

Marcio Virgolino revela que es imposible evitar la llegada de lo comercial a la Navidad en un mundo tan globalizado como este, pero eso no es impedimento para olvidar que el agasajado es Jesús por ser su cumpleaños. Añade que lo ideal es no estar pendientes de los regalos que pueda haber ese día, sino disfrutar de Cristo, quien se dona como regalo a cada una de las familias que desean acogerlo.

Reflexiona especialmente sobre los jóvenes, pues considera que ellos están más expuestos a dejarse llevar por la corriente del consumismo. “Para ellos la Navidad es todo un desafío, los invito a vivirla como un encuentro personal con Jesús, que recuerden cómo eran ellos cuando niños, que esa emoción que tenían por recibir un regalo la tengan ahora por recibir a Jesús”, exhorta.

Al respecto, menciona que en los evangelios hubo un personaje llamado Nicodemo, a quien Jesús le explicó que para entrar al reino de los cielos había que nacer de nuevo, a lo que él le retrucó cómo era posible que alguien volviera a entrar en el vientre de su madre.

“Nicodemo intentaba pensar racionalmente, pero Jesús se refería a no mirar las cosas desde la superficie, sino hacia arriba, una mirada que supere las expectativas humanas y vaya hacia lo eterno, lo trascendental. A veces uno se queda con las metas, pero debemos buscar el ideal del cristiano, porque las metas son alcanzables, pero el ideal jamás. En esta Navidad el llamado es a superar las barreras de la superficialidad y buscar a ese Jesús que viene para darle sentido a nuestra vida”, indica.

Manifiesta que adviento y navidad también son tiempos litúrgicos propicios para ser luz dentro de las familias que es donde se encuentra el prójimo, por lo cual es ideal adoptar como modelo el de la familia de Nazaret (Jesús, María y José).

“Oración, caridad y perdón son las tres recomendaciones que daría para vivir esta navidad. Si me lleno de dios, tengo amor, y si lo tengo puedo darlo a los demás en las obras que realizo. Navidad es tiempo de perdonar, de volver a empezar, de rezar por aquella persona que nos ha hecho daño. En definitiva, eso es el amor, sin perdón no hay amor”, sostiene.

En esa línea, apunta que todas las lecturas de Adviento y Navidad que se dan en misa exhortan a acercarse al sacramento de la reconciliación, por lo que no se debe desaprovechar la oportunidad de realizar un buen examen de conciencia para rendir una confesión, sobre todo si esta no se ha hecho con frecuencia durante el año.

 

LECCIONES DE SAN AGUSTÍN

Asimismo, explica que San Agustín puede tomarse como ejemplo para esta Navidad, pues él no fue “un santo de altar”, sino alguien que pecó de orgulloso y se equivocó muchas veces, pues pese a la capacidad que tenía, anduvo buscando la felicidad en el placer, el poder, la fama, pero no sería hasta que tuvo un encuentro profundo con dios cuando verdaderamente la encontró.

“Hoy la sociedad lo que necesita es eso, un momento para estar con dios en el cual se alimente de él. San Agustín habla del deseo de estar permanentemente con nuestro padre en todo lado: hogar, trabajo, escuela. Si uno vive así, jamás se sentirá solo, porque ya los proyectos no son propios, sino compartidos con el creador”, asevera.

Explica que la clave agustiniana es mirar siempre hacia dentro y no buscar afuera como lo hizo San Agustín durante gran parte de su vida, pues todo cristiano debe examinar su corazón para ver si hay luz en su interior y, de no haberla, utilizar herramientas espirituales como la oración y los sacramentos para encenderla.

 

SERVICIO

Por otro lado, anima a quienes pasarán fiestas navideñas trabajando (enfermeras, médicos, bomberos, etc.) a sentirse como los pastores que la noche en que nació Jesús se encontraban cuidando su rebaño y tuvieron la dicha de adorarlo.

“Todos somos obreros de la ciudad de dios. Los pastores estaban trabajando y tuvieron la oportunidad de contemplar a Jesús en pañales. Los animo a servir y verle en el hermano necesitado. La clave para llegar al cielo, para alcanzar la santidad, es hacerlo a través de las obras de caridad, sino nos quedamos solo en palabras”, apunta.

Indica que el cristiano debe salir de sí mismo para ir hacia donde dios llama, lo cual constituye como un verdadero testimonio, pues no basta solo con sostener un discurso, sino también reflejarlo en las acciones, tal como enseña Jesús en las obras de misericordia (visitar a los enfermos, dar de comer al hambriento, etc.).

“El testimonio de un cristiano que habla a través de sus obras es lo que mueve al mundo. María también nos da el ejemplo al decir: ‘Aquí está la esclava del señor, hágase en mí según tu palabra’. No hay forma de llegar al cielo sin cargar antes la cruz, esa que a veces puede ser mi hermano, mi amigo, pero que de todas formas es un puente para la santidad”, asegura.

 

NECESITADOS

En virtud de lo antes mencionado, el fraile agustino señala que la Iglesia Católica no es ajena a la convulsión social por la que atraviesan los países de Latinoamérica, pues su doctrina social en los principios de subsidiaridad e igualdad prioriza el bien común, por lo cual adquiere protagonismo, pero sin anteponer banderas políticas, pues el único estandarte es la cruz de Cristo.

“Los valores son una herencia que no podemos dejar atrás en nuestra historia. Todo lo que estamos pasando es consecuencia de cómo estamos a nivel de familia, de sociedad. La iglesia nos invita a mirar con esperanza, no podemos quedarnos en el conformismo de hacer lo que todos hacen, ser uno más del montón. Debemos ver desde nuestro lugar cuál es la diferencia que hacemos. Uno puede estar en el ambiente político y servir desde allí. Si perdemos el foco y empezamos a servirnos a nosotros mismos, estamos dejando de lado los valores”, menciona. 

 

+NOTAS:

  • La comunidad de agustinos recoletos en Chiclayo se conforma por el párroco Marcio Virgolino, de Brasil; Gerardo Rimarachín Rodrigo, de Perú; Julián Montenegro Sáenz, de España; y Julio Chacón Prato, de Venezuela. En septiembre de este año la Parroquia Nuestra Señora de la Consolación cumplió 52 años.
  • La misa del 24 de diciembre, conocida como ‘Misa de gallo’, se celebrará a las 9:00 de la noche. La comunidad de Agustinos Recoletos tiene a cargo también las capillas Nuestra Señora de Fátima y Nuestra Señora de la Natividad, en las cuales se oficiará el acto litúrgico y la feligresía podrá acudir a confesarse en los días previos.

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