La selección peruana de mayores de voleibol femenino inicia el año con un nuevo director técnico, Mauro Marasciulo, quien asumió el desafió de dirigir al equipo y, a la vez, reestructurar el sexteto de jugadoras titulares con la finalidad de agilizar el juego peruano para una mayor efectividad de puntos en la cancha.
El brasilero, director técnico del seleccionado peruano, menciona que liderar el equipo de la blanquiroja, además de ser una gran responsabilidad, es a la vez una experiencia placentera, debido a la tradición que presenta el grupo, señalando que el objetivo principal de su trabajo es hacer que el Perú vuelva a recuperar su condición original de juego.
“Llevo 30 años como técnico de vóley y siempre he seguido al Perú con sus resultados y tradición de juego. Además, dirigí a Gabriela Pérez del Solar en Italia y mi esposa jugó con Rosa García. Toda esta experiencia como entrenador me ha permitido acoplarme bien con el equipo y junto con el grupo técnico complementario, tenemos la esperanza que resurja una buena selección”, detalla.
La Federación Peruana de Vóley – FPV, contrató al director técnico por el período de dos años, tiempo en que asumió el reto del liderazgo del grupo de mayores, diferenciándose en el estilo de trabajo de la anterior entrenadora del seleccionado, Natalia Málaga, a quién recomendaba el equilibrio a la hora de dirigir al equipo.
“Hay momentos para tener tranquilidad y otros para gritar, y hasta para ser un papá, pero sobre todo hay que tener equilibrio. Se pueden decir lisuras, pero yo no puedo criticarla en nada porque cada técnico tiene su estilo. Nadie puede reprochar a Natalia porque ella ha logrado muchos objetivos y ha sido campeona sudamericana. Además, las críticas no ayudan en nada”, sostiene.
PLANTEL DE JUGADORAS
El equipo de la blanquiroja de mayores lo constituyen las cuatro centrales Clarivett Yllescas, Alexandra Machado, Andrea Urrutia y la capitana Mirtha Uribe; las dos opuestas Carla Rueda y Katherine Regalado; las dos armadoras Alexandra Muñoz y Shiamara Almeida, las tres atacantes punta Maguilaura Frías, Ángela Leyva y Coraima Gómez, y, por último, la defensa Hillary Palma y las líbero Vanessa Palacios y Susan Egoavil.
“De lo que he visto, hay que dar continuidad a las jugadoras. Muchas de las que están entrenando en la selección también están trabajando dentro de sus clubes. Me han causado una buena presentación a nivel técnico y si veo que hay chicas que destacan, las puedo convocar. Sin duda existe un gran potencial en ellas que se puede ir trabajando paulatinamente”, indica.
Mauro Marasciulo advierte que en un año y medio el vóley peruano estaría en otro nivel, casi a la misma altura que el de Argentina, Colombia y Venezuela. Sin embargo, menciona que faltaría unos años más para alcanzar el nivel del seleccionado brasilero.
FACTORES FÍSICOS Y TÉCNICOS
Otro de los aspectos que destaca el nuevo director técnico del seleccionado femenino es respecto a la talla de las jugadoras, quienes en su mayoría comprenden la altura promedio de una deportista de vóley. No obstante, menciona que “las condiciones físicas por desarrollarse se darán con el tiempo y se debe ser paciente”.
“Ángela Leyva tiene buena talla, además de Maguilaura Frías y Katerine Regalado, que miden más de 1.90 m. Perú está en la dirección correcta y hay que tener paciencia, porque tenemos chicas altas de 16 años que deben ganar experiencia y foguearse a nivel internacional. Aunque la talla puede jugarnos en contra frente a algunos países potencia, la técnica de saque y el juego contra el bloqueo son mecanismos que complementan el tema de la estatura”, puntualiza.
Agrega que el tipo de entrenamiento a exigir para la selección es en la parte técnica, en el que se debe cubrir los aspectos de la defensa, ataque y bloque. Asimismo, señala que no se debe presionar mucho a las jugadoras a realizar los trabajos porque podrían tener como consecuencia dolores musculares o hasta tendinitis.
TORNEOS
Desde el mes de enero, el equipo peruano ha participado en una serie de campeonatos internacionales y continentales, siendo el primero el Sudamericano de Clubes, el Sudamericano de Mayores, el FIVB World Grand Prix y por último la Copa Panamericana de Mayores que se desarrollaría a finales de junio e inicios de julio en Santo Domingo.
En el Sudamericano de Clubes participó el equipo peruano San Martín que fue derrotado por el club brasilero Rexona Ades por tres sets a cero en la ciudad de La Plata de Buenos Aires – Argentina. El club de San Martín obtuvo el tercer lugar en el año 2015, y en el presente año se condecoró con la medalla de plata. No obstante, dentro del equipo ideal de jugadoras, las voleibolistas peruanas Zoila la Rosa y Ángela Leyva fueron escogidas entre las demás jugadoras brasileras y argentinas.
El FIVB World Grand Prix se realizó en el Coliseo Cerrado de Chiclayo desde el pasado viernes 10 hasta el domingo 12, donde se recibió a los seleccionados de Croacia, Argelia, Cuba y Perú con el objetivo de definir quiénes pasarían a los cuartos de final del grupo D de la tercera división. Perú celebró en cancha local la victoria del primer lugar del grupo, venciendo así a sus contrincantes, enrumbando a la sede de Kazajistán esperando lograr el pase a la segunda división en sábado 18 en la semifinal.
Mauro Marasciulo indica que el próximo campeonato en participar la selección femenina es en la Copa Panamericana de Voleibol 2016, que se jugaría en la capital de la República Dominicana – Santo Domingo, desde el 30 de junio hasta el 11 de julio, esperando que el equipo nacional pueda realizar una buena presentación en el desarrollo del torneo.
El éxito de Pedro Miguel Schiaffino empezó al entender que la cocina regional tiene una alta valoración en el exterior y esto lo animó no solo a dedicar su preparación como chef en este proceso de conocimiento, sino además a aventurarse en la introducción de insumos amazónicos en sus comidas. Hoy es uno de los cocineros más reconocidos del país y sus restaurantes ubicados entre los más top del Perú.
Estudió en el Instituto Culinario de América, en Nueva York, y luego en Italia, donde se profesionalizó bajo la dirección de reconocidos expertos de la gastronomía mundial. Pasó por restaurantes altamente competitivos y regresó al Perú imbuido de una nueva visión para desarrollar su pasión por la comida.
“Afuera las cocinas locales y regionales son las que lideran la gastronomía. En Francia, los restaurantes con mayor valor y mayor representatividad son regionales, lo mismo pasa en Italia y España. Allí aprendí que la cocina regional y local es lo más importante, por eso cuando regresé a Lima a trabajar quise hacer eso, cocina peruana y de inmediato me conecté con mi producto, con los productos de Lima y el mercado. Poco a poco fui utilizando insumos peruanos y locales”, comenta.
DE LA SELVA SU ENCANTO
Durante un año, Schiaffino viajó a Iquitos para conocer de cerca los productos de la amazonía, llegando incluso a convivir con comunidades nativas.
“Los productos andinos ya los conocía, pero los amazónicos no y por eso viajé a Iquitos y así empecé a conocer insumos que nunca había visto. Así fue como me metí en la cocina amazónica. Esto respondía a una búsqueda de identidad y de una cocina propia y eso lo da el insumo local”, refiere el chef.
Pedro Miguel Schiaffino ha fundado varios restaurantes en Lima, entre ellos Malabar y Ámaz, este último con una temática netamente amazónica, donde la comida, las bebidas, los postres, la decoración y la música recrean el ambiente selvático en el corazón de Miraflores.
“En Ámaz hemos construido una nueva cocina amazónica basada en la tradición, en las regiones y su cocina propia, construyendo un nuevo lenguaje. Estamos abriendo el camino de la cocina amazónica, dándole valor a sus productos y a la cultura de la selva peruana. Hay comida, hay bebida y hay postres. En Ámaz no solo los productos son protagonistas, la carta está escrita en un lenguaje muy coloquial, la música es de la selva, la arquitectura, hay artistas y los platos en los que servimos la comida provienen de comunidades de ceramistas. Tratamos que el concepto sea redondo y ha funcionado muy bien, al punto que vamos a abrir un segundo local”, destaca.
CALIDAD EN LA COCINA
Componente fundamental de este avance – añade – es el trabajo minucioso que se dedica a la búsqueda de insumos de calidad y que sean innovadores para el paladar limeño.
“Buscamos insumos que tienen mucha personalidad y sabor, y que sean gastronómicamente atractivos como la cocona y el aguaje. En la amazonía hay muchos y casi todos tienen un valor gastronómico muy importante. Buscamos productos de calidad muy alta o potenciales para elaborar productos de alta calidad, que además no sean comparables ni reemplazables, que sean únicos y autóctonos”, menciona.
Agrega que en su descubrimiento culinario por la selva peruana uno de los aspectos más saltantes fue la gran variedad de peces que tienen los ríos, con carnes agradables y que permiten la versatilidad en el momento de la preparación.
“Los ríos están llenos de peces y hay una diversidad enorme aún por descubrir y conocer. Los peces de la selva son extraordinarios, muy grasosos, muy buenos para la cocina”, resalta.
PERSISTENCIA Y ÉXITO
Schiaffino recuerda que el ingreso de los productos amazónicos a la carta limeña fue difícil, toda vez que había que persuadir a los comensales de la calidad de estos.
“Fue difícil, había que saber cómo presentarlos y prepararlos y fue un proceso de aprendizaje para nosotros y para el cliente, y obviamente esto tuvo sus pro y sus contra. No fue fácil, los cinco primeros años de mi primer restaurante Malabar en Lima fueron bastante duros y hoy en día estamos muy bien. Nos costó y pudimos mantener nuestra cocina y filosofía, con las ideas que teníamos”, señala.
Junto a Gastón Acurio, Héctor Solís y Virgilio Martínez, Pedro Miguel Schiaffino es uno de los rostros más visibles de la nueva era de la gastronomía peruana y su proceso de internacionalización. Junto a estos ha participado de diferentes certámenes como el Madrid Fusión y ha participado en la publicación de libros como “Perú, mucho gusto” y “Cocinero en tinta”.
Sin embargo, considera que la nueva hornada de cocineros peruanos va a resultar mucho más interesante por las propuestas e innovaciones que ya se han planteado a la culinaria nacional.
“Hay jóvenes que están haciendo un gran trabajo y vendrán más, nosotros ya tenemos un buen tiempo en la cancha y creo que esto ayudará a que la cocina peruana siga mejorando en cuanto a calidad, insistiendo en darle valor a lo local y regional. Ese es el camino”, refiere.
LO PENDIENTE
Anota que en la gastronomía local hay bastante aún por hacer, sobre todo para superar deficiencias en cuanto a la producción, calidad, comercialización y la sostenibilidad.
“La calidad del servicio es uno de los temas más críticos, falta profesionalizar esa área, hay mucha mano de obra increíble, con mucho talento, pero tiene que capacitarse y formarse. Debe darse valor a lo local en el servicio, eso es algo que todavía nos falta hacer. Somos personas muy amables, muy atentas, con mucha disposición, serviciales y educadas, pero nos falta profesionalizar”, menciona.
Asimismo, Pedro Miguel Schiaffino señala que la tecnificación de la cocina nacional no es precisamente uno de los aspectos en los que debe ponerse especial atención, porque conservar lo tradicional y artesanal también le impone calidad y prestigio a la gastronomía.
Empero, considera que sí es necesario mejorar la inocuidad con la que se manejan los insumos empleados en la gastronomía local, sobre todo para elevar los estándares de calidad existentes.
“Hay espacio para todo, para cocinas con mucha tecnología y otras artesanales, lo que sí le hace falta a nuestra cocina en el Perú es mejorar en la manipulación e higiene. La cultura de la higiene es algo que nos falta trabajar y esto responde a la calidad del producto, son áreas en las que tenemos que seguir trabajando en conjunto como lo hemos venido haciendo todos estos años”, enfatiza.
MUCHO POR DESCUBRIR
Schiaffino refiere que aún no ha fusionado platos del norte con insumos amazónicos, pues considera que el territorio le es más favorable para otros de sus colegas, como Héctor Solís del restaurante Fiesta, por ejemplo.
“Me encantan los productos y la cocina norteña, pero ahí Héctor es el rey y en Lima no hay forma de competir con él. Fuera de bromas, yo estoy metido en el tema amazónico y le doy mucha fuerza y tiempo a eso, y me faltaría tiempo para entrar en otras cocinas regionales”, comenta.
Finalmente, Pedro Miguel Schiaffino refiere que en el Perú es característico hallar oportunidades para emprender y que la gastronomía ha demostrado ser una interesante palanca de desarrollo social y económico, la misma que aún falta explorar y explotar.
“En el Perú somos bien arriesgados y yo creo que es una fortaleza atrevernos a hacer cocina local y regional, es algo que yo recomiendo. Pero ojo, tiene que ser con conocimiento. Cuando hacemos las cosas, sobre todo algo que tiene una historia y un arraigo cultural, es importante conocer esa historia y ese arraigo cultural, es la responsabilidad del cocinero para proponer algo que sea coherente y que de alguna manera esté bien hecho. Es ahí donde la parte profesional es muy importante, para trabajar con gente capacitada y sentar las bases de un negocio exitoso”, remarca.