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BORGES EN LA ZARANDA: Entenderlo a través de la ‘Chakana pregunta’

Escribe: Beder Bocanegra Vilcamango (*)
Edición N° 1272

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Me había rodeado de algunas inquietas jovencitas que, voluntariamente, asumieron el reto de viajar muy temprano hasta el colegio de educación primaria n° 11356 «Los Algarrobos», ubicado en el km 24, carretera que nos conduce al mítico Batán Grande y muy cerca del ostentoso e histórico Bosque de Pómac. En medio de la maraña verde está casi oculto el colegio de algarrobinos, Al igual que nosotros, también soportaron la pandemia y que sus motivaciones fueron creciendo hasta pedir más de una chakana, porque tan luego aprendieron a darle sentido a las preguntas en nueve espacios; sus manos se extendían para solicitar, alegres, otra curiosa chakana. Muchas veces nos hemos sorprendido de cada pedido. Aquella mañana tuvimos una grata experiencia que seguidamente se narra:

Los niños protagonistas y poseedores de heterogeneidad en sus personalidades, que día a día están entendiendo el mundo que los envuelve con múltiples interpretaciones. Indudablemente, es fascinante verlos sorprenderse con cada secreto que la lectura de los lunes por la mañana, nos alcanza para el ejercicio «chakanero». La construcción de nueve preguntas para ellos —puedo percibir—, resulta ser un gran desafío, que ellos están dispuestos a correr. Porque en sus voces manifiestan que «es más fácil hacer chakana, que clase». Llevar a Borges, este último lunes; reflexionar sobre su cuento y sorprendernos con la lectura, ha significado una práctica productiva en la existencia escolar.

La narrativa de Borges, en sí misma, resulta ser prodigiosa ante los ojos de cualquier lector que ansíe una aventura entre líneas y sobre todo porque a pesar de que se haya leído innumerables veces, leer literatura y preguntar sobre su contenido nunca resultará un obrar análogo. Y mucho menos con niños, pues el leer con niños es un concurso por saber quién está dispuesto a presionar el botón de interrupción en cualquier párrafo que la curiosidad los asalte. Asimismo, preguntar sobre el texto y discutir las preguntas ha sido motivo de pequeñas reflexiones que llevarían hasta los filósofos más brillantes, una infinitud de tiempo para responder. Tan infinita tarea como el pensar que suerte concede presentar en el pequeño colegio rural, una literalidad que usualmente se hace amiga en las aulas de la secundaria y universidad. Entonces la necesidad de preguntar desde la lectura, se convertiría en interesante historia circular para frecuentar. (Jessica Lisset Severino Roncal, estudiante del VII del programa de Lengua y Literatura. UNPRG).

Siempre he pensado que aplicar una estrategia es muy simple o que los alumnos puedan asimilarla fácilmente. Habíamos —junto con Jessica—, deducido que los estudiantes deben aprender o reaprender a elaborar preguntas para considerar que la ‘Chakana pregunta’ cumpla su papel. Otra de las ideas que siempre fue concomitante cuando observábamos a los estudiantes rascarse la cabeza fue «inventar preguntas», sabiendo que los inventos existen y suponemos que responden a preguntas que cualquier hombre puede plantearse. Antes de ello, habíamos hecho el intento de comprender cómo los estudiantes y sus evidentes o relativas limitaciones habían pasado el umbral de la memoria a sinceros cuestionamientos. Aparentemente, estábamos, frente al poder de la pregunta, aunque el poderoso «por qué» había cundido nuestra naturaleza cognitiva que había perdido la noción de las preguntas de memoria. El texto propuesto por Jessica, con cierto temor de no descifrar el sueño, fue el siguiente:

‘Las ruinas circulares’ Jorge Luis Borges

[Un hombre llega a las ruinas de un antiguo templo circular. Tiene un solo objetivo: crear un ser humano a través del sueño e imponerlo a la realidad. Al principio el hombre sueña que está en el centro de un anfiteatro lleno estudiantes a los cuales les dicta lecciones de anatomía, magia y cosmología.

Aunque sus alumnos eran muy obedientes, el hombre deseaba un alumno que no acepte sus lecciones de manera pasiva; entonces de entre todos elige a un alumno y, después de darle lecciones particulares, se maravilla de las habilidades del joven. Sin embargo, un día el hombre se despierta y por muchas noches no puede dormir. Reconoce que su primer intento ha sido un fracaso y decide buscar otro método de trabajo. Después de un descanso y de observar varios ritos de purificación y adoración a los dioses, el hombre se duerme y sueña con un corazón latiente.

 

Noches, días y años pasan y el hombre crea a su hijo mediante el sueño, pedazo por pedazo; prestando atención a cada detalle. Finalmente, su hijo está completo, pero no habla y no se incorpora. El hombre le ruega ayuda al dios del Fuego para darle vida a su hijo y esté consciente. Entonces el dios del fuego le concede el deseo y automáticamente su hijo se despierta como un hombre de carne y hueso y es enviado a otro templo a alabar al dios del fuego. Solo el soñador y el dios del Fuego saben que el hijo es una creación, un hombre soñado; no es un hombre real.

Al pasar el tiempo, el soñador escucha de otros hombres que hay un hombre en otro templo que puede caminar por el fuego sin daño. El hombre sabe que este es su hijo y se preocupa de la posibilidad de que él se entere de que no es un ser humano, sino una proyección del sueño de otro.

Un día, se acerca de repente un gran fuego al templo donde vivía el soñador. El hombre acepta que ha llegado su momento de morir ya que es anciano, entonces camina hacia el fuego para ser consumido. Pero para su triste sorpresa cuando pasa las llamas, no se quema y en ese momento comprende que él también es una proyección, es decir un sueño de otro hombre]

Las preguntas

Al término de ello: Luhana Lucero Vásquez Guevara; Dayana Yacori Santisteban Aguilar; Yasmín Esthefany Guerrero Campos y Rayzza Fabiana Bustamente Trujillo, estudiantes de 4° grado «B», lograron la siguiente chakana (Ver foto 3).

Ellas asumieron el reto de plantear nueve preguntas en función de su valoración comprensiva de la filosofía de Borges, al inicio pensábamos que era imposible; sin embargo, asumimos el reto y el riesgo de que no logren «preguntas chakaneras» que, sin buscar una respuesta, nos permita analizar y discutir sobre el tema. Jéssica pensaba que sería imposible que los estudiantes algarrobinos no identifiquen que se trataba del sueño. Al recibir las chakanas, cuando ellos nos las entregaban nos dábamos cuenta que leer y preguntar es una tarea divertida, no hubo texto feo, no hubo texto difícil. Solo había una falsa percepción de que los textos se dirigen o se seleccionan en función de la edad.

Nada más utópico respecto al desarrollo del pensamiento a través la lectura que busca el aprender significativo mediante la pregunta antes que la respuesta. Queda claro que leer y comprender para preguntar nada tiene que ver con la edad o el contexto. El mito de que las escuelas rurales están postradas o están protegidas por el olvido es solo una creación colectiva de muchos docentes que no despiertan; menos en la IE n° 11356 «Los Algarrobos», lugar que crece en medio de algarrobos y zapotes de perro, hermoso vergel para los chiscos patilargas, pequeño espacio de brillante sol lleno de bosque verde de retorcidas ramas resecas al viento. Borges estuvo aquí, apacible, dejándose leer.

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(*) Docente y escritor, ganador de las Palmas Magisteriales 2016.

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