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MARCO ANTONIO ESQUECHE CASTAÑEDA: VIDA Y ARTE AL RITMO DEL CAJÓN

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 946

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Marco Antonio Esqueche Castañeda es un artista casi genético, como él mismo lo dice. Sus actividades artísticas iniciaron desde los siete años, pero a los doce fue de manera profesional. Etenano de nacimiento y con alma de viajero, estudió hasta el tercero de primaria en su pueblo Puerto Eten hasta que su profesora reconoció todo su talento y recomendó a su madre llevarlo a Lima, donde podría desarrollarse.

 

“A los doce años me fui del Perú por primera vez, se me acercó un director de teatro y me dijo: ‘Marco yo quiero que vayas con nosotros a Nicaragua’. Para mí era un viaje interplanetario, estaba emocionadísimo. Todas estas etapas de mi vida han sido como hitos. Tengo una obra llamada Perú, que es de teatro unipersonal autobiográfica, donde cuento todas estas anécdotas”, comenta.

 

Todo el crecimiento artístico y humano de Marco Antonio se fue calando en la medida que tenía contacto con otras culturas. “Los otros mundos me impresionaron. Agradezco enormemente el haber migrado y viajado tanto, ahora eso me permite hablar con sabiduría y propiedad”, añade.

 

Los primeros pasos de Marco Antonio fueron autodidactas en su niñez y luego tuvo una formación académica en distintas ramas. Estudió en la Escuela Nacional de Arte, luego antropología en Montevideo, educación en Argentina y de ahí en adelante ha ido vinculando todos sus estudios pedagógicos con la música.

 

“Todo ha sido una búsqueda, lo que hago es una fusión de expresiones teatrales, dancísticas, cuentos y magia, a la que le ponemos música para convocar a las personas. Si la gente se pregunta qué verá, yo le respondo que música afroperuana y ya está”, dice.

 

ARTE PARA NIÑOS

A pesar de haber realizado presentaciones y teatro para adultos, Marco Antonio ahora se dedica a hacer sus obras para los niños. Al no ejercer su profesión de maestro, debido a todas sus actividades artísticas, sigue manteniendo talleres para niños y una escuela rural en Córdoba, Argentina, siendo el público infantil lo prioritario en su trabajo investigativo y artístico.

 

“Me dedico a los niños porque me decepcioné de los adultos, de alguna manera en este proceso de la actividad dedicado al arte uno camina como en paralelo con el pensamiento, la reflexión y en un mundo globalizado donde todo se compra o se vende, la gente anda seria, ya nadie sonríe o mira a los ojos. Vivimos en un lugar complejo en el que el sector infantil es el más puro, en el sentido de que se construye de acuerdo al contexto donde se mueve”, explica.

 

Marco Antonio explica que si un niño crece muy ligado al arte, a la reflexión humana y filosófica respecto a la naturaleza, en un ambiente interesante, se convierte en verdadero defensor de la vida. “Mi intención esencial es hacer música para la vida, en un mundo donde también existe la muerte y la violencia”, agrega.

 

Los niños para Marco Antonio Esqueche son un espacio para mantenerse niño, lo que es importante para él, pues a pesar de ser adulto considera que la infancia es lo más lindo, porque es un espacio que le permite construir un mundo soñado. 

 

“La música para niños que yo hago no es tan ingenua, porque yo no los considero ingenuos, sino sabios”, es por esta razón que todas sus composiciones tienen un profundo sentido humano, dirigido a personas con espíritu. Él invita a su público a emocionarse, meditar, reflexionar y debatir.

 

PERÚ, SU PAÍS

“Yo soy peruano de nacimiento y a pesar de haber vivido más de la mitad de mi vida fuera del país, soy defensor de su valor, dignidad e historia, por eso hago música afroperuana. Sin embargo, no dejo de ser altamente crítico y cuando uno vive afuera se da cuenta rápidamente de lo complejas que pueden ser las cosas”, afirma.

 

Cuando Marco Antonio vivía en el Perú era llamado ‘negro cajonero’, pero no por admiración sino de forma peyorativa, explica. Al llegar a Europa fue reconocido como artista automáticamente, era muy valorado por tocar un instrumento ‘raro’ formado por cuatro maderas y un hueco, que le permitían percutir de tal manera que sonaba increíble. 

 

“No es tan lindo vivir lejos de tu país y ver situaciones tan dolorosas como la política, porque lamentablemente las noticias siempre salen y llegan”, comenta con tristeza.

Marco Antonio llega al Perú todos los años y organiza el ‘Afroplaya’, un conjunto de talleres dirigidos a los niños, dictados por docentes de diferentes partes de América, desde el 2005. Él cuenta que siempre le preguntan si es un partido político o grupo religioso quien lo ayuda a financiar esta actividad, pero responde que él es un “humano común y silvestre”, que lo hace por vocación y amor a su pueblo, haciéndolo posible con esfuerzo y enamorando a la gente para convencerlos de apoyar.

 

“Yo también vengo porque me alimento; cuando estoy aquí como pescado y tomo chicha. Además de la naturaleza y de las relaciones humanas, acá veo a mis amigos y familiares. También aprovecho y me doy un baño de mi pueblo en la playa de Eten. Vivir fuera de tu tierra, es vivir en constante nostalgia y mi trabajo está ligado a eso, a la recordación y revaloración de nuestro patrimonio y la cultural”, cuenta.

 

EL CAJÓN

El cajón es el instrumento que acompaña a Marco Antonio casi toda su vida, volviéndose parte esencial de sus días para hacer su arte. “Si digo que el cajón es importante para mí por un asunto familiar, no sería tan profundo, porque en las familias negras siempre se ha tocado”, dice.

 

Esqueche Castañeda proviene de una familia humilde, de un padre panadero y con muchos hermanos, en la que cada uno debía poner algo para la olla. Él, desde pequeño, ya tenía ciertas particularidades como la de contar historias acompañándolas con el sonido del cajón, captando la atención de todos. Fue desde ahí que empezó a sacar sonoridades con diferentes objetos, desde palitos hasta plumas.

 

Un día, enojado, pateó al cajón que lo acompañaba y fue en ese momento que su madre auguró la vida que le esperaba, diciéndole: “Trátalo bien, porque eso te va a dar de comer”. Es la sabiduría de los padres con esa cosa particular, como la describe, lo que le permitió hacer de este instrumento parte de su día a día.

 

“No lo considero solo un instrumento musical, sino casi un ángel guardián, que me ha acompañado y me seguirá hasta que deje este mundo. Tiene un carácter más que simbólico y hoy en Argentina, es muy famoso, los hippies lo tocan en las calles a lado de sus tambores. En mi último disco invento una historia de cómo nació el cajón. Antes era algo estigmatizado, pero ahora el mundo ha cambiado”, cuenta.

 

PRESENTACIONES

Las presentaciones de Marco Antonio consisten en contextualizar las canciones de sus discos, es decir contar una historia antes de cantarla. Sin embargo, no lo hace solo, siempre es en compañía del público. Confiesa que él nunca prepara las presentaciones del todo, porque aunque tenga una lista del orden de las canciones siempre la improvisación y la interacción con los niños es lo que termina por predominar el show.

“Hay un momento en relación con el público en el que de pronto van surgiendo otras historias, otros cuentos; yo preparo las canciones, las ensayo y las grabo, pero la estructura se va dando de acuerdo a las personas que me acompañen esa noche. Es muy divertido en ritmo, porque casi no hay pausas, el propósito es educativo, que los pequeños entren en una sincronía distinta que no les permita pensar, solo accionar”, explica.

 

Esqueche Castañeda dice que a los occidentales se les construyó a través de la mente, mientras que el africano siempre optó por el aprendizaje a través del cuerpo, las danzas y el jolgorio, y que los peruanos son la suma de esos mundos. “Quien no tiene de inga, tiene de mandinga; mi objetivo es ir enamorando a este mundo para que puedan ver que también vale la pena experimentar al otro”, insiste.

Sus shows están dirigidos a niños de todas las edades y para las familias, porque de ese modo todos los integrantes pueden participar y cuestionarse el porqué de las presentaciones, llevándolos a reflexionar.

 

‘PONTE LAS PILITAS’

En su última presentación brindada para los chiclayanos, el pasado 22 de enero, Marco Antonio mostró el material de su última producción ‘Ponte las pilitas’, en la que interactuó con muchos niños que se quedaron felices al cantar y bailar al ritmo de su cajón en la Casa de la Cultura.

 

“Yo vivo en un país altamente triste, por la predominancia europea que tiene, no son como los peruanos. Son bastante ordenados, amables, pero muy serios y hay mucha depresión entre los chicos”, comenta.

 

‘Ponte las pilitas’ es una convocatoria a que las personas salgan a las calles a pasear a los parques y a jugar, a dejar la tele, el celular y el Play Station. Es una producción que invita a socializar y a reencontrarse con el otro, les dice a los niños que no se dejen dominar por las nuevas tecnologías y cambien la industrialización sedentaria por el movimiento, la acción y la música.

 

“Estamos perdiendo el gozo que es lo que en realidad es la vida, nos han instaurado que el no tener tiempo es ser un apersona ocupada, si uno dice estoy descansando en la playa te tachan de vago. Cuando la vida desde los orígenes de su concepción es que el ser humano aprenda a compartir felicidades, gozos y ocio, y no el estar trabajando todo el tiempo sin tener espacio para el compartir. Es en el momento en el que tenemos espacio para trabajar y todo lo demás, en el que hay un equilibrio en la vida.”, comenta.

 

La gira para este nuevo disco se inició el 22 de enero en Chiclayo con una función gratuita, y continuará por Trujillo, Lima, Huacho, Arequipa, La Paz, Arica, Santiago de Chile, Mendoza, Argentina, Córdoba y finalizará en Brasil. 

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PANORAMA SINCRÓNICO DE LITERATURA LAMBAYECANA

Escribe: Nicolás Hidrogo Navarro*
Edición N° 946

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La región Lambayeque, es un espacio socio-geográfico de la parte norte del Perú que tiene alrededor de 1’260, 650 mil habitantes (INEI, 2015), pero solo una docena de escritores conocidos y leídos a medias. Sin embargo, hay una caterva rugiente de casi una treintena que reclama lectoría y espacio en la historia y sociedad, entre poetas, cuentistas, novelistas, ensayistas y otros tantos diletantes que hacen compañía a la comparsa.

 

En los últimos treinta años la media de títulos de texto literarios ha sido de 16 libros al año. Es a partir del 2010 (efecto postnobel) que el incremento de la actividad editora ha subido considerablemente –pasó de 13 libros al años en los 90; 16 al 2000) a 23 textos por año, en el rigor, solo textos literarios. Sin embargo, este incremento editorial parece no significar necesariamente incremento de lectores. Es que acá funciona la lectoría coactiva escolar de “lo que recomienda y pide el docentes en la escuela y el colegio”, el resto no cuenta. Esto que se denomina “autores oficiales”, son los únicos cuyas ventas de sus libros están relativamente asegurados, por imposición del plan lector, el resto de autores venden sus textos a cuentagotas y casi con el semblante de penuria y mendicidad. Sin embargo, no necesariamente los autores oficializados, son necesariamente mejores que los que no figuran en un currículo oficial, un prospecto de admisión o un plan lector. Pero, también, no necesariamente “los mejores autores con sus mejores poemarios o libros de cuento o novelas” para todo público o especializado, son necesariamente lo mejor, pertinentes y aptos para el sistema escolar, para lectores niños o jóvenes. En este caso “la calidad” se subordina a la pertinencia pedagógica.

 

Hay que ser claros y decir que el Estado a través de sus entes específicos de cultura, llámese Ministerio de Cultura, Ministerio de Educación, en los últimos 25 años, desde que feneció CONCYTEC como ente promotor de edición de libros, ya no han vuelto a  tener los creadores literarios esperanza alguna de financiamiento para sus producciones literarias. Se tienen creados órganos para promover la cultura, pero es una función fantasma y ficticia, solo en el papel, en la práctica, solo hay una realidad concreta: los poetas y narradores en el Perú en general se hacen escritores con su bolsillo y punche personal.

 

Como no hay fondo editorial, mecenas, editores que apuesten por autores y obras literarias, los autores se tiene que hacer la autopublicación con sus propios recursos. Todo el mundo sabe que no hay un solo autor que viva de la literatura (Ni el narrador chotano, Andrés Díaz Núñez, el único autor regional con más de 23000 ejemplares de Rastros sangrantes vendidos). La pregunta es ¿si sabemos esta realidad, por qué es que siguen escribiendo sino tienen mercados ni lectores? Es la pasión. Algunos sobreviven complementariamente con la venta de sus obras, pero en general casi todos los autores tienen una fuente laboral principal que es de donde viven y sostiene familia. Si bien la literatura no es fuente de ingreso económico, es fuente de placer y satisfacción personal. Y esto ha sido como un filtro de selección natural generacional y de pertinacia literaria: en cada generación literaria han partido una veintena y solo el tiempo se ha encargado de depurar y han quedado finalmente solo dos o tres sobrevivientes como máximo por cada generación. El resto ha fugado a las labores hogareñas, a la domesticación laboral o ha trocado sus obsesiones por otras pasiones.

 

 

 

FODA DE AUTORES

Fortalezas

  • Hay una creciente falange de autores noveles para el recambio generacional, con mejor perspectiva por su formación profesional docente y mejor calidad de creación por mayores, mejores lecturas, competitividad circulera, que las existentes en generaciones pasadas que estaban limitados.
  • Tradición poética y narrativa norteña se ve nutrida por leyendas urbanas, lecturas cosmopolitas y un mayor espectro de lectura contemporánea, lo que da como resultado mejor nivel consciente a la hora de escribir.
  • Se está logrando un mayor prestigio por la ceración literaria, lo que hace que se formen nuevos creadores con valore agregados a su primitiva inspiración, por una mayor valoración de autolecturas y asistencia a talleres literarios o aprendizaje social en círculos literarios.

 

Oportunidades

  • Oportunidades de la tecnología, como blogs, Facebook, páginas especializadas, de dar a conocer la obra literaria y someterla a juicio, valoración y comentario, opinión y exige mayor cuidado y control de calidad en la creación.
  • Creciente surgimiento de nuevos grupos literarios que dan vida e impulso a la actividad literaria y le generan mayor competitividad por rivalizar en hacer mejor las cosas.
  • Nuevas oportunidades de autores por ingresar a una propuesta de lectura de educación superior y del sistema que los obliguen a editar y producir con mejor calidad sus textos-

 

Debilidades

  • Desvirtualización de la bohemia como actividad inherente al quehacer literario, por una actividad más rufianesca, exhibicionista, lumpenezca que proyecta una mala imagen a la actividad creadora y manche a todos los creadores.
  • Escaso apoyo oficial para promover actividades literarias, conferencias, encuentros, ferias de libros y auspicio mismo de edición de nuevos textos, lo que limita la frecuencia de actividades culturales.
  • Resistencia a la crítica literaria moderna y viejas prácticas de comentario impresionistas fofos de obras en la presentación, lo que no coadyuva al crecimiento del autor literario.
  • La falta de lecturas entre autores (no se leen unos a otros por ego y complejo de supremacía literaria) lo que origina que no haya una valoración entre los mismos autores, sobre todos en las polaridades: los de las generaciones de los 60-70 no leen a los de los 90-2000 y viceversa.
  • Ausencia de una actividad reflexiva del quehacer estético, lo que ha estacando a la actividad creadora empírica, simplista, repetitiva, remedona y con escasa trascendencia nacional y universal, por no llegar a la actividad interpretativa, crítica y valorativa del quehacer literario.
  • Inexistencia de una tendencia estética con base teórica y postulados innovadores como para crear una corriente o movimiento literario de alcance y trascendencia nacional y continental, por la falta de madurez y liderazgo en el quehacer literario: se ha caído en lo doméstico simplificado en la siguiente frase: “Soneto en la mañana, venta de poesía en la tarde y yonque en la noche”.

 

Amenazas

  • Inmadurez y recrudecimiento de las rivalidades intestinas existentes entre los creadores literarios que terminen siendo un pésimo ejemplo de lenguaje procaz sin ideas, solo insultos, bajo nivel cuasi delincuencial y deriven en mala imagen para sus lectores y comunidad en general.
  • Invasión incontenible de los mas media, videos juegos, e internet mal empleados que terminen sepultando el ideal de nuevos lectores y habituales lectores literarios.
  • Creciente competitividad de libros de autoayuda en los colegios que desplacen a obras de literatura regional y detengan la edición de nuevos valores por falta de apoyo y vinculación del sistema educativo con los creadores literarios

 

 

Hay un río subterráneo de autores y lecturas inéditas en la región Lambayeque, hay un caudal vacío de lectores que no llegan a los autores ni los autores llegan a ellos, lo que está generando un desconocimiento de qué lo que hay y no en materia literaria. Muchos siguen creyendo que la literatura lambayecana, desde hace 32 años, se siguen centrando en seis autores: Nicanor de la Fuente Sifuentes NIXA, Alfredo José Delgado Bravo, Carlos Camino Calderón, Mario Puga Imaña, Andrés Díaz Núñez y Mario Flrorián Díaz. Cuesta y nos resistimos a creer que en la región coexisten entre vivos y muertos: Rully Falla Failoc, Hildebrando Briones Vela, Raúl Ramírez Soto, Mariana Llano, Carlos Bancayán Llontop, Emiliano Niño Pastor, Max Dextre Camacho, Ricardo Rivas Martino, Víctor Hugo Parraguez, Dandy Berrú   Cubas, Pedro Manay Sáenz, Gilbert Delgado Fernández , Beder Bocanegra Vilcamango, Larcery Díaz Suárez, Mario Gastelo Mundaca, Víctor Díaz Monje, Gilberto Maxe Suxe, Bruno Buendía Sialer, Bernardo Tineo Tineo, Javier Villegas Fernández, Teresa Liliana Menor Alarcón, Joaquín Huamán Rinza, Nicolás Hidrogo Navarro, William Piscoya Chicoma, Dagoberto Ojeda Barturén, Arturo Rodríguez Serquén, Leonela Másquez Solís, Matilde Mesones Montaño, Mariana Llano, Cromwell Pierre Castillo Cabrejos, César Boyd Brenis, Ernesto Facho Rojas, Nilton Chafloque Córdova, Segundo Alfonso Vásquez Tirado, etc. El menú literario es más amplio de lo que muchos creen, el problema es que estos resultan “ilustres desconocidos”, para quienes no les interesa el quehacer literario evolutivo, porque ni los investigan ni han leído sus textos, se los juzga de a oídas. No tenemos derecho a calificar a ningún autor literario solo por su nombre o saber solo el título de sus obras o el comentario quizá tendencioso de otros. Se tiene valor y autoridad para juzgar a un autor si se ha leído sus obras y mucho más si se lo ha leído comprensivamente, con herramientas intelectuales teóricas de crítica y con finalidad estética literaria.

 

*Narrador, docente universitario, gestor cultural, cronista, editor, crítico literario, fundador y Coordinador General de Conglomerado Cultural.

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