Presentaré, de inicio, algunos apuntes históricos que a mi juicio sintetizan el país que hemos construido para luego extrapolarlos a las discusiones históricas, sociales y ciudadanas pendientes. Luego, mencionaré los que son, a mi modesto entender, los retos educativos y ciudadanos sin los cuales es imposible construir patria y terminaré respondiendo a la pregunta ¿Cuál debe ser el aporte de la educación para la formación de la ciudadanía?
Una idea previa: Sostengo que en el Perú ha fracasado la inteligencia política y se ha desarrollado un poder fáctico desestabilizador. Ambos problemas solo pueden ser vencidos con libertad de pensamiento y expresión en espacios intelectuales aptos para la discusión y la exposición del pensamiento divergente. En ese sentido, el principio de la solución a la crisis debe gestarse desde la escuela y la universidad.
Antecedentes
Luis Alberto Sánchez afirma que en el Perú hemos tenido estado antes que nación, moneda antes que comercio y Constitución antes que código. Por su parte, Carlos Contreras, indica que en el mundo la república fue resultado de un proceso previo de integración (comercio, caminos, puentes, puertos, normas, educación) que en el Perú no ocurrió, pues la independencia y la república han sido procesos desarticulados. Julio Cotler, señala que los intereses sociales deben ser claros, enunciados, conocidos. Los peruanos, deben tener y definir sus intereses; en ese sentido, carecemos de objetivos nacionales, no los hemos reflexionado, no los conocemos y, creo, no nos interesa. Por eso “el peruano no ha sido y no es representable”.
Somos el país de las “eternas” discusiones: Republicanos (Sánchez Carrión) vs. Monárquicos (San Martín, Monteagudo); Corriente filosófica vs. Corriente sociológica, en la concepción de la república. Hemos tenido 90 presidentes en el siglo XIX, más de 40 en el siglo XX y 10 en lo que va del siglo XXI. Hemos ejercido forma de control ciudadana y no formas de expresión ciudadana: la edad de la ciudadanía fue, primero, 25 y, luego, 21 años. Decidimos el voto alfabeto, la elección indirecta; aplaudimos las Montoneras y los golpes de estado; ahora, usamos la disolución del congreso, y la vacancia presidencial… luego ¿Qué haremos? Nadie apuesta por la acción educativa que es la única forma de salvar al Perú.
Hemos gestado una división de poderes precaria y todavía se debate sobre los límites y las funciones de quienes ejercen el poder después de 200 años de existencia de la institución estatal. No existe una élite intelectual que haga contrapeso a la élite económica. No existe una élite política – intelectual capaz de reflexionar sobre la realidad nacional y gestar normas y medidas desde la profundidad del conocimiento y del sentido común.
El Perú nació como un Estado liberal, mínimo, al que solo se le pidió que proteja la propiedad de los individuos (la vida, la libertad y los bienes) se transformaría, luego, en el Estado democrático mínimo (basado en la superficial voluntad general) y el ejercicio de la ciudadanía. Todos los ciudadanos somos miembros plenos de una comunidad política; en tanto tales somos sujetos de derechos individuales, civiles, políticos y sociales. Una comunidad política debería pues poder compartir algunos valores básicos universales.
El rol de la educación ciudadana
La ciudadanía es una disposición esencial para entender cada vez más no solo nuestro presente sino también nuestro futuro. Pensar nuestro futuro solo desde conceptos de pueblo, etnia o conceptos grupales, cerrados, propios de colectividades rivales no nos conduce a nada bueno. Hay que ingresar a la democracia sin renunciar a nuestras raíces y costumbres, pero comprometidos con un sistema colectivo superior.
Lo propio y lo común deben comenzar a dialogar. Se entendió erróneamente lo propio como lo intransferible, lo misterioso, lo inescrutable. Ahora tenemos que dialogar con lo común que es aquel mundo que se puede explicar a todos.
Un reto educativo es la educación ciudadana; hasta hoy ha generado parálisis y temor; sin embargo, debe significar un estímulo y un desafío nacional. Propongo los siguientes retos educativos:
La tolerancia radical, es decir, el reconocimiento de todas las formas de vida y de todas las necesidades humanas; la valentía cívica, entendida como la capacidad de alzar la voz por una causa y por los que no pueden acceder a la palabra; la solidaridad activa con los grupos más desfavorecidos que sufren alguna forma de violencia u opresión - la indiferencia es también una violencia- por parte de las instituciones; el juicio justo, valorativo pero objetivo y sereno; la disponibilidad a la comunicación racional que nos obliga a exponer nuestros argumentos y escuchar los de los demás y buscar acuerdos en torno a las normas más justas; y la prudencia, es decir, el conocimiento crítico de las normas y la aplicación de las mismas a los casos que se nos presentan y a las decisiones que tomamos.
La inteligencia
Es indispensable formar una inteligencia social o colectiva (gracias a ella tenemos lenguaje, escritura y cultura) que sea la base de una sociedad inteligente. Las sociedades inteligentes gestionan adecuadamente la información y solucionan sus problemas adecuada y creativamente, se proponen objetivos y metas comunitarios, y están dispuestas al sacrificio que eso implica hasta alcanzarlos. Así, como existen personas inteligentes, hay sociedades inteligentes. También hay personas, organizaciones y sociedades que aprenden. Y a la inversa, hay sociedades torpes (porque aprenden poco) o aquellas que simplemente no aprenden.
Una sociedad torpe, según Antonio Marina, es aquella donde las creencias vigentes, los modos de resolver los conflictos, los sistemas de evaluación y los modos de vida disminuyen las posibilidades de las inteligencias privadas. Aunque ninguna sociedad califica plenamente como inteligente o torpe; en nuestro país dada la urgencia, requerimos enseñar y aprender a elegir. Los gobernantes deben ser elegidos según sus competencias e idoneidad. Para terminar, estos días conviene pensar en cómo ayudar a reflexionar sobre qué son los intereses individuales y de grupo y qué son los intereses comunes o públicos, y si es posible articularlos o a veces hay que renunciar a lo personal y privilegiar lo que es bueno para todos. Tenemos, entonces, tarea y muchos ejemplos para discutir. Que no nos invada la desesperanza.
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(*) Docente e historiador.
De acuerdo con el Banco Central de Reserva en el año 2023 la economía peruana reflejaría una disminución de la proyección de crecimiento a 2.9 %, debido a un menor estímulo del crecimiento económico dado el contexto de incertidumbre de la economía internacional, un bajo crecimiento de la inversión privada, una proyección de una conflictividad social y una caída de la inversión pública en 2.3 % por el cambio de los gobiernos subnacionales.
Si bien la economía peruana se recuperó en el año 2021 con un crecimiento promedio de 3.6 %, que evidencia un crecimiento cercano a la tasa de crecimiento potencial, evidenciando la resistencia de la economía peruana tras la crisis sanitaria de la COVID-19 y la incertidumbre internacional, el 2023 se avizora un tanto complicado, motivada principalmente por la profunda crisis política que afecta al país desde el último quinquenio donde el factor político ha conllevado a una agudización del sistema democrático.
Fortaleza macroeconómica
El primer reto que enfrenta el país para el año 2023 es no solo apostar por la fortaleza macroeconómica que requiere la economía peruana, sino apostar por el fortalecimiento de la planificación estratégica en el Perú dándole una mayor preponderancia a la planificación estratégica en la gestión pública para la aplicación de las políticas públicas con el fortalecimiento del ente rector del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico, que permita avizorar un país que conlleve a fortalecer los aspectos sociales y para ello se requiere un agresivo cierre de las brechas sociales a través de los presupuestos públicos orientados a resultados.
El segundo reto es el relacionado a la inflación, que para el año 2022 de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática se cerraría con el 8 % y con una informalidad del 80 %, cuya preocupación parte del incremento de los precios que afectan a la canasta básica de alimentos ocasionaría una amenaza a la seguridad alimentaria, principalmente por el impacto causado donde cinco de cada diez peruanos se encuentran vulnerables a ser pobres. De ahí que el Banco Central de Reserva del Perú ha generado una continua alza de las tasas de interés de referencia alcanzando el 7.5 %, que produciría un efecto de desaceleración de la demanda interna que afecta al consumo privado.
Panorama internacional
El tercer reto que enfrenta la economía peruana es el álgido panorama internacional que avizoran las instituciones internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, entre otros, que debido a la invasión Rusa a Ucrania, la crisis del costo de vida, la desaceleración de las economías de China, Estados Unidos y Europa que junto a las presiones inflacionarias produce una desestabilización de la economía mundial y un endurecimiento de las condiciones monetarias.
El mundo atraviesa un periodo volátil de cambios tanto económicos, geopolíticos y económicos que generaría un impacto sobre la perspectiva mundial, al ser contracícilica la política monetaria y generar una disminución del presupuesto de los hogares y el moderado apoyo fiscal, así como el incremento del costo del endeudamiento.
Los eventos anteriormente descritos generan un escenario nebuloso en una mirada prospectiva que ocasionaría un menor crecimiento de la demanda externa, así como menores precios internacionales de las materias primas de exportación y escasez de los flujos de capital que enfriaría el crecimiento de la economía peruana.
De ahí la necesidad del accionar de los actores políticos en los próximos comicios electorales que permita instaurar no solo un gobierno democrático, sino un gobierno orientado a las necesidades de la población bajo una mirada de las brechas sociales y también del actuar ciudadano donde cumple un rol fiscalizador clave para la gestión pública.
A este punto es necesario comprender que las frustradas expectativas de la población; así como el desperdicio de la bonanza de los precios internacionales de los minerales y un gobierno de confrontación que no comprende el escenario internacional y la situación interna del país que ocasiona la inestabilidad económica conllevará que sus tropiezos, escándalos y desatinos políticos ocasionarían un futuro sombrío para la economía peruana sobre el cual tiene que accionar el actual ministro de economía a través de la política fiscal, las políticas públicas y la relación con la política macroeconómica, requiriendo para ello tener gestores públicos que consideren al Plan Estratégico de Desarrollo Nacional hacia el 2050 que es el documento orientador hacia los cuatro objetivos nacionales relacionados al desarrollo de las capacidades de las personas, gestionar el territorio de manera sostenible, elevar los niveles de productividad y competitividad con empleo y garantizar una sociedad justa, democrática, pacífico y un estado al servicio de las personas. De esta forma dicho instrumento orienta el accionar del estado en el mediano y largo plazo que permita mejorar las condiciones de vida de la población.
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(*) Economista, con Maestría en Ciencias con Mención en Proyectos de Inversión de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo.
Estamos iniciando un nuevo año y muchas personas tienen la ilusión de empezar un proyecto empresarial, y ven el 2023 como la oportunidad de hacerlo realidad. Para lograrlo, hay que analizar diferentes aspectos que permitan alcanzar los mejores resultados para no perder la inversión.
Uno de estos aspectos es conocer a los clientes. Para ello, deben saber qué quieren, cuáles son sus gustos y preferencias actuales, pues constantemente cambian, influenciadas -de manera perenne- por el entorno en el que vivimos (familiares cercanos, amigos o compañeros de oficina); la globalización, que abre las fronteras entre países, y la tecnología, vinculada directamente con las redes sociales, páginas web y aplicaciones.
Es por ello que, antes de pensar en un proyecto, es necesario conocer a nuestro público objetivo. Se puede lograr por medio de entrevistas, encuestas, revisando investigaciones o tesis que nos brindarán datos relevantes para la toma de decisiones. Con la información obtenida, se debe definir cuál es el problema o necesidad de los clientes. Teniendo claro qué buscan, como líderes podemos ofrecer soluciones por medio de la generación de ideas de negocio.
Nuevas tendencias
En el presente artículo compartiré algunas opciones para emprender según las nuevas tendencias que se dan en el mercado nacional e internacional. La primera, es la preocupación por el cuidado de la salud, por consiguiente lo podemos relacionar con productos alimenticios naturales y frescos, es decir, eliminando algún tipo insumo para la conservación.
Debido a ello, han aparecido muchas startups que se dedican a este rubro, y crecen a un nivel exponencial, pues los consumidores están dispuestos a pagar más que el precio promedio, con tal de recibir alimentos que fueron preparados con sumo cuidado y guiados por un nutricionista.
Adicional, puedo incluir ideas de negocio relacionadas al deporte: gimnasio; centros, vestimenta y artículos deportivos. La sociedad quiere realizar ejercicios para relajarse y evitar el estrés ocasionado por el trabajo (metas y objetivos cada vez más inalcanzables) y el cansancio del hogar.
Conectividad
Otra tendencia mundial es la conectividad. Hay una gran oportunidad de utilizar la tecnología para generar empresas. Por ejemplo, dedicarse a la administración de redes sociales de compañías e influencers. Asimismo, desarrollar aplicaciones que hagan la vida más fácil a los usuarios, pues justamente eso buscan: “que les solucionen sus problemas”.
Por último, hay muchos jóvenes que han decidido no contraer matrimonio o comprometerse con alguien, pues priorizan su desarrollo personal, educarse al más alto nivel para ganar un mayor salario, o viajar y conocer más lugares y países. En este sentido, hay la posibilidad de ofrecer productos y servicios para este segmento de mercado. Se les puede vender tecnología; libros y capacitaciones técnicas para seguir formándose; tours por medio de una agencia de viajes, o departamentos para independizarse. Incluso, pensar en un negocio relacionado con mascotas, ya que por lo general su único acompañante es su hijo de cuatro patas.
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(*) MBA, consultor, mentor y catedrático. Especialista en Gestión Empresarial e Innovación.
Este año que termina, muchos quisieran que fuera para el olvido. Cuando desde el inicio del gobierno anterior, las decisiones presidenciales erráticas, aunadas a denuncias fiscales por continuos indicios de corrupción, los tan malintencionados como esquizofrénicos mensajes de sucesivos premieres junto a respuestas a la defensiva de los legisladores, se iban tornando costumbre, y donde, en apariencia no cabría más, acontece a inicios de mes, el mensaje de autogolpe fallido gracias a las instituciones tutelares, que para algunos no hizo más sino acelerar estrepitosamente la caída de un nocivo régimen, para otros un milagro decembrino y para todos, una desconcertante incertidumbre.
No se hicieron esperar el abandono de aliados, las justificaciones con mil y una hipótesis inverosímiles y las protestas de grupos afines al régimen depuesto que, tornándose vandálicas, en lectura de los especialistas, no fueron espontáneas, sino estratégicamente preparadas, haciéndonos recordar los momentos de terror de la década de los 80, con compatriotas heridos y muertos, enfrentados por manipulación ideológica perversa, incluso apoyado por países y organismos internacionales. La sabiduría de la historia cotidiana, reiterada ancestralmente, se hizo más patente que nunca con todos estos hechos de la caída del régimen: Lo que mal inicia mal acaba.
Ahora nos encontramos, una vez más, en un gobierno de transición democrática, legítimo de acuerdo con nuestra Carta Magna, cuyas primeras acciones fue de restablecer el orden público, mantener el estado de derecho que había sido vulnerado y preparar el camino hacia nuevas elecciones generales que los legisladores aprobaron para abril del 2024. Es acá donde caben las orientaciones ciudadanas para decidir los destinos nacionales con un voto bien pensado, en función al fortalecimiento de nuestras instituciones, sintonía social con los compatriotas que no han sido atendidos en sus necesidades que se tornan en justas demandas, y un adecuado manejo de la economía nacional, en libertad democrática y sin corrupción.
Lo que dijo Cicerón
A propósito de lo mencionado, es pertinente traer a recuerdo al gran pensador Cicerón (106 a.C- 43 a.C), quien, en su contexto de profunda crisis por conflicto permanente de su tiempo, recomienda superar la decadencia política con el retorno a las virtudes y a las costumbres de fe que cohesionan al Estado: la familia, la patria, el respeto a ley y la prosperidad en el manejo de los asuntos públicos, mediante el principio del equilibrio de poderes en concordia social.
El líder del Estado y quienes lo ayudan en el gobierno, nos recomienda Cicerón, deben buscar la seguridad de todos, con leyes de bienestar (satisfacción de necesidades) y de salvaguarda de los peligros internos (conflictos, sedición, subversión), externos (injerencias extranjeras) y circunstanciales (desastres naturales).
Las experiencias que queremos olvidar son las que marcan nuestra historia personal y social. Lo vivido recientemente en el Perú, y lo que los peruanos observemos de las situaciones políticas de los países vecinos, deben ser experiencia de aprendizaje para tomar conciencia nacional y evitar engaños de políticos de sibilinas ideologías.
Volver a las urnas
En abril del 2024 volveremos a las urnas, como ciudadanos procuremos estar formados en el conocimiento de nuestras leyes y necesidades reales, que no nos vendan gato por liebre. No votemos en contra de alguien, votemos por propuestas y personalidades competentes. Busquemos información de distintas fuentes de quiénes son los candidatos tanto en la plancha presidencial como para congresistas, si tienen antecedentes policiales, penales y judiciales, si tienen o no vínculos con ideas sediciosas, quiénes los financian, si cuentan con formación mínima para la administración de los asuntos públicos.
Mientras tanto, estimado lector, inculquemos a nuestros hijos un profundo amor al Perú, a educarse, promovamos en ellos el respeto a todas las personas y a nuestras instituciones, la solidaridad y el trabajo, pero principalmente la responsabilidad personal para salir adelante ante cualquier circunstancia adversa.
Que en este 2023 que se avecina y el 2024 electoral sean momentos de transición donde se consolide pacíficamente nuestra democracia y nuestra economía, admirada en estos momentos de tempestad que tiende a la calma, gracias a todos nosotros los peruanos de a pie. Compatriotas ciudadanos, formémonos e informémonos durante todo este tiempo y siempre, para no elegir gobernantes y representantes que mantengan al país en sobre(a)saltos destruyendo la institucionalidad democrática.
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(*) Filósofo. Docente universitario. Investigador RENACYT-CONCYTEC.